Partida Rol por web

"Por supuesto que lo quiero todo ¿Para qué si no me hice inmortal?"

Flyboy, el sangre débil

El pub de Juliet luce tranquilo durante las primeras horas de la noche.* Hoy las calles no están mojadas, algo raro en ésta húmeda y fría ciudad. Si el clima sigue portándose así de bien, lo más probable es que empiece a llegar gente y el bar se llene pronto.

Una noche movidita para Eve, que ya está atendiendo a algunos clientes detrás de la barra. Uno de ellos intenta flirtear con la camarera.

- un chupito para mí y... ¿te puedo invitar a otro?

Eduard no les quita el ojo de encima a ninguno de los dos des de su rincón. El chico debe tener la edad de Eve cuando ésta fue abrazada y seguramente no sabe dónde se está metiendo. El brujah los vigila, pero hoy tiene asuntos más importantes que atender: ha quedado con un informador nosferatu en unos minutos. Ese tipo de vástagos suelen ser puntuales, lo difícil es saber con qué cara se van a presentar.

Quien ya debería haber llegado es la señorita Heavenpeace. Juliet estará impaciente, pues lleva más de 20 minutos entreteniendo la setita y al ghoul con quienes ambas se habían citado para una lucrativa propuesta de negocio.

Eduard andaba vestido con un traque de etiqueta en aquél lugar. Sabía de las normas y sobre todo las cosas que exigían los nosferatu, por lo que prefería gastar un poco de dinero en vestirse bien que en tener que organizar sus planes en otro lado, además, no es que le faltara el dinero tampoco. Llevaba en su chaqueta, oculto entre sus ropas una cortaplumas inglesa, que era lo máximo que podría llegar a necesitar, al menos, de momento.

Observaba el lugar y todos los movimientos que allí se daban, sobre todo por el tipo que estaba molestando a la camarera en ese momento. El sabía que eso siempre ocurria, pero si se ponía pesado, ya solo sería problema del a seguridad del lugar, ya que vamos, no iba a hacer una escena en el dominio de otro vástago...a menos que me dieran una razón. En eso estaba, mientras miraba a mis alrededores esperando que apareciera mi contacto.

Juliet salió del almacén con una caja de botellas de refrescos y bebidas varias que se dispuso a colocar en una nevera que tenía debajo de la barra. Justo antes de eso, se dirigió hacia donde se encontraba Eve, que estaba lidiando con un molesto cliente (era alguien bastante habitual por allí, no solía molestar mucho, pero a veces había que pararles los pies en seco). Se acercó, psó una mano sobre el hombro de Eve y respondió: "Lo siento, no bebemos en horario de servicio". Acto seguido, dirigió una mirada con cierto cariño a Eve y volvió a su labor de colocar las botellas.

Era muy pronto para que el pub estuviera todavía en hora punta, si bien ya empezaba a notarse afluencia de gente. Cuando terminó con las botellas, dirigió su atención hacia la setita y el ghoul que se encontraban en el otro lado de la barra disfrutando de uno de los mejores "vinos" que tenía en su local, mientras miraba con un poco de impaciencia a la puerta, para ver si Milady Heavenpeace se dignaba por aparecer."Hace media hora que debía haber llegado. Para que luego digan de los ingleses y su puntalidad", pensó para sus adentros. 

– La jefa ha hablado – Respondió Eve con una mueca burlona al tipo que le había ofrecido el chupito. La verdad es que esos comentarios no le hacían ninguna gracia, pero sabía que a veces era necesario fingir y era importante mantener las maneras frente a los clientes. Acto seguido, se giró para coger una botella de Jäger al tiempo que le susurraba disimuladamente un “gracias” a Juliet.

Una vez terminó con el cliente, Eve recogió los pocos vasos y botellas de refresco vacías que habían dejado en la barra. Mientras tanto, observaba de reojo a Eduard. Antes de comenzar la jornada de trabajo de esa noche, éste le había comentado algo sobre una reunión y tenía bastante curiosidad por conocer los detalles. Sin embargo, aunque aún era temprano y no había mucho que hacer, no debía abandonar su puesto de trabajo.

Se abre la puerta del local y entra una persona, un muchacho joven, de unos dieciocho años, rubio con melenita y ojos claros. Un ario de manual. Abre la puerta y la sostiene durante un par de segundos, para que todos los que están en el local, se pregunten qué hace la puerta abierta o quién entra.

Es entonces cuando entra haciendo una mueca una mujer de mediana edad, de aproximadamente unos cuarenta años, con un rostros anguloso, perfectamente retocado según los cánones estéticos actuales, dando un aspecto de bonanza económica, mejor dicho, de éxito.

