Esperaba una reacción similar, como en tantos otros lugares a los que había intentado acceder. Miradas de desprecio, malas caras, incluso escupitajos... Claro que en Granada los cristianos no eran tratados mucho mejor.
-Sidi -respondió en baja voz Ahmed, bajando la mirada a los pies de Durán-, ió creo que ahora deberíais ordenarnos en voz alta que nos estemos callados y discretos, como si fueseis nuestro dueño. Si os preguntan, aseguradles que somos vuestros sirvientes y que no causaremos problemas.
No sonreí al ver al alguacil mano en hierro, ni siquiera traté de mirarlo para que no se lo tomase como una ofensa, cabeza gacha escuché las sabias palabras de mi compañsero y a sentí ante las palabras de Ahmed.
Además yo tenía un punto a favor, ya que no llevaba armas demasiado grandes, y en un registro rutinario tampoco se darían cuenta, ¿o tal vez si?, siempre estaba muy confiado en mi, así que me coloqué detrás del cristiano, dejé un metro de distancia, e imitaba sus avances y paradas en todo momento.
Motivo: leyendas
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 41 (Fracaso)
Contestando rápidamente y susurrándole a Ahmed, le digo que me parece perfecto su plan.
- Venga, seguirme, pero hacer el favor de manteneros callados y no hagáis ruido, siempre con la cabeza agachada y ser lo más discretos posibles. Digo toda esta frase en voz alta para que me escuchen los alguaciles de la puerta. Me giro y me dirijo hacía ellos.
- Buenos días señores, soy Duran Gomez, "El errante", seguro que han oído hablar de mi o de mi padre, pertenecemos a una familia de terratenientes. Vengo a dar el pésame a la familia de Mateo, y pido perdón por ir acompañado, pero me ha surgido un imprevisto que después del velatorio debo resolver. Y sin más dilación intento entrar en la iglesia seguido de mis acompañantes.
Aún con la empuñadora bien asida en su manos, los tipos miraron primero al Errante, y luego a los dos "sirvientes", "esclavos" o "lo que fueran". Durán Gómez no parecía un cualquiera, y sobre todo aquellos alguaciles no estaban allí para decidir quién pasaba y quien no, sino para mantener la seguridad en el velatorio. Obviamente, se pensaría muy mucho dejar que un par de musulmanes, a los que tal vez juzgara el propio jurado, entrara allí como si nada.
No he oído hablar de vos, señor Gómez, aunque esta ciudad le agradece la visita -dijo uno de ellos-. Ellos dos habrán de esperar fuera. ¿Lo ha entendido, verdad? -al decir ésto, las manos de los dos alguaciles frotaron levemente y con mucha fuerza sus espadas, de nuevo-.
Espero tu confirmación, Durán
Parecía que no iba a ser muy fácil entrar, pero había que intentarlo.
- Gracias por la bienvenida. Dije a uno de ellos. ¿Es obligatorio que se queden aquí? Es que mis "sirvientes" me suelen acompañar allá donde vaya, son muy respetuosos, y le prometo que no armarán ninguna bronca entre la multitud del velatorio. Tenía que intentar conseguir la simpatía de los alguaciles. - No pensará que un hombre de la burguesía, no entre sin sus sirvientes, nunca sabes cuando los voy a necesitar.
Con la nariz arrugada
- Es realmente repugnante, este olor tardará meses en salir de la ropa... en cuanto nos vayamos iré a darme unos baños -dijo esto último con cierto retintín, pues como bien era sabido, los cristianos eran poco amigos del agua. Porque al parecer, pensaban que era impura o era impuro bañarse o algo por el estilo. Nâzeh nunca lo había preguntado, si tenía un rato y se acordaba se lo preguntaría a alguno de sus compañeros de encargo.
Entró en la tercera de las viviendas y miró en derredor...
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 15-
Resultado: 73 (Fracaso)
El Justo miró arriba y abajo de la callejuela rascándose la cabeza pensativo. Algo fallaba allí... si el hombre tenía que ir al norte entonces ¿qué hacía en la parte sur de la ciudad?
