Partida Rol por web

Josh pareció un poco nervioso por un momento, pero luego le dio otra calada al cigarro y siguió escuchando. Muy atentamente. Su cara estaba muy seria, mortalmente seria.

- Bueno y... ¿les habéis visto? ¿Os lo han contado? ¿Cuántos son? - intentando poner orden a los desvaríos de los hermanos

- Son un buen puñao... 

- Si, muchos, muchos

- ...por lo menos una docena, bien armados

- Si, por lo menos - apoyando al otro interlocutor

A Josh casi se le cae el cigarrillo de la boca. Aquello era una putada, una de las gordas además. A Goody no le iba a gustar aquello. Joder, a él no le gustaba tampoco.

Pero se controló y siguió escuchando. Aunque le apetecía un buen trato, o tres.

-Puta suerte la nuestra-

De repente Josh se envaró al escuchar algo, y al final se llevó la mano a la cara mientras negaba con la cabeza. No obstante se quedó un poco más, seguía escuchando muy atentamente. Lo que se hablaba debía de ser importante. 

—No sé qué rasca por allí pero parece que pintan bastos como diría nuestro jugador —recalcó Jack a los de dentro sin dejar de mirar en la lejanía. Entonces se retiró el sombrero y se pasó la mano por la cabellera que duramente había logrado mantener en su sitio.

- ¿Una docena? - repitió, burlón, como si aquello fuera una buena noticia - si alguien viene a nuestra casa con malas intenciones... le llenaremos de plomo. Preparad vuestras armas - parecía bastante confiado en tener éxito en aquella tarea

- Muy bien - aceptó uno de los hombres

Sus pasos volvían hacia la salida.

Parecía que ya se había acabado todo, así que Josh tiró el cigarro al suelo y se dirigió de nuevo al salón. Aunque lo hizo despacio, eso sí, por si aún podía arañar un poco más de la conversación. A pesar de que ya estaba todo el pesacado vendido.

-Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.-

Localizó a Horne y le hizo una seña para indicarle que volvía con los demás. Tenían que hablar.

No tardan en salir los dos hombres que habían entrado en la oficina del sheriff, parecían algo más tranquilos e incluso un poco envalentonados.

No parecía que fueran a sus caballos, sino a otro de los edificios de Bannak, algo tenían en mente...

—Dejad lo que sea que estáis haciendo. Ahora sí que pinta mal la cosa, viene para acá —anunció nuevamente Jack, volviendo a entrar—. No sé que pollas pasa pero es malo para el negocio, las noticias nunca son buenas. 

Cosecha Roja ya había cogido un dardo, cuando el viejo gordo dijo aquello. Encogiéndose de hombros lo lanzó, acertando de pleno en la diana antes de acercarse a él. Suponía que en breves se enterarían de lo que le picaba a aquel par de vaqueros. Por su parte, no creía que fuese a cambiar mucho la situación.

Tras ver donde se dirigían los tipos y el sheriff, Josh volvió al salón junto a los demás. Se lo quedaron mirando intrigados, cosa normal, y este se acercó a la mesa donde había dejado la botella y se sirvió un trago el cual se bebió. Lentamente.
Cuando ya imaginaba que estarían a punto de pegarle un tiro por no decir nada dejó el vaso y se sentó.

-Chicos. Al parecer tenemos competencia en este asuntillo que nos traemos entre manos.-

Dejó que calara la idea antes de continuar.

-Esos dos tipos estaban avisando al sheriff que una docena de forajidos se dirigen al pueblo. Primero eran un puñado, pero luego concretaron con una docena. Dicen que están bien armados, pero no tengo muy claro que los hayan visto realmente.
Eso sí, el sheriff no se inmutó ante el número, incluso se alegró un poco. Como si estuviera aburrido y quisiera acción.-

Se sirvió otro trago mientras miraba a Goody

-¿Donde nos deja eso "jefe"?-

A Josh le gustaba hacerse siempre el interesante y dramático. Lo conocía, y por eso aguardó paciente. Si algo tenía que tener un pistolero además de rapidez en las manos y puntería, era paciencia. Con todo. Con las personas en particular. Así que aguardé a su momento de gloria y luego escuché las buenas noticias.

Una docena. Diez. Ocho. Y el sheriff bailando. Curioso tipo, le gustaría conocerle, seguro que su pasado era turbio.

Miró con ojos escrutadores al "jefe". Competencia.

-Deberíamos mover el trasero y adelantarnos. No esperamos a la diligencia, vamos a por ella. Pero ya. 

Goody arrugó el entrecejo, escupió en el suelo y pisó el escupitajo con saña.

- ¿Un jodido negro?, ¿el sheriff es un jodido negro?. ¡Donde vamos a parar!. ¡Toda esta mierda es culpa de Lincoln y toda su tropa de lameculos, que Dios les confunda!

