Partida Rol por web

Aquello no había salido con la limpieza exacta que habían planeado pero al menos tenían a Cotton. Tras comprobar que seguía vivo Tom lo metió sin muchos miramientos en el maletero. Herman y Daniel salieron del portal al poco rato, momento en el que Lucy arrancó el coche. En la lejanía se escuchaban sirenas ¿había llamado la vecina a la policía? ¿habría visto alguien como Tom metía a Cotton en el maletero? Cualquiera de las dos preguntas tenía una más que probable respuesta afirmativa.

Finalmente todo se había dado como esperaba, más aún cuando Herman sube al auto tras esos minutos que se hicieron eternos cuando la tensión comienza a cernir sobre el cuerpo. La velocidad es controlada ya que la bibliotecaria prefería pasar desapercibida entre los autos en vez de salir a la carrera, despertando más sospechas de las que en sí ya se establecieron gracias a la intervención del resto. 

Está claro que el viejo era duro de roer, eso era innegable. - ¿Hacia dónde vamos? ¿Herman, Shanon? - pregunta Lucy al mirar por el retrovisor a la mujer ya que tenía al lado al mayor de los Crane. Las calles se mantenían en su normalidad, pero el sonido de la sirena advertía que esto podría ser un problema. - La vecina seguro ha llamado a la policía. ¿Daniel algún contacto para sobornar de la Estación Policial? Es que si describen a uno de nosotros, nos darán caza... - afirma un tanto pensativa, desviando la mirada hacia Herman. 

Y mientras conduce muy centrada en lo suyo, aguarda por las respuestas de los hermanos, sin dejar de pensar en cómo resolver todo esto. Tendría a Cotton de cara a ella, optando por una posibilidad de revelar este misterio, aunque sus sospechas se centran en el Padre de los Hermanos Crane, había gato encerrado y Larry sería justo la pantalla perfecta para esconder algo mucho peor. Era eso o ciertamente han dado con la tecla, dos opciones, todo muy raro. 

—Hay que darles esquinazo y cambiar de coche. —Valoró Shanon mientras miraba hacia atrás y confirmaba los malos presagios que la habían adelantado—. Definitivamente nos están siguiendo.

—Daniel, Tom... No os lo toméis a mal pero supongo que esto se le dará bien a uno de los dos. Pienso que deberíamos despistarles temporalmente mientras uno de los dos, o ambos, baja y se agencia uno. Entonces convocamos un lugar de encuentro. ¿O se os ocurre una mejor forma de perderles?

-No, tranqui-contestó Tom con sarcasmo-siendo negro, cualquiera se espera que sepa robar un coche. Pero no soy esa clase de negro. Soy más bien el tipo de negro que pega primero y pregunta después. 

Miró hacia atrás para ver si los seguían. 

-¿Mi opinión?-continuó-Métete por una calle estrecha. No se atreverán a seguirnos por ahí porque cantará demasiado. En ese caso, sales del callejón y callejeas hasta perderlos. Si nos siguen por el callejón, paras el coche y Dan y yo nos bajamos por los lados y lo acribillamos a tiros. 

Daniel ladeó la cabeza ligeramente cuando Tom propusó bajar y comenzar un tiroteo contra la policía. Menos mal que no era "esa clase de negro"...

- ¿Alguno tiene un móvil desechable? - preguntó mientras extendía la mano, esperando que alguno de los allí presentes fuese capaz de ello. - Una llamada al 911 diciendo que han visto como tiroteaban a un policía a un par de calles de nuestra posición hará que manden todos los refuerzos hacia allí.

Miró hacia atrás, tratando de ubicarse en la ciudad y pensar cuál era la comisaría más cercana de donde pudieran llegar las patrullas.

- Si no, una llamada desde una cabina y una discreta huida a pie. - añadió. - Si la mujer nos describe, el control de daños tendrán que hacerlos los abogados de Crane Enterprises mañana...

— Me molesta sobremanera tener que decir esto —comentó Herman con una sonrisa pícara—, pero la idea de Shanon es buena. No está mal para variar, hermanita. Tal vez podamos trasladarnos a otro de nuestros coches disimuladamente y dejar a aquel de nosotros que sea sospechoso en éste —todo el mundo sabía que se refería a Tom, claro. Especialmente Tom—. Si alguien ha dado la descripción del vehículo, pararán aquel en el que no queda ya nada sospechoso, y dudo mucho que puedan encontrarnos en un coche completamente distinto... Naturalmente y dado los recursos que han mostrado nuestros rivales hasta ahora, no podemos descartar tampoco la remota posibilidad de que aun así nos sigan, claro, pero minimicemos esas posibilidades.

Se encogió de hombros. Ahora venía la propuesta absurda.

—Hecho esto podemos dar un rodeo y volver a las oficinas. Suponiendo que logren relacionar ese local con Craner Enterprises, debería ser el último que revisasen dada su ubicación. A fin de cuentas, ¿quién sería tan estúpido para regresar enfrente de la "escena del crimen"? Es tirarnos un farol, desde luego, y confiar en que cuele, pero ir a un sitio más alejado nos llevará más tiempo y... bueno, desde allí podemos observar la casa de Cotton y ver a quien hemos inquietado con nuestras investigaciones. Suponiendo que vamos bien encaminados, tal vez les hayamos puesto nerviosos, quizá incluso lo suficiente como para que cometan un error y aparezcan por aquí.

