Partida Rol por web

Me sorprendo cuando Angoramon me coge y empezamos a volar gracias a sus enormes orejas. Me aferro a él algo sorprendido, pero una parte de mí se sentía a salvo con él ya que sabía que el digimon me protegería. Desde abajo veía como el resto se iba desplegando en la búsqueda del Huevo de Pascua, pero se iban volviendo cada vez más pequeños hasta que apenas podía distinguirlos.

Seguimos volando durante un rato hasta que aterrizamos en unos escombros. -Eso ha sido realmente increíble, Angoramon-le digo contento al enorme conejo de angora. Asiento ante sus palabras. Empiezo a caminar con cuidado, para evitar sufrir cualquier clase de tropiezo o que un paso en falso hiciese que el suelo se desmoronara. 

Finalmente encontramos el Huevo de Pascua, que de hecho era un huevo literal. El cascarón era muy extraño, casi parecía como un huevo de pascua de esos que pintan para que los niños más pequeños los busquen. -¿Un digihuevo?-pregunto mirando la sorpresa de Angoramon. Pero antes de que éste pudiese explicarme lo que era, el huevo empezó a abrirse.

Me cubro los ojos por la luz cegadora. Cuando vuelvo a ver, frente a nosotros se encontraba una especie de dinosaurio blanco. Se trataba de otro digimon. Así que de ahí venían los digimon... era algo realmente curioso.

El recién nacido se presentó como Gammamon. -Ho-hola!-digo rápidamente a modo de saludo. -Yo me llamo Momohito y éste es Angoramon...-digo mientras nos presento ante el pequeño triceratops. 

Kaito caminaba al lado de Naomi, todavía procesando los últimos minutos: las desconexiones, el perdón de Hi-Commandramon, la despedida de los seguidores de la chica. Su atención estaba dividida entre el entorno y la sensación persistente de que algo no encajaba. Como si los errores no fuesen solo del sistema, sino señales deliberadas.

Fue entonces cuando lo notó. Un cambio casi imperceptible en el aire. Como si cruzaran una cortina invisible.

- ¿Lo has sentido...?

Murmuró, más para sí mismo que para Naomi.

Era como si una tela vieja, pegajosa y olvidada se hubiera pegado a su piel, y por un momento su cuerpo reaccionó antes que su mente. Dio un paso más… y al levantar la vista, todo había cambiado.

El entorno anterior desapareció como humo arrastrado por el viento. Ya no había árboles, ni ruinas, ni rastros de sus compañeros. Ni siquiera Lopmon o Funbeemon estaban a la vista. Solo ellos dos… Naomi y él.

Delante, el mundo se había transformado en un paisaje árido, desolado. El cielo estaba cubierto por una neblina espesa que parecía flotar entre lo físico y lo digital. El suelo, seco y agrietado, crujía con cada paso, como si no soportara el peso de nada vivo.

Pero lo que más llamaba la atención era otra cosa.

Huevos.

Cientos de ellos. Grandes, de superficie rugosa y pulsante. Algunos se movían apenas, como si algo en su interior respondiera a su presencia. No se parecía a nada de lo que habían visto antes. Estos no transmitían ternura, ni esperanza.

Solo peligro.

Kaito se detuvo. Su cuerpo en tensión, sus sentidos al máximo.

- Naomi… -dijo en voz baja, sin quitar la vista de las criaturas latentes- Sea lo que sea esto... no es parte del evento.

No había sonido, ni brisa, ni datos flotando a su alrededor. Solo el murmullo de la niebla... y la sensación de que algo los observaba.

Muy de cerca.

Ver como Lopmon parecía tener envidia de Angoramon me hizo reir por lo bajo - Pero vamos, Lop-chan. Si tu lo deseas, puedes volar, solo tienes que confiar mucho en ti. Con esas orejas seguro que puedes hacerlo, y sino lo crees, puedes contar conmigo, te daré todo mi apoyo. Mira - Y entonces lo cargué con fuerza hacia abajo, para luego lanzarlo verticalmente sobre mi para que intentara extender sus orejas y al menos flotar cayendo hacia mi.

