Tras rodar aparatosamente colina abajo, vuestros cuerpos se detienen. Estáis relativamente ilesos. Llenos de magulladuras y mareados. Raider es el que está peor. Hasta vosotros llegan dos motos de motocross pero se distraen cuando el fuego se extiende por uno de los vagones. Se hacen un gesto el uno al otro y os abandonan.

-El puto Sabbat- comento dolorido -Creía que no...- hago una mueca de dolor y escupo un cuajarón de sangre mientras me incorporo. Vemos cómo hay una especie de banda de cinco motos que se acercan al tren. Uno de ellos se quita el casco y reconocemos a Lynn, la rubia sire del anarquista. El tren comienza a frenar para detenerse.

Minutos después, las motos llegan hasta vosotros. Detrás de Linn está Øystein, Billy y Nicholas detrás de dos desconocidos que ocultan sus identidades tras sus cascos negros. Gaia está delante, sujeta por otro. Tiene el rostro destrozado y una herida en el abdomen que la atraviesa de lado a lado. Está visiblemente incapacitada.

Al llegar a ellos los miro por encima del hombro. -Raider. Estás fatal aunque no tan mal como tu chiquilla.- Hago un gesto para que la dejen caer de la moto. -Según creo, luchó por ti hasta el final pero tú saltaste a la primera ocasión del tren. Parece que por fin tu Torre de Marfil te ha domesticado- Muestro una sonrisa triunfal -Hay un pequeño pueblo a dos kilómetros hacia allí.- El tren se detiene por fin. No tarda en estar rodeado de gente que empieza a desperdigarse. Las llamas son sofocadas con rapidez. La mirada que me lanza el Gangrel me hiela la sangre -No tardarán en llegar las autoridades. Llevaremos a Gaia al pueblo, tenemos un piso preparado junto a la iglesia, en la plaza mayor. Que venga el sangre débil a cuidarla, no somos veterinarios-

-De Gaia me encargo yo.- Digo haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad para no mostrar ningún gesto de dolor. -Nicholas, tú te quedas.- Inspiro, huelo un bosque cerca, animales... -¿Krampus?- pregunto al Nosferatu qué quiere hacer, si quedarse con nosotros o irse con los anarquistas. Y luego, claro, también estaba el Tremere que me había salvado la vida. Intercambio una mirada con él -Sé cómo avisar a los tuyos. Quédate y te devolveré el favor- comento deseoso por saldar mi deuda. -Jamás debes deberle nada a un brujo. JAMÁS-

Llegó el momento de las despedidas... por ahora.

Linn llevará en las motos a Billy Drago y, evidentemente, a Øystein (a no ser que decidan lo contrario).
Raider se encargará de Gaia con ayuda de Nicholas y también guiará a Mikael y Krampus a través del bosque (a no ser que decidan lo contrario).

 Asentí ante la petición de Raider:

 - Gracias, será un placer aceptar tu hospitalidad.

 No es que tuviera mucha opción. Confiaba en que el haberle salvado la vida, mantuviera sus conocido odio por mi clan a un lado, de todas maneras mis prioridades eran otras. Observé preocupado a Gaia y dije, con un tono triste:

 - Espero sinceramente que se recupere sin secuelas de ningún tipo. Ella nos dio la oportunidad que necesitábamos para liberarnos nosotros mismos y a ti. Si estamos todos aquí ahora es gracias a ella y tiene mis más sincero agradecimiento y admiración por ello.

-¿Alguien sabe que coño ha pasado con esos dos?-comentó el Nosferatu expresando en voz alta lo que muchos se planteaban. Luego algo dubitativo asintió a la propuesta de Raider.-Si, claro voy contigo. Dame un minuto, enseguida os alcanzo.-dicho esto Krampus se adentró en la sombras hasta que desapareció en la negrura de la noche.

