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[DM 24/01] Dragonlance - En Busca del Portal Huldre

Capítulo I - Un merecido hogar

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08/01/2024, 18:51
Dungeon Master

Tras vuestro sufrido encuentro con el dragón marino, la Kaziganthi se vio obligada a atracar en el puerto solámnico más cercano: la ciudad de Daron. Una travesía más larga de lo habitual debido al reducido número de remos, al lamentable estado de la galera y a la continua necesidad de bombear agua fuera de la nave para mantenerla a flote.

Fue toda una suerte que, durante ese tiempo, no fueseis atacados por ningún barco de guerra minotauro porque seguramente os hubiera resultado muy complicado escapar de ellos o repeler el abordaje. Y tampoco tuvisteis más noticias del escurridizo Tempestad, ni durante el viaje hasta Daron, ni en los días siguientes a pesar de vuestros esfuerzos por localizarlo.

Sin el cadáver del dragón marino y con las fronteras orientales de su imperio bajo constante asedio goblin, el emperador ha decidido dar por perdida la provincia de Tanith ahora que sabe que los minotauros se han apoderado de ella. Considera que en estos momentos no merece la pena el esfuerzo de reconquistarla y ha encontrado en el ex-gobernador de Mirivale, Eval Nursk, un chivo expiatorio a quien culpar de esta pérdida.

El comercio marítimo entre Palanthas y Kalaman se ha restaurado parcialmente, aunque son frecuentes las noticias de ataques por parte de piratas minotauros a los barcos mercantes. El comercio entre Ergoth y la capital del Imperio Solámnico, en cambio, se ha dado por imposible después de que varias naves desaparecieran misteriosamente al circunnavegar la provincia de Tannith. Ahora los barcos ergothianos descargan en el puerto de Caergoth y las mercancías viajan por tierra hasta Palanthas cruzando el imperio a lo largo de interminables kilómetros; algo que supone importantes retrasos y cuantiosísimas pérdidas para la economía solámnica.

Aun así, después de que lady Coryn Brinefolk intercediera por vosotros una vez más, James Markham ha decidido no responsabilizaros de estos contratiempos; asumiendo que todavía seguís siendo aliados útiles para su causa a pesar de vuestra evidentes limitaciones. E incluso se ha avenido a cumplir lo que os prometió, concediéndoos recursos y mano de obra para la construcción de vuestro hogar donde quiera que deseéis dentro de las fronteras del Imperio.

Asímismo, la Señora de la Torre de Wayreth ha confirmado haber hecho importantes progresos en lo relativo a la investigación de un ritual que podría convertir dicha morada en una edificación voladora y estaría dispuesta a compartir con vosotros dichos hallazgos si os avenís a colaborar con el Cónclave en una importante misión. Una que os llevaría fuera de este Plano de existencia, hasta el mismísimo Abismo.

Notas de juego

Ha llegado la hora de jugar a los Sims y diseñar vuestro refugio. Podéis construir cada uno el vuestro, o uno comunal, donde queráis. Lógicamente aunar recursos tiene sus ventajas, pero eso ya como prefiráis. Los fondos son limitados y solo aptos para este propósito, no para comprar equipo de batalla.

Yo os iré orientando acerca de si tenéis o no fondos suficientes y tiempo necesario de construcción, a medida que me vayáis diciendo.

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08/01/2024, 23:01
Wylas

Ni el nada famoso puerto de Daron ni la cochambrosa Kaziganthi tenían ningún atractivo para Wylas, que había dedicado su tiempo libre a bordo de la nave capitaneada por Hegara a confraternizar con los héroes de Tempestad. Poner en fuga a un dragón marino no era moco de pavo. Y los objetos que llevaban distaban mucho de ser precisamente del montón. Le encantaría saber de dónde habían salido todos y cada uno de ellos.

Por supuesto, hizo lo posible por no agobiar a nadie, pero trató de ayudar en lo posible, de ofrecer apoyo moral a quien lo necesitara (o lo aceptara, al menos) y conversación a quien quisiera distraerse. Y tenía propuestas de acción, si alguien quería oírlas. El "contramaestre" siempre estaba atento a historias sobre ruinas, tesoros mágicos y ruinas con tesoros mágicos. Si algo estaba claro era que el humano estaba más interesado en cosas con magia que en riquezas más mundanas.

Opinaba, por otro lado, que el imperio estaba hecho unos zorros y que era una suerte que alguien como ellos (el grupo de héroes) se estuvieran dedicando a hacer el bien por ahí, a correr aventuras y a conseguir estupendos objetos mágicos que le daban un montón de envidia. Ups, espera, ¿eso lo había dicho en voz alta? Jajaja, sí, hacía broma sobre ese tipo de cosas. Sobre casi todo, de hecho.

Y se ofreció amablemente a interceder delante de los (estirados) capitostes solámnicos. O quien fuera, de hecho. Se le daban bien tanto las altas como las bajas esferas y había observado que, tal vez, necesitaran de alguien que pudiera hablar por ellos, para defender sus intereses. Con la palabra (y con los actos, añadiría sonriente, aunque esto era algo más dudoso). Ni siquiera les cobraría por representarles, no, le bastaría con acompañarles. Personas tan fenomenales como ellos generaban oportunidades a su paso. Querría, eso sí, participar de sus ganancias como uno más. Y si no les había convencido todavía su actuación contra Tempestad, estaba dispuesto a demostrárselo una vez más.

Como muestra de sus capacidades, Wylas se desnudó (metafóricamente) ante ellos: se transformó mágicamente en el Barón Wyllas Pherdynant Hyland II, noble solámnico de baja estofa pero aires de grandeza que se definía a sí mismo como la oveja negra de su familia, aventurero, arqueólogo, filántropo y amante de féminas. Esta era sólo una de muchas identidades que ha utilizado estos últimos tiempos. Sus orígenes, aunque no los concretó, eran mucho más humildes.

