Partida Rol por web

Bueno... El capitán se rasca la barbilla mientras reflexiona sobre el tema. No parece muy convencido pero al final tuerce el gesto y te comenta: Podrías servir quizás. No se... Si te encargas de la cubierta con la fregona y otros menesteres, otros marinos podrían dedicarse a las jarcias. Mientras no te acerques a la bodega todo iría bien. El viaje no será largo, pero supongo que con tu trabajo te costearás el pasaje. Aquí nadie viaja gratis.

Hasta siempre - le dijo a modo de despedida mientras se daba la vuelta y llevaba el caballo hacía fuera, pero no se olvidó de lo que le prometió, más bien quería hacerle sufrir un poco; después de dar varios pasos se giró y le tiró el chelín guiñándole el ojo hasta que se dirigió a sus compañeros - venga, tenemos mucho que andar

-No pensaba viajar gratis sino trabajar como uno mas de los marinos que llevas a bordo, mi nombre es Kalith y el suyo capitán -se acerca mas al capitán -y te aseguro que soy muy útil cuando las cosas se ponen feas -debajo de la capucha asoma un a sonrisa
Da unos pasos por la pasarela de madera hacia atrás -En media hora me da tiempo a vender el caballo, alguna cuadra cercana donde pueda venderlo -parecía que empezaba a ir bien todo -me dará algo de dinero y cuando vuelva a necesitar un caballo lo robare en el camino -espero raudo su respuesta

No parecía muy convencido de todo ello, pero lo cierto es que no había sido un mes fácil. Había perdido marineros por los ataques durante la noche de criaturas, un abordaje en el rio al pasar por unas zonas estrechas y varios hombres que faltaban a listas. De acuerdo. En media hora aquí. Partimos con o sin ti. Hay un establo por ahí. No sé si necesitan caballos, sobre todo en ese estado, pero... ¿Qué voy a saber yo? Solo soy un hombre de agua, no de tierra. Recuerde la hora acordada Kalith. Yo soy el Capitán Drake. Dicho lo cual se volvió hacia el navío.

-No llegare tarde y no se arrepentirá -las cosas van saliendo como planee

Dicho eso asintió con la cabeza y monto al caballo lo espoleo y fue en la dirección en la que el capitán le había indicado.

No te cuesta nada encontrar los establos que te había indicado el capitán del navío. Es un edificio típico de estos oficios del que salen muchos relinchos y un olor un tanto rancio. Un joven atiende a los que salen, porque sobre todo sale gente, y a los pocos que llegan a dejar sus monturas descansando mientras se encuentran en la ciudad. El joven se encuentra mirando una moneda de plata que alguien le acaba de dar, como si no se lo creyera, y no presta atención a la llegada del elfo oscuro.

Nada mas ver al niño le pregunta -Quien es el encargado de este establo niño, quiero vender mi caballo -intenta no mirar directamente al niño sabe que se asustan con facilidad y ahora tiene que andar con mucho mas cuidado

Desde el fondo del establo se acercó un hombre grande y con un largo mostacho. Soy yo. ¿Quien lo pregunta? Comentó mientras se acercaba al elfo oscuro y a su montura y la estudiaba con ojo experto. Tras darle una colleja al crio, este se fue rapidamente a atender sus obligaciones.

Al hombre que apareció esta vez si le miro a la cara -Cuanto me ofrece por esta montura -no dijo mas no tenia tiempo para una larga negociación así que realmente le daba igual el precio de venta solo queria sacar unas cuantas coronas -a pesar de su aspecto es un caballo fiable

Buf... ¿Por este animal? Da un par de vueltas a su alrededor, le mira los dientes y las articulaciones y finalmente rascándose la nuca responde al Elfo Oscuro. Pagaría 35 coronas por él. Quizás podría sacar carne o vendérselo a alguien muy necesitado. ¿Qué le ha pasado para estar en este estado? ¿No sabe usted sobre caballos?