Ésa sería la palabra, proyecta un aura de éxito que hace daño a la vista. No camina hacia la barra, se desliza, como caminando sobre el aire, sobre unos railes invisibles que van directamente hacia Eve y Juliet. No mira hacia los lados, no está pendiente de los demás, es como si el tiempo se detuviese a su paso, mira directamente hacia delante, sin fijar la mirada en ningún punto. El mundo se detiene y vuelve a florecer a su alrededor a medida que avanza.

Al ver la cara de la setita, simplemente dice

- La gente "bien" llega cuando tiene que llegar, no cuando se le espera -sonríe y añade mirando de reojo a los sujetos en cuestión -procedamos.  Perdonen que les disculpe. Milady Heavenpeace. El gusto debe ser suyo, claro.

- Entiendo que te has asegurado que aquí se pueda hablar sin peligro.

Casi te asustas al escuchar esa voz justo a tu lado, y cuando te giras encuentras una mujer escuálida de piel cetrina a la que no habías visto entrar. Quizás llevara ahí más tiempo del que imaginas.

- Hay nuevos objetivos a la vista.

Dice sin quitarle el ojo de encima a Milady que ahora acapara la atención de todo el bar al completo. No hay duda que ha aprovechado la distracción general para hacer su aparición sin destacar.

Cuando Juliet interviene, el chico de la barra se queda terriblemente cortado.

- Pero...

Balbucea decepcionado. Llevaba noches observando a Eve des de lejos, y ahora que por fin había reunido el valor para entrarle, sentía como si le hubieran arrancado las alas de cuajo. El chupito de jägger sobre la barra fue como el martillazo en una sentencia. Compungido, el joven deja el dinero al lado y se retira sin si quiera probar la bebida.

El ambiente entero del local cambia por completo en cuestión de segundos con la entrada de Milady. Es como si todo el mundo contuviera la respiración por unos instantes. Des del patio de mesas, las miradas siguen a la trayectoria de la celebridad hacia la barra y como si sus pasos rompieran el hechizo que les había dejado sin habla, los cuchicheos se extendían por todo el local como una exhalación.

"si, si es ella..." "la vi el otro día en televisión" "¿no la notas distinta?" "dicen que tubo una historia con..."

- ¿Milady? ¡veo siempre tu programa! ¿me puedo hacer una foto contigo?

Una chica muy joven se acerca con el móvil en la mano. Su instagram está preparado para hacerse un selfie con el que seguro va a batir un nuevo récord de likes.

En el otro extremo de la sala, la cita de Eduard parece haber llegado y lo podéis ver conversando discretamente de pié con una mujer muy delgada.

La copa de vuestra invitada del ministerio en una de las mesas laterales está vacía. Ella y su ghoul esperan impacientes la reunión que habían concertado.

La mayoría de los clientes parecen servidos por ahora, quizás Eve se pueda tomar un respiro antes que empiece a llegar más gente.

A medida que haces circular la sangre alrededor de tu cuerpo, la piel oscura adquiere un brillo más saludable, tus párpados parpadean con más naturalidad y sientes que ya no llamas tan poderosamente la atención en medio de la multitud.

Juliet observó cómo Milady entraba al local haciendo su teatrillo. seguida por un séquito de "admiradores" que iban detrás de ella cuales perritos falderos, a lo que Juliet no pudo evitar poner los ojos en blanco. Reconocia que Milady tenía talento, de verdad, hace tiempo que seguía su programa y sabía reconocer su encanto, pero no podía evitar convertirse en una fuente constante de suspiros de exasperación cada vez que coincidía con ella en persona. En la tele, Milady era cautivadora, sensual, te atrapaba con su mirada y sus palabras. En la realidad, a Juliet simplemente le parecía "artificial". 

Cuando Milady ya terminó de hacerse una foto con aquella jóven y se dirigía hacia donde la toreador y el ghoul se encontraban, Juliet se dirigió hacia Eve: Encargate tú de la barra durante un momento, por favor. Milady y yo tenemos que encarganos de unos asuntillos. Y se dirigió hacia el lado de la barra donde Milady ya se estaba presentando de manera grandilocuente, a lo que Juliet tuvo que hacer un gran esfuerzo por soltar otro suspiro de exasperación.

Observé  a la recién llegada. Era el contacto, y como bien sabía, tenía una cara que desconocía. La escuché atentamente mientras desviaba la misión hacia Heavenpeace. Se notaba que sabía como llamar la atención, por suerte para mi, era justo lo que necesitaba. Tras haber desviado unos segundos la mirada hacia ella, volví a mirar de frente a la mujer que me acompañaba. Cerrando un segundo los ojos, me concentré en sentir como la sangre recorría mi cuerpo, como mi corazón comenzaba a latir, y como mis pulmones volvían a respirar. Volví a sentir ese calor en la cara de cuando uno estaba vivo. Finalmente, los abrí, y hablandole bajo entre tanto bullicio, para que solo ella me escuchara, le dije;

-Es bueno tener distracciones así, y como dices, llevo varios minutos observando en el lugar y todo parece tranquilo. Ahora bien, hablando de negocios...¿Que tan informada estas sobre lo que sucede en la ciudad? Necesito una información precisa...y a cambio estoy dispuesto a pagar el precio necesario por ella. -Dije, mirándola con seriedad.