Así que, como quien no quiere la cosa, se apresuró a acompañar a los héres allí donde fueran, con una sonrisa en la boca y una contagiosa buena actitud. Exudaba positividad por todos los poros. Hasta que se enteró que para quedarse una habitación de la más novedosa y maravillosa torre voladora jamás construida y hechizada tenía que ir al Abismo. Demonios. Se le congeló la sonrisa.

─Estooo, chicos, ¿el Abismo? ─preguntó arqueando las cejas.

- Tiradas (1)
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09/01/2024, 01:32
Ailaserenth Sëlanar

Mis esfuerzos por localizar al fugado Tempestad resultan infructuosos o, para ser más preciso, estériles. Por medio de mi magia de adivinación sí puedo verle durante breves destellos, pero es imposible para mí saber dónde se encuentra. "En algún punto del océano" y nada es lo mismo. Además, parece estar en continuo movimiento de modo que tratar de perseguirlo es absurdo.

Pensé que el emperador humano, poco tolerante con los fracasos ajenos, no se tomaría bien el nuestro pero se lo ha tomado mejor de lo que esperaba. Quizá porque conseguimos traerle información valiosa sobre lo ocurrido en Tanith, o porque lady Coryn ha intercedido por nosotros después de que obtuviésemos para ella al huldre prisionero por los fanáticos de Zeboim, o tal vez simplemente porque ha encontrado en el desgraciado Eval Nursk una víctima propicia a la que responsabilizar de todos los males de su imperio.

Puede que no me parezca muy justo, pero tampoco me corresponde a mí impartir justicia entre sus súbditos. Mi deber moral era llevarlo de vuelta al Imperio Solámnico para que fuera juzgado de acuerdo con las leyes de su pueblo y eso hice. Puede que Nursk no sea culpable de todos los cargos de los que se le acusa, pero yo tampoco puedo hacerme responsable de los crímenes cometidos por Markham y sus secuaces. Simplemente no es algo de mi incumbencia.

Lo que sí me atañe es la evangelización de la magia auténtica de las tres lunas, debilitada en favor de la blasfema brujería salvaje desde el advenimiento del Segundo Cataclismo. Desde que las órdenes de la Alta Hechicería fueran restauradas hace poco más de una década, los Túnicas Blancas hemos estado buscando nuevos adeptos con talento para el Arte y tal vez yo haya encontrado uno en Wylas. No cabe duda de que es un individuo peculiar, pero su interés por la magia parece genuino en él; tal vez lo único que no es impostado. Y proporcionar una educación formal es la mejor forma de evitar que él u otros terminen desviándose y perdiéndose en los caminos de la hechicería caótica y aberrante.

Este razonamiento es el que me lleva a la firme determinación de fundar mi propia escuela de magia. Una que pueda ir allá donde se necesite, orientando a los jóvenes talentos en la dirección correcta hacia la Alta Hechicería, la única digna de tal consideración.

Los dioses de la magia deben ver con buenos ojos esta decisión, o al menos el Cónclave y su lideresa, puesto que propician que James Markham cumpla con su palabra y desbloquee los fondos que nos prometió en su día a cambio de arrebatarnos hace ya casi medio año la fortaleza voladora en la que residíamos hasta entonces.

Recuerdo que por esas fechas, Ulfgar y yo hablábamos largo y tendido sobre la construcción de nuestro propio torreón flotante y todavía atesoro algunos de los bocetos inacabados en los que mi talentoso amigo enano y yo estuvimos trabajando. Lamento la pérdida de su inconmensurable talento y no me cuesta reconocerme a mí mismo que le añoro también en el plano personal. Fue una persona extraordinaria en muchos sentidos y su prematura muerte a manos de Mohrlex aún me pesa en el alma a día de hoy. Aprendí mucho de él y considero que terminar lo que en su día proyectamos juntos es una forma hermosa de honrar su memoria.

Con suerte, la petición de lady Coryn podrá aguardar hasta que hayamos terminado de edificar el torreón de diseño enano. O, al menos, hasta que los diseños estén lo suficientemente avanzados como para que los obreros puedan avanzar en ellos sin que tenga que supervisarlos personalmente.

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09/01/2024, 04:23
Kyliana de Mem

La tortuosa travesía de vuelta a tierra fue un tormento para Kylian, quien estaba cargada de vergüenza. Se sumió en horas de autocompasión, considerando lo patética que debía parecer para sus compañeros debido a sus fracasos y desastres durante los combates. Sin embargo, al pisar tierra firme y compartir charlas con sus compañeros de desgracia, comenzó a reinterpretar los eventos recientes.

No era la primera vez que se veía obligada a reinventarse. Recordaba sus días como humano, peleando armado con un bastón que le había traído más de una alegría. Luego, empleó la energía divina armado con un bastón espiritual en la lucha y, más adelante, adoptó bendiciones para ser más competente en el combate cuerpo a cuerpo. Al notar que esto ya no era funcional, imploró dones oscuros a Chemosh para controlar el combate, separando al enemigo, limitando su movimiento o alterando su voluntad. Era hora de abandonar el combate directo y moverse desde una posición segura. Creía saber cómo hacerlo, hecho que la revitalizó.

- Creo que a partir de ahora quiero ser llamada Kyliana. - Dijo en el almuerzo previo al cónclave y sin venir a cuento de nada. - Hasta ahora había pensado que algún día volvería a ser yo mismo... - Chasqueó la lengua. - Pero creo que ya no será así. - Se encogió de hombros. - Kylian no es un nombre para una mujer. - Realizó una breve pausa en la que se mantuvo pensativa. ¡Es más, quiero ser conocida como Kyliana de Mem. - Determinó. - ¿Vamos a hablar con el Cónclave? - Cambió de tema alegremente, esbozando una mueca en su afilada boca, que pretendía ser una sonrisa.

