Partida Rol por web

Ivan ni se inmutó cuando la puerta del camión se abrió y apareció el cuerpo destrozado de la mujer. Si alguien le hubiera preguntado quién había tomado el museo, el estonio contestaría sin dudar que alguno de los múltiples grupos terroirstas de origen áraba que últimamente proliferaban. A esas alturas era el pan de cada día.

Mientras Mark reconocía a aquella pobre desgraciada, la cual se notaba bastante muerta, y Carolyn inspecionaba la parte de atrás, Kiselev le dio la espalda al camión para mirar a su alrededor. Observó con ojo crítico los curiosos que se arremolinaban al olor del morbo y la sangre pues no era extraño que algún compinche pudiera estar vigilando cómo salía todo.

Atento a cualquier movimiento sospechoso, a cualquier reacción que le erizara los pelos de la nuca, Ivan se mantuvo impertérrito mientras sus compañeros rebuscaban en el camión algún indicio que les pudiera señalar quién andaba detrás de todo aquello. Porque el estonio no creía en las coincidencias.

Carol estaba con la parte trasera del camión, Mark se encargaba del cadaver y el ruso estaba controlando el perímetro. Yuri se dedicó a la parte que faltaba, la cabina del camión. Documentos, armas, o simplemente un vaso de Starbucks, cualquier cosa podía darles una pista de que coño era lo que había pasado. 

Evans se dejo caer al suelo desde la rueda, apuntando al cuerpo de aquella mujer. 

- Joder, creo que no va a volver a conducir nunca, ¿no? ¿Kelce? - dijo girándose hacia el médico.

Kelce se acercó lentamente hacia el cadáver. A primera vista, los traumatismos parecían la causa principal de la muerte. La sangre era fresca y no presentaba ningún signo de violencia que no fuera relacionado con el accidente. Williamson por su parte, comprobó cualquier rincón en busca de cualquier dispositivo, pero no encontró nada peligroso. En cambio, puedo encontrar el pico de un folio bajo la alfombrilla del conductor. Un poco húmeda por la sangre, la agente obtuvo un mapa del museo con un código: 77251. Yuri, que también se había percatado, guiñó un ojo a su compañera.

Kiselev, que se alejó unos metros de la zona para controlar cualquier posible emboscada o acecho, pudo ver a lo lejos¹ un pequeño reflejo, en un edificio cercano al museo. A pesar de que no estaban a una distancia peligrosa, tendrían que avisar al sargento, que se encontraba el perímetro policial, más cerca de donde el SWAT había visto el reflejo.

- “Grupo Dauro, aquí Central. Informe de la situación – chasquido de señal -. El Sargento Smith les espera en la sección principal para la infiltración “.

Evans confirmó, desde la radio de su casco.

- Vamos, nos esperan. ¡Eh, echadle un ojo a esto, nos tenemos que ir! - le dijo a los policias federales que llegaban a la zona.

Los agentes avanzaron de camino al furgón, estaban a pocos minutos del perímetro policial.

Tras examinar el cuerpo de la conductora escucho a Michael.

Cita:

-"Esta pobre desgraciada ha muerto a causa del impacto, no veo nada fuera de lo normal.... Bueno, si esto se puede considerar "normal"

Carolyn y Yuri siguen examinando el interior del camión, mientras Ivan controla por si tenemos alguna otra sorpresa.
Entonces Michael nos hace ver que tenemos que marcharnos hacia el museo

Cita:

Me dirijo de nuevo al furgón y lo pongo en marcha a la espera que mis compañeros lleguen

El pequeño reflejo que Ivan observó en uno de los edificios más cercanos al museo lo dejó con la mosca detrás de la oreja. Podía ser cualquier cosa, cualquier objeto común en el que acababa de incidir los rayos del sol, pero dada la situación y después de lo que había sucedido con el camión, el estonio prefirió no arriesgar. Tendría que avisar al sargento por si acaso el reflejo se trataba de algún tipo de señal entre los asaltantes.

—Chicos, creo que esto está mucho mejor organizado de lo que pudiera parecer —comentó a sus compañeros mientras se dirigía de vuelta al furgón—. Me ha parecido ver un reflejo en aquel edificio —señaló con un movimiento de la barbilla hacia el lugar donde lo había visto—. Creo que se están comunicando entre ellos... Y seguramente ya saben que vamos a entrar... Tendremos que estar preparados para no sufrir una encerrona.

Aquel pensamiento le había asaltado de repente. Era demasiada casualidad que justo cuando ellos llegaban el camión intentara aquella maniobra suicida y que, una vez había fallado, el reflejo hubiera aparecido.