Krampus corrió hacia el tren, quería tratar de recuperar el pendrive aunque posiblemente fuera imposible tal vez con el frenazo y el combate hubiera resultado dañado. No, no nos engañemos el Nosferatu no buscaba solo eso, buscaba algo más, algo de sangre de alguno de aquellos dos bastardos. Quizás él no, pero quizás los Tremere pudieran rastrear a esos dos si obtenía algo de su sangre, incluso tal vez el fino olfato de raider. Con el Sabbat de por medio cualquier pista era poca, por otro lado estaba el poder encubrir la Mascarada, vagones con ataúdes y esas mierdas serían un cantazo para la segunda inquisición.

Una vez hubiera rebuscado lo mejor que hubiera podido rasgaría un manguito del gas en la cocina del vagón restaurante, sería solo cuestión de tiempo que algún gilipollas lo hiciera estallar por los aires volando cualquier prueba por los aires eh incubriendo la Mascarada.

Luego ayudado por un búho se reuniría con Raider en el bosque, malherido como estaba y cargando a Gaia no le costaría mucho dar con él.

Los pasajeros murmuraban, debatían. Había desorden en las conversaciones plagadas de rumores pero los secretos eran tu especialidad y, allí oculto, pudiste entender entre líneas.

Parece que el tal Gilbert engañó a más de un vampiro. Su coartada le valió el billete de acceso al tren y que llevaran a Raider (aún medio aletargado por el día) ante su presencia. Incluso que dejaran un vagón vacío sólo para él -y para una polizona que no aparece en los registros-

Aquel transporte pertenece a un Ventrue de la Camarilla muy bien posicionado con una empresa de transportes cuya credibilidad recibirá un buen golpe después de que uno de sus trenes explotara en medio de la noche... dos veces.

En el interior del vagón donde pasasteis la mayor parte de vuestro breve trayecto puedes ver signos de combate y mucha sangre en el suelo (toda de Gaia). Allí tuvo lugar un incendio producido por un cóctel molotov hecho con una botella de cerveza. El fuego a deteriorado la mayoría de las pistas que podrías haber usado. No obstante, en la transición de un vagón a otro encuentras un virote de ballesta completamente ensangrentado. -Huele a antiguo. "Gilbert"-. Hacia el vagón restaurante ves una mochila azul que tenía Øystein. Estás seguro de que estaba llena. La mochila escondía el arma con que fue lanzado el virote y, por el pestazo a gasolina, el desencadenante del fuego.

La mayoría de los testigos lo atribuiría a un ataque anarquista muy concreto -buscaban algo-. Pocos sabrían que había dos miembros, presumiblemente del desaparecido Sabbat, a bordo. No ves al falso Gilbert ni a Ella por ninguna parte. El pen a volado. Está claro que la muerte de Hyde era un pretexto... -¿está realmente muerto?- ...lo único que salió del almacén se lo llevaron Gaia y Nicholas y eso era lo que buscaban.

Minutos más tarde, caminabas hacia el bosque cuando a tu espalda el cielo se tiñó de naranja por la explosión.

Al final ha sido todo una maniobra. Seria cosa del sabbat, y nos utilizaron para esto.Bueno dejo las especulaciones, cuida de tu cachorra raider. Tendrá unas buenas cicatrices de guerra que le recordaran la gloria en aquella batalla y también los errores que tuvo. Si alguna vez quieres hacer negocios ya sabes. 

remarcó la palabra

Cuando digas nos vamos Linn, me alegra verte bien.

¡Premio! pensó Krampus al encontrar el virote. Gilbert había jodido a mucha gente, nadie le iba a cargar el muerto al Nosferatu si habían caído en la trampa peces más gordos. El pendrive ya no era una preocupación, el Sabbat buscaba algo, algo que Gaia y Nicholas se habían llevado del almacén y que muy posiblemente ya estuviera a buen recaudo en manos de Ibrahim.