Sí, Kylian o Kyliana estaba de nuevo de buen humor. El hecho de que el estúpido de Markham hubiera cumplido su trato tenía algo que ver. Aún lo odiaba y esperaba vengarse en el futuro, pero al menos, por el momento, había dado un pequeño paso hacia su redención ante la caótica y demente goblin. Por otro lado, Nursk le generaba cierta pena. Había conectado con ese hombre diminuto y si no lo colgaban en la plaza y simplemente lo encerraban, intentaría rescatarlo. Aunque eso sería más adelante...

¿Por qué? La respuesta era obvia. A pesar de que estaba en sus planes liberar a Nursk lo antes posible, lady Coryn había dicho algo que había despertado su curiosidad. Waylas o Wylias, como se llamara, acababa de hacer una pregunta bastante estúpida, tanto o más que el Emperador, sobre la misión suicida que la retorcida líder de la torre de Hechicería les había encomendado a cambio de su colaboración para hacer volar su nuevo hogar.

- Al Averno, sí. - Respondió Kyliana entusiasmada con la idea. - Sea lo que sea y esté donde esté, iremos allí. - Asintió con la cabeza. - Ni siquiera yo habría pensado en una idea tan formidable para pasar unas merecidas vacaciones... - Explotó entonces en una terrible y enloquecida carcajada.

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09/01/2024, 21:53
Freya Adamiel

Freya se sentía completamente humillada. Regresar a Palanthas con la noticia de que no habían podido acabar con la vida del dragón marino Tempestad no era algo que ella hubiera deseado, pero no esperaba que su señor la tratase con el mismo desprecio que solía profesarle a aquella banda de aventureros. Al fin y al cabo, habían obtenido información valiosa, recuperado al gobernador de Mirivale (ahora el chivo expiatorio de todos los desastres del oeste) y herido gravemente al dragón. ¿Acaso no era una proeza digna de cierto reconocimiento? La elfa se arrastraba por los rincones, lánguida, rezongando entre dientes sus penurias con cara de amargura. Ni siquiera tuvo ánimos de visitar a sus viejos amigos de barracón, ni de buscar a alguno que le quitase la rabia del cuerpo con un buen revolcón. Normalmente sentía esa necesidad cada vez que se reunían con su señor, pero la sorna y el desprecio con el que habían sido tratados hicieron que solo tuviese ganas de emborracharse, algo que no hacía a menudo. Sin buscar la compañía de nadie, se había dirigido a una taberna de cierta alcurnia, vaciando varias jarras de vino especiado sin reparar en exceso en el sabor, para luego caminar de vuelta tambaleándose al alojamiento compartido con el resto de su peculiar comitiva, a cuyo destino parecía ya ligada sin fecha de retorno. 

La mañana siguiente amaneció con la noticia de que Lady Coryn, líder de los Túnica Blancas, había logrado para los aventureros que su señor financiase la construcción de una torre, hecho que a Freya no le interesó demasiado. Que Markham pagase piezas de acero por algo no tenía nada de especial. Al parecer, ya les debía ese dinero de antes. No significaba que les hubiese perdonado, ni que ella fuese a tener la ocasión de recuperar su favor. Su señor ni siquiera se había dignado a recibirla en privado. Aquella mañana, Freya descargó su frustración ejercitando gestos de esgrima, lanzando estocadas al aire, regodeándose en las punzadas de la resaca clavadas en sus sienes. Solo tras haber sudado hasta la última gota de vino de su cuerpo, con la cabeza latiéndole por el esfuerzo, acudió de vuelta a reunirse con sus compañeros. Allí fue donde escuchó los detalles sobre la torre voladora, y la extraña petición de Lady Coryn.

- ¿Al abismo? - preguntó, sin terminar de entender si la propuesta era literal o figurada.

Una metáfora adecuada, qué duda cabe. Ahora mismo, cualquier lugar en la tierra es el abismo. Oh, mi señor, porqué me has abandonado...

Freya soltó un largo suspiro.

- Claro, porqué no. Una vez allí, ya no podremos caer más bajo.

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09/01/2024, 22:43
Enrielle "Flechas de Muerte"

Por fortuna ya estaban de regreso. Aquella aventura por el norte había sido muy dura, y la vuelta no había sido muxho mejor. Al menos había tenido a Wylas para charlar. Era agradable poder hablar con otro humano. A veces las otras razas, al ser más longevas, tendían a no ver las cosas de la misma manera.

Además, el individuo era sorprendente y la contagiaba con su animosidad, cosa que necesitaba y agradecía. Desde su resurrección eran frecuentes los momentos en los que se quedaba con la mirada vacía junto a Bugambilia, pensando en lo fugaz de la vida. Pero peor eran las noches sin dormir, cuando sentía el frío de la muerte aún pegado a sus entrañas. Entonces era cuando, en la oscuridad, se pinchaba y cortaba en los antebrazos con la punta de una de sus flechas para sentir el dolor y los hilos de sangre caliente resbalando hasta el codo.

La declaración de Kylian la hizo salir de su ensimismamiento. Enrielle sonrió. No, Kyliana. Eso sí que era sorprendente.

Estoy segura de que te sentirás mejor así. — sonó un poco forzado, casi como una pregunta. Carraspeó y le cogió la mano verde de afiladas uñas. — Tienes todo mi apoyo, Kyliana. — sí, le iba a costar. Kyliana sería nombre de mujer, pero seguía siendo igual de raro para una goblin. Aunque más raro era Kylian...

Volvió hacia el barón Wyllas, que ciertamente parecía de todo menos un barón. A saber si realmente lo era, y qué era lo que realmente quería uniéndose a su grupo. Si lo pensaba, era el tipo de persona que en otro tiempo jamás hubiera confiado y hubiera querido tener bien lejos, pero la alegría que emanaba de él venía muy bien a la en ocasiones sombría Legionaria.

Torció la boca en una sonrisa con las carcajadas de Kylian.

El Abismo... Un momento, ¿del Abismo no era ese dragón que matamos en Thorbardin, o Thoradin? Lo cierto es que eso de ir a otro plano de existencia da poca confianza, ¿verdad? Hace un momento no sabía que existía y ahora vamos a ir para allá... Supongo que si tienen una forma de que vayamos también tendrán otra para que volvamos, que no es ir al pueblo de al lado. ¿Sabes algo de ese lugar, Ailaserenth?

