Partida Rol por web

Angelica sube las escaleras tras la directora, que continúa hablando del tal Nikolay, capas y protocolos de seguridad. Ella no entiende nada. Si acaso, a lo único que encuentra sentido es a las precauciones que menciona. Ese proyecto, que parece que descubrirán en un momento, lo debían de conocer muy pocos Vástagos en la ciudad, quizá ninguno de los que quedan.

Caminan por un pasillo lóbrego, sucio, detrás de la señora Piselli, convertida en una sombra que porta una lámpara de débil luz, ignorante de que nadie los ha dejado ni impedido llegar allí.

Pasan a una sala que los recibe como un laboratorio de otro tiempo para descubrirse como la sala de experimentación del doctor Frankenstein un instante después. Hay un cadáver encima de una mesa de operaciones. Angelica empieza a sentirse mal. Tiene que apoyarse con la mano en un estante. Dos frascos chocan entre sí al hacerlo.

La mujer pareció dispuesta a colaborar a lo que Conrad respondió con una leve sonrisa en agradecimiento.  Aquel lugar sin duda parecia abandonado a su suerte y no generaba ningún tipo de confianza andar por aquellos pasillos, según la mujer el la sombra se había quedado fuera pero Conrad tomó aquello solo como una posibilidad, quien sabía si había más y quien les podía estar observando.

Me alegro, seguro que sus avances serán bien recibidos cuando demos nuestro informe.  No parece que reciban muchas visitas aqui.

El juego continuaba y era mejor seguir con aquella especie de tapadera como si no  pasara nada.

 Mis peores presagios se ven superados por la realidad, ya que sin acabar de comprender que es realmente lo que se hace o hacia aquí, lo que sospecho es que hemos pasado del modelo más cliché de loquero del siglo pasado a una cámara de torturas propia de la Inquisición española.

 Sigo sin decir nada, pese a que observo el escenario con insistencia, como pretendiendo transitar por el velo que separa nuestras realidades.

-Joder, he visto edificios ocupados por drogadictos con mejor pinta que esto.- Piensa Alex. Helen hablaba dando por supuesto que nosotros sabemos lo que nos cuenta y eso empieza a frustrarle. La respuesta de Conrad no ayuda a disipar esa senación de inutilidad sobre lo que estan haciendo ahí. - A ver si sacamos pronto algo en claro.- Sentencia para si mismo. "Capas" "Hacer de puente", Alex se acerca a Angelica.- Oye, tu que eres de los brujos, ¿Entiendes algo de lo que habla?- pregunta extrañado Alex susurrándole al oido.- Me suena a un rollo muy místico, tipo mundo de los vivos y de los muertos y esas mierdas.- Le comenta demostrándole su repertorio de conocimientos sobre los temas astrales y otras realidades.

La Tremere hace un esfuerzo por mantenerse en pie. Es una vampira firme, pero acusa las primeras impresiones.

—Alex, por favor —dice en voz alta. Presiente que la directora ha oído el susurro de su compañero—. Estoy segura de que la señora Piselli pronto nos hará una demostración de los prometedores hallazgos a los que se refiere. ¿No es así, señora Piselli? —pregunta, con una candidez casi sincera, habida cuenta de la impresión que la dama causa en ella.

Tu mente se proyecta hacia adelante, alcanzando a Helen con facilidad y percibiendo en su cuerpo el poder de la sangre antigua recorriendo sus venas. Ves sus ojos sobre el cadáver de la mesa de operaciones. Pero hay mucho más, claro que lo hay.

De hecho ves otra figura frente la mesa. Un doctor con una bata blanca de ojos hendidos y aspecto enfermo, alguien que tus sentidos no podían percibir. En ese momento notas una punzada en la nuca, o mejor dicho: Helen nota la punzada.

La mujer voltea la mirada hacia atrás y te encuentra a ti mirándola fijamente.

Momento en que puedes ver a otras dos personas más detrás tuyo: un niño y un adulto. Ambos llevan camisones blancos y solo están ahí de pie como estatuas de mármol.

Helen frunce el ceño haciéndote saber que ha notado la intrusión, pero se voltea de nuevo hacia la mesa de operaciones en un resoplido.

Ahora tus sentidos empiezan a percibir una energía extraña arremolinarse.

Por un lado presientes el peligro y por el otro tu curiosidad quiere saber qué está a punto de revelarse*

Helen ve de reojo a Angelica apoyarse sobre el estante pero no se sorprende por ello.

Tampoco presta atención a los susurros de Alex, a los que no hace referencia directa en ningún momento y continua hablando cuando la Tremere le pregunta directamente.

- Así es.

La chica deja la lámpara a un lado y baja la intensidad de la llama con una ruedecilla en la base de la misma. Luego se dirige hacia la mesa de operaciones y se asoma sobre el cuerpo blanquecino allí tumbado.

Por un momento, su cabeza voltea hacia Neil quien detrás suyo, tiene los ojos clavados en la mujer que parece molestarse por algo aunque rápidamente vuelve a apostarse sobre el cadáver. Se punza el pulgar con los colmillos y frota los párpados del muerto con su sangre.

- Los sacros conocimientos de la obtenebración y la nigromancia nos han permitido llegar hasta aquí.

