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Divitus Corduba III: De Matones y Hombres

I.b. El Mesón del Morisco

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14/01/2014, 21:41
Director

Media trde, parte norte de la plaza Piedra Escrita, muy cerca del monasterio de San Agustín y la calle Montero. No tardásteis mucho en alcanzarla, y una vez allí no fue muy difícil de dar con el Mesón del Morisco, entre otras cosas porque, al parecer, los pasos de Casimiro le habían llevado tiempo ha hasta allí en alguna que otra aventurilla. De fuera muchos establecimientos (incluido tabernas), tenían mal aspecto, pero algunos "engañaban" y por dentro tenía cierto aspecto más cuidado. Sin embargo, este mesón, una vez dentro y comprobado, era un antro de "mala muerte", con un herrumbroso olor a vino, sucio, oscuro y descuidado, donde la humedad y el sudor eran los olores más agradables...

Entre las tinieblas de su interior, puesto que las únicas luminarias las proporcionaban cuatro velones grasienteos que ardían encima de un mostrador sobre caballetes, vislumbrábais a durs penas a varias rameras de rostro poco agraciado (algunas desdentadas) y dejándose sobar por los clientes, que no eran sino un atajo de mendigos, rateros y matones de la misma calaña que vísteis en el pórtico de la parroquia San Lorenzo... Éstos estaban bebiendo vino barato en abolladas jarras de peltre, sentados en viejos taburetes o sobre la paja que adornaba el húmedo suelo...

Las miradas de aquellos "vilipéndicos"  se proyectaron en vosotros nada más entrar, con extrañeza y asco al mismo tiempo.

Notas de juego

Recordad: Casimiro está con vosotros.

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15/01/2014, 12:18
Zaif Mawlay

Nada más entrar en aquel mesón noté las miradas clavadas en nosotros. Posiblemente era el lugar más asqueroso en el que había entrado desde que llegué a Cordoba, eso teniendo en cuenta mi higiene personal era cuanto menos irónico. Eché un vistazo a ver si daba con Bonilla.

- Tiradas (1)
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15/01/2014, 19:19
Abid Ibn al-Amir

Sin una descripción de nuestro objetivo el Bonilla podría estar justo delante de nuestras ojos y no darnos cuenta. Sabía que preguntar allí por él no era buena idea, por lo menos si quería vivir lo suficiente para ver la próxima luna nueva.

En aquel antro de mala muerte desentonamos tanto como un lobo en mitad de un grupo de carneros intentar pasar por alguno de ellos no parecía un buen plan. El estado y la calidad de la capa del calatravo relucían como una hoguera encendida en mitad de la fría noche del desierto.

Me acerco a la barra - Mi señor necesita una mesa.- Mientras esperaba a que el mesonero nos atienda, con aquellos oídos que podían escuchar un balido de una oveja a leguas de distancia que el misericordioso había tenido en gracia concederme, me concentré en escuchar las furtivas conversaciones de los parroquianos.

- Tiradas (1)
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15/01/2014, 23:08
Casimiro López

Pareciera que nuestro alguacil Zaif miraba con no poca indiscreción a aquellos que le aguantaban la mirada. Buscar al Bonilla ahora mismo era harto imposible, pues no sabíais de su rostro o sus formas. Abid, más precavido, hizo que el tabernero señalara una de las mesas del rincón, una de las más oscuras, y los tres os sentástes en una de ellas, cruzando el suelo lleno de paja y pasando al lado de los tan fieros rufianes y casi desecadas putas.

En breves el tabernero os aprovisionaría de lo que quisiéredes tomar.

Vaya antro... -balbuceó Casimiro-.

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20/01/2014, 20:03
Zaif Mawlay

Nada, no fui capaz de reconocer al Bonilla de las narices, por otra parte totalmente lógico ya que no sabía como era, así que me senté en la mesa que nos indicó el mesonero.
- Bien parece que le hayan colocado unas mesas a una cuadra y después hubieran dejado entrar a las fulanas. Espero que el vino no esté a la altura del antro en el que estamos.

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20/01/2014, 20:11
Abid Ibn al-Amir

Cierto mis señores- Contesté usando la misma forma de hablar que había empleado en la barra y sin bajar el tono de voz, si alguien me escuchaba tenía que mantener la tapadera.- Pero vos mismo lo oísteis. Si queréis comprar las pieles tendréis que acudir en persona al morisco.

Había que darle a la escoria que se reunía en aquel antro la razón de nuestra presencia allí, sino no quitarían sus sucios ojos de nosotros. Tal vez después, se relajarían, volverían a sus asuntos y conversaciones como si no estuviésemos y podríamos escuchar o ver algo que nos ayudase en la búsqueda del Bonilla.

