Partida Rol por web

Lo cierto es que estoy disfrutando muchísimo. Y me hace muy feliz que lo veas con buenos ojos.

Vamos a ver qué puedo hacer en esta escena. Es que creo que alguien como Harlan sería incapaz de guardar un secreto así sin tratar de compartirlo, al menos, con alguien más que pueda echarle una mano. Es una persona muy insegura en todo lo que no tiene que ver con sus amados estudios.

- Puedo llamar ahora mismo a Gumther Fernández - sugirió Leni. - Tiene mucha influencia en ULISES y está abierto a escuchar este tipo de informaciones - añadió, recordando su última conversación con el susodicho.

Sacó su móvil del bolsillo y buscó el contacto.

- Amara, ¿qué te dijo exactamente ese hombre? Puede que sea relevante para el reporte - el pulgar de Leni se contuvo por un momento de pulsar el botón de llamada.

La chino italiana permaneció unos momentos en silencio, reflexionando.

-No lo que dijo, lo que hizo. Conoce nuestros perfiles, quiere que lo sepamos. Me saludó en italiano, contestó en mandarín al teléfono y dejó que escuchara lo suficiente: buscan tripulación... para Marte. Sólo las agencias gubernamentales están lo suficientemente avanzadas para plantearse el viaje y no hasta el 25, como pronto.

Niega con la cabeza una vez antes de continuar:

-Tenemos brechas en la seguridad de este lugar. Control debe saberlo.

Suficiente. Debían informar antes de dar el siguiente paso. Leni pulsó el botón y esperó que Gumther descolgara. Le pondría al corriente de la situación en todo lo referente al tal Dionisio, cuya actuación le perfilaba como un agente encubierto de alguna potencia extranjera.

Respecto a Harlan, ya que su relación con los sospechosos era muy vaga o inexistente y no querría hacer peligrar su puesto en la misión hasta no saber más, comenzaría simplemente preguntando qué miembro (mujer) de ULISES puede haber estado hablando en persona con él acerca de la misión. Así comprobaría su coartada.

La estancia en el lugar  se estaba poniendo cada vez más tensa, el equipo de las chicas  reunidas en la recepción comento lo sucedido y sus sospechas   Leni  hizo la llamada,  llamo a Gumther, espero unos minutos hasta que pudo escuchar la voz del hombre.

Sí, aquí Gumther.

 la voz respondio el telefono sin ver quien le llamaba, por su cargo tenía multitudes de llamadas a lo largo del día

¿quien es?

Sí.

¿Quien es? 

AL habla Fernandez...

-No, he tenido una llamada, una mujer, quizás sea la misma, quería reunirse conmigo, no se qué de una farmacéutica. Pero no quiero líos, así que le he dado largas. Resulta que tengo que repetir el test para conseguir el acceso a la misión, debería estar terminándolo, por cierto, y lo único que no necesito ahora son mujeres complicándome la vida.

-Dices que era muy atractiva, quizás sea la que me he cruzado un par de veces por aquí, pensé que era una casualidad, parece que no es así.

-Será mejor que no beba más por ahora, ya te digo amigo, ese test no se va a terminar solo. Y no me gustaría perderme esta misión, y el sueldo, ya me entiendes.

Kowalsky le hizo un guiño y se levantó disculpandose, si Harlan no le interrumpía se iría para terminar el maldito test.

Andrew Harlan se encontraba en una encrucijada, pero una de la que sabía cómo iba a terminar saliendo. No podía llevar él solo ese peso y tendría que compartirlo con alguien. Le habían decepcionado las chicas con su comportamiento infantil, pero Kowalsky parecía diferente. Se comportaba como un tipo duro y era un tipo duro. Probablemente era el único en el que podría confiar para un asunto de este estilo.

—Sammuel, por favor —suplicó Harlan haciendo el ademán de detener a su compañero y usando su nombre de pila para mostrar que se trataba de algo personal e importante—. Necesito que te quedes unos minutos conmigo. Hay algo que debo contarte... y solo puedo confiar en ti.

Por un instante temió que Kowalsky fuera a marcharse sin más, pero un fino sentido de la intuición, desarrollado durante años, le hizo pensar que su compañero tenía algo más que contar. Algo más que confesar. Algo que sería muy parecido, si no idéntico a lo que él tenía que contarle.

- Buenas tardes Gumther, soy Leni, Leni Allende. Le llamaba para comentarle acerca de un agujero de seguridad en el hotel - introdujo sin prolegómenos. - No sé si recordará el asunto que le comenté del coche que nos seguía la pista en nuestro trayecto al hotel. Pues bien, hemos descubierto que el dueño del mismo, un tal Dionisio, es un tipo muy bien informado acerca de nuestros perfiles. Alquiló su habitación junto a una mujer incluso antes de que ULISES hiciera sus reservas. Creemos que es agente de una potencia extranjera, ya que se ha dedicado a intentar captar candidatos para una misión a Marte de entre los candidatos de ULISES alojados en el hotel, así como espiar nuestras conversaciones si tiene la oportunidad.