-¿Ves? - Dije riendo un poco más - Así puedes volar. - Fue entonces que me distraje un poco al escuchar a Kaito y avancé un paso sin querer dejando que Lopmon cayera hacia mi cabeza, aunque apoyandose con calma no me importaba que se quedara allí arriba. - ¿Sentir que? - Le pregunté sin tapujos.

La cuestión es que Kaito no me respondía, parecía estar viendo algo que yo no veía y eso me hizo ir acercandome a el hasta asomarme frente a su mirada - Hoooooolaaaaaa ¿Sentir que? ¿Estas bien Kaito-kun? - Fue entonces que empecé a sentirlo yo. Lopmon no estaba al menos no lo veía, ni tampoco la abejita, lo cual ahora daba sentido que no tuviera miedo a acercarme a el. Entonces me erguí y miré al cielo - ¿Lop-chan? ¿Donde estás? - Y de nuevo la voz de Kaito me trajo a la realidad... O a la pseudorrealidad que ahora se hallaba frente a nosotros.

Por un momento me quedé perpleja - Parece sacado de la pelicula de Alien... - Ante lo cual me di cuenta que si lo estaba viendo, y estaba en un juego de Eden, significaba que... - E-espera... ¿E-estoy en un escenario sacado de una pelicula de Alien? - Llevada por el miedo me escondí tras Kaito cubriendo mi cara con su espalda - N-no dejes que me coman la cara, no quiero cicatrices en mi cara y menos que me pongan un huevo en el estomago. - Empecé a estar asustada, más aún escuchando el "silencio" de alrededor. Pero lo pero era eso... precisamente - E-espera... ¿Y si hay un alien de verdad aquí? - No sabía el nombre real de esos seres pero en la pelicula parecían inmatables salvo tirarlos al espacio y aquí... no había espacio.

El ambiente es frío y aterrador, pero se notaba que eso era una zona en desarrollo, ya que la distancia para ver no era mucha y algunos de los huevos estaban mal renderizados. Entonces, una voz modificada digitalmente os increpa.

- ¿Qué hacéis aquí? - miráis alrededor y no conseguís ver a nadie, solo más huevos a "medio hacer" - No deberíais estar aquí... - entonces suelta una exclamación de... ¿alegría? - ¡Ah! Ya están naciendo.

Y efectivamente, escucháis algunos crujidos, provenientes de algunos huevos. Pero estos no estaban eclosionando. Se estaban transformando. Eran como una especie de dinosaurios púrpura, con una suerte de casco sobre la cabeza con una marca similar a un triángulo en el entrecejo. Uno de los ojos se abre. Y os mira. Era como una especie de círculo verde. Se os queda mirando un rato, mientras "sustituye" al huevo, desplegando su cola y sus tres afiladas garras. Es en ese momento que volvéis al juego base, con una frase que podríais decir que es...

Qué pena...

Funbeemon está usando su aguijón para dar ligeras descargas en la pierna de Kaito. A su vez, Lopmon se encuentra frente al rostro de Naomi, dándole una bofetada. Algunos commandramon que estaban cerca vuestra parecen preocupados por vosotros. Uno con una cruz de médico se acerca a vosotros y os pregunta si estáis bien.

- ¡Estábamos preocupadísimos! - grita Lopmon a Naomi, para luego abrazarle la cabeza.

- Sí, era muy raro. Era como si estuvieseis en otra parte, distinta. Pero... - Funbeemon agacha la cabeza - Yo creo haber oído una voz. Sonaba amenazante y peligrosa... Y por un segundo he sentido miedo. Así que pensé "¿Qué es lo que hacen los humanos para saber si están despiertos o no?". Darse dolor. Por eso le dije a Lopmon que te "despertase", Naomi-san, de una bofetada. Y yo te pinché un poco con el aguijón y... - su rostro expresa culpabilidad - Lo siento...