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20/01/2014, 22:13
Director

¿De fuera vienen vuecencias? -dijo el tabernero cercándose con vasos y jarra en la mano, sin ni siquiera haber pedido nada-. Las pieles se venden bien en el Potro -en la plaza del Potro se refería, donde estuvísteis-, no por aquí.

Y no es que el dueño quisiera ser descortés, sino más bien aconsejaba al nuevo vendedor, Abid, a marchar al verdadero lugar donde los cuarto resbalan de manos en manos, a punta de productos o especias, metales y telas... El tabernero dejó la jarra en la mesa, por si quisiéradeis serviros. De no tocarla, no se os cobraría, por supuesto.

Más el resto de fulanos y fulanas que allí había, nada hacían que no fuera manosearse entre sí y gastar su maltrecha vida en aquel tugurio; eso sí: vigilándoos con no poca indiscreción cada cierto rato. Casimiro miraba la jarra, como impacientándose, ¿acaso estaría por allí el Bonilla?

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22/01/2014, 17:27
Zaif Mawlay

Aquél tabernero nos trajo bebida si que se le hubiera pedido. Algo que me causó grande extrañeza.
Decidí que de momento no iba a beber nada puesto que no había mucho que habíamos almorzado.
Cada vez me estaba dando más asco el tugurio en el que habíamos acabado y tenía ganas de encontrarme con Bonilla. Más no sabía cómo era ni cuáles serían sus ropajes.
Y entonces empecé a tamborilear con los dedos en la mesa si dejar de mirar a mi alrededor.

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22/01/2014, 23:12
Abid Ibn al-Amir

Gracias por el consejo. - respondí al tabernero con tono amable.- Bien sabemos lo que podemos adquirir en el potro, pero no estamos interesados. Gracias.

Esperaremos un poco más. Quien nos ha convocado en este mesón para hacer negocios no debe tardar.

Cada segundo que pasaba estaba más convencido que aquello era una auténtica pérdida de tiempo, sin una descripción del Bonilla no hacíamos más que dar palos de ciego. Si no escuchábamos algo en los próximos minutos tendríamos que marcharnos o atrevernos a preguntar directamente.

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23/01/2014, 10:21
Director

Pareciera que Zaif hubiera perdido la vigorosidad de su tiempo como alguacil, pues en siendo alguacil, hubiera descubierto cualquier cosa a cualquier precio, tal y como su hermano Diego haría; mas ahora parecía esperar como quien las ve venir... y casi de igual forma estaba el nuevo comerciante, al igual que Casimiro, que ninguno de ellos lograba discernir nada procedente de las bocas de aquellos maleantes. Esto era así, entre otras cosas, porque nada decían, sino que andaban en su asunto...

Casimiro también parecía impacientarse, y cogió un vaso para luego tomar la jarra y echarse un poco en él, aunque sin probarlo aún.

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23/01/2014, 13:31
Zaif Mawlay

- Quizá le podrías preguntar al mesonero si conoce al puñetero... bien sabes que a  mi, ni siquiera me contestaría... Le susurro a Abid, consciente de mi poca capacidad para hacer que nadie me de información por las buenas. - Siempre nos queda preguntarlo de uno en uno... 

 Zaif estaba seguro de que Bonilla no se encontraba en el tugurio pero se podía intentar mover el avispero.

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23/01/2014, 17:52
Director

Notas de juego

Si queréis actuar, hacedlo. Sois vosotros quienes lleváis la iniciativa ;)

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23/01/2014, 19:15
Abid Ibn al-Amir

Si quisiera hacerlo lo habría hecho en cuanto entramos por esa puerta.- recuerdo que pensé en ese momento. Esto era un juego de espera, de ser pacientes y esperar que alguien en aquella pocilga se le escapara aquel nombre. En ese momento sabríamos a quien amenazar.

Preguntar por preguntar acabaría con nosotros apuñalados en un oscuro callejón igual que el jurado. Miré a Casimirio, cada vez más nervioso y luego a Zaif, en ese momento comprendí que el destino me había colocado con malos compañeros de caza.

Con un suspiro le dije a Casimiro.- Sería tan amable de dejar discretamente un par de maravedíes sobre la mesa, siempre ayudan en estos casos.- Cuando el calatravo hizo lo que le pedí llamé al tabernero, lo hice sin ningunas ganas, pues sabía que con aquellas palabras que estaba a punto de pronunciar posiblemente estuviese firmando mi propia sentencia de muerte. Le vi acercarse. Cuando llegó a mi lado le susurre.- Como bien ha supuesto no comerciamos con pieles.- le confirmo- Estamos buscando al Bonilla, queremos contratar ciertos servicios. Servicios que por lo que nos han contado sabemos que él puede ofrecernos. Nos dijeron que suele pasar las tardes aquí.- La suerte estaba echada.

