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Diablo II - Acto I

Off-topic

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08/03/2020, 18:44
Director

Saludos a todos y bienvenidos a mi primera partida como master. Espero sea del agrado de todos.

Por el momento les pido puedan, en esta escena, presentarse e indicar que esperar de la partida. Luego pueden pasar a crear al personaje en la escena Creación de personajes. En esa escena está todo lo necesario para crear al personaje, aunque de tener alguna duda por favor me la indican. Les pido que el post final de creación del personaje sea visible para todos, es importante que todos podamos ver los aspectos de nuestros compañeros. 

 

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08/03/2020, 19:25
Ania Kugoi

Pues... Buenas ^^- espero te vaya de lujo la primera partida y como consejo evitar saturarse que ser máster nunca es fácil.

No sé qué esperas de la presentación o si solo buscas que demos señales de vida pero en fin, presente y siempre con ánimo de disfrutar de las partidas a las que me uno. (Y si se hace difícil, ser comprensivo con el jefazo que se estrena).

Falta que nos digas qué tipo de imagen prefieres en tu party, Anime, realista, arte... Veré si lo pone en creación ahora, sea como sea, me tendrás que poner tu el avatar que escoja, pues me conecto siempre desde tablet y no puedo colocarla yo.

Saludos a todos ^^-

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08/03/2020, 21:23

Hola!!! 

Repito lo mismo que ha dicho PJ1 XD. Yo doy por aquí señales de vida (todo parece estar en orden) y esperar... lo mismo que se espera de cualquier otra partida... sacarla adelante entre todos jajaja.

Supongo que la partida no será demasiado centrada en el combate, dado que FATE (acelerado o normal) no suele ser el mejor sistema para eso. Ya existen los D&D, Pathfinder y demás para ese tipo de planteamientos. Asumo que aunque haya combate no será una constante, y no tengo ningún problema con ello, por eso me apunté :D

Por lo demás, empezaré a echar un vistazo a la creación de PJs a ver como va.

Saludos!

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09/03/2020, 13:13

Bueno, yo decir que me encanta el Diablo (El nº 16 en España, del primero, y su expansión, fue el mio) y del DII, pues … no se decir cual, pero también de los primeros. El TRES … ni lo he mirado. Me han contado cosas demasiado malas, y no quiero que mi ilusión se "empifone" por un mal resultado. Igual es mejor de lo que dicen, pero, es como los videos de asesinatos de prisioneros en Oriente Medio, mejor no verlos, porque seguro que alguien le gusta esa salvajada, pero prefiero no tener en mi retina estampado eso.

 

Vale, el sistema, pues yo se poco, y tampoco conozco el AD&D (Solo el PRIEMRO. El de la Caja Roja) Un amigo empezó a enseñármelo, pero … falleció. (HEINOSUKE).

 

Vale, os cuento, yo, cada 2 ó 3 meses, desaparezco de 10 a 15 días. El próximo será el 26 de marzo, hasta el 12 de abril, y desde Navidades que no visitaba mi casa (El curro me tiene lejos). Cuando voy a casa estoy totalmente OFF-LINE.

 

 

Bien, me encanta las arqueras. En mi anterior partida DII jugué con una, y en la siguiente DIII en teoría, jugaba con una especie de paladina o algo así, pero nos quedamos empezando a hacer los personajes.

 

Como odio los narigones, pues, voy a poner un avatar, que aunque sea provisional, por lo menos no es el narigón marrón ese.

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09/03/2020, 17:28
Director

Saludos!!

Les quería aclarar que, al parecer, soy de "gatillo rápido". Si me tengo que definir como máster en una frase sería "El rol sin dados no es rol". 

Sé que FATE se enfatiza en la narración y de seguro será una parte importante en la partida. Pero mi corazón está en destruir con mi espada a un enviado de Diablo y jactarme por ello.

 

Con respecto a las imágenes no tengo una preferencia aunque sería bueno que todas sean de la misma "familia". Las imágenes que ocupé para los PNJ son del estilo arte si no me equivoco. Muy al estilo de la imagen de Inovaz (Inovaz 1313).

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09/03/2020, 17:39
Director

Saludos Girnled y bienvenido a la partida. 