Los magos del cónclave responderían sus preguntas si preguntaba, pero Enrielle confiaba muchísimo más en su extraordinario amigo elfo.

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10/01/2024, 02:54
Dungeon Master

4 Bran 434 AC

Os encontráis en la región montañosa situada a unas quince millas al oeste de Palanthas, en un pequeño cerro situado en las inmediaciones del angosto y escabroso paso que conecta la capital imperial con la pequeña ciudad portuaria de Daron, a unas veinte millas al noroeste de aquí.

No habéis venido hasta este apartado paraje por casualidad. Habéis sido convocados precisamente en este lugar por el emperador en persona, por medio de una carta que os ha hecho llegar a Villa Rosad, la mansión de lady Coryn donde os habéis alojado desde vuestro regreso de Tanith hace tres días.

El viento sopla a vuestro alrededor esta fría mañana de mediados de primavera y os arrebujáis en vuestras capas, mirando el impresionante paisaje que os rodea y preguntándoos si habréis hecho el camino hasta aquí para nada. Se suponía que habíais quedado en este lugar al mediodía y el sol se encuentra ya en lo más alto; o eso os parece cuando miráis al encapotado cielo que amenaza lluvia.

Enrielle es la primera en avistar entre las nubes dos pequeñas motas oscuras que poco a poco van creciendo de tamaño hasta que todos podéis reconocerlas como sendos jinetes a lomos de caballos voladores.

No pasa mucho tiempo antes de que monturas y jinetes recorran a galope tendido la distancia que os separa y aterricen de forma espectacular a pocos metros de donde os encontráis.

Reparáis entonces en que lo que inicialmente habíais identificado como caballos voladores no son tales, sino corceles espectrales tan insustanciales como el humo oscuro del que están hechos. Quienes sí son muy reales son quienes los montan, ni más ni menos que lady Coryn Brinefolk y James Markham.

Notas de juego

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10/01/2024, 03:43
James Markham

—Un día fabuloso para cabalgar, ¿no te parece, alférez Freya? —saluda el emperador, dedicándole una sonrisa amistosa y un guiño de dudosa interpretación a la maga-guerrera qualinesti. Sin embargo, no espera una respuesta por parte de la Túnica Roja y prosigue sin andarse por las ramas—: Una lástima lo de Mirivale, pero he leído con gran interés tus informes sobre la invasión de los minotauros. Por eso he pensado que nadie mejor que tú para defender este enclave estratégico.

»Tal vez no lo sepas pero este paso de montaña es el único que permite llegar a pie hasta Palanthas sin atravesar la Torre del Sumo Sacerdote. Por supuesto, el terreno es prácticamente impracticable para que un gran ejército lo atraviese con sus carros de suministros y todo lo demás y ese es el motivo de que nadie se haya molestado hasta ahora en defenderlo. Por eso y porque no había ninguna amenaza real de la que tener que protegerlo. Pero ahora que Tanith está en manos de nuestros enemigos, una potencial invasión de Daron dejaría expuesta esta trocha casi desconocida.

»Como he dicho, no temo una gran invasión por este camino pero... Mira, ¿ves ese valle de ahí abajo? —Señala en dirección a una abigarrada arboleda que crece a menos de un kilómetro por debajo de vuestra posición actual—. Ahí hay una valiosa mina de hierro y no quiero correr el riesgo de que su producción se interrumpa o, peor aún, que caiga en manos de nuestros enemigos.

»Es por eso que he decidido autorizar la construcción de una fortaleza defensiva en este lugar. De este modo, si Daron fuera atacada y conquistada por los minotauros, no solo les cortaríais el paso hasta la metrópolis sino que garantizaríais que el suministro de metal se mantuviese.

A continuación, dirigiéndose a los demás, añade:

—Ya veis que esta concesión imperial no es desinteresada, pero encontraréis que es generosa. Las arcas de Palanthas sufragarán todos los costes siempre que podáis justificarlos y me aseguraré personalmente de que dispongáis de una cuadrilla de albañiles cualificados para esta tarea. Me afligió enterarme de la muerte del maestro Eisbart, fue un aliado fiel y su pérdida es un gran revés para este proyecto. Quiero que sepáis que os responsabilizo personalmente a ti, a ti y a ti de su muerte —añade con seriedad, señalando uno detrás de otro a Ailaserenth, a Kyliana y a Enrielle—. Seguiría vivo si no os hubierais empeñado en viajar hacia el este cuando el Imperio tanto os necesitaba en Tanith. Pese a todo, lady Coryn tiene total confianza en que seréis capaces de llevar a cabo este importante proyecto aun sin la ayuda de nuestro querido y fallecido enano. Aunque eso todavía está por verse.

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10/01/2024, 17:59
Ailaserenth Sëlanar

Dado que fui quien se opuso con mayor vehemencia a que viajásemos a Nordmaar a enfrentarnos a Morhlex y sus vasallos, de ningún modo me considero responsable de la muerte de mi amigo Ulfgar. Todo lo contrario, hice cuanto estuvo en mi mano para evitar que muriera.

En cualquier caso, no tiene sentido discutir con Markham de modo que aguanto estoicamente sus injustas y ridículas acusaciones y me limito a tratar el asunto que nos ha traído hasta aquí.

—Su Majestad Imperial es muy generoso y no menos debe decirse de lady Coryn, cuya confianza nos honra. Nada nos complacería más que llevar a cabo esta obra sin demora.

No tengo ningún inconveniente en que los solámnicos se beneficien también de esta construcción, dado que son ellos quienes la costean. Además, si lo que la Señora de Wayreth me ha adelantado es cierto, tarde o temprano hallaremos el modo de cambiar su localización geográfica a donde nos plazca.