—Habrá que avisar al sargento para que mande a alguien a mirar en esos edificios para evitar cualquier emboscada...

Carolyn que ya se olía que lo del camión suicida no era cosa del azar, se acercó hasta Yuri después de comprobar que el camión estaba vacío.

- Si había algo importante no está en la parte trasera. - dijo mientras veía como su compañero sacaba un plano del museo de un rincón cerca de los pies del conductor.

- ¿Eso es un plano del museo verdad? Todo esto se complica. No le digas nada a los federales o se lo guardarán como prueba. Será mejor que lo entreguemos en el control por si puede ser de ayuda. - dijo pensando más ennla inmediatez de la amenaza, en información valiosa ahora, para el asalto, más que en seguir la cadena de custodia de pruebas de forma perfecta para una investigación a posteriori.

- En mi pueblo decían, el que se lo encuentra se lo queda.

El rostro de Yuri estaba serio mientras se guardaba el mapa. Eso probaba lo obvio, que lo del camión no era un accidente, si no un ataque planificado y además los malos tenían información de que llegaban en ese instante.

- Parece que conocen nuestros movimientos. Puede ser un topo o su inteligencia pero habrá que tener cuidado con las comunicaciones.

Al ver que los feds se encargaban del accidente volvió a su vehículo para acercarse al objetivo mientras observaba el edificio que había Iván.

- Espero que peinen bien los alrededores. - Añadió a las palabras del ruso.

Los agentes, dirección el furgón, deducieron claramente que aquella embestida estaba estudiada y organizada. A pesar del poco tiempo que habían pasado examinando al camión estrellado, se llevaron con ellos algunas pistas interesantes que podrían servirles de ayuda.

El motor del furgón rugió y las puertas se cerraron, dirección el perímetro policial cercado en el Museo Gran Avenida.

El interior de la carpa estaba equipado con pantallas, ordenadores y varios escritorios donde agentes hacían labores de control e investigación. El Sargento Smith, ya conocido para el Grupo Dauro, se giró hacia ellos cuando entraron en la carpa.

- Grupo Dauro - acompañó con un saludo militar -. Me alegro que no hayan resultado heridos, enhorabuena por la maniobra, agente Kelce - Mark alternó la mirada de reojo con sus compañeros -. Bien, esta es la situación - Avanzó un par de pasos hacia una pantalla donde un técnico realizaba varios escáneres del museo con mapas -. Perdimos el contacto con el Grupo Pegaso anoche sobre las 2:34. Ningún aviso de peligro, ninguna baja confirmada, nada. Contacto cero en aquel preciso instante de la noche. No se sabe si en el interior se trata de un caso de robo, secuestro, soborno... no hay noticias. No se ve ningún movimiento en ventanas cercanas ni en azotea. Tampoco hemos tenido contacto con nadie del interior pidiendo ningún tipo de rescate o condiciones. Llevamos sobrevolando la zona y el museo y sus ocupantes no han hecho ningún amago de negociar o mostrarse.

Las imágenes iban pasando por la pantalla: mapas del museo, fotos del exterior e interior, fichas del Grupo Pegaso con los agentes que lo forman...

- La infiltración - continuó el sargento Smith - se llevará acabo por la azotea. Un helicóptero os ascenderá hasta la posición y a partir todo el trabajo correrá de vuestra parte. Irán informando de todas las novedades. ¿Alguna pregunta?

Fuera, el sonido de las sirenas se repetían una y otra vez.

- La verdad es que sí. ¿Cual fue la razón por la que se montó el cordón policial en primera instancia y la posterior activación del protocolo de asalto? - preguntó Carolyn, intentando entender porque se había formado tanto revuelo y a la vez no se sabía absolutamente nada de a que tipo de amenaza se estaban enfrentando.

- Es decir, no pongo en duda de que se estén tomando las medidas de forma proporcional, pero nosotros, que vamos a jugarnos el cuello allí dentro, debemos saber lo máximo posible. - aclaró sabiendo que no se desplegaba a media comisaría por nada. Tenía que haber una amenaza real, ya fuese por la captura de rehenes, la amenaza de bomba o el atrincheramiento con armas de gran calibre en un lugar clave.

Y a Carolyn no le parecía que un museo, más allá de su valor histórico o artístico, fuese un objetivo por el que montar un despliegue de esta envergadura. Pues por lo que les habían contado, salvo por la desaparición del grupo Pegaso, bien podría ser el conserje cerrándose dentro para reivindicar una subida de sueldo...