El pequeño digimon os escucha atentamente, con una sonrisa infantil en la cara.

- Momohito... - dice, señalándote. Cuando señala a tu compañero crees ver como su rostro cambia, como su rictus cambia a un estado... ¿furioso? Pero eso sería solo unos microsegundos - Angoramon... ¡BIEN! ¡Yo tengo amigos! - y se pone a aplaudir, como un niño pequeño.

En ese instante, Angoramon se te acerca - Gammamon, ¿te importa si hablo con mi compañero? - el mencionado niega mientras sigue sonriendo. Angoramon te mueve un poco - Momohito, este digimon es una especie de "bug". Quiero decir... Antes de mi nivel hay otros dos: bebé 1 y bebé 2. Obviamente, todos los digimon nacemos en bebé 1. Pero este no. Él creo que ha nacido directamente en etapa Infantil - visto de esa manera, sí que era raro. Por el comportamiento era como un niño pequeño que estaba aprendiendo a hablar - ¿Y has visto la cara que ha puesto al mirarme? Parecía dispuesto a... matarme - el conejo también lo vio.

- ¿La peli de Alien...?

Empezó a preguntar, cuando vio las semejanzas y se obligó a asentir. Puso una mano en su hombro. Y entonces... esa presencia. Ese nacimiento. Esa voz... Todo aquello había acallado unas palabras de las que quizás se hubiese arrepentido poco después.

Kaito parpadeó al sentir el cosquilleo en la pierna. No por dolor, sino por el súbito tirón de volver al presente. Al presente real, o tan real como podía ser en EDEN.

- ¿Funbee...?

Bajó la vista mientras procesaba las palabras del pequeño insecto. La punzada no había sido nada, apenas una molestia, pero el gesto decía mucho más. Miró a Naomi, aún con Lopmon en la cabeza. La bofetada del conejo había sido más simbólica que efectiva.

- Gracias. A los dos.

Alzó una mano con suavidad y revolvió un poco el pelaje de Lopmon como quien agradece sin decirlo del todo. Acto seguido asintió a la abeja y la rodeó con sus brazos, cálido y silencioso.

- Ha sido una transición completa, con lógica interna, renderizado, ecosistema, interacción. Incluso los errores parecían colocados a propósito -hablaba más para sí que para los demás, como si enumerar datos le ayudara a recuperar el equilibrio-. No creo que fuese un fallo del sistema. Alguien quiso que viéramos eso.

Sus ojos se dirigieron al suelo, y luego al cielo, como si todavía pudiera encontrar rastros de aquella niebla pegajosa o del triángulo en la frente de aquella criatura que los observó.

- Esos... Digimon. O lo que fueran. No eran parte del evento.

Se volvió hacia el Commandramon médico y le hizo un gesto de agradecimiento.

- Estamos bien. Solo... algo nos desconectó unos segundos. Pero no fue normal -frunció el ceño, aún con la mente revolviendo piezas-. Quizá deberíamos reportarlo. No como bug, sino como posible intrusión o... interferencia deliberada.

Sus dedos se movieron casi por costumbre, como si intentara abrir un panel de diagnóstico que ya no estaba visible.

- Y si nos han visto...

No terminó la frase. Miró a Funbeemon, liberándola del abrazo.

- Eran como una especie de dinosaurios púrpura, con una suerte de casco sobre la cabeza con una marca similar a un triángulo en el entrecejo. 

Aunque a Kaito le pareció extraño, que posteriormente empezara a hablarnos una voz y empezara a oirse como los huevos se abrían, me puso muchisimo más nerviosa, tanto hasta el punto que empecé a agitar a Kaito. Realmente estaba asustada, aterrorizada, y solo podía aferrarme a Kaito para que me ayudara... Aunque de alguna u otra forma, fuimos salvados de otra forma.

