Partida Rol por web

Nervios, incertidumbre, ansiedad. Con esas tres palabras se se podía describir lo que aquellos seis estudiantes universitarios estaban sintiendo en aquellos momentos. Habían pasado de la más pura euforia fruto de todas las sustancias ingeridas y la sensación de libertad que les otorgabaeñ mar y la compañía propia, a la seriedad más absoluta, casi al temor.

Y es que aquellos golpes en el casco del barco, pese a las tranquilizadoras palabras de Oliver, les habían cortado el rollo por completo. La idea de que un ser de enormes proporciones les estuviera hostigando bajo el lecho marino era cuanto menos preocupante.

Oliver se dirigió al timón, tenía claro que quería sacarlos de allí. Hugo hizo caso y lanzó una botella al mar, bastante lejos, John empezó a mirar por los prismáticos y Lian se acercó a la radio buscando una respuesta.

La botella se hundió sin más. Los prismáticos no revelaron nada extraño mucho y nadie respondió a la llamada por favor radio. Cómo dato relevante, no había ni rastro de la embarcación pesquera y cómo dato preocupante, el motor del yate no se ponía en marcha.

Lo primero que hicieron todos ellos fue mirar a sus teléfonos móviles y comprobar la cobertura. Cero... Nada... Imposible contactar con nadie. Eso era normal por la zona en la que se encontraban.

Y entonces sin tiempo a que nadie dijera nada, un nuevo golpe, este mucho mayor impactó contra la nave. El golpe provocó que el yate perdiera la perpendicularidad por unos momentos y casi volcar, lo que provocó que conservar el equilibrio fuera muy complacido.

“Sí, Hugo, sí, un tiburón. De tres cabezas y siete colas” . En su ensoñación Stacey pensaba que seguía nadando junto a Lian y Hugo les gastaba una broma. “Ven, Huguito, que quiero ver tu tiburoncito, jajajaja”.  Continuó tumbada, ocasionales caladas al piti, y un trago que otro a la birra. Los ojos cerrados tras las gafas de sol y oyendo a medias el ajetreo por al yate. Pero ausente, a su rollo total. Se terminó el canuto, extasiada, pensando en las lunas de Júpiter y preguntándose si existiría vida de algún tipo.

Aquel golpe que zarandeó de manera tan brutal el barco hizo que Stacey acabara con sus huesos sobre la madera de cubierta, la botella de cerveza rodando lejos. Pestañeó, perpleja, y un punto recuperada de su sopor. Solo un punto. Logró ponerse de rodillas y miró alrededor con ojos turbios cuajados de confusión.

-¿Qué coño pasa? ¿Qué estáis haciendo? ¿Lian?

-Cojones!! Agarraros!!

.. .es lo que acertó al sentir el movimiento bajo sus piés; por ventura, está parcialmente resacoso, no borracho ni colocado, así que consigue agarrarse fuertemente, aunque el baile ha sido duro de narices... El efecto colateral, es que ya no se acuerda de la resaca ni de la cerveza ni de nada que no sea lo que importa ahora...

-Vale! Descartado que sea un arrecife!... Hasta donde yo se, los arrecifes no se mueven!

... o sea, opciones que quedan... debe ser algo en movimiento: no es una burbuja de una repución marina, pues habría otras.. y no nos habría dado 3 veces a nosotros, justo a nosotros... así que... joder... o un submarino o un bicho, y menudo bicho!!!

-Será una ballena juguetona, o un cachalote... atentos a si lo véis salir a respirar

... prefiero no pensar en Mobby Dick..., y mientras busco con la mirada a los demás, para ver si están bien...

No hay 2 sin 3, así que, llegó y fue más brusco que los dos primeros golpes, de hecho movió toda la embarcación, y el zozobro fue tan fuerte que casi me voy al agua - ¡¡Uyuyuyuy!! - Está claro que no era una tortuga como había dicho Oliver, más bien tenía pinta de algo mucho más grande, quizás lo que dijo Hugo o algo parecido, en todo caso después de darle 3 golpes al yate constituía una auténtica amenaza. 