Ciertamente el Ventrue dueño de Transaxa la linea de transportes "adaptados" con línea Berlín-Hamburgo, no iba a estar nada contento con aquella situación, pero mejor una ataque anarquista que no que se conociera la verdad. Así funcionaba la Camarilla y así era como la Segunda Inquisión miraría hacia Linn y los suyos en lugar de hacia los salones de la vieja estirpe. 

Cogió un ridículo guante higiénico del catering del vagón restaurante, metió el virote dentro sin tocarlo y dándole la vuelta al guante lo anudó para sellarlo herméticamente antes de meterlo en no una, ni dos, si tres bolsas cerradas una tras otra. Quizás en ese modo no se contaminase la sangre una vez la prueba descansase dentro de la mochila. La mochila de Øystein sería la prueba perfecta para incriminar a los anarquistas, el podre era tan tonto que se la había cargado él solo con todo el equipo.

Todo ocurrió muy rapido, me sentía como si me hubiera tragado un tornado y después me hubiera arrojado en medio de la nada. Totentanz había conseguido que sintiera el verdadero terror. La imagen de mosntruo atravesando con su abominable brazo el cuerpo de Gaia mientras lo miraba hizo que por primera vez en su vida desease estar muerto de verdad.Los cainitas se juntaron y una mujer rubia y Rayder hablaban peroel no estaba atento a la conversación, miraba a Gaia mientras en su cabeza seguía la imagen de la grotesca criatura regocijándose de cómo iba a comérselos

-Nicholas, tu te quedas.- le impuso Raider.  Afirmó con la cabeza. Sus palabras le devovieron a la realidad. Krampus y Mikael se quedaron también con ellos. Con toda la delicadeza que poseía se agachó y cogió a Gaia y la cargó entre sus brazos, pensó que si alguien les seguía y les atacaba mejor que el Gangrel pudiera moverse libremente para defenderla. Entonces vió la tremenda herida de su protectora y la impotencia alimentó la rabía y la pena de verla así.

Entonces miré a Mikael.- ¿Y Aguilar?

Un búho predijo la llegada de Krampus, el Nosferatu no quería darle ningún sobresalto a Raider en mitad del bosque, aquel no era el momento ni el lugar. Lo miro por unos instantes serio.-¿Qué tal está tú chiquilla?Ha sacado tú olfato, en cuanto se abrió el vagón y olió tú sangre te reconoció al instante. Ella habría muerto por ti, lo sabes ¿verdad?- Mikael y Nicholas podían ver que entre aquellos dos había cierta confianza por la forma en que se hablaban.-Es joven, no creo que tarde mucho en despertar del sopor. No te preocupes, seguro que ha salido de peores.-luego siguió caminando junto a ellos sin decir mucho más. En un momento dado le hizo un asentimiento con la cabeza a Mikael, algo parecido a buen trabajo, de no ser por el Tremere tal vez no hubiera podido liberar a Raider a tiempo. Aunque en su defensa debía decir que le hubiera gustado mucho ver la actuación de Alice Cooper en un solo versus Ella, una desagradable sorpresa que la hija del puta del Sabbat se merecía más que nadie.

Le dijo su nombre, al menos merecía eso antes de destruirla, clavando la mano derecha y atravesando el abdomen de Gaia, tirándola a un lado como si de una muñeca rota se tratara. Aquello no era un rasguño, dolía de verdad y el gemido producido por aquella tortura fue estridente al inicio, hasta que se perdió la voz, muriendo en la base de la garganta, mientras la sangre manaba de la fuente sin fin que era la gangrel.

Estallan los cristales, se hacen añicos y algunos caen sobre la fémina escuchaba voces de fuera, sabía que una de ellas era de Linn, tenía una deuda de sangre con su sire, Raider no moriría, no podía morir.... Sonrió mientras sentía cómo le elevaban del suelo... ¿viviría ella?... Era poco probable, jamás acabó tan mal tras una pelea, aquel dolor era demasiado latente, increíblemente novedoso, esta vez sí que dudaba conseguirlo.