Con tu llegada tenemos al equipo de héroes listo.

Te pido que te presentes por acá y nos digas que esperas de la partida. Luego puedes pasar a la escena de Creación de personajes para crear a tu héroe.

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09/03/2020, 17:44

Saludos camaradas! 

Yo soy alguien un pelín ocupado, ya que soy estudiante de informática. Pero lo compagino con el rol. 

Por el sistema de rol no tengo problema siempre que me enseñen con paciencia. Ya te dije que yo FATE no jugué nunca, pero como ya comentaste que es bueno para los novatos, pues yo encantado a matar a Diablo con mi espada y martillo sagrado (por cierto, soy un paladín xD). 

Yo para las imágenes me da igual, pero te pasé unas cuantas. Pero creo que ya seleccioné una... Dios, es que me encanta xD

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09/03/2020, 21:23

Ya veremos como se desenvuelve FATE acelerado en combate... personalmente solo lo he probado con "extras" que dan más opciones, como Dresden Files, que añade todo tipo de magia y poderes sobrenaturales.

En cuanto a las ilustraciones... yo pensaba usar artwork del propio Diablo, que tiene de sobra jaja. Supongo que no encajará mal con todo lo demás :P

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11/03/2020, 17:03
Director

Saludos!!

Iré agregando algunas "reglas internas" en la escena Reglas. Pará que las puedan ir asimilando. 

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11/03/2020, 21:41

Hola! LLevo un par de días con poco tiempo. Mañana hago ficha ;)

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12/03/2020, 10:01
Sólo para el director

Advertir.

Si no pasa nada, salgo de viaje el 26 y no regresaré hasta el 12 de abril (y luego lo que tarde en actualizar y ponerme al día con todo)

 

Ese periodo de viaje estaré OFFLINE totalmente.

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12/03/2020, 12:12
Director

Si no tienes problema en convertirte en PNJ en ese tiempo, yo no tengo problema. 

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12/03/2020, 17:55

Ficha hecha. No tengo aún ninguna Proeza, tengo paciencia. Eh! He hecho un pareado! xD 

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12/03/2020, 20:06
Ania Kugoi

(se encoge de hombros) venía esperando leer las 3 historias de cada quien y solo tengo una -.- ánimo que seguro que se os ocurren buenas cositas ^^-

Muy chula la tuya Urgat

Notas de juego

Para quien quiera mentar alguna de las zonas habitables de D2 y no las recuerde...

Campamento de las arpías.
Lut Gholein.
Muelles de Kurast.
Fortaleza del pandemónium.
Harrogath.

^^-

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12/03/2020, 20:21
Director

jajaja Ania gracias por recordarlo. Pero les recuerdo a todos que la partida está basada en Diablo II. Me gusta eso de "basada" ya que me da libertad de cambiar todo lo que quiera según lo que vea necesario para la partida.

Pasando a otros temas: 2 de los jugadores tienen su ficha e historia lista, 1 jugador está apunto de tener lista la ficha y estamos esperando a otro que comience a generar la ficha.

Pokepa, te pido que comiences a desarrollar hoy la ficha. No es mi idea dejar en stand by a los otros jugadores.

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12/03/2020, 20:39

Pide y se dará.

Notas de juego

Inomagata nació en el poblado del sur del Campamento de las Arpías. En la zona más alta del Pico Zancudo, conocido así por los pájaros extraños que anidan en su cima y cornisas. Su familia vivía lo suficientemente bien como para sin ser lo ricos del pueblo, disfrutar de una posición acomodada. Todo era por la profesión familiar. El padre, un conocido cazador suministraba pieles al taller de su esposa, que curtía pieles y fabricaba distintos artículos de este material. Incluso varias personas más compartían profesión, ayudado a Agnus y a Mantanika. Suministraban petos, abrigos, gorros, mandiles, guantes ... y multitud de otras cosas bajo el techo de la curtidoría. Incluso en ocasiones se añadía piezas de hueso, madera o incluso metal para darle forma, embellecerlo, aumentar su resistencia y durabilidad, o, como en ocasiones, para descubrir como era el resultado. "Ver como quedaba" decía su madre cuando ideaba alguno de esos experimentos.