- ¿Por qué se desviaría de su ruta para meterse en estas callejuelas malolientes? -Murmuró para sí mismo mientras observaba aquellas casonas abandonadas donde lo único que había vivo eran las ratas correteando por la porquería allí acumulada.
El olor era de lo más desagradable pero nada que no hubiera sentido en otras ciudades, otras callejuelas y en otros estercoleros. Sólo les quedaba una casona por mirar y hacia ella se dirigieron, esperando Bermudo encontrar más excrementos, porquerías e inmundicias.
Motivo: Descubrir
Tirada: 1d100
Dificultad: 70-
Resultado: 26 (Exito)
¿"Necesitar"? -parafraseándo a Durán- ¿Dónde se cree vos que va a entrar? -ésto ya lo dijo el alguacil un poco ofendido-. Ahí dentro hay más alguaciles aguardando junto al difunto señor juez, y está vos en la capilla de los caballeros de Santiago... ¿"Necesitar"? -volvió a decir esta vez mirando a los "sirvientes"-, ¿acaso crees que la autoridad de la ciudad o la buena mano de estos nobles caballeros acabarán hiriéndoos, señor? Además,... ¿son éstos dos quien os protegerán...? Permítame decirme que lo dudo...
Si vuelves a intentar convencerles, habrás de tirar por Elocuencia (COM). Si quieres entrar tu sólo, es posible hacerlo. Ahmed y Yurem, podéis también tirar por Elocuencia, pero con malus del 20% (y con un buen argumento para hablar xD)
Viendo que el resto callaba, Casimiró los miró, carraspeó, y decidió ser él quien pusiera la voz a las pesquisas que allí llegaban.
Es ésta la casa de su Señoría Mateo Sánchez, ¿verdad? -dijo el calatraveño-. El tipo asintió compungido y lleno de dolor. De parte de la autoridad de la ciudad y de la que Dios me confiere -Casimiro le enseñó el emblema de Calatrava de su sobrevesta tras levantarse su conocida capa negra, aunque sin referirle quién les enviaba allí y porqué-, queremos llegar al fondo de este asunto. Mi nombre es Casimiro López, a su servicio -le dijo al criado con una ligera reverencia-, y éstos son mis acompañantes: alguaciles y la autoridad de la ciudad.
El criado vio a Zaif y al "Sonrisas" y se percató de su profesión al instante, y se creyó que llevábais la investigación oficial en vuestras manos. Casimiro miró un instante hacia atrás, hacia vosotros, y os guiño un ojo; luego se volvió al criado. Venimos a esclarecer los asuntos que han llevado al fatídico desenlace. Mis condolencias, en primer lugar... ¿Podemos pasar y hablar con serenidad?
Tras asentir y pasar al recibidor, donde por cierto os sentaron en varias sillas, dos criadas más se personaron, dos jóvenes muchachas. Tenía tres el tal Mateo. Se quedaron allí de pie, con su riguroso luto. El único que se sentó fue el que os abrió la puerta. Las mozas observaban con discrección a Abid ¿quién hubiera pensado que un juez acogería a un moro en su propia casa?
Tenéis la palabra.
Sin mirar nada más que al que iba a ser su interrogado,Diego comenzó a hablar. Era la suya una voz calmada y grave, pero aún así suave. No dió el alguacil las condolencias al servicio,puesto que no eran mas que eso, el servicio y se dispuso en cambio a preguntar lo que el llamaba "el cocido pobre". Es decir,todas aquellas preguntas sencillas y tipicas en aquellos momentos,pero necesarias para descubrir al asesino.
¿Sabe usted si Don Mateo Sanchez tenía enemigos?¿Algún caso reciente que haya podido ocasionar una venganza?
