Partida Rol por web

—¡Joder, joder! ¡Abrid! Había un cadáver! ¡Un cuerpo sobre el tronco! —gritó Ylia aporreando la puerta. 

Le daba igual todo, estaba blanco de miedo. ¡Lo había visto con sus propios ojos!

Todos abrieron la puerta a Ylia. El hombre tenía la cara blanca, había dejado la camioneta inservible por el momento y hablaba sobre un cuerpo encima de un tronco.

El grito de Ylia no la hizo gritar, pues estaba lo suficientemente acostumbrada a sorpresas como para que su cuerpo mantuviera el control. Sin embargo, le invadió un coctel compuesto de miedo y preocupación, que amenazó con hacerle salir el corazón del pecho.

Por unos instantes, la señora rescatada quedó en segundo plano, incluso la rueda reventada, apresurándose a abrir la puerta para cerciorarse de que su amigo estaba bien. La reportera tomó la iniciativa en ello, así que Viktoria simplemente le brinda ayuda si se atascara para abrir la puerta fruto de los nervios.

La primera impresión es que Ylia se había podido herir con la motosierra, pero pronto la idea se disipa tras escuchar las palabras que salen de su boca.

- ¿Estás bien? - pregunta preocupada - ¿Un cadáver? - y ahí sale de la furgoneta para ver.

Bajaron de la camioneta y pudieron ver la rueda pinchada, así como la motosierra aún funcionando tirada a un lado. El tronco se encontraba como Ylia lo había dejado. Apenas había rozado parte del mismo antes de soltar el instrumento y salir corriendo y gritando al efecto. Allí no había cuerpo, ni nada similar.

No muy lejos había empezado a prenderse un pequeño montón de hierbas secas. Parecía como si alguien hubiera tirado una colilla encendida y aún era un fuego controlable. Lo peor que podía pasar en ese momento era que un fuego arrasara la zona, más si había montones de paja o espantapájaros como Christina había descrito.

La furgoneta podía mantenerlos calientes en el interior, a costa de gastar la batería. Se encontraban sin línea de radio, sin cobertura y en un punto donde en teoría podrían encontrarlos el otro grupo de rescate, pero deberían confirmar su posición exacta para ello.

Además habían encontrado una mujer al borde de la hipotermia, si había dos personas desaparecidas, el tiempo era determinante para que el rescate fuera exitoso y no el de un cadáver. Era el momento de moverse y el bosque parecía llamarlos de alguna forma, esperando que se perdieran en la oscuridad que brindaban aquellos árboles que tapaban la luz de la luna con sus ramas espesas.

André miró a Ylia desconcertado ante esa reacción. Había visto y recogido junto a él muchos cadáveres, no sabía a que venía ese comportamiento ¿estaría sugestionado por lo que había contado la muchacha? ¿Habría visto algo más que un simple cadaver?

Bajó de la furgoneta sin decir nada, encendió la linterna y fue directo a la motosierra. La pisó por el asa y acto seguido la apagó. Ahora con un ambiente más tranquilo se dirigió al árbol, no sin antes extinguir un pequeño fuego que le costó apagar con las botas removiendo la tierra.

Ahora sí, se dirigió al árbol y lo recorrió por delante y por detrás.

- Eh Ylia! parece que el cadaver estaba bien vivo! - dice mientras se encamina de vuelta al grupo, mirando a Ylia pensando como iba a explicar la situación. Al estar junto a él y Viktoria les comenta - Tenemos que volver a entrar. A ver quien se queda mientras con la mujer y los periodistas.

No sabía muy bien qué decir sobre el cadáver. Se imaginó que el hombre se habría sugestionado con el ambiente, miedo generalizado y  las palabras de la mujer rescatada, ya que al buscar por los árboles no encontró nada más que humo. Eso, en un bosque, nunca era buena señal.

Fuego.- Señaló con un golpe de cabeza hacia el lugar, esperando que alguno más se percatara.- Joder, hay un puto incendio en el bosque y, por lo que vi, este lugar está lleno de paja y ramitas secas.- Cruzó los brazos para mantener la temperatura en su cuerpo, aunque era complicado.- Esa mierda se va a propagar. No tardará en llegar a nosotros.

—Os juro que vi un cadáver sobre el tronco... y por eso solté la rueda... —dijo Ylia, tratando de agacharse a recoger la motosierra— no entiendo nada... esto debió apagarse cuando la solté. No moverse por encima del tronco y por el suelo hasta la puta rueda. ¡Parecía que estuviera viva!

Las motosierras tenían un dispositivo para sólo estar encendidas con alguien a los mandos. 

—Voy a recogerla. ¡Apagar ese fuego! ¡Debe haber saltado una chispa! Con la niebla no se extenderá, pero hay que asegurarse. 

Acudió raudo al encuentro del cadáver, siguiendo los pasos de los rescatistas, pero en la imagen que registró su cámara tan sólo se apreciaba la corteza del árbol caído. Andre aventuraba la hipótesis de que el cuerpo en cuestión perteneciera a un ser vivo, por lo que Mihail encendió la linterna de su cámara y enfocó al suelo.

