Partida Rol por web

Si.

Claramente Herman tenía dos actitudes. En la mazmorra, con sus compañeros de viaje, se mostraba confiado e incluso parecía divertirse con esta pesquisa. Sin embargo, cuando se trataba de hablar con algún fraile, se retraía y parecía pasar a un segundo plano. Prefirió entonces esperar y que fuesen los dos nobles quienes hablasen con el religioso.

-Puede que vaya bien la cosa, Don Cosme. Hemos encontrado una tumba a todas luces falsa en sus catacumbas, y digo a todas luces por que tiene cerradura y... bueno, me da la impresión de que es obvio por que una tumba con cerradura ha de ser falsa.-Dijo Rodrigo terminando de aclarar sus pensamientos.- Supongo que os parecerá razonable que abramos el falso ataúd para intentar esclarecer todo este asunto. Para ello necesitaremos alguna herramienta, quizá una especie de palanca nos venga bien.

¿Una tumba falsa decís, hijo mío? ¿Una cerradura? -dijo muy soprendido don Cosme-, ¿Qué barbaridad es esa que decís? Todos los hermanos que allí descansan les acompañan los caballeros que una vez, antaño, recuperaron este monasterio del infiel, pero... ¿una tumba falsa? Mmm... al menos que yo sepa no puedo afirmarte tal cosa...

Luego don Cosme se percató de las palabras de Rodrigo.

¿Profanar una tumba? No, no... lo siento hijo... de ninguna manera podría yo dar permiso para tal... Os pedí investigar, pero no interrumpir el descanso de alguien de este monasterio de su estadío con el Altísimo. ¿Habéis encontrado alguna otra cosa?

-Más decidme que clase de tumba tendría una cerradura, Don Cosme. Nadie hay más respetuoso que yo por los difuntos, pero precisamente de eso se trata, ese escondrijo mal disimulado está profanando un lugar sagrado destinado al descanso de las almas de hombres piadosos.-Rodrigo hizo una breve pausa pensativo- Obvio  es que en ese sarcófago no hay ningún hombre cristiano enterrado. Y si fuera así, Dios me valga, que prefiero no imaginar la inquina maldad que pasara por la cabeza de quien se facilitara el acceso a los restos difunto con una llave. Pienso que, en ese caso, sería nuestro deber como buenos hombres devotos de Dios dar un entierro de verdad respetuoso y digno a la persona que allí tratara de descansar para la eternidad.

Don Cosme, - dijo Nicasio incapaz de callar mas, si en verdad queréis descubrir que ha pasado aquí, si en verdad queréis restablecer la tranquilidad en esta casa de Dios, y si en verdad os turba la innecesarias….muertes – iba a decir asesinato pero le sonó muy fuerte -, aquí sucedidas, os insto a que nos permitáis abrir esa falsa tumba descubriendo los secretos que ella pueda tener dentro.

Recordad que sois vos quien nos ha pedido ayudaros, y en verdad os estamos agradecidos por que nos hayáis cobijado aquí, pero si no nos dais las herramientas necesarias para descubrir que ha pasado en el convento, os aseguro, Don Cosme,
Que nunca sabréis el motivo de tanta injusticia.

(A menos claro de que sepáis más de la cuenta – pensó Nicasio -).

En la cabeza de Herman empezaban ya a tomar formas planes a llevar a cabo con nocturnidad. Aunque en el silencio de la noche, cualquier ruido se escucharía perfectamente. Quizás hubiese algún encargado de custodiar las llaves o puede que alguien se encargue del cuidado y limpieza de las catacumbas y sepa algo acerca de ese sarcófago con cerradura. O puede que alguien tenga una llave maestra que abra todas las puertas, el herrero tal vez.

Por otro lado, evidentemente a donde el nuevo abad había pedido que no entrásemos es donde con toda seguridad habrá que entrar. No es normal que se les pida a unos viajeros que investiguen pero... "no, por ahí no investigueis"... eso suena muy muy raro. A ver si cuando Jimeno vuelva sabe de algún disidente en el monasterio que pueda llevarnos donde Fray Cosme no quiere.

Mientras esto pensaba, asentía en todo momento en la conversación que los otros mantenían.

Claro, hijo, ven, acércate -y se dió la vuelta hacia las dos estanterías llenas de baldas paralelas- ¿Ves? Aquí se han venido guardando gran cantidad de libros que...

y comenzó a hablarte de aspectos literarios: autores, tipos de obras, etc. durante casi 10 minutos.

Luego se percató de lo último que dijiste, dándose la vuelta y atusándose la barba.

¡Oh! Si, señor Ibáñez, encantado. Usted ya sabe mi nombre, ¿no? Si no te lo ha dicho don Cosme, yo soy el Hermano Timoteo. La biblioteca es tuya... ¿alguna duda más?

Son las 12.10

Don Cosme se sorprendió antes las tales barbaridades que estaba escuchando.