-"No puedo estar más de acuerdo contigo, Carolyn. Para no tener ninguna noticia de lo que pasa ahí dentro, el desplegamiento parece indicar todo lo contrario, incluso enviaron al Grupo Pegaso. La verdad, y con todo el respeto, Sargento Smith, creo que hay alguien que sabe más de lo que nos están contando, y no digo que sea usted.
Por otra parte, no se que pensarán mis compañeros, pero en mi opinión, entrar por la azotea será como decirles a los de dentro que nos preparen una emboscada, esta gente no son aficionados, lo tienen todo muy controlado. Creo que deberíamos buscar alguna otra opción para acceder al interior del museo"

- También estaría bien saber a que hora empezaron a saltar todas las alarmas. Si llevan cerca de 24h sin dormir y con la tensión que supone estar rodeados, seguramente tengan cierto nivel de agotamiento. - apuntó para reforzar la idea de Kelce.

- Es mejor entrar sin hacer ruido, seguro que en los planos hay algún acceso subterráneo por el alcantarillado. - sugirió sin que le hiciera mucha gracia moverse por ríos de mierda pestilente.

El sargento Smith miró durante unos segundos a Williamson y Kelce.

- Donovan, muéstrele las imágenes.

- Sí, señor.

El técnico que se encontraba junto a ellos comenzó a teclear y a desplegar varias ventanas en las distintas pantallas que allí tenían. Varias secuencias mostraban grabaciones de las cámaras de seguridad del museo. En ellas, la actividad transcurría normalmente alternándose entre varias zonas. 

- Muéstrele el momento, Donovan.

El técnico asintió y avanzó las grabaciones. De repente, varios hombres encapuchados se sincronización para asaltar varias zonas del museo. Donovan iba alternando entre varias salas y vestíbulos. Arrastraron civiles y trabajadores del mismo museo, golpeando violentamente a aquellos que se resistían. Las grabaciones de la sala de seguridad mostraban como un hombre abatía los guardias de seguridad para después teclear en varios ordenadores. Tras unos segundos, se despidió con la mano mirando de frente a una de las cámaras de seguridad y se hizo un apagón.

- Espero que les parezca suficiente motivo - hizo una pausa -. La hora de la toma del museo fue a última hora de la tarde, cerca del cierre, con una buena parte del personal dentro y civiles. Sobre las 20:36h. El Grupo Pegaso comenzó la operación a las 00:00h hasta las 2:34, los únicos informes se centraron en que la actividad era nula, como si el museo estuviera abandonado.

Sonido de teclas y chasquidos de radio.

- Negativo, Williamson, no disponemos de tanto tiempo. Nuestro pájaro lleva sobrevolando la zona varias horas y se han detectado varios posibles accesos. Comenzaremos desde el tejado. Kelce, entiendo su forma de pensar, pero le aseguro que soy el primer interesado en saber qué coño está pasando ahí dentro...

En ese momento, Donovan interrumpió al Sargento Smith.

- Señor, ha llegado un correo sin remitente, parece un archivo de vídeo.

- Proceda.

El porcentaje de descarga se completó rápidamente tras pasar el filtro de seguridad y análisis para la captación de la procedencia. Donovan abrió el archivo. Una imagen de grabación silenciada de cámara de seguridad mostraba una sala vacía con una silla y una atada en ella. Estaba visiblemente embarazada y amordazada. Tenía síntomas claros de golpes y se mostraba aturdida. Un individuo entró con una cubeta grande, más ancha que alta. La mujer comenzó a patalear durante poco tiempo, pues el individuo la golpeó en la sien con el mango de un gran cuchillo de supervivencia para después degollar su garganta. La sangre comenzó a borbotear por el pecho. El individuo rajó con violencia el abdomen de la mujer y el feto cayó al cubo. Limpió el cuchillo y el vídeo terminó.

- Santo cielo...  - dijo Smith, mientras daba unos pasos por la carpa con los brazos en jarra, para después pasarle las dos manos por la cara, incrédulo.

Donovan se puso blanco y se levantó de la silla rápidamente, para salir de la carpa trastabillándose con mesas y compañeros. Se le escuchó vomitar.

- No podemos perder más tiempo¹, recojan su equipo y vayan a la zona de inicio. El pájaro les estará esperando.

Había entrado el último en la carpa y, por unos instantes, se había queído abstraído dándole vueltas preocupado a lo que creía ser una vigilancia por parte de los asaltantes desde las azoteas. Por ese motivo prestó una relativa atención a lo que sus compañeros preguntaban, escuchando retazos que después ya recompondría. Aunque sí oyó el plan de entrar precisamente por donde a él no le parecía buena idea.