—Eh, a ver si hay huellas por algún lado.

Sin dejar que el crepitar del fuego o la rueda cercenada le distrajeran, comenzó a inspeccionar detenidamente cualquier rastro reciente de movimiento en las inmediaciones de la camioneta.

Ahí no había cuerpo, ni rastro de sangre, ni nada. Lo que hubiera visto Ylia podía haber sido fruto de su imaginación, pero para él fue real. Había notado la sangre saltar sobre él, o eso pensaba. Entrar en aquel bosque para rescatar a gente no era fácil, habían visto de todo, sobre todo cuerpos. Cadáveres pálidos, desnudos y a veces hinchados. Que se habían internado en el bosque por diversas razones y nunca habían vuelto. Aún había muchos desaparecidos que nunca fueron encontrados en la zona.

La motosierra se había quedado funcionando por alguna razón extraña, desgarrando el neumático. Es más, aparte de un neumático que cambiar, ahora tenían un fuego que apagar. Tuvieron que tirar de sus reservas de agua para que aquella pequeña fogata no quemara el bosque entero. Por suerte el ambiente húmedo había evitado que se propagaran las llamas más deprisa.

Ahora eran ellos los que necesitaban ayuda.

La mujer había bajado también de la furgoneta y mirada hacia la oscuridad de los árboles, con la vista perdida.

-Ya viene, no dejará que ninguno salgamos de aquí...- repite sin apartar la vista. -Hará que nos movamos en círculos y nunca abandonaremos el bosque...

-Eternamente congelada- repitió en un susurro y volvió a mover la cabeza hacia delante y hacia atrás, con una leve inclinación. Era como si estuviera en un bucle mental, bloqueada.

El cámara echó un vistazo a su alrededor. No sabía mucho de supervivencia, o de bosques, o de rescates, pero tenía una mirada experta para encontrar la noticia si había algo en aquel lugar. Y allí había algo, unas huellas de pies infantiles marcadas en el camino embarrado se perdían en el interior del bosque.

No tuvo que caminar mucho para comprobar que el rastro era lo suficiente fresco para tratarse del mismo día. Mihail siguió el rastro y se internó en el bosque. Oía pasos detrás de él, suponiendo que Christina le seguía. Las huellas le llevaron al interior de una madriguera, donde estuvo tentado a asomarse para comprobar.

Enfocó con la linterna de su cámara hacia el interior y vio un móvil entre las hierbas que ahí crecían.

Bajó del vehículo en busca de un cadáver que nunca encontró. Paseó el haz de su linterna, que junto con los de sus compañeros crearon un baile espectral entre la oscuridad, que no mostraron cuerpo alguno. De forma instintiva, sus ojos buscaron los de Ylia, esperando alguna serie de explicación. ¿Se le estaba yendo la pinza? Ylia nunca gastaría una broma de ese cariz y menos al precio de un neumático. 

No se quedó esperando respuesta, pues la visión del fuego la alarmó y se dirigió rápido a por el extintor reglamentario que debían de portar en un vehículo como aquel, pero para entonces alguien agotó las reservas de agua en ese menestar. 

- Yo que se, el seguro debió fallar y la hizo moverse por el suelo hasta la maldita rueda - dijo con disgusto, pues esa era la única explicación lógica que su cabeza llegaba a concebir - Ahora estamos en la mierda. No tenemos agua, no tenemos cobertura, la otra unidad no sabe nuestro punto exacto, la señora se nos puede qeudar aqui por hipotermia, tenemos que cambiar la rueda, encontrar a los hermanos... - Si, Viktoria a Viktoria le estaba dando ansiedad por el cúmulo de tragicas desdichas.- Señora, debe volver al vehículo, por favor... - Dijo rápidamente a la señora, que había salido de la furgoneta para delirar, tratando de volver a conducirla al interior. 

Trató de tranquilizarse después.

- Si, tenemos que separarnos. No podemos dejar la señora aquí y tampoco la podemos llevar. Alguien debe quedar con ella y los otros buscar a los hermanos. Yo puedo quedarme.- añade y mira  a los reporteros - Y por supuesto creo que el tema de grabar ya está de más. 

André asiente con la cabeza ante el comentario de Viktoria, y acto seguido se dirige al grupo en general.

- Bien, Ylia y yo vamos a adentrarnos un poco más por el camino que recorrimos antes y que tuvimos que abandonar por el incidente que todos conocemos. Hay dos personas desaparecidas que siguen necesitando nuestra ayuda. Tenemos otro equipo de rescate que no tardará en llegar, si es que dan con nosotros pronto. Y nosotros dos estaremos de vuelta en unas horas para ser relevados - hace una pequeña pausa - Tenéis todo lo necesario en la furgoneta así que no hay ningún problema. - mira a Ylia - ¿Te encuentras bien? ¿Prefieres descansar tú aquí? - interroga preguntando disimuladamente por su estado mental.

