Partida Rol por web

Agarró el brazo de Abid para llamar su atención señalando a un punto en el tejado de la casa del Arrancacepas por el que asomaba el turbante negro de Nâzeh. Bermudo frunció el ceño con enfado, aquel maldito moro estaba empeñado en meterles en líos uno tras otro.

- No sé qué pretende ese ni si los otros se han metido también sin pensar en la boca del lobo. ¿Qué hacemos ahora? ¿Los avisamos, esperamos a ver qué pasa o intentamos también caer en su misma locura?

¿Por que la gente no se estaría quietecita en lugar de andar subiéndose por los tejados? - Por lo que parecía el tiempo que habían pasado dentro había intranquilizado a sus compañeros de fuera y ahora Nârez estaba intentando entrar en la casa suponía que con la intención de rescatarnos.

La verdad, habría sido mejor hablar con Casimiro. La orden de Calatrava era famosa por sus posesiones, así que igual lo que para mí era una fortuna para ellos no eran más que una migajas y podíamos salir de todo aquel lío sin disparar una sola flecha.

Mi tío siempre decía "si no es lo que tú quieres, quiere lo que es".-Contesté a Bermudo levantando los hombros y poniendo cara de circunstancias mientras buscaba el lugar por donde había debido trepar Nâzeh.

Fue en éstas que Bermudo señaló un pequeño punto sobre el tejado*, que debía ser en todo caso la punta del turbante del moro, y que asomaba muy poco, denotando que parecía que habían escalado la casa por la parte trasera. Ambos, que habíais pasado por delante de los patios interiores al ir a ver al Arrancacepas, calculásteis que debía estar justo al lado de la abertura de los mismos, sobre las tejas... Desde luego, ese sujeto no parecía sino dar siempre la nota...

Dirigiose de nuevo hacia la casa del Arrancacepas buscando un lugar propicio para subir a los tejados. Quizás aún estuvieran a tiempo de conseguir que aquel insensato no se metiera de cabeza donde debía. Mas cuando creyó ver un punto suficientemente cómodo para subir, al iniciar la escalada sus pies, un poco torpes en aquellos momentos, no le hicieron caso, cayendo estrepitosamente en el suelo.

Teníamos que llegar al los tejados, pero hacerlo por la fachada principal a la vista de todo el mundo que pasara por la calle, no parecía la mejor idea.

Deberíamos ir por detrás, estará más tranquilo.

- Tienes razón. Por aquí no hay posibilidad de subir a los tejados y cualquiera que pase por la calle podría vernos y delatarnos.

Y sin más se dirigió de nuevo al principio de la calle para rodearla y poder acceder a la parte trasera de la casa del Arrancacepas.

PNJOTIZADO

Parecen que hablan del Bonilla, aunque no estoy seguro... -dijo Yurem-, hablan de colgar a alquien en la muralla... y también dicen algunos tacos, parece alguien muy enfadado...

Sin más que decir ni que hacer aparentemente, volvísteis por la calle del Palomar, en el mismo sentido por el que llegásteis a la casa del Arrancacepas. Íbais a tomar la primera casa, y desde allí caminar hasta la del criminal por las zonas traseras de todas las viviendas, tras sus corrales. La muralla de esa parte de la collación se alzaba tras las casas también. Tardásteis unos minutos en rodear la zona, y tras ese tiempo vísteis al grupo plantado tras la casa del Tío, y Nazeh, efectivamente, subido en su tejado...

En esos momentos llegaron Abid y Bermudo por la parte trasera.  Ambos vieron a Nazeh subido en las alturas, sobre el tejado... El resto estaba en el suelo contemplándole.
 

(Nota: Abid y Bermudo llegan minutos después de que suba Nazeh y lo de la oída de Casimio y Yurem)

Iba a colarse en el interior de la casa cuando vio que aparecía el resto. No le pareció prudente ir solo si realmente había más de uno así que desde arriba dijo

- ¡Shhh! vosotros ¡subid aquí! ¿qué os han dicho?

Mesaba mi barbilla mientras observaba la situación:

-Y si algunos van tomando posiciones cerca del muro, y otros nos quedamos a vigilar la casa y seguirles cuando salgan, aunque ¿qué problema hay si cuelgan al Bonilla? para mi eso es un problema menos.

Luego señalo a Durán y me tapo la boca:

-Tu tienes el dinero del Arrancacepas, los maravedíes que encontraste en la casa del Bonilla.

Había cambiado la situación, de nuevo se encontraban todos más o menos juntos y tenían algo de información nueva.

- Lo mejor será ver las posibilidades que tenemos de actuar. ¿Estáis seguro de que van a colgar al Bonilla? Dije mirando a Casimiro para ver como quería actuar.

Asiento a lo dicho por Yurem esperando ver si había algún plan de acción.

Nosé, Bermudo, yo sólo he oído escándalo de la casa hace unos momentos -dijo Casimiro al Errante-, pero no he escuchado apenas nada. Supongo que hablaba con Abid y Bermudo Lo de colgar al Bonilla es según lo escuchado por Yurem... ¿Lo van a colgar? -le preguntó el Calatravo ahora a Bermudo y a Abid-. Hablad ya, porque no podemos permitir que maten a esa rata: es el último hilo del que tirar, de momento, en nuestra búsqueda del asesino. Si le matan se acabo el rastro ¿Qué ha pasado ahí dentro? ¿Entonces lo tienen retenido?

Estaba de acuerdo con las palabras de Yurem. Habíamos localizado al asesino del jurado, y si dejábamos que el Arrancacepas lo matara el asunto quedaba resuelto, pero parecía que el calatravo no era de la misma opinión.

Esta misma noche.- Respondí a Casimiro.- A menos que le entreguemos el dinero que el Bonilla le debe, cuatrocientos maravedies, el Arrancacepas le colgará esta misma noche de la muralla para dar ejemplo.- Miré a Casimirio, tratando de sondear si pagaría o no el rescate.

Las opciones para entrar en la casa son pocas.- paso a relatarles- La puerta es sólida y aparte de los tejados es el único acceso disponible. Nosotros contamos cuatro hombres armados, pero pueden haber más.

Aunque, claro, también podemos esperar fuera a que salgan camino a la muralla...

Me mesé la barbilla y dije:

-Ya está, se me ocurrió. Si tienen al Bonilla ahí dentro, hemos de seguirles, y en cuanto lo quieran colgar, ¡ZAS!, lo liberamos, o eso o Durán suelta la gallina. ¿cuánto encontraste en la casa? -pregunté a Durán entrecerrando los ojillos-