Estaba a punto de replicar, al igual que habían hecho sus compañeros, cuando una interrupción apartó su idea de la cabeza. Las imágenes que vio le dejaron petrificado, asqueado y revuelto. Recordó lo que le había contado su padre cuando participó en la guerra de Yugoslavia donde las atrocidades se seguían una tras otra. Como en cualquier guerra... pensó el estonio.

—Señor —consiguió pronunciar después de haber apartado la mirada de la pantalla—, al igual que mis compañeros sigo pensando que no es buena idea entrar por la azotea. Creo que están controlando todo desde los edificios cercanos al museo. Aunque entiendo que... —hizo un movimiento con la cabeza en dirección a la pantalla— se haga urgente entrar. Pero ¿hay algo más que quiera añadir? ¿Algo que se le haya olvidado —ni siquiera disimuló cierto tono irónico en su voz— como las imágenes del asalto?

Que no les hubieran dicho nada hasta que Carolyn no preguntó le parecía al estonio una actitud muy poco... profesional.

- La zona está controlada, Kiselev, lo que nos interesa es el interior del museo. ¿Creen que no hemos estudiado la mejor opción para la infiltración? Llevamos aquí horas vigilando la zona y estudiando la situación. - el tono del sargento se endureció -. Hemos perdido al Grupo Pegaso, no queremos correr la misma suerte con ustedes. Si algo hemos hecho ha sido vigilar la zona de posibles amenazas, el despliegue aquí no es un simple protocolo.

Al sargento Smith no le faltaba razón, el cordón policial estaba repleto de agentes y militares. El helicóptero sobrevolaba sobre sus cabezas sin cesar.

- El problema no es lo que hay fuera, sino lo que podemos encontrarnos dentro. ¿Han visto lo que yo acabo de ver? No sabemos qué diablos está pasando. 

Donovan entró de nuevo en la sala. Seguía pálido pero recuperado del mal rato.

- Señor, lo reclaman fuera, el oficial Simmons - dijo, recuperando el aliento.

- Está bien. García, ¿usted también tiene algo más que decir? Si no es así, recojan su equipo¹ y diríjanse a la zona de vuelo, el pájaro está aterrizando.

Yuri atendía las explicaciones del sargento echando humo de otro cigarro, ¿el segundo o el tercero desde que les intentó estampar el camión? Estaba serio, pero no cuestionaba la elección de la azotea. Había gente mucho más lista dedicándole mucho más tiempo del que él tenía para preparar la entrada.

Lo que más le llamó la atención fue en cambio los reportes de grupo anterior. ¿Dos horas y media de incursión y se encuentran un museo abandonado? Era muy raro. Cuando abrieron el video de la embarazada no apartó la mirada.

- Santa Bárbara bendita [1]. – masculló un poco aturdido. Sus manos comenzaron un gesto para santiguarse instintivamente pero se reprimió. Hacía mucho tiempo que se había apartado de eso. Tanto de la religión como de la santería. En los United States no quedaba bien, no era cool. Pero no pudo evitar pensar en algún ritual de la brujeria que había conocido de niño en Cuba al ver la terrible escena.

-No, Sargento. – Respondió serio mientras pisaba lo que quedaba del cigarro. – Listo para la infiltración.

- Perfecto, en marcha entonces - el Sargento dio una palmada y salió de la carpa.

Al instante, un grupo de operarios se acercó a los agentes. Abrieron varios maletines con munición y distinto equipo que fueron colocando en unas mesas amplias mientras les colocaban cascos con micros integrados, haciendo distintas pruebas para comprobar que todas las comunicaciones funcionaban perfectamente. Los agentes levantaban los brazos levemente, dejando pasar bajo los chalecos distintos sensores de monitorización de latidos y control corporal varios.

- La prioridad - leía Donovan de un informe al Grupo Dauro después de pasarse un pañuelo por la frente mientras recuperaba su tono de piel habitual - es la de rescatar a todos los civiles y personal del museo. Seguidamente, encontrar al Grupo Pegaso y desarticular la posesión del museo averiguando qué organización criminal está a la cabeza. La infiltración comenzará por la azotea. Apache será el encargado de llevarlos hasta allí. En sus manos queda abrir fuego para neutralizar al enemigo. Mucha suerte, Grupo Dauro. -  Donovan asintió con la cabeza y volvió a su puesto de trabajo.

El museo Gran Avenida se alzaba poderoso. Con una arquitectura moderna, el edificio era una obra de arte en sí misma para albergar otras obras de arte. El sonido del pájaro le hizo ensordecer. "Apache" se podía leer en un lateral con letras en un blanco desgastado.

- Agentes - saludó el piloto -, soy el encargado de pilotar el "Apache". Jones - se presentó -. Pongámonos en camino.

