Partida Rol por web

Dioses en extinción: Los ultimos favores divinos

{ 1.1 } Los Mercenarios del Mal Camino

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23/09/2011, 11:25
Surga Raudi

     Surga se levanta de la mesa dando por zanjada la discusión. - Estoy de acuerdo. Cuanto antes empecemos antes cobraremos. Voy recogiendo mis cosas cuando queráis y nos vamos. Con una sonrisa añade. - Seguro que mas de un parroquiano se alegra de no vernos un día mas...

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23/09/2011, 14:55
Bruck "A secas"

!Eh eh! El camarero se acerca corriendo cuando ve que os levantáis de la mesa a toda prisa para partir. Antes de que se vayan me tendrán que pagar la cuenta señores. De estos tres días con sus comidas y alojamiento. Que asciende a una corona cada uno de ustedes. Bueno, el señor del caballo un poco más pero no pasas nada, la comida de su montura corre por cuenta de la casa. Comenta sonriendo.

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26/09/2011, 19:57
Magnus Berger

- Hummmm, de acuerdo... - La idea de Kalith no era mala, teniendo en cuenta que debía mantener el anonimato de contínuo. Y más todavía en estos tiempos, después de encarnizadas batallas contra el Caos, adoradores de los poderes ruinosos, pieles verdes, etc. No creo que nadie estuviera tranquilo con un elfo oscuro merodeando cerca, debían hacer un esfuerzo para proteger a su compañero... Aunque algo le decía que posiblemente Kalith no lo fuera a hacer lo mismo por un humano...

Se dirigió a la salida, detrás de uno de los correos cuando reparó en el tabernero.

- Cierto, - dijo haciendo un gesto de haberse olvidado de todo - perdóneme. - Sacó una corona y se la dió, agradeciendo el detalle de la comida y cuidados de Sterne.

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26/09/2011, 20:07
Surga Raudi

     - Bartender jævla grådig ... Surga refunfuña algo en su lengua natal mientras saca de su bolsa una corona y se la deja a Bruck encima de la barra. - Ikke choke. Añade. Después se da la vuelta y sale a la calle siguiendo al correo que va a llevarle en su caballo. - Con este clima me siento como en casa... solo falta la nieve. Cuanto antes nos vayamos antes llegaremos. Salgamos de este agujero.

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26/09/2011, 20:47
Volker Hammet

Cerdo materialista, si supiera con quien está tratando pagaría todo la casa. Malos tiempos nos tocan vivir.

Volker saca una corona de su menguada bolsa y se la entrega al posadero.

- Ahí tienes tu miserable dinero.-

El mago sale de la posada y se enfrenta al malsano clima exterior. No era bueno viajar en esas condiciones, pero Hammet consideraba que, con la que estaba cayendo, cualquier ser oscuro que vagabundease por los caminos del Imperio habría ido a buscar un lugar a cubierto y el tránsito sería más seguro.

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26/09/2011, 21:32
Kalith

Entrego una corona que se queda rodando sobre la mesa y sin más dilación salgo junto Berguer, subiendome tras el en su caballo y procurando que mi capucha quede bien firme sobre mi rostro. Vamos de una vez.

Notas de juego

Editado: Por desgracia aun sin rastro de nuestro gran compañero, asi que una linea para que siga junto a vosotros. ¿No?

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26/09/2011, 21:35
Correo

Sin mediar más vanas palabras todos salisteis acompañando a los tres correos, mientras salías, podéis ver como los otros dos compañeros del hombre que os había entregado la carta sacan sendos pergaminos y les prenden fuego. Estos se consumen con extraña rapidez y de ellos no quedan ni las cenizas. Vamos, subir. Dice mientras se sube al su caballo y lo tranquiliza. Berger sale de las caballerizas de la posada con su corcel relinchando frenéticamente, bastante le cuesta a Kalith subir junto a su compañero, pero un vez sobre la montura con un grito de !!!Yeaaahhhh!!! el correo que parecía ser el jefe del grupo sale disparado con Volker a su espalda agarrado firmemente. Los demás se han repartido entre el resto de los jinetes.