—Como sin duda ya sabréis, ciertos asuntos del Cónclave que requieren igualmente nuestra pronta atención. Y es por ello que me preguntaba si la Torre de Wayreth estaría en disposición de ayudar al Imperio Solámnico para que podamos finalizar esta empresa con tanta presteza como sea posible. ¿Tal vez algún objeto o conjuro que pudiera agilizar los estratégicos propósitos imperiales?

No cabe duda de que los objetivos del Cónclave al pretender enviarnos al Abismo son mucho más elevados que la miserable pretensión de Markham de que defendamos una miserable mina que ni siquiera se encuentra amenazada. Soy consciente de que mi descarada petición tal vez esté poniendo en un apuro a nuestra principal benefactora, pero estoy convencido de que lady Coryn entiende que acelerar la construcción de esta fortaleza es algo que favorece los intereses de todo el mundo. Para empezar de su amigo el emperador, pero también los nuestros y los suyos propios.

Notas de juego

Había escrito un post mejor pero se me ha borrado, ¡qué rabia!

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10/01/2024, 17:59
Kyliana de Mem

Kyliana le dedicó una sonrisa algo cínica al estùpido Emperador, cuando la culpó de la muerte de Ulfgar. En parte tenía razón, pues ella fue detrás de Klurunig, quien más insistió en ir a ese estúpido pantano para tratar de acabar con el gusano negro. Evientemente fue un error. Threltheax le reveló la verdad; la senda del pantano ya había sido recorrida y pese a que trató de disuadir al enano musgoso de seguir con el plan inicial sobre el asesinato del dragón, Tzuga Chanti tuvo más influencia en él que Kylian. Ulfgar había jurado cumplir su promesa de destruir a Mohrlex y eso le condenó a la muerte.

Les echo de menos... - Suspupiró. - Y a Lluvia también. Y a maese Runavieja... - Una lágrima a punto estuvo de recorrer su mejilla. - Incluso a la estúpida Briand y al desquiciado Lowen... 

Hubiera degollado allí mismo al madito Emperador por el trato con el que siempre les obsequiaba y su evidente prepotencia. No obstante, era algo que sabía que no podía hacer y que quedaba en su lista de objetivo futuros, la cual podía cambiar de la noche a la mañana, sin que a nadie le resultara demasiado extraño, ni sorpresivo. Fuera como fuera, en ese preciso momento, su ira no era tran grande como en otras ocasiones. Al fin y al cabo y aunque fuera de manera interesada, Markham les estaba concediendo un nuevo hogar y eso era de agradecer.

Una vez construida la fortaleza, si alguien osase atacar, sepa que correrá rápido la voz, acerca de que sólo la muerte más horrible deparará a quien trate de entrar a la fuerza tras nuestras murallas. - Declaró la renovada goblin. 

Y no mintió pese a que su intención era la de partir de aquel lugar de mala muerte una vez la fortaleza estuviera construida y dotada de la capacidad de volar. No mentía, pues quien osase entrar en la fortaleza, moriría entre terribles sufrimientos, estuviera al fortaleza en Daron o a centenares de millas de distancia del mencionado enclave.

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10/01/2024, 22:22
Freya Adamiel

Al saber que su amado emperador al fin les recibiría, Freya no había podido contener la emoción. Días de taciturna depresión fueron repentinamente reemplazados por un alegre entusiasmo. Se había levantado de la cama con energía, pese al frío destino en que habría de producirse su encuentro, y canturreado alegremente mientras se daba un largo baño para quitarse la mugre del camino. No se perfumaría como una cortesana que espera atraer el astado favor de un noble señor, pero no se plantaría ante su Emperador hecha una auténtica adefesio.

El encuentro fue apoteósico: Markham llegando en un corcel propiciado por la magia, descendiendo de los cielos como un avatar de los mismos dioses, hermoso, orgulloso, portentoso. Contuvo un suspiro, mientras su vientre se deshacía de deseo, pero se cuadró marcialmente cuando su señor llegó.

Un día fabuloso para cabalgar, qué duda cabe, mi señor. ¡Sería un gran día para ello!

Tuvo que encontrar toda la entereza en su interior para permanecer firme cuando este la felicitó personalmente, pero no pudo evitar esbozar una media sonrisa al oírle lanzar sus reproches hacia el resto de la comitiva.

Míralo, cómo reparte la justa cólera del imperio. Les reprende por su ineptitud, pero aún les perdona. ¡Qué magnánimo! ¡Qué poderío! 

Cuando al fin acabó de impartir instrucciones, Freya asintió con convicción.

- Vuestros deseos serán cumplidos, Alteza. Aseguraremos la mina. - hizo una breve inclinación con la cabeza.

Ciertamente, Freya no tenía ni idea de en qué forma podría lograr tal cosa, pues nada sabía de edificaciones. Pero, si era lo que su señor ordenaba, eso sería lo que harían. Había fracasado en destruir al dragón marino. No le decepcionaría dos veces.

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10/01/2024, 22:31
Wylas

Wylas se sintió profundamente honrado por Ailas cuando el túnica blanca dejó entrever su interés en, tal vez, convertirlo en su nuevo adepto. La verdad era que, en una carambola del destino, parecía que su adoración de la luna argéntea había tenido su recompensa. El elfo tenía planes para la fundación de una nueva torre (de alta hechicería) y en ella tendría lugar el entrenamiento como túnica blanca del simpático y dicharachero solámnico. Sin duda había tenido que ver su capacidad innata con los objetos mágicos y la atracción que le provocaban, aunque él mismo se preguntaba si su intelecto y fuerza de voluntad serían suficientes para estar a la altura del estudio y entrenamiento al que, sin duda, le sometería Ailaserenth.

Sorpendentemente el pícaro descubrió que en pago por haber atacado a Tempestad y rescatado a un gobernadurucho, el mismísimo emperador de Solamnia les había concedido los fondos necesarios para construir una gran torre. Y le habían asignado un lugar donde plantarla... hasta que lograran hacerla volar. Como la ciudadela voladora que habían habitado hasta no hacía demasiado. Después de volver del Abismo. Desde luego las historias sobre los héroes no les hacían justicia.