La rubia seguía hablando y llamó a Raider, decía que él estaba mal y Gaia se preocupó, pero la poca sangre que le quedaba se heló al escuchar el resto de la conversación. Él había saltado abandonándola a su suerte. El dolor físico no tenía nada que ver con el de su alma, deseó morir en aquel instante, su manada le había dado la espalda y por más que Raider se fuera a ocupar de ella en el momento que realmente le necesitaba huyó, sabiendo que estaba en el tren, peleando por él... Eso no era una enseñanza, era deslealtad.

Luego llegaron las palabras de los demás, ecos en sus oídos. Cerró los ojos y llevó su mente a su hogar, el zoológico, convivía con la manada de leonas, animales que luchaban activamente por los suyos, jamás recularían ante un invasor en su espacio. A veces los animales tenían más humanidad que sus iguales.

Y fue entonces cuando Gaia deseó por primera vez en toda su vida, estar sola. 

Entonces miré a Mikael.- ¿Y Aguilar?

 Negué con la cabeza, indicándole que no estaba en el tren, o al menos yo no lo había visto. La verdad es que estaba muy preocupado por él, pero sabía cuidarse solo y confiaba en que, estuviera donde estuviera, sabía arreglarselas solo y que se pondría en contacto en cuando le fuera posible.

Siempre sentía felicidad al reencontrarse con su sire tras alguna peligrosa misión, pero aquella vez fue diferente. Había estado tan nervioso al momento de disparar la ballesta contra Totentanz que por poco erro el tiro. Por poco. Sin embargo, el veneno del virote no parecía haber sido suficiente. Billy había estado rápido incendiándolo todo.

Ante la pregunta de Linn, negó con pesar con la cabeza, sin perder la sonrisa. La rubia había salvado el día, otra vez. Aún sentía la adrenalina de aquel enfrentamiento, le apetecía incendiar todo el tren, los bosques aledaños, todo. Pero se debía controlar, no era momento para el desenfreno.

Al escuchar como Raider rechazaba la oferta de trasladar a Gaia hacia el pueblo, donde el movimiento anarquista poseía un refugio, estuvo a punto de insultar al Gangrel. Hubiera sido su tercer imprudencia en pocos dias, y Øystein, algo supersticioso, se contuvo. Resolvió reclutar a Gaia definitivamente si tenía ocasión de verla nuevamente. Y si sobrevivía. Era salvaje, leal, y tenia un sire que era un puto cobarde, al contrario que su rubia. Sin duda estaría más receptiva la próxima vez que se lo propusiera, considerando como su "manada" anarquista había rescatado a los caínitas aquella noche.

— Bien hecho, Billy. — fue todo lo que dijo mientras que con una leve inclinación de cabeza se despedía del resto, incluso del Nosferatu.

Los caminos volvían a separarse. Billy Drago regresaría a su hogar, liderando su equipo y escalando posiciones en el crimen organizado. Øystein Holtet se giró al ver un brillo anaranjado en el horizonte tras el sonido de nuevas explosiones -el tren arde-. Linn, él y los suyos volverían a empezar en otra ciudad esperando que lo ocurrido en la ciudad y el golpe a Transaxa no les afectara con contundencia en el futuro.

Raider cazó algunos animales para nutrir a Gaia. La gangrel aprendió que las heridas producidas por otros seres de la noche tardan en cerrarse casi cinco veces más que otras heridas como las de balas o cuchillos. Su sire estuvo con ella, pero entre los dos nada será lo mismo desde esa noche. Tenían una conversación pendiente.

Krampus, Mikael y Nicholas descubrieron que tenían varias cosas en común. Entre ellas, Ibrahin/Aguilar.

En cualquier caso, todos ellos, en el fondo de sus corazones muertos, sentían que aquello que se originó hace tres noches en un almacén abandonado y que les llevó al enfrentamiento en el tren. No les cabía la menor duda. Se volverían a ver.

Continuará