Uno por uno los agentes se fueron sumando al helicóptero, tomando asiento. El vehículo aéreo despegó de la zona marcada y en pocos segundos sobrevolaban la zona. Desde arriba, se podía ver el despliegue policial y militar, que sorprendió a los agentes.

No tardaron más de un minuto en llegar a la azotea del museo. Pero cuando estaban dispuestos a descolgar las cuerdas para el descenso, una de las puertas metálicas del acceso a la azotea se abrió. Un hombre alto, con un pasamontañas salió usando de escudo humano un hombre con un traje que estaba atado de manos y con esparadrapo en la boca. El miedo se podía ver en sus ojos mientras negaba con la cabeza con energía.

- Su puta madre. Central, Evans, Grupo Dauro - el SWAT alzaba la voz por el ruido del helicóptero - Reconocimiento. Estamos sobrevolando la azotea y un individuo encapuchado sostiene a un civil amordazado. 

El encapuchado sacó una pistola y la colocó en la sien del hombre trajeado, mientras miraba al helicóptero. El hombre, volvió a negar con la cabeza agitándose con violencia.

La información como siempre a cuenta gotas, como si les costara dinero hacer bien su trabajo ¿Cómo no iban a pillar en bragas al grupo Pegaso? Si les habían dado la misma información que a nosotros o incluso menos aún...

Luego llegó la grabación, a la que Carolyn prestó mucha atención, intentando buscar algún signo que pudiera delatar al secuestrador. Incluso mientras le cortaba el cuello a la mujer. Lo que ya no pudo seguir viendo fue cuando acercó el cuchillo a su vientre. Ahí tuvo que apartar la vista. Pero por la reacción del resto se imaginaba cual había sido el destino del feto...

- Haremos lo que esté en nuestra mano sargento. - dijo siguiendo el protocolo, una vez todos recompuestos. - Pero no podemos asegurar que dejemos a ninguno de esos hijos de puta con vida para el interrogatorio. - aclaró para dejar claro que tras lo visto en el vídeo de advertencia, esos mal nacidos no merecían compasión.

Tras subir al helicóptero todo sucedió rápidamente y para cuando debían empezar el descenso, uno de los encapuchados salió con un rehén a la azotea. A Carolyn no le iba a temblar el pulso, ya habían demostrado que estaban dispuestos a matar a cualquier rehén, independientemente de su edad o condición.

- No te muevas cabrón. - masculló entre dientes, mientras fijaba la mira de su fusil de asalto en el agresor. - Todavía no tengo un tiro limpio... - advirtió a sus compañeros.

- Ivan ¿cómo lo tienes? - le preguntó para saber si su compañero, con el rifle de francotirador iba a disparar ya o también iba a asegurar el disparo.

A pesar de la reprimenda del sargento, Ivan se sintió mucho más tranquilo sabiendo que las azoteas también estaban controladas. De hecho, una vez recogido su equipo y subido al helicóptero con sus compañeros, pudo ver perfectamente desde el aire al enorme despliegue que se había montado.

Pero, si en algún momento alguien había creído que descender a la azotea iba a ser tarea fácil, delante de ellos estaba la prueba de que no iba a ser asi. Ante la imagen de aquel tipo encapuchado que había salido de repente sujetando a uno de los rehenes complicaba las cosas e Ivan, cogiendo su rifle de francotirador, buscó la forma de tener un buen ángulo para volarle la cabeza a aquel cabrón.

No iba a ser fácil. Los movimientos del helicóptero complicaban que realizara un disparo limpio y la vida del rehén corría peligro. Pero debía intentarlo así que, una vez escuchó la pregunta de Carolyn, centró toda la atención en su objetivo.

—Creo que ya lo ten... —Ivan realizó el disparo justo en el momento en el que el helicóptero pegó un bandazo, obligándolo a fallar su objetivo—. Mierda... Joder...

Si él no había matado al rehén con aquella mierda de disparo seguro que lo haría el secuestrador. ¡Joder qué putada! Mal empezaban.

Subo al helicóptero para acceder a la azotea del museo, pero cuando nos disponemos a saltar uno de los asaltantes aparece sujetando a un rehen y apuntando a su cabeza. La cosa se complica porque seguro que hay más de uno vigilando nuestra reacción.

Entonces escucho a Carolyn preguntándole a Iván si tiene linea de tiro, no puedo creer que vaya a disparar. -"Quieto Ivan, no dispares. Si le vuelas la cabeza a ese hijo de puta puedes estar seguro que el rehen está muerto"- Pero es demasiado tarde, Ivan ya ha apretado el gatillo .....