Kylian... Kyliana de Mem, le resultaba alguien difícil de tratar. Demasiado histriónica o goblin, no sabría decirlo, hacía lo posible por asentir y sonreir, tratar de mostrarle una empatía que a todas luces necesitaba. Sí, porque estaba a un pasito minúsculo de perder la cordura. Esa clériga de un dios oscuros probablemente haría mejor retirándose a vivir en algún lugar alejado y tranquilo donde no le molestara nadie. Pero por lo visto eso no estaba ni remotamente en sus planes.

Con Freya, en cambio, sí le apetecía congeniar. Lo trató de hacer discretamente, pero sus avances fueron ignorados, consciente o inconscientemente. Tenía a alguien diferente en mente, sin duda, de otra manera no habría podido oponerse a sus encantos. La dejó tranquila. Cuando estuviese más serena tal vez quisiera un hombro en el que llorar, un compañero de esgrima o alguien con quien enfadarse injustamente. Wylas podría representar cualquiera de esos papeles (y otros muchos) sin problema.

Enrielle era la única del variopinto grupo con la que se podía hablar de verdad. No era de una raza no humana, era joven y tenía considerables cantidades de sentido común. Era fácil comunicarse y establecer cosas en común. Aunque su piel tan blanca, el mechón de pelo blanco y su ausencia de curvas de mujer hacían que no pudiera considerarla activamente como objetivo de sus encantos. Seguía teniendo cierto atractivo, sí, pero su aura sombría daba un poco de repelús. Eso de que fuera una revivida ella misma todavía no lo había asumido del todo, así que, ¿cómo no iba a afectar a los demás? Hacía lo que podía para sacarle una sonrisa, pero no era tan sencillo como parecía.

Finalmente estuvo el tema de la reunión con el emperador y la líder de los túnicas blancas, en cuya mansión habían estado residiendo aquellos días. Wylas reflexionó largo y tendido sobre qué aspecto debía mostrarle al emperador, decidiendo que, definitivamente, no resultaba conveniente que le viera disfrazado de noble, aunque fuera uno menor, de *su* imperio. Sólo faltaba que le pillara con el disfraz y le cogiera ojeriza. No, no quería añadir más problemas a los que el grupo de héroes era capaz de acumular sobre él. Si algo debía hacer, era tratar de reducir ese cúmulo, no de ampliarlo. Así que adoptó un perfil bajo. Un simple solámnico del montón, su "él" más anodino, alguien que pasaría por un sirviente si no fuera porque se "refugiaba" tras Ailas y por su llamativos ojos azul claro.

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10/01/2024, 22:42
Enrielle "Flechas de Muerte"

Enrielle observó la llegada con un gesto apático que se convirtió en una expresión avinagrada, clavando sus pupilas de punta de flecha en el emperador. Que les culpara de la muerte de Ulfgar hacía que sintiera ganas de escupirle a la cara un enorme gargajo, pero a parte de lo satisfactorio que sería sabía que no serviría absolutamente para nada.

No obstante de su expresión, había algo de aquella reunión que la divertía mucho. Oh sí, el día que esa torre se arrancase del suelo y volase como la antigua fortaleza que les había robado sería un día muy dulce.

—Entiendo. — dijo mirando el bosque lejano, suavizando su expresión. —Bien, pues en cuanto esté lista estaré encantada de ocupar esa fortaleza y defenderla.

Si de verdad pensaba que iba a dedicar su vida a proteger una mina de hierro era un idiota. Eran los malditos Héroes de Desolación, los Agentes de la Neutralidad, el Vendaval de Muerte, Los Asesinos de Shrentak (de esto no estaba particularmente orgullosa) y algún título más que había olvidado. Vigilar esa mina era lo más alejado de sus propios planes y de los planes de la Legión de Acero.

En cambio, sí que tenía mucha curiosidad por saber qué era lo que Lady Coryn tenía que contarles. Esperaba que el emperador se largase a sus regios asuntos y les dejase a solas con ella.

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11/01/2024, 01:21
Coryn Brinefolk

—Maestro Ailaserenth, ya sabéis que la Torre de la Alta Hechicería de Wayreth está abierta a todos los hermanos en la magia, con independencia del color de su túnica —responde con amabilidad—. Y estoy convencida de que hallaréis en ella conjuros y tratados de arquitectura que puedan ayudaros en esta empresa que James... Quiero decir, el emperador, os encomienda. Freya y tú mismo podéis realizar allí vuestra investigación arcana cuando os plazca y regresar aquí cuando la hayáis realizado.

Mira a Wylas y parece titubear durante un momento, pero prosigue cuando ve que el Túnica Blanca asiente en silencio invitándola a continuar y a confiar en este individuo desconocido para ella.

—No estoy segura de hasta qué punto estáis informadas de las repercusiones de vuestra valerosa incursión en Ryx —comienza, mirando alternativamente a Freya, Enrielle y Kyliana—. Fisura, el huldre al que liberasteis de los minotauros, ha estado colaborando de forma muy estrecha con el Cónclave y estas pocas semanas trabajando con él hemos aprendido sobre Portales conocimientos que llevaban olvidados y perdidos cientos, si no miles, de años. En su día, cada una de las cinco Torres de la Alta Hechicería poseía un Portal para viajar entre ellas, pero no eran los únicos. Hubo otros creados por los huldre a lo largo de toda la geografía del continente y un puñado de ellos todavía existen. Hasta ahora pensábamos que su activación únicamente permitiría a sus usuarios viajar entre ellos y el esfuerzo de aprender a reactivarlos no merecía la pena. Sin embargo, ahora sabemos que también permiten viajar a otros Planos de existencia y esto es precisamente lo que buscaban los fanáticos de Zeboim. En concreto, un modo de viajar al Abismo para obtener un poderoso artefacto que podría traer de vuelta a la diosa Takhisis.