La cabalgadura es rápida y ligera, y podéis notar que son caballos fuertes, sedientos de velocidad. Pese a ir cargado voláis entre los caminos, prácticamente no se ve nada, pues es noche cerrada y el agua os golpea en el rostro pinchando como pequeñas ajugas. Desde hacía algunos meses, el agua era más corrosiva que antes, y lo habíais podido notar en que los coletos de cuero y las ropas duraban bastante menos los meses húmedos y de tormentas. La causa era todo un misterio.

El camino fue revelado como en fotogramas entre relámpago y relámpago. Se notaba que los jinetes eran expertos corredores de caminos pues llevaban sus monturas con agilidad y tomaban las curvas patinando sobre los cascos a gran velocidad. Tras un buen rato a buen trote comenzaron a aflojar la marcha y sobre el hombro el correo jefe comentó alzando la voz: No es conveniente forzar demasiado a las monturas, si necesitamos salir rápido por algo será mejor que puedan responder, aflojaremos la marcha y quizás al amanecer llegaremos a nuestro destino. ¿De acuerdo?

A estas alturas estabais completamente empapados y comenzabais a echar de menos la comodidad de la posada y so calor. Pero un negocio bueno era un negocio bueno, y los tiempos no estaban como para andar desaprovechando buenas oportunidades. El bosque parecia muerto y sus arboles sin ojas daban un aspecto tenebroso.

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28/09/2011, 14:31
Magnus Berger

La cabalgata, de noche y jarreando, podía resultar bastante agotadora. Estar pendientes del camino a cada segundo para no caer en un hoyo o darse contra una roca era todo un reto.

En ese momento atravesaban, a un paso más tranquilo, un bosque de aspecto tétrico y solitario. Aunque no se oía más que el repiqueteo de la lluvia Magnus no cesaba en su labor de vigilancia.

Escudriño el suelo, tanto en el camino como en la cuneta en busca de huellas o alguna señal de algo inusual. Era un buen rastreador pero, siendo humano, carecía de una gran ayuda: la visión nocturna.

Su compañero de monta, el elfo, sí veía mucho mejor que él incluso en esas extremas condiciones, así que le pidió un poco de colaboración.

- Kalith, - le susurró intentando que las palabras no llegaran a oidos de los correos, no quería poner en peligro la identidad de su compañero - echa un vistazo en derredor a ver si ves algo extraño. No es que haya escuchado o sentido nada raro pero, ya sabes, no puedo parar de vigilar si estamos de viaje... - Cuatro ojos veían más que dos, sobre todo si un par veían de noche.

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28/09/2011, 14:57
Kalith

Era muy oscuro pero pese a eso, gracias los atributos de la raza superior podía ver que estaba pasando a nuestro alrededor. No parecía suceder nada extraño, al menos en las cercanías. Nada, no hay nada, solo árboles muertos y agua por todas partes.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Editado: !LOL! Que bingazo...XD. Pues eso, tirada y una tonteria escrita. No hay na.

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29/09/2011, 13:37
Correo

Tras un buen rato por el bosque misterioso esperando alguna mala encerrona, nada peligroso sucedió. Hasta los depredadores más feroces de la región estaban ocultándose bajo tierra con ese temporal. Los caballos continuaron a un ritmo enérgico hasta que los caminos y los pasos entre los arboles dieron paso a un claro donde se encontraba una imponente edificación rodeada de una alta tapia coronada por afilados pinchos.

Los cuatro jinetes se aproximaron a la verja de la entrada y al momento aparecieron en la garita que había oculta tras el muro un par de sujetos envueltos en capas largas, que portaban un par de largos mosquetes. No os preocupéis, no hay problema, seguridad del lugar... En cuanto vieron a los mensajeros se dispusieron a abrir la reja y os dejaron paso.Oísteis como compartían un par de palabras al entrar entre las que distinguisteis preguntas sobre un cuarto compañero, y las negativas de respuesta por parte de los correos.

Desmontasteis todos y los caballos fueron recogidos por un mozo de cuadras e introducidos en los establos de la mansión. Vosotros fuisteis conducidos por los correos hasta la entrada del lugar, un amplio portón de aspecto recio que se abrió para daros pasó a una sala de recepción con un par de largas escaleras que daban acceso a un segundo piso. Tras pasar por varias estancias de lujoso aspecto, llegasteis a la antesala de lo que claramente daba la impresión de ser una de las más lujosas salas del lugar. El correo que parecía ser el jefe del grupo se quitó el sombrero y se bajó en emboce, para deciros con mucha seriedad: Mi señor no admite errores, ni desprecios. Hacer los tratos con él como gustéis, pero cuidaros mucho de no hacerlo enfurecer. Es tan solo un consejo... Y acto seguido abrió las dobles puertas de la sala para daros paso.