La nena, demasiado revoltosa, inquieta y curiosa para el taller, pronto empezó a salir en las partidas que su padre lideraba. Siempre con un arco, adaptado a su tamaño (al principio corto y con el paso del tiempo fue creciendo con ella) y un puñal de bronce también pensado a su manita (al principio una simple hoja fina y ligera, posteriormente un machete de montería) eran su equipamiento. Por supuesto, con la producción familiar, jamás faltaron prendas de abrigo, capa y odre, además de un zurrón para guardar sus victorias. Como nena, en muchas ocasiones no traía más que piedritas que le habían llamado la atención, trocitos de madera vistosas o alguna que otra hoja o flor, pero con el tiempo empezó a demostrar su puntería. Con 9 años ya superaba en destreza con las flechas a sus propio padre, y el carcaj que le acompañaba era llamado el certero, porque los proyectiles que allí habían, siempre acertaban.

Su padre, orgulloso, se había sentido feliz cuando su retoño había nacido mujer. Era un especial honor, ya que las Arpías, dueñas y señoras de aquellos parajes, siempre había promulgado una igualdad especial, pero las elegidas para entrar, fuera de sacerdotisas, diplomáticas o guerreras de élite, solo eran mujeres. Pero, con el tiempo, se había encariñado con la muchacha y deseaba que por muy buena que fuese, siempre le acompañase en las batidas. Le había enseñado todo lo referente al trato del animal cazado, el respeto que había que tener a su presa ya que les daba materiales y sustento y lo que había que hacer para aprovecharlo al máximo. Mientras despellejaba un jabalí recién cazado, su padre se acercó por el lindero del arrolló. Siempre era bueno tener agua cerca cuando se hacían esas cosas. Furtíbamente, una patrulla de Arpías les acechaba entre los arbustos. Les habían llegado rumores de que una jovenzuela tenía las habilidades, capacidades e instinto como para ser una de ellas. Tenían que comprobarlo.

Las guerreras salieron de su escondite y Agnus se percató instantes antes de que hicieran acto de presencia. Enseguida empezó a darle órdenes como si fuera una mujercita que, aunque vestida y armada como cazador, fuera un simple florero. Un ama de casa que había salido a pasear por el bosque. No entendía Inomagata el por qué de aquello, pero discretamente empezó a juntar ramitas y a preparar un fuego, poner un caldero sobre este y llenarlo con agua limpia. Jamás hacían aquello así, y simplemente obedeció.

Aquellas soldado no tenían nada de tontas, y sin percatarse totalmente de la maniobra, sabían que algo pasaba. Cruzaron junto a ellos, como era su costumbre, en sepulcral silencio, y con gestos amables saludaron a pasar. La jefa había fallado su misión, pero sabía como se tenía que responder ante ello. Fueron al pueblo.

A su regreso el poblado estaba en total silencio. El bullicio habitual había desaparecido. Solo alguna gallina corretaba por entre los montones de heno y algún cochino roncaba en su porquera. A ningún cazador se le pasaría aquello. Algo pasaba. Ella arrastraba una parihuela de ramas, sobre las que era transportado el jabalí y otras piezas. De la cintura de su padre colgaban algunos zancudos, una torcaz y otras aves; y en sus manos viajaba muchos trastos, como los arcos y aljabas de flechas. Nada más entra al taller, todos permanecían sentados en sus puestos, pero quietos y en total silencio. Rostros pálidos evitaban parpadear y les miraban como aparecidos de entre los muertos. Las Arpías, situadas como bandoleros, controlando toda la estancia daban más miedo de lo que estaba dispuesto a confesar. La jefa, directa como siempre lo había sido se encaminó a la muchacha. - Chica, mañana al alba vendrá una patrulla a por ti para ser escoltada al castillo principal. Que te acompañe todo lo que tenías hoy en el bosque, incluido la pieza que cobraste. Sin más salió sin inmutarse ni despedirse. El resto de guerreras pasó entre padre e hija y realizaron el mismo saludo silencioso que en el bosque, como despedida.