Cuando volvimos a nuestra realidad una bofetada se cruzó ante mi. - ¡AY! - Fue más un quejido de sorpresa que otra cosa - E-en la cara noooo - Dije casi al borde del llanto, no tanto por la cara sino por la situación previa y creer que era un alien, pero era Lopmon y al darme cuenta lo abracé con muchisima fuerza, tanto que podría hacer que le faltara el aire por unos segundos - Lopchan. Ha sido terrorifico. No te separes de mi nunca más.

La abejita empezó a explicarse, especialmente por lo que acababa de pasar, pero ni siquiera yo sabía explicarlo bien. Kaito pareció darse cuenta de todo, y lo peor de todo es que lo explicaba de forma tecnica - N-no me he enterado de nada. Y-yo... solo sé que estabamos en un lugar de pelicula de terror. Con unos seres extraños que parecían venidos de otro mundo... A-al menos... estaba Kaito a mi lado para protegerme. Gracias. - Le expresé de manera sincera aunque realmente me hubiera comportado como una cobarde.

Luego miré a los digimon - Y gracias a vosotros por traernos de vuelta - Ya con el abrazo a Lopchan más flojo le acaricié la cabeza a modo de agradecimiento y luego miré a Funbeemon... No iba a acariciarla pero... No me mostraba tan asustada - Gracias F-Funbeemon... - Digamos que mi grado de tolerancia a la abejita había aumentado un poco más.

Lo que no me hizo ninguna gracia es lo que dijo Kaito al final - ¿Como que si nos han visto? ¿Que quieres decir con eso Kaito-kun? ¿Van a venir a por nosotros? N-no quiero que me coma un alien... - De nuevo desvirtuaba la realidad, pero para mi era lo más cercano a lo que habiamos vivido, y tan agotada del miedo estaba ya que mis piernas flaquearon y simplemente me dejé caer para sentarme en el suelo - ¿Por qué le toca a una belleza como yo ser participe de una pelicula de terror en versión real?

La reacción de Gammamon me sorprendió un poco, sobre todo esa breve mirada que le echó a Angoramon. -Sí, todos podemos ser amigos, Gammamon-respondo con una pequeña sonrisa al ver la alegría del digimon dinosaurio.

Dejo que Angoramon me aparte un poco para que podamos hablar en privado. -¿Un bug?-pregunto entre susurros mientras escucho la explicación de mi compañero digimon. -Sí, me he fijado... a lo mejor se ha sentido algo amenazado al ver a otro digimon por primera vez...-sugiero aunque no muy seguro. Todavía había mucho sobre los digimon que desconocía. -Si eso podemos esperar a que el resto nos encuentre y ver qué hacemos-le propongo a Angoramon. Era la única opción que se me venía a la cabeza. 

Vuestros digimon reaccionan de la misma manera: con una enorme sonrisa. En el caso de Funbeemon, es en los ojos donde la percibís. La caricia a la cabeza de Lopmon es recibida con alzamiento de su pequeño pulgar. Pero el abrazo de Funbeemon, la abeja no se lo esperaba, poniéndose muy roja, pero apoyando su cabecita en el hombro de Kaito. Tiene pelito, como las abejas del mundo real, y se siente cálida.

El agradecimiento de Naomi es correspondido por Lopmon con un abrazo enorme, que lega a ser más grande y la habría dejado sin aire. Por parte de Funbeemon, cierra los ojos y le hace una reverencia - Noté que os estaba pasando algo extraño, así que solo me limité a actuar. No tienes que agradecer nada, Naomi-han.

La descripción del digimon que le da Kaito a la abeja la desconcierta - Un dinosaurio morado con un casco marcado... Qué extraño. En el registro de los digimon conocidos no figura ninguno con esa descripción -si te fijas en los ojos de Funbeemon, parece que está mirando distintas subpantallas, siguiendo un registro o algo así - Investigaré al respecto.