Un negro, ¡sheriff!. Él había sangrado en esa guerra para que los negros tuvieran el lugar que se merecían y ahora eran la ley. Puto mundo, puta locura de mundo. Tragó el whisky, que le quemó el estómago menos que la rabia que sentía. Algo no parecía estar funcionando con los jinetes, o tal vez tenían una conversación tan agradable que el tahur se había quedado embobado con ella. El aviso de Jack de que algo no iba bien hizo que se bebiera el whisky de un trago y se alejara de la barra para afrontar los problemas. Miró a Cosecha Roja y le dijo

- En otra ocasión, un favor, está hecho - Vio como tiraba el dardo y le daba al centro. No esperaba menos, al menos tenía la suerte de que no conocía las reglas, así que le ganaría, tirando al triple 20. Era la ventaja de tratar con salvajes

Josh volvió y le soltó la mierda que traían esos tipos. Lo miró intrigado, pero como parecía que no arrancaba le dijo
- Desembucha de una vez, ¿Quienes eran esos tipos?

Competencia. Bien armados. Sheriff Optimista. Aquello era como para pensarlo detenidamente pero no tenía mucho tiempo, menos cuando los ojos estaban posados en él. ¿Donde les dejaba? En tierra y sin dinero, 12 podían ser muchos, si es que esos tipos sabían contar. Goodnight sonrió, una sonrisa taimada que antecedía a un gran plan y les dijo

- Mi padre me dijo que cuando el dinero viene hacia a ti no le hagas ascos. No sabemos de donde vendrá la diligencia, creemos que vendrá de allí - dijo señalando una dirección - pero no estamos seguros, no sabemos la hora y es fácil que no la encontremos, pero sí sabemos que vendrá aquí, y esos tipos también. El plan será el siguiente. Vamos a ver a ese negro y decirle que le ayudaremos a limpiar el pueblo de esos indeseables - Levantó un dedo para que le dejaran acabar y dijo - Porqué los indeseables tienen precio a sus cabezas. Así que si trabajamos para el sheriff tendremos a 2 o 3 hombres más,. Puede que la diligencia nunca llegue aquí, pero ya que vienen tantos bandidos sería un desperdicio no cobrar las recompensas. Y si llega -dijo sonriendo - la seguiremos y daremos el golpe fuera del pueblo, después de haber cobrado las recompensas. Dos pájaros de un solo tiro.

Miré perplejo a Goody. Aceptaba que se le revolvieran las tripas con un sheriff negro, él mismo padecía de la intransigencia de algunos cuando descubrían que era mejicano. Hasta que sus revólveres hablaban y les cerrabas la boca para siempre. Pero es que también se le había revuelto el cerebro.

-Si no sabes beber, mejor bebe agua del abrevadero. ¿Qué estás diciendo de cobrar por cabezas? Vete a chingar a tu puta madre, compadre.

No era para menos. 

–Lo veo más fácil el asunto –valoró Horne–. Dejémosles hacer y nos encargamos de los que sobren. Aunque si al sheriff se la viene al vuelo el asunto, lo mismo anda en el ajo.

Se llevó entonces un puro a los labios antes de seguir

–¿Pero por cabezas? Yo cobro por cabelleras salvajes, a los cristianos no les mato por su cartel, las cosas como son. Además, es más peligroso el negocio por pocos verdes.

Al oír a Horne, Cosecha Roja lanzó una mirada más que torva al predicador. Una mirada que indicaba más de lo que el shoshoni podía expresar en inglés. Algo que sin duda no era bonito. Tenía suerte de que hubiese prometido que trabajaría con ellos, sino ya tendría el cuchillo dentro de un ojo.

—Eso no ser parte del trato— respondió sencillamente. —Que se maten entre ellos. Más fácil para nosotros.

No le gustaba por donde estaba yendo la conversación. Los pieles negra estaban tan jodidos como los indios, y que uno consiguiese el poder le agradaba. Hubiese preferido que fuese uno de los suyos, por supuesto, pero un piel negra era mejor opción. Ponía nerviosos a los pálidos.

Faraday se repantingó en la silla mientras escucha el plan de Goody. Era un buen plan. Salvo que en realidad era una mierda. Si le dejasen hacerlo a él sería mucho mejor. Aunque lo cierto es que Horne lo había clavado.

-El viejo tiene razón. Dejémos que se maten entre ellos, y luego nos las vemos con quién quede. Será todo mucho más fácil. Lo único que tenemos que preocuparnos es de que lograsen pillar la diligencia. Con lo que nos tocaría perseguirlos, o buscar otra fuente de ingresos, que diría que en este pueblo de ganaderos hay alguna que otra. Aunque no tan suculenta seguramente.-

A Josh no le importaba que el sheriff fuese negro. Le importaba que era sheriff. Y si averiguaba lo que pretendían se convertiría en un problema. Así que mejor que fuese el problema de otros a menos no que no hubiera más remedio.

El sheriff, con su flamante placa de la estrellita, acababa de entrar a la taberna. Os mantuvo la mirada durante los primeros dos metros tras cruzar la puerta mientras se dirigía a la barra. 

- Caballeros... - dedicándoos un saludo exclusivamente a vosotros, aunque lo cierto es que tampoco es que hubiera muchos más paisanos por allí a los que dar los buenos días.

Si había algo que hablaba de un pistolero tanto como el buen mantenimiento de sus revólveres eran sus botas. Y estas estaban limpias, bien lustradas y con un par de deslumbrantes espuelas... ese nivel de higiene en las botas podía ser una prueba clara de que el tipo era un papanatas rico que no sabía como se disparaba un arma, que estaba de celebración y dispuesto a visitar la iglesia o quizá... ¿que carajo podía significar aquello? quizá simplemente no fuera un dato relevante después de todo.