Agnus temblaba por dentro. Esa noche no podía pegar ojo. Su nena, la niña de sus ojos le era robada y no podía hacer nada. Se le había ocurrido herirla levemente. No quería tullirla, pero al presentarse de esa guisa, no podría pasar las pruebas y regresaría a su vera. No, no podía ser tan canalla. Esto es lo que muchas familias deseaban: Que su primogénita entrase al servicio de Las Arpía. Tendría la vida resuelta y posibilidades de llegar a lo más alto. Pasaría de ser una simple cazadora a entrar en la nobleza autóctona. Se tenía que sentir orgulloso ... pero no era así. El temor a perderla era mayor mayo a cualquier otro sentimiento.

 

Su esposa yacía a su lado. Silvaba levemente en su sueño. El rostro feliz denotaba lo que él tenía que estar haciendo. Disfrutar de ese momento.

En el silencio nocturno escuchó un ruido y no tardó, cuchillo en mano, acercarse al taller. Era Inomagata, descuartizando al animal; proceso que se había interrumpido con la llegada de la patrulla. Ya había revisado flechas, arco, ropa y todo lo que portaría en su viejo zurrón para el viaje. Tenía 6 días por delante de camino, si el tiempo acompañaba. Un poncho de cuero embreado hacía de mantel de todas sus pertenencias. Esto le cubriría de la lluvia. El temeroso padre, repasó todo lo que portaba. Todo lo que tenía previsto llevarse consigo. Se fijó en el cuchillo de montería, que descansaba en su funda, ya afilado y aceitado para evitar el óxido. La había enseñado bien.

Se acercó y agarró de los hombros con vierta violencia. Un brillo refulgía en los ojos de ambos, pero los sentimientos no eran ni por asomo parecidos. Agnus desechó la idea que tenía en mente. Golpearla con la rodilla justo en ese instante. No podía ser así y con poca sutileza la atrajo a sí y abrazó como si se despidiera por siempre. Realmente era así. Jamás regresaría al hogar, y si lo hacía, sería como esas otras chicas que esta tarde les visitaron. 

 

La separó de su cuerpo como una expresión extraña. Como si hubiera recordado lago. La soltó y se encaminó a un arcón. De este, tras trastear durante un rato, sacó un viejo cinturón de combate con dos finas vainas que pendulaban sin control. Un parco - Ponteló fue su única palabra y siguió buscando. Tras unos instante más de cacharreo sacó dos sacos alargados que por su forma tenían que guardar un palo. Durante la espera se colgó del cinturón un machete de montería u un cinquedea, que descansaba más adelante que las vainas largas. De los sacos el padre sacó dos estilizados y finos alfanjes que ancheaban en una pesada y afilada punta. Enacajaban a la perfección en la vainas. 

Ambos se miraban a los ojos con un brillo especial, pero los sentimientos que sostenían, eran muy distintos.

En el quicio de la puerta la esposa miraba orgullosa la escena que acaecía en el taller. Orgullosa por su hija, y asqueada por las armas, permanecía discreta en segundo plano, sin que nadie se percatase de que estaba allí. Pensaba en las armas asesinas, que tiempo atrás habían derramado sangre. Podría ser por una causa justo, pero una muerte era una muerte y eso perturbaba su mente.

Fuera, en la oscuridad, otra presencia era consciente de todo lo que en el edificio ocurría. Discreta y sigilosa, observaba y analizaba. - Muy cargada viajará esta chica. Pues así sea.

Los primeros haces de luz empezaron a verse y enseguida recogió todo la muchacha. Se plantó en el quicio de la puerta, y esperó pacientemente. Eso duró poco. Unos segundos tal vez. Inquieta esperaba y esperaba. Empezaron a llegar los primero trabajadores y el alboroto habitual de cualquier día era la tónica. Algunos empujaron a Inomagata para que les permitiera pasar. El peso del saco de jabalí era mucho para pasearlo inútilmente, así que se posó en el suelo. Junto a su bota. Dentro, empezaron a inquietarse, y la madre, a punto de llorar, soportaba mordiéndose el labio lo que temían. Su niña había sido abandonada por las Arpías. Ya no conseguiría llegar a ser de la élite local.

