Partida Rol por web

- Ademas yo no fui que descargo el cargador contra el camión y le reventó la cara a golpes a aquel guardia – dice un tanto resentido, mirando a Rupert fijamente, sin alejar la mano del cinturón – Eh, Mike, si mato a este ¿me dejas quedarme con su parte?

- ¡Nadie matará a nadie aquí! - dice aun furioso, intentando calmarse, intercalando la mirada entre la carretera y el espejo, justo donde puede ver a Rupert - ¿¡Verdad!? Vamos a guardar las armas, a calmarnos, a dejar de actuar como niñas de secundaria e iremos al punto de encuentro para repartir el motín, ¿entendido?

Eso. Ya se encaragará el viejo de ocultarnos. No tiene sentido pelearnos... ¿Qué vamos a conseguir con ello?? Digo mientras me sorprendo muy tranquilo, debo estar en shock por lo ocurrido. Venga, relajaros... esto no tiene sentido, joder.

Visiblemente nervioso, casi desesperado, Rupert se muerde el labio y aparta su pistola.

-¡Joder!- dice McDouglas, enfermo de paranoia, volviendo a su sitio y guardando la pipa.-Un novato, ¿eh, Mike?. Yo estaba meando sangre cuando tú aún te cagabas en los pañales,....¡así que no me jodas, ¿vale?!!. Aquí la hemos cagado todos a base de bien, empezando por el ruski que se lió a tiros a las primeras de cambio...y terminando por este puto genocida.

Rupert sabe que está acabado, a menos que...

-Y no me olvido de vosotros y de vuestro informador de mierda: en ese furgón había cinco tipos. ¡CINCO!...Uno de ellos estaba ahí, agazapado esperando para volarle el culo al primero que entrase. Por eso vacié el cargador, ¿ok?. Así que,...¡mierda!...¡no voy a daros más explicaciones!.

...a menos que active el plan B: "mejor la trena que la tumba".

Ajeno a todo el embrollo, Simón se queda mirando a través de la ventanilla, con la vista perdida. El fin justificaba los medios, ¿no? Bazooka o no, tiroteo o no... todo aquello era trivial si al final el trabajo se conseguía. Por él como si se liaban a tiros allí mismo, él quería su parte e irse a su casa... Pero aquel descerebrado quería terminar de destrozar el pos-plan... ¿Estaba loco?

Al final gira la cabeza para mirarle, con expresión cansina. Oye tú, gorila, si quieres que te pillen, coge tu parte del botín, baja del coche, quítate los pantalones y ponte un cartel delante de la polla que ponga: 'Acabo de robar un furgón blindado' junto a toda la pasta en tus pies. Ya verás como te cogen a los 5 minutos. ¿Quieres eso? Si es así... frena Mike, tenemos aquí a un mamonazo que quiere que le den esta noche por el culo en la ducha de la prisión. Si no lo quieres, guarda esa pipa, echa un cigarro, relájate y disfruta del paseo, que hoy, independientemente del cómo, hemos hecho un buen trabajo.

- ¡Nadie va a bajar de aquí! - dice nuevamente cabreado en respuesta a las ultimas palabras de Simón – ¡lo ultimo que necesitamos es que atrapen a alguno y termine cantando a la policía para salvar su culo!

Hace una pausa. Mira a Rupert por el espejo e intenta calmarse un poco.

- Escucha, Rupert, tienes dos alternativas, o me matas aquí y terminas muerto o en prisión, o te calmas, dejas de comportarte como un crío, me quitas el arma del cuello y vamos al punto de encuentro para repartir el dinero y desaparecer.

Vladimir, disimuladamente, quita el arma del cinturón, aunque no apunta a nadie. Se puede oir como le quita el seguro a la pistola.

- Vamos, calmate – le dice a Rupert, siguiendo la actitud de antes, intentando calmarle.

- ¿Sabes, Mike? - dice aun clavando los ojos a Rupert – olvidate del dinero – aun tiene la mano sobre el arma, y parece apretarla con cada vez mas fuerza, como si esperara que en cualquier momento comenzara una “balacera” en el lugar. Se inclina levemente hacia Rupert mientras le habla – escucha, no iré a prisión por que eres un jodido paranoico, así que mejor te calmas, de lo contrario te mataré aquí, ¿Me entiendes, cabrón?

- Yo también lo haré si es necesario – dice tras las palabras de Rupert. Y pese a lo lapidario de la frase, aun conserva la actitud cautelosa que viene llevando desde hace rato – lo siento, no es nada personal, pero hasta ahora confío mas del viejo que de ti... y Mike tiene razón, no me fiaría de dejarte por ahí. Este es mi trabajo y no dejare que nadie la joda. Así que, por favor, Rupert, baja el arma y siéntate.

Mira fijamente a Rupert. Las ultimas palabras de Vladimir suenan mas frías y tajantes, como si se tratara de una orden mas que de un consejo.

Mientras tanto, la mini-van se encuentra casi a medio camino entre el túnel y el punto de encuentro.