—No, no, puedo ir contigo. Os juro que vi un cadáver sobre el tronco —dijo Ylia abrumado. 

—Pero podemos cambiar el neumático de la furgoneta y largarnos... siempre que levantemos el tronco. Antes de nada... —se acercó con cuidado a la motosierra, la sujetó y la apagó. 

—Vamos ya. El resto pueden ir cambiando la rueda. 

Podían quedarse a salvo con Viktoria y ayudarla, si es que eran capaces. Pero igual querían venir, como idiotas, a perderse en el bosque. 

Mihail, que se había entretenido buscando algún rastro que explicara el comportamiento errático de Ylia, pronto descubrió algo que parecía redimir al rescatista conspiranoico.

—¡Eh! ¡EH! —llamó gritando al resto— Aquí hay pasos. Frescos. Como de un niño.

Entrecerró los ojos con una sonrisa satisfecha en los labios, dedicando una mirada triunfal hacia Christina. A ver si aprenden éstos cómo rastrear críos, pensó mientras se adentraba en la arboleda, alumbrando el camino con la linterna de su equipo. El intrépido cámara se adentra en la espesura del bosque, dispuesto a confrontar peligros insospechados. El rastro se perdía en el interior de una madriguera. Mihail movió la cabeza de un lado al otro, como un boxeador calentando antes de entrar al ring, y depositó con cuidado la cámara en el suelo, frente al agujero.

—¡EH! Hay un móvil ahí dentro —anunció tras una breve inspección, tras lo cual procedió a estirar el brazo para coger el teléfono.

El cámara metió la mano en la madriguera y palpó hasta encontrar el móvil que había visto desde fuera. Aquel agujero tenía el diámetro suficiente para que entrara alguien a gatas. Algunas plantas crecían en su interior y se acumulaban hojas secas, por lo que no se podía ver el final del túnel ni a dónde llevaba.

Cuando sacó la mano y vio el dispositivo, tuvo que chasquear la lengua al ver que la pantalla estaba rota. El teléfono estaba inservible debido seguramente a una caída.

Parecía que la organización tomaba forma. Viktoria podia cambiar la rueda, si necesitaba ayuda, para eso quedaban los reporteros...

Los reporteros.

- ¡Eh! ¿Donde vas? No vayas solo, es peligroso. ¡Chaval! - Viktoria perdía los nervios. Con la neblina y lo inhóspito del lugar podría caer, torcerse algo, romperse algo... ser una carga más. Sin embargo, los pasos del cámara no se detenían y se alejaban entre la arboleda  tras las huellas que parecía haber visto. 

Viktoria miró a la señora, que deliraba.

- Permanezca dentro del vehículo. - instándola a entrar, para poder cerrar y evitar que salga y se extravíe, y acercarse a donde el cámara había encontrado el teléfono móvil. - Puede ser de alguno de los desaparecidos... 

Cuando todo parecía dispuesto para adentrarse de nuevo en el bosque escucha al cámara decir algo sobre pasos de un niño. Le dice a Ylia entre dientes - No, si al final estos servirán para algo - y se encamina para allá.

Inspecciona las huellas, y las sigue hasta la madriguera. Se agacha e inspecciona aquella cabidad alumbrando dentro. Mirando desde abajo hacia los demás. - Parece que vamos a tener que inspeccionar ahí dentro - el simple hecho de imaginarse arrastrandose en aquel agujero le revuelve las tripas. Se levanta y mira el reloj. ¿Donde cojones estarán estos cabrones de relevo?

—Sí, pero aquí sin la clave no nos va a servir de mucho... —dijo Ylia— sin embargo... podríamos entrar en esa madriguera. Alguien con una cuerda para que tiremos de él si se queda atorado. Con una linterna y una cuerda. 

—Yo... yo puedo ir primero. No me importa. Pueden estar ahí dentro, pobres chicos. 

Ylia parecía dispuesto a arreglar su cagada. 

La situación se estaba desbordando tanto que ya ni sabía cómo podría enfocar el reportaje con tanto cambio. Desapariciones, menores, cadáveres, ruidos siniestros, nieblas… Lo tiene todo. Dijeran lo que dijeran ellos debían seguir haciendo su trabajo, ya no solo para capturar las imágenes del morbo sino también para enseñar al mundo la situación real que se viven en esos bosques. La gente necesitaba saber, y ellos eran los únicos que podían mostrarlo sin edición.

Recuérdame que le pida al jefe que te aumente el sueldo Mihail.- Colocó una mano en el hombro del cámara como felicitación para animarle, aunque en realidad no iba a pedir tal cosa. Después se giró a Ylia, aunque estaba más pendiente de la madriguera.- ¿Vas a entrar ahí? – No parecía una buena idea mirara por donde mirara, y por supuesto ella no se iba a ofrecer voluntaria.- Lo de la cuerda parece buena idea. Átatela a la cintura, así podremos ayudarte tirando.- Se giró hacia la furgoneta aunque sin acercarse a ella, queriendo permanecer en el grupo, para buscar con la mirada si tenían un equipo parecido.