El Commandramon con el casco de médico le pregunta a Naomi si necesita algo, mientras que otro atiende la pierna de Kaito. No era nada, pero le hecha un spray que alivia el picor - Así estarás mejor - le dice a Kaito, sonriente. Es en ese momento que se os acercan otros dos Commandramon.

- ¡LO TENEMOS, LO TENEMOS! - vienen gritando. El señor Hi muestra su cara más feliz. Y no parece amenazador.

- ¡¿En serio?! ¿Dónde está, soldados?

- En aquellos edificios de allí - señalan la dirección en la que estabais yendo - Pero hace poco las lectura se han disparado y... Bueno... - muestran una tableta con un mapa al señor Hi, que se agacha para verla. Era un mapa de la zona, sí, pero la imagen se veía distorsionada, glitcheada. El señor Hi se lleva una garra a la barbilla.

- Qué extraño... - se queda callado un rato y, tras unos segundos, se levanta, mirando a los chicos y a sus digimon - ¿Vamos a ver qué ocurre? - mira en la dirección de los edificios - No me gustan los glitches...

Es entonces cuando recordáis que...

- ¡Momo y Angoramon están allí! - grita alarmado Lopmon. Funbeemon se sorprende y se asusta, mirando a Kaito.

- Si están allí, pueden estar en peligro...

Al mirar a Gammamon, este sigue sentado en el suelo, buscando algo que usar de juguete. Es entonces cuando Angoramon se lleva las manos a las orejas y se echa al suelo, de rodillas. Su cara expresa dolor.

- ¡Aaaaaaah! ¡No puedo soportarlo! ¡Ese pitido! - parecía estar sufriendo, como los perros cuando escuchan un sonido muy por debajo de la frecuencia humana. Es entonces cuando tu escuchas una voz... En tu cabeza.

La voz está distorsionada para que parezca una máquina. Pero sabes que tiene sentimientos por lo que te dice.

- ¿Lo habéis encontrado? Estupendo, ¡maravilloso! - te parece sentir una presencia. No sabes dónde. Pero te parece que se dirige hacia Gammamon. Pero este se gira hacia un lado, con cara extrañada, y mirando hacia arriba. Y es cuando tu también escuchas el pitido. Es como un taladro en los oídos. No puedes evitar tapártelos. Pero ves a Gammamon que levanta una zarpa y dice algo. Es entonces cuando surge una luz cegadora. Tras unos segundos, el pitido cesa, la luz cesa... Y Gammamon no está.

- Cuando necesites...

Aseguró Kaito a la idol cuando ella le agradeció, su tono serio pero ofreciendo un matiz de confianza. Asintió ligeramente a la explicación de Naomi, un gesto que denotaba que comprendía su miedo. Él también lo había sentido, un terror palpable que no esperaba experimentar en un mundo virtual. Se permitió una pequeña sonrisa cuando Naomi mencionó lo de su "belleza". Estaba a punto de responder algo en tono más relajado... Pero las palabras se quedaron atrapadas en su garganta.

Los gritos y el bullicio lo sacaron de su concentración.

Poniéndose en pie rápidamente, su mirada se volvió fría y calculadora, la que solo él podía proyectar.

- Sencillamente es una posibilidad -dijo, su tono calmado y firme, inconfundible-. Normalmente las conexiones van en ambos sentidos. Internet está plagado con nuestras caras y datos. Solo porque estemos en un mundo virtual no significa que no puedan seguirnos.

Miró a Naomi un momento, una ligera preocupación reflejada en sus ojos, aunque su tono seguía siendo decidido.

- Pero te protegeré si estás cerca.

Giró entonces hacia los demás, consciente de las palabras de Lopmon. No había tiempo para perder.

- Tenemos que ir a donde están Momo y Angoramon. No podemos perder más tiempo.