Enarca una ceja y dice -hoy es tu día de suerte... - y sonríe ahora como haciéndole gracia su ocurrencia -podrás decirle a todos tus amigos que has visto una estrella. Una de verdad -posa con la fan abriendo los brazos como diciendo ... aquí estoy yo y cuando termina la foto y la chica se acerca para darle las gracias, lanza un gruñido y le enseña los dientes, espantándola.

Claro, tiene siempre la coartada de que es una vampiresa, su personaje es una vampira. La chica queda encantada de ver a Milady tal y como es en el programa.

Habrá pensado que no me he quitado los dientes...

Ahora a lo nuestro, a lo que íbamos.

- Bien caballeros... por dónde íbamos... ah sí... iba a dejarles que me propusiesen algo. Adelante, tienen mi permiso - miró de refilón a su conseguidora.

Eve vio como el joven se iba cabizbajo sin siquiera tomarse lo que le acababa de servir. Se dio cuenta entonces de que no parecía el típico baboso que trataba a las camareras como un producto más del local, cosa que hizo, curiosamente, que se llegara a sentir hasta un poco mal por el chico. Sin embargo, hacía ya mucho tiempo decidió que no se alimentaría de sangre caliente, por lo que acercarse a un humano de esa forma no podía traerle más que problemas. Mejor mantenerse al margen. Acto seguido cogió el pequeño vaso de chupito y tiró su contenido por el fregadero. <<Qué desperdicio>> pensó.

En ese momento llegó Milady. Al contrario que ella, Milady estaba acostumbrada a rodearse de humanos y tanto ella como sus admiradores parecían disfrutarlo de una manera o de otra. La malkavian y la tremere eran completamente distintas, pero no por ello se llevaban mal.

Cuando por fin parecía que podría tomarse un respiro, Juliet le pidió que se quedara a cargo de la barra.  – Claro, aquí estaré. – Le dijo ocultando su pequeña decepción.

- Al grano, perfecto.

Una media sonrisa delata algunas imperfecciones en la piel que se encuentra en la comisura de los labios de la mujer.

- Tus amigos de la camarilla están montando un evento de lo más entretenido para amenizar sus insulsas existencias. Van a poner unas normas parecidas a los de sus elíseos y tienen previsto abrir la convocatoria a vampiros de todas las inclinaciones políticas. El Succubus Night, ¿te suena?

expone sin prisas la Nosferatu.

- No es asunto mío, pero se que quienes luchasteis contra el Sabbat no les tenéis mucho aprecio a sus miembros y donde ellos ven una bonita fiesta, yo veo una oportunidad única para terminar de desestabilizarlos y echarlos de nuestras ciudades.

ahora deja de observar el paripé de Milady y se gira hacia tí.

- Te puedo facilitar la lista de invitados, pero antes hablabas del precio. ¿Qué estarías dispuesto a pagar?

Tu sangre fluctúa y tu piel adquiere un tono saludable a la par que te preocupas de cambiar el peso de pierna de vez en cuando. Ahora no sería fácil distinguirte de un humano corriente y sientes que te disimulas mucho mejor en el ambiente del pub. Tu ansia sigue bajo control.

A medida que haces circular la sangre por el cuerpo, tu piel adquiere un brillo más saludable, tus párpados parpadean con más naturalidad y sientes que ya no llamas tan poderosamente la atención en medio de la multitud. Sin embargo, notas la garganta seca cuando piensas en el bondadoso chico de antes.

Al acercaros a la mesa, una chica delgada de rasgos asiáticos y unos sugerentes labios rojos se levanta respetuosamente para saludaros. El chico rubio a su lado hace lo mismo.

 - Nos consta que han colaborado antes, así que la propuesta es para ambas.

Puntualiza la chica, con diligencia.

- Mi nombre es Linda Cho, y él es Eric Anderson. Representamos al sistema circulatorio.

- Buenas noches.

Saluda con una sonrisa encantadora el apuesto varón.

- Queremos hospedar una subasta en la Succubus Night que se va a celebrar dentro de unas semanas. Necesitamos a una entendida en arte que sepa gestionar todo tipo de eventos y personalidades.- dice mirando a Juliet- y alguien que conduzca el show.

Te das cuenta que tu expresión de decepción no ha pasado desapercibida cuando una chica de unos veinte años a la que habías puesto una cerveza hace un rato te comenta des de la barra.

- Es un poco dura contigo, no?

La chica esta sola y aunque trata de ocultarlo con un cuello alto, te has percatado que a la altura de la clavícula esconde un moratón.