Motivo: leyenda
Tirada: 1d100
Dificultad: 10-
Resultado: 38 (Fracaso)
Tan sucia pintaba esa casa y tan grande y vacilante era el hedor que allí había, que os dieron ganas de expulsar los cuatro humores del cuerpo al momento... Allí dentro había restos de papeles, ropas, vómitos, heces y orines, polvo, cucarachas, muestras evidentes de ratas y telarañas por doquier. Mientras echásteis un vistazo tras colaros, el bueno de Bermudo se percató de algo: en una de las vigas internas (caídas por supuesto) de la casa, al parecer y por su pinta recientemente, había un dibujo realizado sobre la propia viga, quizá con algún objeto punzante o afilado, como un grabado.
Dicho grabado representaba a un hombre con lo que parecía una rejilla en una mano.
Tirada voluntaria de Teología (CUL)
Hay, además, una ruinosa escalera, cuyos escalones están destrozados por la inmundicia y carcomidos por el polvo y el tiempo, que sube a un piso superior. Parecía que nada más tocarla se caería, ciertamente.
Por cierto, para conseguir información podéis (y debéis) tirar por Elocuencia (COM) u otras formas de sonsacar cosas a la gente (y se me ocurren 3 más en este juego xD).
Nada más entrar en aquel caserón, una arcada ascendió por la garganta de Bermudo, el cual con gran esfuerzo intentó evitar para no añadir más mierda a la ya existente. Después de varias bocanadas de un aire viciado, que más que calmar alteraban el doble, se puso a husmear entre aquella porquería.
Intentaba saltar por encima de una de las vigas caídas en el suelo cuando sus ojos se fijaron en unas marcas allí inscritas. Agachose para observar mejor aquel dibujo que parecía representar un hombre sujetando... ¿una reja?
- Pero qué... ¿Has visto esto?
Se dirigió al infiel que tenía al lado intentando llamar su atención para que él mirara también aquella representación grabada en tan extraño sitio. Su mente funcionaba a toda velocidad ya que aquel dibujo le recordaba, e intentaba exprimir los sesos buscando una rápida respuesta.
Motivo: Teologia
Tirada: 1d100
Dificultad: 10-
Resultado: 10 (Exito)
Me quedé callado detrás de Durán mirando hacia le suelo y "escuchando" a los cristianos.
Tengo las botas sucias, debería limpiarlas un poco en cuanto tenga tiempo...
Muy poco para resultar elocuente...
(minipost de sigo vivo :D )
Parecía que iba a ser dificil la entrada. Y cambio de planes.
- El peligro puede estar en cualquier sitio, pero si usted me asegura que dentro hay más alguaciles, puedo prescindir de mis sirvientes. Me dirijo hacía ellos y en voz baja les susurro. - Quedaos aquí, si se os ocurre realizar cualquier investigación, intentar no llamar mucho la atención. Paro un momento para coger aire. Algun consejo rápido que se os ocurra, o algo en concreto que tenga que revisar.
Miró fijamente el grabado durante un par de minutos, luego negó con la cabeza
- Creo que es cristiano, pero no sé qué representa-dejando el grabado mira las escaleras y señalándolas dice -parece que van a derrumbarse, aunque sería interesante intentar subir.
Se dirigió a la escaleras para ver si podía subir de alguna manera, puso el pie con cuidado en el primer escalón para ver si era capaz de aguantar su peso.
No,que yo sepa, mi señor -respondió el sirviente-, don Mateo siempre fue un buen hombre: fue elegido jurado de la collación hace ya cuatro años, puesto que de tan recto y poco pecaminoso era el su gran comportamiento, y siempre amable.
Se veían también a las sirvientas algo compungidas.
Supiste que se trataba de San Lorenzo el personaje del grabado.
Mientras Nazeh se dirigía a la escalera (también como pútrida y maloliente), iba pisando con sumo cuidado la basura, e incluso escuchásteis un gruñido de rata, que echó a correr a la calle tras ser un poco aplastada por la bota del musulmán... Acto seguido, y con suma cautela, aunque no por ello sin cierto recelo, Nazeh pisó la escalera suavemente, sopesando como reaccionaría ésta.
Tirada de AGIx4 para subir.