Tres un par de horas, frente a ella, entre el follaje de un gran castaño se percató de unas siluetas. No sabía realmente lo que estaba viendo, pero la curiosidad fue mayor que la disciplina y echándose el saco al hombro, allí que fue. No tardó en descubrir a las exploradoras, que no habían puesto demasiado empeño en camuflarse. Había superado la primera prueba. Descubrirlas.

Ahora empezaba el viaje.

 

Las exploradoras caminaban en silencio, y ella seguía a esa procesión sin mediar palabra. La vergüenza era muy grande, y el miedo que había pasado porque la hubieran dejado tirada aún recorría su espalda. Solo paraban cuando la jefa del grupo lo ordenaba. Comían, dormían y andaban. Nada más. Lo mejor era que en la paradas, cuando comían, el jabalí desaparecía con cada bocado, y era un peso menos que tenía que mover.

Ino era rápida, instintiva, ágil, habilidosa, y muchas otras cosas, pero su fuerza no era todo lo que ella hubiera deseado. Estaba bien formada, y tenía sus músculos del tiempo pasado en el monte y bosques, pero carecía de la potencia física de sus compañera de camino. En los descansos montaban guardias, pero ella, al ser un acólito del más bajo nivel, no se le permitía desempeñar esa función. Aún no confiaban en ella y tampoco se le podían encargar esas responsabilidades.

El camino duró incluso menos de lo esperado. El tiempo acompañaba y supieron sortear, gracias a la dirección de la Jefa del Grupo, y las indicaciones de la ruta. Ya en el castillo no dieron tiempo a descanso. Le hicieron correr, saltar, disparar y muchas otras pruebas físicas, pero ninguna que le causase dificultad alguna. Pocas chicas le acompañaban y ninguna suspendió el examen. Ya las buscaban con aptitudes.

El primer año pasó lento. Adiestramientos, entrenamientos, instrucción y muchas clases. Alguna que otra visita al campo, pero como más adiestramiento. Ni un solo descanso más que para dormir, y esas preciadas y necesarias horas también se contaban escasas. Para celebrarlo las antiguas propusieron un adiestramiento especial para ellas. Tenía que hacer una carrera, encontrar unas cosas que habían diseminado por el bosque con unas instrucciones y regresar antes del amanecer. A Ino no le pareció agradable, pero era una forma de romper la rutina y el aburrimiento. LLegó la segunda y las exploradoras las felicitaron, comieron juntas y rieron, pero al despuntar el sol, dos no habían llegado. El grupo era pequeño. Unas veinte y perder a dos era un duro golpe. Salieron en su búsqueda. Una no tardaron en localizarla. Era que llegaba tarde y muchas se burlaron de ella porque tendría que realizar de nuevo todo ese primer año de adiestramiento. La otra no apareció hasta la tarde. Había caído en una zanja y se rompió el cuello. Todo una pena. Su cuerpo ardió en una pira y algunas lloraron.

Si el primer año había sido duro y aburrido, el segundo fue mucho peor. Se había convertido en una fregona. Una chacha. Los duros entrenamientos habían sido sustituidos por esporádicos adiestramientos, y algunas prácticas matinales. El resto del tiempo había barrido, ayudado en la cocina, hecho los peores turnos nocturnos de la guardias y trabajado como una esclava. Eso era, una esclava. A mitad de año la cosa empezó a cambiar.  Guardias, patrullas como aprendizas y alguna que otra partida de caza. Las guardias eran lo peor. Horas y horas en un sitio, quieta, callada y sola. Y para rematarlo la habían castigado. En una de las patrullas su impaciencia le había hecho moverse antes de las órdenes y esas salidas se habían terminado para ella. Empezaba a desesperarse y además, para superar este periodo y ascender a soldado tenía que demostrar su valía, y eso solo se podía hacer saliendo del castillo, no entre platos y guardias a horas intespectivas.