Toca el arnés y la silla -Esto también la vendo así que le parece si redondeamos a 40 coronas por todo, lo único las alforjas que me las llevo -no le parecía mal precio pero por intentarlo una vez mas no perdía nada.

Ps... 37 Coronas de oro aquí y ahora por todo. No puedo ofrecer más. El encargado de los establos parecía bastante fijo en su decisión.

Tomo las alforjas al hombro con sus enseres -De acuerdo -extendió la mano para recoger el dinero que le ofrece el humano.

Sin dudarlo un instante sale raudo hacia el barco, había llegado cabalgando y se iba con paso rápido, no quería perder el tiempo, un tiempo que no tenia.

- Abreviando señores, marchémonos de aquí.-

dijo el mago encaminando su caballo hacia la puerta que les habían indicado. Ahora la ruta estaba más o menos clara, podían partir y cumplir con su cometido. Llegar hasta Middenheim tendría bastante dificultad, pero Volker esperaba superar todos los desafíos con éxito. También rogaba porque no se encontraran con otra partida de bandidos, ya había tenido suficiente con un encuentro con ellos.

La noche es oscura y llena de terrores*

      - Debe de estar hablando de Kalith... susurró el norse a sus compañeros tras escuchar el comentario del chico.

     Cuando sus compañeros terminaron de departir con el caballerizo, él espoleó a su caballo para ponerse a su altura. - Andando. Contestó a Volker.

Los mercenarios emprendieron el camino hacia la ciudad de Talabheim, un buen punto desde el que acortar las distancias entre su objetivo y ellos. Tras dejar atrás "la puerta de atrás" de la ciudad, tomaron "El camino de los ahorcados" tal y como el joven había sugerido. No habían pasado ni tres horas desde que los tres solitarios viajeros habían tomado el camino cuando empezaron a ver restos de material tirado por el camino. Ruedas de carros, alguna espada rota, unos huesos antiguos saliendo del barro... Aquel no era un camino fácil y eso se veía a la legua.

Magnus iba en cabeza de la pequeña comitiva de a tres que formaban los mercenarios del mal camino, aquel variopinto grupo que se enfrentaba a una misión que cada vez pintaba peor... o esa era la sensación que tenía Berger en el espinazo.

Estaba algo ausente, incluso taciturno y se limitaba a llevar las riendas de Sterne mientras miraba a un lado y a otro sin parar de pensar en Kalith; de vez en cuando mascullaba algo en voz baja, no se sentía nada a gusto con la desaparición del elfo oscuro... poco sabía de ellos, pero sentía que no eran gente de fiar y traicionera ¿Y si ese mal nacido intentaba hacer la misión por su cuenta? Todo el botín para él... un corazón tan pútrido y negro seguramente sea lo suficientemente avaricioso como para acabar con todos ellos.

- Que tramas maldito negro...

El mago cabalgaba al lado del norteño, ojo avizor por si surgían bandidos o bestias de la espesura. Al fin se habían puesto en marcha para cumplir con su misión, aunque uno de los integrantes del grupo había decidido ir por libre. Personalmente Volker consideraba que era una buena opción, de haber continuado con ellos haciendo gala de su actitud temeraria y prepotente hubiera acabado con un par de palmos de buen acero saliéndole por las tripas. Y no hubieran sido precisamente enemigos los que hubieran cometido el "elficidio".

De todos modos, en un combate les hubiera venido bien la presencia de un compañero. Ahora quizá debieran contratar a espadas de alquiler o similar, para no estar en desventaja en la próxima trifulca.

- Tranquilo Magnus, me imagino que irá al mismo sitio que nosotros así que ya lo encontraremos. Deseará no haber desertado por la cara, eso os lo garantizo.-

dijo Hammet al escuchar las palabras del patrulla de caminos.

{{ FIN DE LA ESCENA }}

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