Su mirada se endureció, recordando el extraño glitch en el mapa. Algo no encajaba, y lo sabía. Pero ese misterio quedaba en segundo plano ahora, el sentido de urgencia apoderándose de él.

Con un gesto decidido, comenzó a avanzar hacia la dirección indicada. No dejaría que la incomodidad o las dudas lo detuvieran. Tenía algo que hacer, y lo haría.

Aunque en su mente todavía rondaban muchas preguntas sin respuesta: ¿Había algo que Funbeemon había escuchado? ¿Sentido miedo? ¿Y qué pasaba con los digimon desconocidos? Demasiadas incógnitas, pero una única prioridad: un amigo en peligro.

Estaba cansado, sí. Pero sería otro día el que pudiese descansar.

Alzo la cabeza para buscar el origen de esa extraña voz. -¿Quién está ahí?-pregunto mirando alrededor. ¿Había alguién vigilándonos?

Pero pronto me olvido de eso al ver a Angoramon gritando de dolor. -¡Angoramon!-digo rápido mientras me acerco a él para comprobar que era lo que le pasaba. Fuera lo que fuera, no parecía afectar a Gammamon.

Algo parecía acercarse al pequeño dinosaurio, pero antes de poder intentar hacer algo, noto el horrible pitido y me cubro los oídos. Entonces surge un flash de luz cegadora y cuando recupero la visión... Gammamon había desaparecido. 

-Angoramon, ¿estás bien?-le pregunto con preocupación. Él había sufrido por más tiempo ese pitido en sus oídos.

Al escuchar la respuesta de Kaito, me sonrojé levemente... Me esperaba otra respuesta, o quizás la buscaba, pero que respondiera casi como un caballero medieval de pelicula... hizo que algo se removiera en mi interior.

-Es de bien nacidos ser agradecida - Dije hacia la abejita a modo de que aceptara la gratitud, además no solo por eso, les debiamos más de uno a los Digimon. Mientras, acariciaba aún más a Lopmon, como no queriendo volver a desaparecer. - Era un alien, busca la pelicula de Alien, seguro que se parecía a eso... a-aúnque... estaba tan asustada que ni miré... - Obviamente traté de apoyar a Kaito en la descripción del bicho pero... el miedo ganaba.

No obstante, que ninguno negara el hecho de que iban a perseguirlos, no me tranquilizó para nada... Solo, quizás, las palabras de Kaito sobre protegerme - Solo falta que me diga "Como desees" siendo tan servicial - Pensé aún con el pequeño sonrojo de mis mejillas. Pero pronto esa situación se desvaneció por la atención hacia el easter egg, que venía encima con sorpresa - Glitches... ¿Más problemas? - Pregunté mirando a Kaito y acercandome a el junto a Lopmon en mis brazos.

-¿Eh? ¿Momo-chan? Te-tenemos que ayudarles, vamos - Junto a los demás, salí corriendo pero pegada a Kaito ya que aún el miedo por los aliens aún perduraba, pero no podía dejar que hicieran daño a Momo-chan.

Angoramon baja la cabeza, respirando con dificultad, pero sus manos se han separado de sus orejas. Alza la cabeza para mirarte y sonríe, tras lo cual te hace la seña de "ok" con la mano.

- Sí... Había un pitido y... ¡¿Dónde ha ido Gammamon?! - se sorprende al mirar el la dirección del pequeño dinosaurio. Se le notaba asustado. Se levanta despacio, intentando no alterarse.

Es entonces cuando escucháis que llegan los refuerzos. Os asomáis por la fachada y veis a varios Commandramon escalando con un arnés atado.

- ¡Eh, chicos! - saluda uno de ellos - ¿Lo habéis encontrado? Hemos tenido unas lecturas rarísimas procedentes de esa localización - todo eso lo dice mientras sigue escalando. Angoramon te mira.

- ¿Qué hacemos? ¿Le contamos lo del huevo? - te pregunta tu compañero. Lo que había ocurrido era algo que se salía de lo común. Incluso para estar en EDEN.