¿Estáis todos bien? - Primero de todo, saber si todos siguen a bordo o alguien ha caído, en ese caso habría que apurar para sacarlo del agua. - Hay que arreglar ese motor como sea, ¿quién sabe algo de mecánica? que baje y lo intente. - Había que salir de ahí, así que, prioritario arreglar el motor porque salvo que apareciera un barco, habría que dar un aviso a los guardacostas o a cualquiera que nos pudiera ayudar, pero claro, sin cobertura de móvil y la radio antes no daba señales. 

Vamos a procurar mantener la calma - Imprescindible, el pánico no ayudaba nada- Alguien que se ponga con la emisora de radio a pedir ayuda, por favor. - Una buena forma de evitar entrar en shock era hacer algo, así que, empecé a distribuir a mis compañeros con tareas - Necesito a alguien que vigile esa cosa, que coja los prismáticos por si ves algún barco también - Por el tamaño nos podía destrozar el yate en cualquier momento, pero por lo pronto teníamos suerte; también que el bicho no saltara, sino menudos sustos.

Aquella lata se hundió sin remedio sin que nada pasara. Tras unos segundos, ya apenas se distinguía el punto donde había caído. Esa insignificante cerveza no era nada comparado con lo que vio. Quizás el grito de alarma había sido exagerado, pero la enorme sombra marina hubiera asustado a cualquiera.

Las palabras de Lian eran de las pocas que transmitían confianza y parecía saber lo que hacía, todo lo contrario que Stacey, que parecía vivir en un mundo paralelo.

Hugo no tenía muy claro lo que hacer. Muchas dudas rondaban en su cabeza, quería ayudar y estar en todos lados, pero era consciente de que no podía. A la vez, quería explicarles de nuevo, que aquella sombra que había visto no era ninguna broma ni estaba loco.

En medio de aquella indecisión, en el centro del barco y ante aquel titubeo, pudo sentir un tercer golpe directo al barco...

Se agarró como pudo al timón mientras contenía otra arcada. Ahora ya no estaba tan seguro que fuera una tortuga. Puede que sea una ballena, a veces juegan con las pequeñas embarcaciones creyendo que son otras ballenas. Ni el mismo se creía la mentira que había contado para tratar de tranquilizar a las chicas.

Tras preguntar, me doy cuenta que no todos responden, así que, me preocupo miro sobretodo en el agua por si alguien se ha caído, algo muy probable dado que el golpe esta vez fue bastante brusco y nadie estaba advertido - ¿Dónde está Hugo? - Busco por las cercanías del yate, por ver si están cerca o no.

Oliver, ¿hay en el yate algo parecido a una pértiga con gancho? - Subir a alguien al barco estando en el agua no parece una tarea muy sencilla salvo que sea por donde están las escalerillas. Ah, me acuerdo que traje una cuerda, la verdad que iba a tener otros usos, pero mira, nunca se sabe - Stacey, cari ¿podrías traerme del camarote la cuerda que no usamos ayer? 

Con un poco de suerte, lo sacamos antes de que lo que sea que esté en el agua se de cuenta de su presencia y vuelva. - ¡¡Nada hasta aquí, Hugo!! - hacia las escalerillas.

La pelirroja porretas empieza a tener conciencia de que algo malo, muy malo, está sucediendo. Aunque no llega a discernir de qué se trata exactamente ni de su gravedad. Nadie le da una respuesta clara y las expresiones de inquietud de sus amigos empiezan a asustarla. Pasea la mirada por la cubierta, con cierta aprensión, busca a Lian, y la encuentra dando órdenes aquí y allá. Es excitante verla así, parece una marina aguerrida y experimentada. Su nueva chica le dice algo.

-¿Eh, qué? –se aparta el cabello rojo de la cara, como si con ello pudiese espantar el atontamiento que lleva encima y la cara de boba observando a Lian- Ah, la cuerda, sí, vale, voy a por ella, bizcochito. ¿Una cuerda? –se mueve con sutil agilidad para su estado camino del camarote. “¿Para qué trajo una maldita cuerda?. Qué mujer. Es la hostia”.

-Joder, para cuando queráis traer la cuerda, Hugo será viejo!!  Tío, nada, por tus güeboos!!!

Corro a la borda para tumbarme en ella, en el lugar más cercano a Hugo, y que se me pueda agarrar a la mano y subirle de un tirón, porque si esperamos a que llegue la cuerda... y vamos, que el tío creo que nada más o menos bien... si no, no se habría metido en un barco de borrach@s!