- Tiradas (1)
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23/01/2014, 20:11
Director

El tabernero no hizo ademán de ser recatado, prudente o discreto, sino que se limitó a levantar una ceja, pues dos míseros maravedíes (una auténtica fortuna para muchos desgraciados) no iba a hacer reflotar aquel negocio, sino más bien quedaríase impregnado con el carte de "chivato", "soplalengua" o cualesquiera cosa digna de ser acuchillado por tal hecho...

No conozco al tal Bonilla, que decís... -dijo el tabernero-. Si es por matar, o degollar, o tan sólo asustar siqueira, cualesquiera de esos podrá hacerlo, estoy seguro -y miró a los tipos que andábanse aún con las prostitutas, mientras éstas y alguno de aquellos miraban las conversaciones (que no oyéndolas) que aquellos nuevos allegados (vosotros) manteníais con el dueño del local-.

 

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23/01/2014, 20:19
Director

Nada más posaros delante de la entrada del tugurio, llamado "Del Morisco", os dísteis cuenta de que algunos establecimientos (incluido tabernas), tenían mal aspecto, pero algunos "engañaban" y por dentro tenía cierto aspecto más cuidado. Sin embargo, este mesón, una vez dentro y comprobado, era un antro de "mala muerte", con un herrumbroso olor a vino, sucio, oscuro y descuidado, donde la humedad y el sudor eran los olores más agradables...

Entre las tinieblas de su interior, puesto que las únicas luminarias las proporcionaban cuatro velones grasienteos que ardían encima de un mostrador sobre caballetes, vislumbrábais a durs penas a varias rameras de rostro poco agraciado (algunas desdentadas) y dejándose sobar por los clientes, que no eran sino un atajo de mendigos, rateros y matones de la misma calaña que vísteis en el pórtico de la parroquia San Lorenzo... Éstos estaban bebiendo vino barato en abolladas jarras de peltre, sentados en viejos taburetes o sobre la paja que adornaba el húmedo suelo... Las miradas de aquellos "vilipéndicos"  se proyectaron en vosotros nada más entrar, con extrañeza y asco al mismo tiempo.

Claro que, en una de las mesas también encontrásteis a Abid, Zaif y Casimiro, sentados, hablando con el tabernero, que parecía estar atendiéndoles...

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23/01/2014, 20:21
Director

El tabernero y los que allí habían se quedaron mirando a los nuevos clientes, que entraban en el Mesón del Morisco...

Notas de juego

Bermudo, Durán, Nazeh y Yurem acaban de entrar en la taberna. Las miradas de aquellos fulanos se posan en éstos, al igual que lo hicieran en las de Casimiro, Abid y Zaif.

Postead ya para todos.

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24/01/2014, 00:31
Bermudo "El Justo"

En qué otro lugar iba a encontrarse un malnacido como el Bonilla sino en un antro de mala muerte y parroquianos de baja estofa como los que allí se veían. Bermudo, al poner el pie en aquel oscuro y maloliente tugurio arrugó el entrecejo buscando al resto de compañeros. Violos en una mesa sentados y hacia allí se encaminó, sin prestar aparente atención en los ojos que sentía clavados en él, pero sin bajar la guardia por si cualquiera de aquellos se movía más de la cuenta.

- Buen día tengáis.

Esperó a que el tabernero se fuera antes de preguntar a los otros si tenían alguna información importante.

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26/01/2014, 10:56
Director

El tabernero pensaría que aquel día era su día de suerte: otros cuatro tipos entraban en su tugurio. En estando allí de pie, delante de Casimiro, Abid y Zaif, sonrió a los nuevos cliente y les extendió una mano, señalando, pese a la cercana presencia de los maleantes, una mesa libre, para que sentáranse tranquilos. El tabernero anunció que en breves les atendería (iba a preparar alguanas cosas para servir). Tras irse, el caballero Casimiro, mientras miraba a los nuevos llegar, recogió un par de monedas que había en su mesa.

Notas de juego

Post de transición

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26/01/2014, 23:26
Yurem Saied

Caminé hacia la mesa con la cara semitapada por la manga, intentando respirar tranquilo.

Aun no me explicaba el por qué una plaga de enfermedades no se había comido a aquella ciudad ni como había ido a parar yo a ella.

En voz baja comenté en la mesa:

-En su casa no estaba...

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27/01/2014, 09:28
Durán Gómez "El Errante"

Al entrar en el local, las pupilas tardan en acostumbrarse a la oscuridad, y una vez que están acostumbradas a la luz, tienen que lidiar con lo que allí se ve, rameras de baja calaña, con solo mirarla contagian alguna enfermedad, y ladrones y bandidos varios, el local podía ser el infierno o sino algo parecido.

Veo a mis compañeros y sigo a Bermudo ante la mesa. Me siento y con un simple buenas, doy por saludados a todos.