Partida Rol por web

- Me parece que poco más sacaremos del predicador. Murmuró Lamar a Marcus en voz baja.

- Perdone predicador... Había pasado esto antes. Me refiero a esta posesión, o lo que sea que hemos visto. Preguntó al predicador volviendo a centrar su atención en él.

- No nunca, este es un caso único que está sucediendo en este pueblo, un pueblo tranquilo, no sé lo que ha podido motivar todo esto. Pero no había sucedido antes. Es un caso único como digo, y temo que el pueblo quede señalado por este suceso, y lo más peligroso es que no ha acabado hasta que se encuentre el cuerpo de Mary Whitelock, para que descanse en paz. Comentó el predicador angustiado.

Marcus asintió ante el comentario de Lamar.

—Gracias padre... tendremos en cuenta sus palabras.

Luego le susurró a su amigo, sin que lo escuchara el clérigo:

—¿Alguien alejado? ¿Qué viva lejos y cerca de Whitelock? No puede ser otro más que el viejo Ed pero ¿y si este hombre es un charlatán y nos quiere usar para atacar a alguien que no le cae bien? Anna dijo que el viejo Ed no acudía nunca al responso... no sé que creer.

- Sabes que los fantasmas son seres que han muerto en un hecho trágico.

- Sabes que los fantasmas suelen habitar en lugares cercanos a su fallecimiento.

- La canción hablaba de una mansión, de un altar.

- Los fantasmas suelen habitar en lugares deshabitados.

- ​​​​​​Mmmmm... Podría ser que nos esté intentando engañar. Lamar seguía hablando en voz baja con la intención que solo su colega lo escuchará. - Pero no perdemos nada por ir a ver a ese viejo Ed. Tal vez encontremos otro hilo del que tirar.

A veces agradecía que una de las secuelas de la guerra fuese su capacidad para poner cara de póker. Los dos hombres parecían genuinamente preocupados por Whitelock, pero no podía descartar nada, ya que no conocían a nadie aquí. Quizás estaba siendo algo paranoico al dudar de las buenas intenciones de este par de conciudadanos preocupados. Decidió seguirles el rollo para al menos, en el peor de los casos, sacar más información.

- ¿Es la hipótesis inicial, que hay un animal salvaje suelto que ha atacado al muchacho? Pensé que la idea general era que un muchacho que sufre un grave dolor por la pérdida reciente de su madre pudo haberse visto envuelto en un accidente, o quizás haberse perdido desorientado en el bosque. - Se encogió de hombros.- En cualquier caso, mantendré un ojo abierto. Y eso del cura pacifista suena interesante, ¿Podrían hablarme más de él? - Sonrió.- No escatime en detalles, siempre adoro una buena descripción.

El alguacil te dice: - Hay muchas hipótesis y nunca se deberían de descartar... pero el hecho de haber peinado la zona por los alrededores y no encontrar nada, es lo que produjo que se tuviera que dejar la investigación. El caso que yo mantengo como alguacil es que el muchacho se escapó. Los acontecimientos que hicieron que huyera lo desconozco pero lo más seguro es que esté lejos de aquí. Sin embargo, como he dicho no hay que descartar las otras posibilidades, y lo que el alcalde no se puede permitir es otro acontecimiento como este. La gente es muy supersticiosa, señor, y ya se empiezan a escuchar rumores sobre maldiciones, sombras que acechan y cosas que no queríamos que se dijeran. Lo último que quiere el alcalde es convertir este pueblo que tanto le ha costado que se hicieran inversiones en él, en una pueblo fantasma. No sé si me explico, te comenta el alguacil sacando del maletero del espléndido coche un revólver del 38 con munición que te lo alcanza para que lo cojas.

El predicador se mantiene sentado en su silla y la mueve para poder mirar por la ventana pensativo... Salís del pequeño despacho y en la antesala empezáis a hablar en tono bajo. Desde allí podéis ver a la pobre Anna que se mantiene confundida.

- Esto es muy interesante. Y raro - pensó Ronald. - Seguro que Caid quiere echarle un vistazo. Tal y como me dijo, esperaré a que me llame o termine de hablar con esos desconocidos. Seguro que puedo terminar con estos reactivos antes de que vuelva.

El Doctor se puso a trabajar mientras pensaba en las marcas que había encontrado en el exterior de la pared y las ventanas del cuarto de James, a unos 6 metros de altura. Parecían de un animal, pero fuera lo que fuese los arañazos se habían hecho con una gran fuerza para poder incrustarse en la madera. Lo más curioso de todo es que no había ningún otro resto (pelos, sangre...) en los alrededores ni en la pared, pero seguro que el detective podría averiguar algo más al respecto.

Caid asintió a sus palabras, tomando el revolver con la mano derecha* y guardándolo entre su baja espalda y el pantalón, mientras que las balas fueron al bolsillo del chaleco.

- No se preocupen, mantendremos el asunto de manera discreta, de hecho yo mismo redactaré un informe cuya copia será enviada a su despacho. Creo que todos queremos que lo que haya podido sucederle a James no vuelva a suceder, dos incidentes a la misma familia en menos de un año... No es lo mejor en época electoral, desde luego, y podría atraer mucha atención federal si no se maneja con cuidado. - Dejó caer esto último intencionalmente, la simple mención a los federales en un pueblo de estas características, hacía que las autoridades se mostrasen más colaborativas.- ¿Cabe la posibilidad de que pudiese acceder mañana por la mañana a sus archivos policiales? Nada intrusivo, solo cotejar un par de datos, por la seguridad del pueblo; creo que siendo un caballero tan preocupado por su lugar natal, coincidirá conmigo en que toda precaución es poca. - Recordó lo que había dicho un momento antes sobre supersticiones.- ¿Maldiciones, sombras que acechan y cosas que no querrían que se dijeran? Espero que no le importe ilustrarme un poco sobre esos detalles. He resuelto casos en muchas zonas aisladas del país donde las supersticiones locales solo escondían brutalidad e ignorancia a partes iguales, pero aprendí a nunca descartar un dato.