—¡¿Pero qué coño está pasando?! —Lucie no se podía creer que todo aquel cúmulo de circunstancias se dieran de golpe. No funcionaba la radio, el barco que habían visto hacía unos minutos había desaparecido del mapa, el motor no arrancaba y ¡estaban sin cobertura! Parecía que todos los planetas se habían alineado para joderlos a ellos.

Intentó respirar hondo para mantener la calma y, ante las preguntas de Lian sobre quién podía arreglar el motor o incluso la radio, salió de su estupefacción dispuesta a sentirse útil.

—Voy a echar un vistazo —dijo mientras se dirigía hacia la trampilla debajo de la cual se encontraba el motor, pero justo en ese momento un golpe mucho más fuerte que los anteriores la desestabilizó por completo, impulsándola directamente hacia la borda. Sintió un golpe muy fuerte en sus costillas y tuvo que agarrarse con fuerza a la barandilla para no caer al agua. Sin embargo acabo por soltarse y caer del otro lado con dirección al mar. Se zambuyó en el agua. Estaba fría. Más fría deo normal y al salir miró hacia la embarcación buscando a sus colegas.

- ¿No hay un puto salvavidas en este jodido barco? — Preguntó empapada.

Lanzarlo para que lo cogiera mientras el resto lo arrastraba hacia el yate era una solución tan válida como la pértiga por la que preguntaba Lian.

El golpe en el casco de la nave provocó que todos rodarán por la cubierta. Todos salvo Oliver, que estando a los mandos del yate, pudo mantener la posición. Lo peor fue que Hugo acabó rápidamente en el agua pese a que Lucie se agarró inicialmente a la barandilla, al final también acabó en el mar.

Los dos asustados ante la inmensa incertidumbre de no saber que era lo que había golpeado el yate y principalmente, no sabiendo cuantos dientes tenía y de que tamaño. Comenzaron a nadar de forma frenética hacia el yate. Por suerte desde su posición vieron como sus amigos se movilizaban para lanzarles cuerdas, salvavidas e incluso un bichero.

No obstante, no podían impedir que sus miradas se dirigieran hacia las profundidades marinas y concretamente hacia la parte inferior de la embarcación que acababan de abandonar de forma inesperada.

Mientras tanto en cubierta, Oliver seguía tratando de poner en marcha el yate. Pero... No hacía mención alguna. Giraba la llave en el contacto y nada... Estaba muerto. No sabía que podía haber pasado. Los golpes en el casco no tenían porqué haber afectado para nada al motor. Sumando eso a que tampoco funcionaban las comunicaciones, todo se volcia un tanto misterioso.

No había ni rastro de la embarcación pesquera. Era como si se la hubiera tragado el océano y lo más extraño era que una extraña niebla acababa de entrar en escena sumándose a esa anormal bajada de temperatura con la que habían amanecido.

La niebla se acercaba hacia ellos engullendo todo a su paso. Parecía provenir del interior del océano y lo hacía a gran velocidad. Pronto estarían rodeados de aquella densa bruma.

Llegó hasta su camarote, buscó y encontró la cuerdecita y regresó a cubierta. Para entonces su cerebro comenzaba a tener conciencia de la situación, aunque de manera parcial: habían chocado con algo repetidas veces, no sabía qué.

-Toma, la cuerda, Lian.¿Qué coño ha pasado? No entiendo una mierda.

Se asustó al enterarse de que Lucie y Hugo cayeron al mar. Desde la borda los vio nadar acercándose al yate-¡¡Lucie, Hugo!! - Stacey, pálida de pronto, se apartó de la barandilla.

Vio la niebla, la espesa bruma que se les venía encima, y solo pensó en que la climatología había girado en contra de ellos de manera inesperada. Nada así apareció en las predicciones del tiempo de la semana, pero claro, a saber cómo funcionaban las borrascas en el seno de la hermana Mar.

- ¡¡Arranca, Oliver, se nos va a tragar la nieblaaaaa!! -No sabía todavía que el motor no quería ponerse en marcha; ni que los móviles no funcionaban. Por eso se fue corriendo de nuevo al camarote en busca del suyo, y de paso para beberse un litro de café a ver si se despertaba.