El lugar era una gran sala, con sus cuatro paredes cubiertas por altas estanterías llenas de antiguos volúmenes bien conservados y ordenados. Todo el suelo estaba tapizado en un material suave, cálido y de un color rojo oscuro. En el lugar no había mucho más mobiliario, tan solo un mesa larga y de madera noblemente tallada, tras la que había tres lujosos asientos, el central de un largo respaldo y los laterales unos centímetros más bajos y menos ornamentados.

Tras la mesa, ocupaban sus asientos tres sujetos. El central era un hombre mayor de pelo cano, que mantenía los codos apoyados en los reposabrazos y las yemas de los dedos unidas frente a su boca. Observaba la entrada de los sujetos con mirada seria. A su izquierda un hombre encapuchado con una larga túnica escarlata se mantenía relajado con una mano apoyada sobre un volumen grueso y antiguo. Y a la derecha de la figura central, un hombre calvo con una ornamentada armadura de placas os miraba mientras apoyaba una de sus manos en un largo mandoble.

La chimenea situada a un lado de la sala chisporroteaba furiosamente devorando unos leños nuevos. Dos de los correos se situaron a los lados de la puerta cuando entraron en la sala, y el jefe de ellos avanzó hasta estar frente a la mesa y tras arrodillarse en señal de respeto comunicó: Mi señor. He cumplido su encargo lo más rápido que he podido. Los mercenarios del mal camino están aquí, tal y como pedisteis.

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29/09/2011, 14:33
Dietrich Von Luster

El hombre transpiraba frialdad y poder por todos sus poros, todos sus gestos. El hambiente de la sala estaba un poco cargado con el holor de las velas puestas a su alrrededor. Los movimientos de Von Luster eran firmes y tajantes. Con un gesto de la mano el hombre mayor hizo que el sujeto se pusiera de pie y luego con una voz áspera y grave le preguntó: ¿Son estos lo que dicen ser? No veo frente a mí a quien esperaba… ¿A qué se debe? ¿Un…error tal vez?.

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29/09/2011, 14:36
Correo

El rostro del correo palideció inmediatamente mientras con las manos a la espalda y en un tono muy bajo le comunicó: Mi señor… La banda que usted requirió… Ya no es lo grande que era antes. Ellos son los que al parecer quedan con vida, si se lo permitís, ellos mismos os lo podrán contar…

El hombre movió la mano hacia un lado e inmediatamente el tipo se apartó y os hizo un gesto urgente que pretendia señalaros que debiais avanzar hasta su posición, frente a la mesa con los tres hombres, de los que dos aun no habian dicho ninguna palabra.

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29/09/2011, 15:25
Dietrich Von Luster

Una vez frente al hombre, este os miró con ojos severos y os preguntó marcando claramente cada silaba: ¿Y bien caballeros? ¿Donde-está-Jurlex? Fue simple y tajante. El guerrero de su derecha agarró el pomo de su mandoble con su guantelete, y el hombre de la izquierda abrió su pesado tomo y pasó un dedo por las líneas distraídamente.

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29/09/2011, 16:10
Surga Raudi

     El nórdico examinaba la sala con curiosidad mientras el supuesto empleador hablaba. Por el aspecto de la villa estaba claro que el hombre no vivía en la indigencia precisamente. Cuando preguntó por Jurlex, Surga lo miró. - Está muerto. Dijo simplemente con la flema y la despreocupación de quien explica que las manzanas han subido de precio. Miró fijamente al noble sin gesto alguno de preocupación, como si estuviese acostumbrado a tratar con gente mucho peor que él..

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29/09/2011, 16:38
Dietrich Von Luster

El noble se apoyó contra el respaldo de su cómoda silla mientras dejaba soltar el aire que había retenido en sus pulmones, lenta y pausadamente, como reflexionando sobre ese trágico asunto. ¿Como sucedió? ¿Quién fue el responsable? Formuló sus preguntas con calma, mirando fijamente a aquel guerrero que saltaba a la vista que había luchado en mil contiendas.