El trafico es denso, aunque el vehículo se mueve por el carril rápido, por lo que no se ve retrasado por este. En la acera también hay mucha gente, moviéndose de un lado al otro. Nada fuera de lo normal ya que es una de las horas picos, y la ciudad es grande.

Los polis parecen bastante alertados, aunque no notan su presencia, ya han visto pasar a tres patrullas en lo que va de viaje, aunque todas en dirección contraria.

Simon, Vlad, Mike, Owen...
Excepto Nate Malone, que asistía con talante conciliador a los acontecimientos sin querer meterse en jaleos, el resto no hacía más que ladrar. Ya le morderían en el punto de encuentro, un lugar mucho más discreto que una jodida furgoneta circulando entre coches de la poli como Moisés entre las aguas. Rupert lo acepta como parte del juego: su culo tiene los minutos contados.

-No lo entendéis.- dice con los sudores de la muerte rezumando por cada poro de su piel.- Esto no acabará cuando se reparta el dinero. Cuando estéis disfrutando de un Banana Daikiri en el Malecón de la Habana, un tipo con sombrero os vá a volar la jodida tapa de los sesos.

McDouglas retira el arma, con los músculos aún tensos, mirando a todos y sin mirar a nadie.

- Este cabrón...- los ojos se centran una vez más en James.-...nos ha matado.

Y sin más que añadir, Rupert espera a que la furgoneta llegue a su destino con la firme intención de vender muy caro su pellejo.

Lo dudo. Y si lo ha hecho... ya le saldrá el tiro por la culata. El rubio vuelve a desconectar y sigue mirando por la ventanilla. Dentro de una semana dos chicas me estarán abanicando mientras chupo de una piña colada. El que intente jugárnosla también acabará en una semana en un sitio así, pero esas chicas se llamarán Tom y Fernando y lo que estará chupando... no será una piña colada.

Simón parece estar hablando para si mismo.

Venga... tranquilizaros de una puta vez... pase lo que pase no lo vamos a arreglar a tiros. Es más, tal vez no se pueda arreglar... así que, tranquilizaros, disfrutad de los próximos dias y que venga lo que tenga que venir. Me sorprendía a mi mismo siendo el único que no tenía el arma en la mano... ¡Máldita sea! Este puto shock o me está durando demasiado o algo raro pasa... bueno... me haré caso... sólo pensaré en los próximos días.

- Bien, bien – dice aun echando algún que otro vistazo por el espejo – así, nos tranquilizaremos, volveremos al punto acordado, repartiremos el dinero y dejaremos de comportarnos como niños, ¿bien?

Todos parecen mas calmados, salvo James, que si bien aleja la mano de su cinturon, no quita la vista un segundo de Rupert.

El viaje continua en silencio. Lentamente la camioneta se va alejando del centro de la ciudad. El trafico en la calle se hace cada vez mas denso. Los negocios y edificios se convierten en talleres y depósitos.

De vez en cuando alguna patrulla se cruza, pasando en dirección contraria, pero parecen ignorarles. El paisaje cambia poco a poco hasta que vuelven a encontrarse en la carretera. D

Después de veinte minutos de viaje, pues Mike prefiere no llamar la atención y ni siquiera se acerca a la velocidad máxima permitida, vuelve a adentrarse en el viejo deposito de trenes, el punto de reunión.

La puerta principal del viejo deposito esta abierta, y apenas entran Mike estaciona la camioneta dentro Ronald se encuentra en una mesa casi al final de la sala. Al estacionar la camioneta, esta queda justo frente a el. Rápidamente todos bajan del vehículo.

- ¿Y? - pregunta a Mike, algo impaciente - ¿como a salido todo?

- De putas, viejo, de putas – le contesta bastante emocionado mientras camina hacia él – esta todo y no hay de que preocuparse.

Vladimir y James bajan y ponen los bolsos con el dinero sobre la mesa. Aun así, James no deja de mirar con recelo a Rupert en ningún momento, aunque ahora lo hace de manera mucho mas disimulada, tratando de decir menos con la mirada.

- Así me gusta muchachos – dice con una sonrisa de oreja a oreja mientras revisa los bolsos – vamos, por aquí – le dice al resto, “invitándoles” a dejar el dinero junto al resto. Abre uno de los bolsos y suelta una ligera carcajada – Sabía que si había gente capaz para este trabajo eran ustedes - dibuja una sonrisa – pero no empecemos a chuparnos las pollas entre nosotros todavía, ¿si?

- Si, si – dice mientras vuelve a aparecer en escena. Había salido un segundo de la habitación para buscar algo en la cocina, y al volver pueden ver que lleva entre sus manos unas bolsas de residuos – todavía tenemos que eliminar rastros – dice mientras da una bolsa a cada uno – quítense toda la ropa y pónganla aquí. Lo mismo con las armas. Todo aquí, nos tenemos que deshacer de esto. Su ropa esta en la habitación, donde la dejaron antes de salir. Mientras tanto iremos repartiendo el dinero, luego tendremos tiempo para celebrar.