»Todavía desconocemos dónde se encuentra exactamente dicha reliquia y cómo activar alguno de los Portales existentes para llegar hasta allí, pero son tantos los progresos que hemos hecho hasta el momento que esperamos averiguarlo en cuestión de meses; semanas tal vez. Y, os seré sincera, no puedo imaginar a nadie mejor que vosotros para recuperar ese artefacto antes de que los fanáticos de la Reina Oscura hallen un modo de conseguirlo ellos. Por supuesto, podéis negaros, pero os pido que meditéis al respecto.

»El Cónclave ha destinado un grupo de estudio que está participando en las labores de restauración de la ciudadela flotante que rescatasteis de las ruinas de Mem. El objetivo de estos eruditos es comprender el funcionamiento de dicho bastión y hallar el modo de replicar su magia. Es pronto para conocer los detalles, pero pensamos que hay magia arcana y divina implicada en el proceso de creación y que es por ello por lo que hasta ahora los Magos de Alta Hechicería no hemos sido capaces de que nuestros experimentos en esta materia perduren en el tiempo más que unos cuantos minutos. Pero en cuanto tengamos certezas, volveremos a hablar al respecto. Estoy convencida de que, si accedieseis a viajar al Abismo y regresaseis triunfantes, nadie en el Cónclave podría oponerse a que conociérais los detalles de nuestra investigación en materia de fortalezas voladoras.

»Por el momento esto es cuanto puedo deciros pero, si tenéis dudas, trataré de responderlas en la medida en que me sea posible. Sobra decir que cuanto acabo de revelaros es totalmente confidencial y que no puede salir de aquí.

Notas de juego

Gracias a la aptitud "Recursos de la Torre", considero que tanto Freya como Ailas pueden encontrar y copiar los conjuros que buscan por un precio en piezas de acero de 150xNivelConjuro en lugar de 100xNivelConjuro+CostePergamino, copiándolos directamente de los libros de hechizos que encuentren en Wayreth.

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11/01/2024, 15:18
Wylas

─Mira por donde, ahora tengo secretos de estado... que guardar. Además, ¿a quién se los iba a vender, a los minotauros? ─pensó para sí el ex-contramaestre.

Wylas se alegró de no haber participado activamente en la reunión cuando Lady Coryn le miró fugazmente. Su disfraz había funcionado.

El tema de hacer volar la torre, por tanto, no era una hipótesis, ni una exageración o una fantasía. Se estaba trabajando en ello seriamente. Y todo apuntaba a que, si sobrevivían al rescate/recuperación de un reliquia en el Abismo, serían los primeros en tener una estructura voladora permanente desde la Guerra de la Lanza. Casi nada...

Por otro lado, si lo había entendido bien, su "excursión" (o incursión) al Abismo comenzaría en la Torre de Alta Hechicería de Wayreth. Así que en un plazo breve de tiempo visitaría la famosa torre, algo que no pensaba poder hacer nunca. Integrarse en aquel grupo de héroes estaba siendo una de las mejores ideas de su vida. ¿Qué maravillas arcanas se almacenarían en Wayreth?

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11/01/2024, 15:49
Ailaserenth Sëlanar

Aprecio la buena disposición de la Señora de Wayreth a poner a nuestra disposición los conocimientos de la Torre. Me hubiera gustado que también hubiera ofrecido ayuda material y no únicamente intelectual para agilizar la construcción de nuestra fortaleza, pero sé bien que la Alta Hechicería no pasa por sus momentos de mayor esplendor y que es complicado encontrar magos con los talentos arcanos que esta empresa requiere.

Vivimos tiempos en los que este talento escasea e incluso allí donde se encuentra viene a menudo acompañado de una total ausencia de compromiso. Una realidad que no es preciso buscar muy lejos, puesto que se constata en la propia Freya. Una Túnica Roja cuya devoción hacia la magia y la orden a la que pertenece palidece en comparación con su lealtad a las armas y al imperio humano de Solamnia.

Escucho a algunos de mis compañeros comprometerse con la construcción de esta fortaleza, pero soy dolorosamente consciente de que son promesas vacías o hechas en mi nombre; puesto que, a fin de cuentas, seré yo quien cargue sobre mis hombros con la tarea de llevarla a cabo. Por bienintencionados que sean, carecen por completo de las capacidades para desarrollar aquí una labor sustancial sin mi presencia.

Y eso nos lleva al siguiente asunto: viajar al Abismo, donde ningún mortal ha estado desde el Segundo Cataclismo. Hoy por hoy es una entelequia, pero no dudo de que lady Coryn está en lo cierto al afirmar que muy pronto tal cosa será posible. Ser los primeros en hacerlo supone un gran honor, pero también un gran peligro que trae aparejado grandes oportunidades para nosotros.

Poco o nada de lo que la Señora de Wayreth acaba de exponer ha sido una sorpresa para mí. Y tampoco tengo dudas sobre cuál es mi voluntad personal y mi determinación de servir a Solinari y a la magia auténtica, pero lo que está por ver es qué respuestas darán mis compañeros a su petición. Tal vez prefieran disfrutar de una vida regalada protegiendo este paso de montaña de enemigos inexistentes, en lugar de aventurarse al mismísimo infierno.

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11/01/2024, 19:30
Kyliana de Mem

Kyliana no sentía miedo por viajar al Abismo. No sabía exactamente lo que era, pero sonaba a un lugar similar al infierno. Un lugar donde las llamas imperaban por doquier. Si no había agua, su más letal archienemigo, no había de que preocuparse. Ella estaba dispuesta a ir a ese lugar, el porqué era lo de menos. La Senda, si es que existía y no era únicamente un producto de la imaginación de una mente destrozada por una vida rodeada de caos, muerte y destrucción, indicaba claramente la dirección hacia ese lugar.