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29/09/2011, 16:44
Surga Raudi

     Surga continuó hablando con el mismo tono neutro y su habitual acento nórdico. - Un malentendido con la iglesia de Sigmar. Quedó todo solucionado. Parece que el final su dios nos dio la razón a nosotros... Pensó que no tenía sentido mentirle si es que de verdad conocía a Jurlex. Ellos atacaron y parece que al final Sigmar debió decidir que los mercenarios del mal camino tenían razón, ya que nadie de su iglesia quedó con vida...

    En este tipo de trabajos lo mejor era parecer solvente, aunque no exagerar. Diciendo lo justo mantenías el aire de misterio y siendo modesto aparentabas profesionalidad.

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29/09/2011, 23:54
Dietrich Von Luster

Al noble imperial parecen agradarle tus palabras, pues tuerce el gesto en una medio sonrisa sin apartar sus ojos de ti. El hombre con armadura a su derecha también sonríe, torcidamente y disfrutando claramente de lo que comentas. Von Luster parece reflexionar sobre lo que encierran tus palabras. La iglesia de Sigmar... tan entrometida en temas que no le incuben... Murmura para si mismo. Su rostro se ensombrece de pronto mientras comenta: Mal final para un hombre valiente como Jurlex, pero a su gusto en parte, como el siempre lo quiso, morir con una espada en la mano...

Su mirada pasa de uno a otro de los cuatro integrantes del grupo. Evaluándoos en parte, pensando en las posibilidades que ofrece la situación. Quizás... comienza con mucho tiento. Quizás seáis los adecuados para la tarea que tengo en mis manos llevar a cabo. Si erais hombres de Jurlex, si el os tenía en la hermandad, entonces no cabe duda de vuestra valía, solo que... cuatro hombres... quizás no sea suficiente. Más que unas palabras dichas a los presentes parecen una reflexión en voz alta.

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30/09/2011, 14:46
Magnus Berger

Bueno, quizá sí fueramos suficientes, o quizá no. Dependía de la dificultad del trabajo, así que Magnus, dando un paso al frente se pronunció.

- Con mis respetos, señor, Ulric decidirá si somos aptos o no para el encargo. Díganos pues, ¿de qué se trata? - El patrullero sabía que no había que admitir nada en estos diálogos. Mejor evadirse y cargar la responsabilidad a los Dioses, al fin y al cabo ellos eran los que tenían la primera y última palabra...

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30/09/2011, 14:52
Dietrich Von Luster

Un gesto fue suficiente para que los tres correos que había en la sala la abandonaran rápidamente, no sin antes realizar un ligero gesto con la cabeza en señal de respeto. Von Luster apoyó sus manos en la mesa mientras os miraba. !Dioses! Su mirada era realmente gélida, uno no sabía a qué atenerse al mirar esa expresión impasible y esos ojos... Habéis venido hasta aquí, estáis ante nosotros. Sus manos se extendieron con las palmas hacia arriba señalando a sus dos acompañantes. Si conocéis los detalles, deberéis cumplir la misión que se os encomiende. ¿Sois verdaderos mercenarios o en vuestros encargos dejáis que esa punzada llamada moral se interponga entre vosotros y vuestro objetivo? La tarea que tengo entre manos no es apta para débiles, será necesaria una determinación especial, y una resolución implacable...

Sus palabras resultaban frías pero cargadas de seriedad. Desde luego, lo que debía haber en juego no era ninguna niñería... Su gesto fue igual de firme que sus palabras al preguntaros: ¿Estáis dispuestos a dar un paso al frente, cruzar la linea y embarcaros en esta misión? Os pregunta a los 4, de eso no cabe ninguna duda.

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30/09/2011, 16:15
Surga Raudi

     Surga da un paso al frente con la mirada de un lobo nórdico y resolución grabada en su rostro. - Hemos venido hasta aquí. No tiene sentido que nos demos la vuelta ahora, así que háblenos de su encargo. Si usted puede pagarlo, nosotros podemos hacerlo.

     Ya no había vuelta atrás. Aunque este tipo le daba mala espina, necesitaban trabajar. Cuando viajaba con su pueblo saqueando pueblos costeros aprendió que la moralidad solo hace mas cuesta arriba tu vida. No es que careciese de código moral... simplemente había aprendido a no torturarse por cosas que la vida hace necesarias y que otras gentes mas acomodadas tacharían de intolerables. La vida en Norsca no es para los blandos.