Valía más ser clara y concisa, Gumther debía ser un tipo con muchas cosas en la cabeza. Leni suponía que ahora ya había captado su atención. Mantuvieron una conversación donde Leni pudo explicarse más en detalle y Gumther pudo preguntar todo lo que consideró.

- A propósito, no sabía que miembros de ULISES se podrían entrevistar en persona con nosotros en el hotel. ¡A ver cuando me hace usted una visita! - dijo cuando la conversación estaba finalizando, como de pasada, aprovechando que se había mencionado la casi exclusiva reserva de habitaciones para ser usadas por personal de ULISES. - Por casualidad he visto que el doctor Harlan se entrevistaba con una mujer, para comentar algunos pormenores de la misión, supongo. No me dijo su nombre, o no lo recuerdo. Seguramente usted debe saber de quien se trata, ¿sabe de qué mujer le hablo?

El chico parecía preocupado, y a Kowalsky le parecía un cachorro y por alguna razón accedió a seguir con aquella conversación.

—¿Qué ocurre muchacho?

Volvió a sentarse dispuesto a escuchar lo que tuviera que decirle.

A Harlan le comenzó a temblar el labio inferior ligeramente, pero parecía capaz de hablar. Tenía que contarle muchas cosas a Kowalsky y sólo le quedaba confiar en que verdaderamente el hombretón pudiera ayudarle como parecía querer hacerlo. Y, de paso, que le confiase lo que no le estaba contando.

—Es por esa mujer que entró en mi habitación —arrancó al fin—. Esa que Helena dijo que era una prostituta. En realidad se trataba de alguna especie de espía que trabajaba para una farmacéutica. Me dijo que hay grupos de poder que quieren hacerse con las fórmulas y los experimentos de la base para su uso como arma —¿le creería Kowalsky teniendo en cuenta que parecía tan sospechoso con esos nervios?—. Me ha dado un pendrive —se lo mostró—. Tengo que introducirlo en el sistema y descargar aquí la información. De alguna manera van a hacer que todos los bloques de poder tengan la información... pero yo no me fío.

Cerró su mano alrededor del pendrive y volvió a guardarlo.

—Y sé que sabes algo de todo esto, o tienes que ver con ello —afirmó Harlan nervioso, pero serio—. Tu mirada me lo dice, Sammuel. Yo he confiado en ti.

38

Parece teclear un par de cosas y quedarse en silencio unos instantes, (parecieron eternos) , ummm, se escuchaba de tanto en tanto, ummm, Estoy mirando intentando situarme, tengo muchos asunto en la cabeza, espero que me comprenda, Se escucha el golpeteo de un laìz, no más bien parece un boli de esos bic que abundan en la oficina.

( Más espera)  Son los del hotel …. De isla El Hierro últimos que terminaron las pruebas ¿es eso?  Se nota voz  sobre forzada y parece que se pone a mirar algo.  Vale tengo aquí el expediente de todos, algunos están por confirmar, seguramente esta tarde después de la comida tendré a todo el equipo. La tengo ahora mismo en la pantalla, su expediente quiero decir, me alegra tratar con usted,  Pausa  Del asunto que me comenta he tenido algún que otro chivatazo por otras fuentes, hay mucha gente intentando confundirles a  ustedes estoy mirando de mandar seguridad privada, pero si la cosa esta tan mal, no quisiera poner a nadie en peligro. Déjeme que mire una cosa y la llamo después.

Le aseguro que quiero resolver esto d la mejor manera.

Parecía que iba a colgar pero vuelve a pasarle otra cosa por la cabeza.

 Un consejo, no deshagan aún la  maleta demasiado, ya, ya le informare…

Ahora si que se escucha que cuelga.

La mañana terminaba, estaba dando paso al mediodía, en el hotel desde las 12:30H ya se puede comer, y el buffet terminaría sobre las 15:00 un  poco más tarde. 

En una jornada normal estaría lleno de gente, en la piscina o comiendo y cogiendo hasta última hora para terminar en el salon sobre las 18H con el plato vacio y empalmar con la zona de bar. 

No eran tiempos normales ni gente normal los que actualmente se hospedaban en el hotel, era por trabajo y estaban ahí hast saber si eran seleccionados o no, pero habían tenido extraños acontecimientos y sucesos, esperaban tras dar parte una pronta solución...

Leni colgó el teléfono algo confundida.

- Chicas, González no ha sido muy claro. Dice que llamará concretando más sus acciones - dijo arqueando una ceja. - Parecía ocupado, al parecer ya le habían llegado informaciones acerca de este asunto. Se plantean enviar seguridad privada, pero por otro lado también ha sugerido la posibilidad de que tengamos que evacuar pronto el hotel.

Ambas propuestas eran contradictorias. La novelista sugirió aprovechar para ir a comer mientras esperaban la llamada de Gumther. Dependían de su decisión para el siguiente paso. Si la llamada se retrasara, quizá podrían investigar por ellas mismas, aunque era una opción peligrosa. A veces un agente comprometido es como un puma acorralado.