Sólo dos preguntas, mi Lady. - Intervino la goblin. - Primero... - Sonrió mostrando sus afilados dientes. - Si tenemos que buscar un artefacto, deberíamos saber de que se trata, que aspecto tiene. Ya me entiende... - Sugirió. - Y la segunda y no menos importante... ¿Cómo es el Abismo ese? ¿Fuego, colinas afildas, barrancos sin fin? ¿Quién vive allí, demonios? No sabemos dónde está el artefacto, pero ¿sabemos quién lo tiene? - Hizo una pausa.  - Bueno, son más de dos preguntas, pero básicamente se basan en dos puntos, el artefacto y el Abismo...

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11/01/2024, 19:51
Coryn Brinefolk

—Lo que buscamos es una mezcla criptocristalina de cuarzo con óxido de hierro y jaspe verde. Un heliotropo, conocido habitualmente también como piedra de sangre. Pero, como imaginaréis, no buscamos una gema cualquiera, sino una muy específica; de unos cinco centímetros de diámetro, tallada en forma de corazón y engarzada en una cadena de plata que, de acuerdo con nuestros registros, perteneció al archimago Fistandantilus, el Túnica Negra más poderoso de su tiempo.

»Por lo que respecta al Abismo, existen tantos y tan divergentes tratados al respecto que nos llevaría una vida compartir con vosotros todo lo que hay registrado al respecto en la Torre de Wayreth. Y no pretendo aburriros con un tratado de Cosmología —afirma, antes de añadir con una sonrisa—: Sobretodo cuando es posible que el maestro Ailaserenth sepa más que yo misma al respecto.

»Parece existir cierto consenso en que el Abismo es una vasta llanura de vacío. El gran Palin Majere me lo describió como: "Un paisaje llano, desierto, grisáceo que se extiende bajo un cielo gris y vacío." Se dice que aquí es posible cualquier cosa que uno imagine, aunque siempre está horriblemente retorcida de un modo u otro. Y se afirma también que es el hogar los dioses de la oscuridad o, al menos, que tienen guaridas secretas en este Plano. Yo no descartaría la presencia de demonios de todo tipo pero, honestamente, todavía no sé deciros dónde se encuentra la Piedra de Sangre de Fistandantilus, ni si alguien ha reclamado ya su titularidad en el Abismo. Aunque tal vez tú, mejor que nadie, puedas hacer alguna averiguación al respecto; a fin de cuentas, Gilean es el dios de la Sabiduría. Cualquier información al respecto sería muy bienvenida, sin duda.

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11/01/2024, 21:44
Kyliana de Mem

¿Gilean, eh? - Kyliana se mesó su inexistente barba. Se trataba de un gesto recurrente en ella, aunque carente de explicación, pues ni tan siquiera cuando era un varón humano, portaba barba. El Kylian anterior, del que ya quedaba muy poco, siempre había sido barbilampiño. - No es un ser demasiado comunicativo. - Dijo sin añadir más detalles sobre el asunto. - Por desgracia, de todos los saberes por los que me he interesado, los diferentes planos del multiverso, nunca han sido de mi interés. - Le explicó a la arcana. - No obstante, creo que voy a tener que aprender bastante de ellos en las siguientes semanas. - Se encogió de hombros. - Si Palin Majere lo describió como una llanura inmensa, estoy contenta. Ni fuego, ni grandes extensiones de agua. - Asintió con la cabeza. - Eso es algo de agradecer. Me siento mejor en terreno firme. 

Prefería no entrar en detalles sobre su cambio de deidad. No le habían preguntado y ella no había revelado nada. Gilean seguía siendo el dios de la sabiduría y ella le conocía bastante bien. Lo bastante para saber que era alguien que no respondía a las pelgarias de sus adeptos. No al menos de una forma evidente y efectiva. En cambio Chemosh... él si se comunicaba más, aunque ciertamente era más peligroso. Por suerte, con el paso de los meses había aprendido a tratar con él.

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11/01/2024, 23:11
Freya Adamiel

Freya agradeció con un gesto el ofrecimiento de lady Coryn. Sin duda podría beneficiarse de estudiar nuevos hechizos, así como de refrescar sus conocimientos arcanos, siempre tan inconexos y dispersos que resultaba imposible confiar plenamente en ellos. Todas aquellas menciones a la magia que permitía hacer volar las fortalezas, habladas a la par que se le había prometido a su señor el compromiso de alzar en aquel lugar una torre defensiva, generaron en Freya ciertas dudas. No obstante, prefirió no expresarlas delante de la líder de los Túnicas Blancas. La elfa sentía un amargo resentimiento hacia la hechicera humana por su cercanía con su amado Markham. Una cercanía que, se rumoreaba, no se limitaba a la sencilla amistad, ni a los asuntos de gobierno. ¿Podía ser cierto que su señor yacía con aquella mujer presuntuosa, cuya humanidad le hacía arrastrar patas de gallo y otros defectos propios de la edad? A Freya le hervía la sangre de pensarlo. 

No, no diré nada. Pero si esta torre es una jugarreta de la Brinefolk, mi señor no tardará en saberlo. Y cuando su lecho quede vacío...

Freya sacudió la cabeza. No estaba pensando con claridad. Solía pasarle cuando el Emperador rondaba cerca de ella. Su misión era otra, y el favor que les pedía lady Coryn no era menor. Un voto de confianza, podía suponerse. 

O un intento de mandarte literalmente al infierno. Seguro que se ha dado cuenta de cómo miras a Markham...

Se reprimió de abofetearse a sí misma para apartar aquellos pensamientos aciagos de su cabeza. Debía centrarse, atender a su misión, proteger aquella mina de hierro en el culo del mundo de solo los dioses sabrían qué, y bajar al Abismo a recuperar una reliquia para refrenar los planes de los fanáticos de Takhisis. Freya trataba de encontrar alguna imprecisión en las palabras de Coryn, solo por el placer de contradecirla. Pero, como era costumbre en ella, la escasa atención que había dedicado a sus estudios le impedía recordar nada, salvo vaguedades, sobre la naturaleza del Abismo. Chasqueando la lengua, se resignó.

- Descender al Abismo es una prueba que pocos han realizado con éxito. Pero, si con ello podemos contribuir a la seguridad del imperio, así lo haremos.

 

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