Hago rápidamente un nudo y le tiro el flotador atado a Lucie, así que, una vez que lo agarre tiro de la cuerda y la ayudo a subir al barco. Considero que John hace lo propio con Hugo. - Stacey, los golpes que acabamos de recibir, tanto John como Hugo han visto un animal en el agua, un tiburón grande o una orca o algo así, parece que le ha cogido cariño al yate - Para no preocuparla, así como evitar el pánico de cualquiera que me esté escuchando, matizo - no sabemos si es peligroso o no, pero mejor estar a salvo a bordo que tener esa incertidumbre en el agua, ayúdame con Lucie.

-Vamos tío, agárrate a mi mano!!!

Grito a Hugo; no ha caído lejos del barco, pues al estar este parado... un par de metros de nada, pero está el miedo a que algo te pille de las piernas (o de otro sitio peor, no me jodas, ¿por qué tengo que pensar eso??) y te arrastre al fondo del mar... En cuanto le tenga aferrado, del tirón que pienso darle le planto en cubierta. Se por los gritos que al otro lado andan haciendo algo parecido, creo que con Lucie

Mientras espero con mi mano tendida a que Hugo se agarre, que ya casi está tocándome las yemas de los dedos, pienso en voz bien alta, por si me oyen y es algo útil

-Parece que no tenemos electricidad en todo el barco.. Es así?? ni en los chismes a batería como los móviles??

... mierda... algo se... puede haber sido algo similar a un EMP, un Pulso Electro Magnético, que es algo que fríe dispositivos electrónicos... pues como sea eso, es una putada de dimensiones bíblicas...

El golpe fue, ademas de fortísimo, inesperado. Inevitablemente, Hugo perdió el equilibro y salió rodando hasta que sintió como sobrepasaba la barandilla del barco.

El impacto contra el agua activó todos sus sentidos, sus instintos mas primarios de supervivencia le invadieron. No pensaba en nada, solo en volver a llegar a tierra firme, aunque con el suelo del barco también se conformaba, su situación no permitía exigencias.

-Vamos tío, agárrate a mi mano!!!

Salió a flote y se quitó el agua de la cara. Una voz le hizo volver a orientarse.  De forma insconciente, sus piernas pataleaban con fuerza, consiguiéndose mantener sin problemas a flote.

No tenía ni idea de si era el único que había caído, pero veía a John tendiéndole la mano y en ese momento no necesitaba más. Concentró todos sus esfuerzos en llegar a aquella mano e intentar subir de un solo esfuerzo.

De momento, no le había dado tiempo a pensar en aquella sombra que había visto hace escasos minutos, pero era cuestión de tiempo que, si seguía en el agua, el pánico acabaría llegando.

Pese al miedo inicial de que algo les atacara desde las profundidades, nada sucedió. Entre todos lograron subir abordo a los dos jóvenes que habían caído por la borda y finalmente, los seis amigos de universidad, volvieron a reunirse en cubierta. Esa fue la única buena noticia, todo lo demás era bastante preocupante. El motor seguía sin arrancar, las comunicaciones seguían sin funcionar, el barco iba a la deriva y aquella densa niebla que casi se podía coger con las manos, acabó por rodearlos por completo. Otra buena noticia fue tras los tres golpes iniciales en el casco, aquella extraña actividad cesó por completo.

Por suerte, tenían provisiones suficientes para sobrevivir sin mucho problema unos cuantos días. Por mucho que siguieran a la deriva, al final iban a llegar a algún sitio civilizado o se toparían con alguna otra embarcación. Además, aquella extraña niebla no podía durar demasiado. No salía en ninguna previsión meteorológica, eso era una evidencia. Tampoco se habían adentrado tanto en el océano y bueno, la cobertura móvil o de radio regresaría en algún momento... Eso era evidente. ¿O no?

Fuera como fuera, eran gente inteligente. Gente preparada para casi cualquier situación. Oliver conocía el mar, las cartas náuticas y todo sobre el funcionamiento de un yate como aquel. Lucie sabía bastante sobre mecánica, podría darle un vistazo al motor de la nave. Igual era algo que pudieran arreglar fácilmente. Stacey podía hacer calmar las emociones de sus compañeros, para eso estaba metida en el mundo de la meditación. Lian era una verdadera líder con muchos recursos. Hugo era un joven voluntarioso, un chico con el que siempre se podía contar. Y John... bueno, cuando a John se le pasara el dolor de cabeza, seguro que podía hacer algo.