Vuestros digimon asienten ante las palabras de Naomi, levantando una de sus manitas delanteras. Lopmon va subido sobre la chica, mientras que Funbeemon se pega a Kaito, volando haciendo eses. 

Una vez estáis cerca de los edificios, podéis ver un equipo entero de Commandramon escalando y a Momo y Angoramon asomados, aparentemente, hablando con ellos. No estaban muy alto, pero una caída desde esa altura te mandaría directo al hospital. Aunque... estáis conectados, no sabéis si el dolor es real o no. Lopmon coge aire y grita.

- ¡Angoramon-senpai! ¿Habéis encontrado algo? - el conejito grita con casi todas sus fuerzas, pero cae agotado sobre los hombros de Naomi - ¡Buf! Estoy cansado, Nao-chan - y apoya si cabecita en la testa de la chica - ¿Puedo dormir aquí arriba? 

Funbeemon se eleva un poco más y fuerza la mirada - Angoramon parece alterado. Algo ha pasado allí arriba. ¿Quieres que vaya a investigar, Kaito-kun? - se ofrece la abejita, aunque al ritmo al que estáis yendo, alcanzáis en poco menos de uno o dos minutos la base del edificio.

Por una fracción de segundo, el rubor en las mejillas de Naomi le pareció... encantador.

Pero no se detuvo.

Ni cuando Lopmon agotó sus fuerzas, ni cuando Naomi se acercó más, caminando casi a su lado. La adrenalina mantenía su cuerpo en marcha y su mente enfocada. Aunque no por ello era ajeno a lo que lo rodeaba.

- No lo sé -dijo en voz baja, girando apenas el rostro hacia Naomi, su tono directo y firme-. Pero los superaremos.

Alzó la mirada hacia el edificio. Los Commandramon trepaban con precisión militar. Momo y Angoramon estaban arriba, en tensión Funbeemon habló. Y su impresión se confirmó.

- Ve -asintió, sin dudar-. Quizá necesiten ayuda. Pero sé cauta.

Le habría gustado que se quedara a su lado. Pero eso no tenía importancia si el precio era perder la oportunidad de adelantarse al problema.

- Si Angoramon está alterado, podría no ser seguro acercarse sin más.

No lo decía como advertencia. Lo decía porque lo creía. Apretó los puños, casi imperceptiblemente.

Y aun así, dio un paso más al frente. Más cerca de ella. Más expuesto.

Había algo en el aire.

No solo era el peso del miedo o el eco de los pasos acelerados. Era más denso, más sutil. Como si el mundo digital... el código mismo... estuviera conteniendo la respiración.

Kaito lo notaba. En el parpadeo de la luz, en el retardo mínimo del sonido, en esa forma extraña que tenía el horizonte de volverse estático.

El final se acercaba.

Y lo sabía.

No como una certeza lógica, sino como una intuición antigua, visceral. Como si todo en su interior le gritara que algo importante estaba a punto de romperse.

Se detuvo. Apenas un instante.

Giró el rostro, buscando a Naomi.

Ella estaba justo a su lado, con Lopmon en brazos, cansada, asustada... pero firme. Valiente a su manera. Como siempre.

- Nao-chan...

Su voz salió más suave de lo que esperaba. Casi se quebró.

Y sin darle más espacio a la duda, por una vez, por una sola vez, se inclinó hacia ella y la besó.

Un roce lento, suave, más tembloroso de lo que habría querido, pero cargado de todo lo que no había dicho. Cargado de cuidado, de ternura... de un amor que ni siquiera había tenido tiempo de entender del todo.

Cuando se separó, bajó la mirada un segundo, apenas, como si volviera a esconderse tras sus barreras habituales.

Pero sus ojos, al alzarse de nuevo, ya no eran los mismos.

Y entonces, sin una palabra más, volvió a avanzar hacia el final.