Si el tipo se mostraba colaborativo, sería su filón para avanzar en la investigación.

Marcus recogió a Anna y la llevó del brazo hasta el coche de Lamar.

—La dejaremos en casa para que descanse. No se preocupe. No ha pasado nada... ha debido ser algo relacionado con el estrés.

Mientras su compañero llevaba a casa a la buena señora le comentó:

— Estoy de acuerdo. Creo que lo primero será visitar a Ed y quizás, de paso que dejamos a Anna en casa, podamos comentarle a nuestros compañeros lo sucedido y ver si han descubierto algo. Si tuviera que dar pábulo a las historias de fantasmas es bien sabido que suelen rondar el lugar donde han fallecido. El puente y sus alrededores son un buen lugar... la canción que hizo entrar en trance a Anna hablaba de un altar... quizás debamos buscar algo parecido en la linde del río. ¿Un altar a antiguos dioses o espíritus? Recuerdo cierta ocasión en la que un perturbado cometió una serie de atroces asesinatos amparándose en que estaba poseído por el dios Alacrán, un supuesto espíritu al que rendían culto una tribu de nativos ya desaparecida. No digo que lo crea, pero digo que puede ser algo a tener en cuenta que afecte a una mente débil.

Intentaba decir esto en voz baja, sin que la buena señora se enterase atrás de su conversación.

Creíste que algo ocultaban, y que esas armas tenían algún propósito oscuro que no llegabas a discernir.

El alguacil se quedó embobado al ver cómo te enrollabas, después sacó una carabina con su caja de munición, intentando ser agradable con una ligera sonrisa en su rostro. - Bueno debemos de ser rápidos si John le ve con las armas tendremos un problema, y tiene que guardarlas para que no le descubra. Ya sabe que sí, nosotros no nos opondremos a ningún tipo de investigación, todo sea para ayudar a la familia y al pueblo. Te dijo ahora el alguacil algo nervioso y mirando para los lados. - Son supersticiones de ciudadanos sin fundamento la gente es así, suelen buscar o inventarse cosas cuando no se hallan pruebas. Te puso también el rifle y la caja a mano para que se lo cogieras.

Caid asintió mientras cogía con una mano primero el fusil y lo ponía del otro lado de la puerta y luego cogía la caja de munición y la depositaba con un movimiento de mano en la pequeña mesita junto a la puerta. Cuando vió al alguacil tan visiblemente incómodo, mirando a otro lado, intentó conversar con él siguiendo su vista de manera despistada.

- Entiendo, ya nos veremos en otro momento, señores. Si me disculpan. - Dijo retirándose un paso para ir a cerrar la puerta con la mano derecha mientras posaba la izquierda* en Excucrio, que estaba sobre la mesita de entrada al alcance de la mano. 

Algo en Caid, quizás su incesante enemiga ("la necesidad de analizarlo todo") le hacía pensar que quizás, esos dos tipos eran una distracción para que otros tipos entrasen en la casa por otro punto. Al acabar con esta visita tendría que peinar la casa tras esconder las armas. No sabía qué propósito tenían esas armas, pero no iba a dejarlas en la casa, si bien tampoco las dejaría fuera de alcance.

Caid te das cuenta que mira con particular atención a la carretera...

Virgil se siente complacido de dejarte las armas. - ¡Nos vemos mañana!, te dice con una sonrisa para después montarse en el vehículo y dar media vuelta...

El alcalde ha hablado poco pero también ves que está satisfecho del encuentro, por el gesto de su rostro.

Montándose ambos en el vehículo rápidamente salen en dirección al pueblo.

No notas nada extraño dentro de la casa, es decir ningún ruido de que alguien intentara colarse... ahora tenías unas armas a tu alcance.

Lamar condujo el vehículo con cierto aire de preocupación por la pobre señora Anna. Intentaba no ir demasiado rápido par no forzar los rústicos amortiguadores del coche.

- Sí, es una buena idea. Lo de la iglesia tenemos que contarlo a nuestros colegas. Creo que es una dato muy relevante. Añadió con una sonrisa preocupada. 

- Ay mi querido Marcus, ¿siempre pasan cosas de estas cuando nos juntamos los cuatro? Y aunque su rostro reflejaba preocupación, su tono de voz era de franca satisfacción. - No estaba satisfecho por las muertes sucedidas en el pueblo, era más la satisfacción de resolver un nuevo misterio. De poder encontrar las respuestas a ese misterio. Y aunque Lamar no era un investigador nato, le encantaba ver como sus colegas resolvían aquellos misterios. Le encantaba participar en aquello...

Salisteis de la iglesia con la señorita Anna, y ambos ofrecisteis vuestros brazos para que ella se apoyara. La confusión se albergaba alrededor de la zona, con ciudadanos mirando a lo lejos por lo sucedido de ver una avalancha de gente saliendo y gritando. Algunos se habían quedado a lo lejos mirando... otros en cambio se habían ido.

Antes que aquello fuera un impedimento para marcharos os montasteis en el coche y emprendisteis la marcha hacia la casa. Atravesando el puente pausadamente para después dirigidos hacia la casa de los Whitelock. Un coche lujoso se cruzó con vosotros que venía en la otra dirección. Dos hombres arreglados pasaron a vuestro lado, os miraron, viendo en la parte de atrás a la mujer que ahora miraba en dirección al bosque.