Don Rodrigo, hijo -respondió mirando al cortesano-, no creo que haya aquí enterrado infiel alguno, si es eso lo que vuestras palabras refieren, pues aquí yacen hermanos de este monasterio y antiguos guerreros cristianos de dios

Luego miró a Nicasio.

Perplejo me hallo ante lo de la falsa tumba que decís, y más aún de lo de la cerradura... sin embargo, tenéis razón, que yo os he pedido el favor y no seré yo quien os niegue tal razón de búsqueda. Aunque me pese... podéis abrirla si así de cualqueir hipótesis estáis henchidos... Claro que, yo no tengo llave alguna, hijos.

Podéis hacer una tirada voluntaria de Psicología o en su defecto (PER) por si queréis comprobar si miente o no o si creéis que oculta algo.

Son las 12.10

Os agradezco en nombre de todos vuestro entendimiento buen señor.
Os doy mi palabra de que trataremos el falso ataúd con todo el respeto necesario para no alterar la paz reinante en este santo lugar.
Nuestra intención Don Cosme, ya deberéis haberos dado cuenta, es la de devolveros el favor que tan cristianamente habéis brindado a estos viajeros asaltados por bribones.
Contad con mi palabra de buen cristiano y pongo a mis ancestros como testigos de que voy a intentar sacar a la luz todo lo que ha pasado.
Dicho esto, me pongo en camino nuevamente hacia el susodicho lugar y os aviso que de camino buscare algún elemento que me propicie la ayuda necesaria para hacer el trabajo lo mejor posible.
¡Dios nos bendiga todos!.

No. No. Le agradezco que me de la oportunidad de disfrutar de la biblioteca. respondió al hermano Timoteo y se enfrascó en una superficial búsqueda de algun libro que le pudiera resultar interesante. ¿Quien sabe? A lo mejor en aquel lugar encontraría algún antigua tratado sobre alquimia.

No sabe nada de esa tumba que decís, ni de la cerradura.
Tampoco miente en lo que dice. Y realmente está escandalizado en lo de que queráis profanar la tumba (no actúa o finge o algo parecido).

Rodrigo asintió a las palabras de Nicasio.

-Lo más rápido sería coger alguna herramienta de la herrería, contando con su permiso Don Cosme- Dijo mirando alrededor por si encontraba algo que les pudiera servir en aquel patio. 

Acercándose a Nicasio para hablar en voz baja: -"Disculpe, señor Nicasio, ¿podría preguntarle a Fray Cosme si hay algún fraile encargado del cuidado o limpieza de las catacumbas?"

No, no, sin problema, adelante, ve a ver al herrero Fernando, que seguro tendrá una buena varilla que podáis usar... -dijo Don Cosme con el pesar de que sabía que estaba ayudando a profanar una tumba cristiana.

Tras pasar por los patios de tareas, donde había muchos monjes en las huertas, el de Lara entró en la herrería, y el hermano Fernando, muy gustosamente, le entregó una palanca, en forma de "L" Ten aquí- te dijo, pues para la operación que requerían quizá sería el elemento con mejor forma.

Luego Rodrigo se dirigió hacia las catacumbas, junto con Nicasio* y Hermán, que se habían adelantado por allí, en la entrada. Entre tanto revuelo son las 12.30.

Entre toda la búsqueda, la cual parece infructuosa*, Jimeno tan sólo encontró algunas actas de cómo se había reconquistado el monasterio, de nombres de antiguos monjes que allí habían vivido, de los modos de construcción del monasterio y su proceso. También gran cantidad de libros de la Biblia (pasajes sueltos, libros de salmos individuales, etc). Así como algún clásico griego que no había experimentado ningún tipo de censura de lo que Dios hubiera de mandar quemar o no reproducir. Todo aquello era interesante, si, pero poco fructuoso para el cometido que buscabas. Entre tanta búsqueda, eran ahora las 12.45.

El mismo Rodrigo se dispuso a apalancar la falsa tumba, aunque estaba más acostumbrado a que este tipo de labores las realizaran sus sirvientes seguía siendo un hombre fuerte y sano. Esperó a que sus compañeros encendieran las luces y se adentró en las catacumbas.

Creo que se me ha hecho tarde entre tanta distracción. cerró el libro que sostenía en las manos y lo recolocó con cuidado en el sitio de donde lo había sacado. Muchas gracias hermano. Creo que volveré más tarde. lo dijo como las tipica frase hecha. Jimeno reconsideró sus palabrtas y en verdad deseó poder salir de allí al día siguiente.

Nicasio se volvió un momento ante la sugerencia de Herman.
Acercándose nuevamente hacia el fray Cosme le pregunto aquello que Herman quería saber.
Luego volvió junto a Rodrigo que ya dentro de la catacumba se disponía a abrir la falsa tumba.
Estaba expectante.