Stacey se quedó tan perpleja y anonadada con el sucinto resumen de Lian acerca de la situación que a lo único que atinó fue a seguir sus indicaciones colaborando en el rescate de Lucie. ¿Un tiburón, una orca? Temblaba ligeramente y no era por el frío. Pero gracias también al miedo que empezaba a recorrer sus venas su cerebro pasó a modo estándar perceptivo y alerta. Tuvo la presencia de ánimo suficiente para correr hasta los camarotes, coger su móvil, nada de cobertura, y toallas y ropa para Hugo y Lucie. Ayudó a Lucie a secarse- Vamos, vamos, tía, tú tranki, no ha sido nada, ya estás arriba, aquí, con nosotros, con todos. Venga. Te traigo un café.

Bajó y subió con la bandeja, tazas, café, bizcocho, biscotitas, miel, mantequilla. Ni ella misma se creía que hubiese preparado todo eso, no era para nada su estilo. La ansiedad la llevaba a ponerse en acción.

-Va, un café, venga, comed alguna cosa. Lian, ven, toma –le acercó una taza de café negro bien cargado y le dio un beso –Toma esto, Lucie, tú también Hugo, toma, bebe-  Mientras, la densa niebla rodeaba al yate.

Miró otra vez al móvil, probó buscando cobertura, nada de nada. Se fue cerca de proa, tomó asiento en el suelo, junto las palmas de las manos y elevó plegarias a los espíritus de la naturaleza en silencio durante un rato. Se calmaron sus nervios, mas no su miedo.

Luego se acercó un momento a Hugo y Lucie -¿cómo estáis? ¿Mejor?

Parece que los momentos de mayor tensión han pasado, una vez que tanto Hugo como Lucie, se encuentran nuevamente a bordo del yate. - Gracias, Stacey - se las doy de la mejor manera, cogiéndola de la cintura y besándola, tratando de hacer olvidar esos momentos de miedo e incertidumbre. 

Debemos organizarnos, ahora mismo estamos sin rumbo, vamos a la deriva hasta que no consigamos arreglar el motor, sin comunicación mientras sigamos fuera de cobertura y sin radio, pero por el momento estamos bien, tenemos comida, el barco no tiene vías de agua y fuera del susto, nos tenemos unos a otros. - Con mis palabras trato de suavizar el ambiente, calmar la ansiedad. 

Eso no quiere decir, que nos tumbemos a esperar sino que, hay que racionalizar la comida y la bebida (por suerte embarcamos con mucha cantidad), vigilar cualquier cosa que se nos eche encima ya sea por debajo del agua o cualquier cosa que flote y que por la niebla no nos vea - Alguien tiene que quedar encargado de las vigilancias, más de 1, pero bueno hay prismáticos), Lucie seguramente podría echar un ojo al motor, y los demás podríamos encargarnos de separar las cosas necesarias de las superfluas de nuestros equipajes, es una idea.

Una vez todos a bordo, y con la sensación de "seguridad" tras unos momentos de tensión, reparo -y mira que era difícil no hacerlo- en la niebla... la espesa, silenciosa, y jodidamente opaca, niebla.... La sensación es rara... de repente. pienso que somos un corcho en una bañera, donde han apagado la luz del baño, de modo que flotas, no te mueves, y no ves una mierda... o sea, como estamos ahora

Afortunadamente, parece que el pánico no ha cundido, y estamos intentando ser racionales; mis sospechas son que el sistema eléctrico está off, y sin él, ni comunicaciones ni motor, pues los controles deben ser también eléctricos... lo cual nos deja la opción... de esperar

... Pues vaya mierda de opción

-Vale, me pongo también a vigilar

... porque puestos a hacer algo, por lo menos a ver si somos capaces de ver lo que nos ha llevado a esto. Subo a la posición del timón, que tiene vistas a 360 grados,... y veo que es inútil usar prismáticos... apenas se ve más allá de la proa. Eso sí, en este silencio, cualquier ruido podremos notarlo, así que... ojos y oidos bien abiertos

Por fortuna, estoy sereno...