Partida Rol por web

Faraday y Vásquez habían despejado la calle principal y abandonaban los edificios que habían ocupado... 

La banda de desgraciados cuatreros ponían pies en polvorosa. Eso estaba bien, al final aquellos aficionados de Vásquez y Faraday habían hecho algo bien, y ahora solo quedaba rematar el plan, matar al maldito sheriff y aquellos granjeros que se empecinaban en dispararle. Uno de los McLeod había recibido una dosis de plomo, y está muy feo que los hermanos no tengan los mismos derechos, así que cerro un ojo en torno a su rifle, apretó el gatillo como quien acaricia a una mujer y la bala alcanzó su destino, hiriendo al otro McLeod para que no hubiera celos entre hermanos.

Milagrosamente y gracias a su agilidad, Cosecha Roja había conseguido llegar al lado de Goody sin resultar herido, aunque tardó bastante en llegar, por lo que cuando llegó Goody ya estaba disparando

—¿Estar bien?— preguntó mientras se colocaba delante para dificultar los disparos contra Goody. Con una mueca, el indio no pudo sino soltar un socarrón —Vas ganando, pero yo cazar la pieza grande.

Dicho esto, de nuevo abrió el arco y a disparó contra el sheriff, volviendo a acertar de lleno en aquel negro inmortal.

Faraday se acercaba desde la parte del rancho del pueblo, sin ir por la calle principal. Y al parecer estaba haciendo bien, ya que se seguían escuchando disparos. Lo cuál le extrañaba un poco, pues los cabrones aquellos se habían marchado.

-¿A quién estarán disparando los cazurros esos?-

Antes de asomarse por un lateral del salón ralentizó el paso, por si acaso algún crétino que se había quedado en lugar de marcharse del pueblo cagando leches.

– ¡Venga cabron asoma esa jeta o ríndete! –le imprecó nuevamente Horne.

BANG

–¡Y ese cabron rojo dónde se ha metido que deja todo a medias! Maldito inútil...

Me deslicé a través de la ventana y caminé silencioso sobre el polvo de la tierra. Confuso por cómo habían ido las cosas allí dentro con Sarah. No era momento de pensar en faldas, sin embargo no podía ignorar el innegable magnetismo de la mujer y la atracción súbita nacida entre los dos. 

Debía dedicarme a lo mío, y luego decidir. Seguía escuchando disparos. Me detuve, mirando y comprobando toda aquella zona trasera, en derredor y en las ventanas. La acción daba a las calles principales, pero continué por detrás. ¿Qué diablos sucedía allí? Me pregunté de nuevo. Aunque en realidad conocía o intuía la respuesta. 

O los cabrones de los forajidos entraron por dos caminos. O el oro había llegado y el tiroteo se debía al enfrentamiento con mis compis.

El sabor de los labios de Sarah me acompañaba. Me daría suerte, pensé.

Ambos podéis ver desde vuestras respectivas posiciones* como vuestros compañeros intercambian disparos con el Sheriff y con los hermanos McLeod que están parapetados en uno de los edificios**

Finalmente parece que el último plomazo de Horne consigue tumbar al Sheriff, que a estas alturas no os quedaba duda alguna de que era un verdadero tipo duro. 

Uno de los hermanos caía del edificio tras recibir un flechazo que le había causado una herida fatal, el superviviente disparó quizá demasiado distraído como para conseguir un tiro certero tras la muerte de su hermano. 

Faraday vio caer al sheriff, el cual aparte del último tiro parecía tener alguna que otra flecha clavada.

-Joder. Creía que le ibamos a echar una mano. Habría estado bien un aviso, que casi me asomo a preguntarle cómo estaba.-

Salió a la calle para poder echar un vistazo y se fijó que uno de los dos tipos que habían avisado al alguacil estaba todavía con vida disparando. No parecía quedar nadie más.

-En fin. Parece que habrá que acabar rápido con esto para poder pillar la pasta y marcharnos.-

Josh desenfundó el revolver, por no gastar una bala del rifle, y disparó al tipo. Seguramente no se esperaba un tiro desde aquella posición, por lo que fue fácil acertar. No obstante volvió a resguardarse, por si acaso.

-Vale. ¿Cuál es el plan entonces?-Preguntó a sus compañeros.

El sonido de pasos subiendo hizo que soltara el rifle y sacara el revólver. Alguien intentaba flanquearle, así que amartilló su viejo colt del ejercito y se preparó a lo que iba a aparecer. Si eran más de uno iba a tener problemas, pero por los pasos parecía ser solo uno, y no parecía estar siendo demasiado sigiloso. En cuanto apareció el rostro del indio lo primero que pensó era que quería reducir el número de personas con las que repartir, pero no parecía, sobre todo después de que le preguntara si estaba bien. Se miró el brazo y gruñó como única respuesta pero no pudo evitar una sonrisa burlona cuando dijo que estaba cazando la pieza más grande.

- Tal vez deberías haber apostado por la pieza más grande. - cogió el rifle y le dijo - mira y aprende, así disparan los hombres.

Y disparó, dando a uno de esos granjeros, pero el shoshoni fue el que lo remató e hizo caer de su sucio escondrijo. Lo miró y le dijo

- Eso es medio para cada uno, verdad?

Pero quedaba otro, y por los disparos que había oído en la otra calle debían haber más hombres del sheriff. Demasiado sonido para que solo dispararan Vasquez y Faraday.

- Todavía no se ha acabado el rodeo, hay más ayudantes del sheriff, aunque no sé donde.