- Lo que dice Shanon o solicitar a alguien que ofrezca una distracción. Imagino que contamos con ello. - afirma Lucy mientras mantiene su atención puesta en la carretera, por momentos desviando la mirada hacia el espejo retrovisor para comprar si la están siguiendo o los ha perdido. 

- Volver al lugar no es mala idea, pero tardarán un rato en revisar y a ti Herman te han visto los vecinos, lo mismo Shanon. Los que subieron ya quedaron expuestos. - responde la bibliotecaria mientras analiza la idea de la mujer morena. - El cambio de auto me parece bien y esperar un poco, por si regresamos a ese lugar. 

Mientras hablaban Lucy intentaba mezclarse con el tráfico. Quizás no era la mejor opción para aquella tarea ya que la bibliotecaria estaba más acostumbrada a buscar informes que a prestar atención a todos los detalles de una conducción bajo persecución policial¹. Mirando por el retrovisor a punto estuvo de colisionar con el vehículo que tenía delante. El frenazo brusco seguido de varios bocinazos a su alrededor no contribuyó precisamente a despistar a la policía que repentinamente se veía a lo lejos con las luces encendidas².

Sin duda a Lucy no se le daba bien esto. Tom observaba impaciente como la chica cometía varios errores que de no cometerlos habrían hecho que la policía no pudiera seguirlos. Pero no había sido capaz de verlos a tiempo. 

-Lucy, tienes que despistarlos. Se nos están acercando-dijo Tom que de cuando en cuando miraba hacia atrás para ver si los seguían-Gira a la derecha y písale un poco. Ahora por allí...

La situación en sí no era difícil para alguien que lleva experiencia en esto, pero en el caso de Lucy sí que lo era cuando tenía que tomar las riendas de una persecución que a la larga con su despiste existencial, los nervios y el no incumplir las leyes de tránsito como es de esperar, crean un caos en la mujer que es insostenible. 

Pero allí cuando ella se aferraba con fuerza al volante, estaba la voz de Tom que le ofrecía un poco de calma, no la suficiente como para coger ese coraje y cometer una infracción o un volantazo, aunque si le permitía encauzar esto de una forma que valga la pena. Y mientras conduce como si fuera la última vez en su vida, intenta mantener la mente en blanco, evitando pensar en cuestiones que no puede resolver.

No ahora, ya tocará. 

Daniel giraba la cabeza para poder mirar hacia atrás, tratando de ubicarse en las calles de la ciudad sobre por dónde vendría los mejores de Nueva York...

Pero Lucy no estaba hecha para estas situaciones, no era una persona de campo, su habitat eran las oficinas y los escritorios, no las persecuciones por la Gran Manzana.

Por suerte, éste no debía ser la primera vez que Tom se encontraba en este lado de la persecución, al contrario que él, y comenzó a indicar a su compañera qué maniobras realizar.

Tranquila, lo estás haciendo genial, Lucy. - por su parte optó por tratar de tranquilizar a la conductora.

Lucy, aconsejada por Tom y Danny, intentaba moverse entre el tráfico situando más vehículos por el medio. Los agentes no habían visto cometerse el crimen y aunque habían reaccionado rápido no podían estar seguros de que la acusación fuera real, así que serían más cautos a la hora de arriesgarse en la persecución o llamar refuerzos. Eso era una ventaja para los fugitivos.

Tomaron una bocacalle lateral de forma brusca y ganaron un espacio de tiempo en el cual los policías no los estaban viendo. Al salir a otra calle principal Lucy viró hacia donde Danniel sabía que había un aparcamiento público. Pero oían las sirenas detrás de ellos ¿sería prudente meterse en el aparcamiento donde podían quedar atrapados?

Tom miraba hacia atrás impaciente. 

-No nos los vamos a quitar de encima-dijo Tom-A estas alturas tienen nuestra matrícula y tendrán el expediente policial del coche ¡Joder! ¿No queréis que nos enfrentemos a ellos? Pues dejemos el coche en cualquier lado y dividámonos. Solo podrán seguir a uno de nosotros. Y éste lo tendrá más fácil para despistarlos. A no ser que a alguien se le ocurra algo mejor antes de que me líe a tiros con ellos. 

—Shhhh, tranquilo Tom. Aquí hay demasiados coches. —Dijo Shanon buscando hacer silenciar a la mole oscura.

—Sigo creyendo que deberíamos intentar robarnos uno, tal vez dos y esperar a que alguien más salga, tendrán difícil detener a varios vehículos... Sobre todo si nos dividimos. Sé que no eres ese tipo de negro... Y que Daniel tampoco es ese tipo de blanco. Pero... ¿Podríais intentar robar un puto coche cada uno para dar esquinazo a esas alimañas? Diablos, puede que yo misma deba intentarlo. En el peor de los casos tendría que romper una ventanilla.