Una mañana, ya harta y desesperada, marchó a la armería y con su equipo encima, se hizo con un arco reflejo. Era un arma reservada a las mejores de las jefas de grupo. Ella sabía de su falta, pero estaba dispuesta de demostrar que estaban en un error. Valía y se merecía estar con las otras. No tardó en alcanzar a la patrulla y la jefa no disimuló el castigo que impondría. Izó su arco empenando una flecha, mientras ambas caminaban, acercándose entre ellas. Inomagata, con un giro de muñeca deslizo uno de los alfanjes de su padre, destrozando arma y proyectil. La arquera retrocedió cerrando los ojos. No fue herida en el cuerpo, pero su orgullo tenía una mella de odio, que deseaba resarcirse.

Ino corrió a la espesura, sabiendo que su error era mayúsculo. 3 días de persecución dieron al traste cuando las exploradoras y aprendizas abandonaron la búsqueda. La muchacha sabía que no las había despistado y la única opción es que tenían que continuar con su misión. Seguro que a la jefa se le ha pasado el cabreo. De todas maneras su delito requería un castigo. Estando al límite de sus fuerzas sabía que no tenía muchas opciones. Tenía que regresar al castillo. Esperó por la noche y descansó sobre un árbol. Unas sacerdotisas se podían ver por el ventanuco que habían dejado abierto. Estaban en trance. Si dejaba la mayor parte de las cosas escondidas en este roble podría escalar sin dificultar y colarse por aquel hueco del muro. Lo necesitaba, pero cuando empezó a bajar escuchó algo.

Estaba lejos, pero oía con claridad a las sacerdotisas:

- Hermana, esa chica del arco ha de estar loca. Es la única explicación.

- Si, le quedaban pocos meses para empezar a servir como soldado. Si se aplicaba en unos años la nombrarían exploradora.

- Si hermana,si; y tal vez con el tiempo le dieran el privilegio del despliegue.

Inomagata sabía que si quería llegar a jefa de grupo y entrar en la élite, tenía que pasar el despliegue. Era una prueba más. Tenía que viajar a un lugar que le designara, que solía estar a semanas de viaje, tenía que portar su equipo y le entregaban una moneda de oro y un amuleto, que no era otra cosa que un cordón con una maderita gravada con el símbolo de su orden. Un arco con unas lanzas cruzadas. Tenía que regresar con la moneda y a ser posible con ese amuleto que carecía de poder alguno, y solo hacía compañía para dar fuerzas al recordar de donde se provenía.

- Pero ha de respetar y cumplir. Es nuestro lema hermana. 

- Si ha de hacerlo. Esta otra voz era tranquila. La tranquilidad que da la experiencia y la edad.

- ¿Y como le habrá impulsado la locura a tremenda tropelía? ¿No sabe hermana que tendrá su castigo?

- Tal vez esa locura es una visión que las demás no hemos sido capaz de percibir.

- ¿Qué dices hermana? ¿Ya tiene dudas usted también? Las tradiciones hay que respetarlas y cumplirlas.

- Tú misma dices que respeto y cumplimiento. Esa chica tendrá su castigo y durará 10 años en los que tendrá que viajar al norte, done las mantícoras.

- Si ese es su castigo, lo tiene difícil de superar.

 

Ino no podía aguantar más. La sed superaba sus fuerzas y la postura en el árbol ya le causaba calambre. Había que bajar.

Tras los primero movimientos resbaló, y sin darse cuenta quedó colgada. Gracias a las resistentes botas no se había dejado la cabeza en el intento. Abrió los ojos léntamente, superando el miedo poco a poco, ya que no sentía dolor. ¿Estoy muerta? justo frente a su nariz colgaba un saquito de cuero, igual que el que usaba su padre para guardar el dinero. Dentro, una moneda de oro y un colgante. Este sin runa o símbolo alguno. Era un simple disco de madera colgando de un negro cordón de cuero.

Ahora si que empezaba su viaje.

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12/03/2020, 21:08
Ania Kugoi

Notas de juego

De "sin historia" a un Deleite xD por mi bien, buena historia y vigila con las mantícoras xD

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13/03/2020, 08:10

Nah. Será cosa de hacerse con un gatito.

Me han dicho que son buenas mascotas, pero que hacen mucho ruido cuando roncan.

Cargando editor
13/03/2020, 15:20
Director

Saludos!!

Hoy Mañana comenzaremos con la historia. Suerte y ojalá todos lleguemos al final.