Helen arranca un puñado de pelos del sujeto experimental y envuelve con ellos algo que saca de un pequeño cajón, algo oscuro y fino, del tamaño de un centavo.

- Hasta algo nuevo, jamás visto.

Introduce la mezcla en la boca ennegrecida del cadáver y manteniendo ésta abierta, procede a encender una vela que acerca con decisión a los labios del muerto.

- Lo hemos llamado: el olvido*

La temperatura de la habitación baja repentinamente varios grados y los que tenéis una especial sensibilidad a lo sobrenatural**sentís un escalofrío premonitorio.

TIRADA DE DADOS

Al recipiente de cristal con sangre, situado al lado del cadáver, se une la confirmación de Helen como cainita en un delicado gesto de sangrado ritual. La atracción por la joven continúa, las punzadas en el pecho vuelven a aparecer. La Bestia está a punto de desatarse. Angelica retrocede como un felino inseguro antes de lanzarse sobre una presa peligrosa. Esta vez, el choque con el estante hace que caigan un par de frascos al suelo. Apenas puede prestar atención a las palabras que Helen pronuncia con tensión ascendente. De repente, un temblor frío, anunciador, contrarresta el fuego interno que amenaza con deflagrar.

 Miro a Helen, miro hacia la mesa donde está el cadaver, miro a mi espalda y de nuevo a Helen, parece que estoy viendo mas cosas de las que se ven a simple vista, mis ojos se enfoncan ás allá.

 Pero de repente me quedo con la mirada fija en nuestra guia, mi boca se abre y mi cuerpo de encoje levemente, como si temiese lo que está por venir, pero me veo obligado a mantener la mirada clavada en lo que me aterra, atrapado en la situación sin poder negarme a ella.

 He pasado de explorar a ser parte integrante de la demostracion de Helen.

Aquel cadáver iba a juego de la decoración, no había duda de que había más de esos en aquel centro.  La mujer parecía por fin ir al grano de lo que allí sucedía, algún tipo de ritual mezclando varias disciplinas oscuras no podían resultar en nada bueno pensó Conrad para si mismo.

Al igual que en el poblado Angélica y Neil comenzaron a hacer cosas extrañas, sin duda empezaban a ver o notar algo que Conrad todavía no era capaz de ver.

El brujah permaneció atento a lo que estaba apunto de suceder, aquello daba mala espina y solo esperaba que aquella mujer supiera lo que hacía.

"obtenebración y Nigromancia" Un escalofrío recorrió el espinazo del muchacho. A esas artes oscuras el muchahcho les procesaba un gran respeto, y en la situación en la que se encontraban se habíua transformado en miedo a lo desconocido. Alex se quedó mirando en silencio cada movimiento de Helen mientras esperaba impaciente.

A través de los sentidos de Helen ves un vapor oscuro filtrarse entre los tablones de madera a vuestros pies y supurar entre las losas de las paredes del laboratorio. La niebla oscura se va espesando alrededor vuestro y a medida que avanza el ritual se concentra en largos zarcillos sobre la mesa de operaciones.

En un momento dado, entre las turbulencias negras distingues las formas de dedos articulados agarrándose a la mesa y bajo la misma ves una pierna hecha de oscuridad hasta que finalmente se termina perfilando con más claridad una entidad compuesta completamente de miembros, que arrastra alargados dedos de manos y pies a su paso. Esta criatura delgada como un látigo carece de torso o cabeza, en su lugar porta un tronco hecho de sombras enredadas y un agitado cúmulo de bazos y dedos que salen de muñones por todo su cuerpo.

Los dedos comienzan a buscar el orificio abierto de la boca del cadáver y como un gusano hambriento que ha encontrado al fin la tierra húmeda, se introduce más y más hondo en el interior de aquel pobre desgraciado.

El matojo de pelos en la boca del cadáver quema en un pequeño fogonazo, soltando con él unos hilos de humo negro que diseminan el  desagradable olor de carne quemada por toda la habitación. Momento en que los ojos del cadáver se abren de par en par. En su interior: el abismo. Sus cuencas vacías son dos pozos de una antinatural oscuridad y una lágrima negra resbala por la piel cetrina del cuerpo sin vida.

 - ¿Dónde está el doctor Nikolay Yakunin?

De la boca del muerto se empiezan a escuchar chirridos y eructos inconexos, cuyo volumen va en aumento hasta que los labios comienzan a moverse de manera descoordinada y sin sentido.

La expresión de Helen se hiela al escucharlo y sus propios ojos no pueden evitar abrirse sorprendidos como si le hubieran revelado un desconcertante secreto.

Los chirridos empiezan a ser tan fuertes que se vuelven casi dolorosos y cuando estáis a punto de taparos los oídos, cesan de repente.

Los párpados del muerto vuelven a estar cerrados, pero ahora es la cara de Helen la que está desencajada.

¿Qué ha ocurrido?

Los sonidos estridentes cobran sentido des de los oídos de Helen:

"En Oriente. Junto a los tuyos. Todos se han ido."

y la voz negra continua hablando

"Te ha dejado. ¿Cuántos años llevas aquí abajo? Has perdido la noción del tiempo. Se ha olvidado de ti."

en ese momento empieza a repetirse

"Hay una salida. Hay una salida. Hay una salida. Hay una salida."