Partida Rol por web

Desde donde estáis ambos, veis pasar al bárbaro por el camino, aunque sin veros a ninguno de los dos; seguís algo más hasta llegar hasta donde más o menos debería estar la niña, aunque os volvéis a agachar al pasar el otro bárbaro por el camino, sin reparar en vosotros tampoco.

Unos segundos de búsqueda son suficientes para encontrar una mancha de sangre en uno de los árboles cercanos, a sus pies está la niña con la cabeza llena de sangre y un pequeño charco de no más de 150ml de sangre bajo su cabeza; la primera buena noticia, aún no ha perdido mucha sangre. 

Te acercas a ella, preocupado principalmente de que la lesión del cráneo haya producido daños mortales en el cerebro. Notas sus manos frías y sin pulso, sin embargo al ir al cuello, consigues notar el pulso, débil y acelerado, algo que no es del todo buena señal.

-Rasul.... Rasul....-

sigue intentando encontrarle, mientras comienza a correr en la dirección en la que la niña fue disparada.

Vas por el borde del camino buscando a Rasul, sin embargo si sigues por ese camino pasarás por al lado del bárbaro, solo confiando en tu capacidad para ocultarte tras los árboles... ¿tomarás el riesgo?

Naif comienza a correr junto al camino, suoponéis que hacia donde cayó la niña. Lo perdéis de vista tras pasar unos cuantos árboles, por desgracia si sigue ese camino pasará cerca del bárbaro... lo que podría ser peligroso para "el joven"

—Buenas noticias, Fiona, aún está viva— susurró a su amiga tras comprobar el estado de la niña. No podían dejarla allí, pero tampoco podía moverla sin delicadeza en ese estado, así que decidió hacer lo único que podía hacer en ese momento.

—Oye, cúbreme un momento mientras intento estabilizarla un poco— afortunadamente había cogido sus cosas antes de salir corriendo, así que abrió su maletín y empezó a sacar vendas y demás cosas—. Espero no tardar mucho, pero por si acaso intentemos pasar desapercibidos...

Con ese objetivo en mente, y con la tranquilidad que le daba la protección de Fiona, se dispuso a hacer algo por la vida de la chiquilla.

—"Quién me iba a decir a mi que iba a acabar en un bosque con todas estas cosas raras a mi alrededor..."

Comienzas a aplicar el mejor tratamiento que conoces para la situación, aunque poco puedes hacer en el momento; desinfectas la herida limpiándola rápidamente y usas un vendaje para detener la hemorragia, por otro lado aplicas unas gotas de un fármaco conocido por su capacidad de mejorar el riego sanguíneo durante un periodo corto de tiempo.

Así pues, con eso bastará para estabilizarla... aunque casi todo depende de su propio organismo.

Cabe destacar que te sorprende la velocidad a la que has aplicado el tratamiento, tardando solo unos segundos.

Fiona se separa un poco de ti, acercándose al camino para ver la situación, después vuelve a ti.

-Solo dos de tus compañeros parecen mantenerse delante de dos salvajes que se los acercan, uno está lanzando rayos y la otra niña está esperando con sus dos espadas a que se acerquen - ves como Fiona te observa trabajar, después de todo a un aprendiz siempre le gusta ver a su maestro en acción - Los dos bárbaros están heridos, pero... ¿seguro que no necesitarán nuestra ayuda?

Aunque Fiona no ha conocido al grupo, les ha cogido cierto cariño por las cosas que le has contado; un cariño similar quizás al que uno siente por algún personaje de una obra de ficción al que no quiere que le pasen cosas malas.

—¿Niña con espadas?— preguntó extrañado—, "¿será Liesel?"

Aquello cada vez tenía menos sentido, pero ya había decidido que no se cuestionaría nada hasta que no pusiera a aquella niña a salvo. No le hacía gracia quedarse solo en aquella situación, pero era cierto que los demás podían estar en apuros. Confiaría pues en su sigilo.

—Está bien, tienes razón— contestó—. ¿Crees que podrías hostig...— se detuvo un instante para pensar una palabra más sencilla—, atacarles sin que sepan de donde vienen los golpes? no me gustaría que te descubriesen, ya que no se lo que podría pasar.

Fiona sonríe al oír que le das permiso

-Al que está más cerca lo veo algo difícil, seguramente tus compañeros me verán. Me encargo del otro con la herida en el brazo, enseguida volvo.

Tras estas cortas palabras, se va rápidamente por donde habéis venido, dispuesta a acabar con el salvaje

A bastante distancia de donde estáis vosotros, veis como algo muy rápido y pequeño (quizás una piedra) sale de entre los árboles e impacta al salvaje que está más alejado de vosotros, el que estaba herido, hicándose en él.

El salvaje está visiblemente sorprendido, y mira hacia la derecha del camino buscando de donde provenía el ataque, aunque parece que no encuentra nada.

'Madre mía, que pesao'.

Mirando a su alrededor podía ver cómo Naif desaparecía entre la maleza y cómo Nina se recuesta contra un árbol, exhausta.

-A ver si se muere ya el tío ese... le he hecho suficiente daño como para que saliera huyendo. Está claro que si se acerca más a nosotros nos atacará (dice más a Liesel que a los demás).

En cierto modo, la primera vez que le quitas la vida a una persona es algo impactante, pero Hodor considera que es totalmente necesario para poder proteger a su hermana (aunque ésta no ayude y se ponga en primera fila), por lo que sigue lanzando rayos al bárbaro: de nuevo se pone en posición y apunta al mismo.

El bárbaro vuelve a intentar la arriesgada maniobra, pero esta vez no le sale tan bien, recibiendo el impacto en el brazo; las ropas de cuero se deshacen en la zona donde a impactado, dejando ver una mancha negruzca en su piel.

El bárbaro frena su avance un par de segundos, aunque con un rugido sigue avanzando. 

Otro rayo de Hodor ruge por el bosque.

Naif, comienza a correr en la dirección en que la niña fue arrojada; los ogros pasarían a su lado, lo sabía; estaba consciente pero no iba a dejar que la niña pudiera morir al igual que su padre; sabía que Rasul era un gran médico y podría mantenerla con vida, pero nada más.

Pasas lentamente por donde se encuentra el primer bárbaro, miras hacia donde está él y ves que está poniéndose de pie a duras penas tras, seguramente, la descarga de Hodor; por supuesto tiene cosas más importantes que mirar que a ti.

Sigues avanzando y te ocultas tras un matorral donde supones que está el segundo salvaje, sin embargo desde una zona menos densa del matorral miras hacia el camino y ves como el bárbaro te está mirando con una sonrisa en su rostro, una tétrica sonrisa que helaría tu corazón de no ser por el efecto mágico que te serena.

Sin embargo, enseguida te ignora y mira fijamente a uno de los árboles que se encuentra justo a tu lado, mirando fíjamente un punto... sin embargo ahí no hay más que hojas y ramas, estás totalmente seguro de eso.

No sabía que veía el ogro, quizá era a alguien más, quizá se burlaba de mi, como sea sabía que esa cara enferma y horrenda que tenía no podía buscar nada bueno. no se me ocurrió nada más que distraer a la criatura... 

Salí al camino dando un giro y cayendo sobre una de mis rodillas y alzándome con gracia, si no lograba conjurar los poderes que asumía que eran de Edamiel. Al menos llamaría su atención a atacarme a mi, por lo hermoso que eran y lo gráciles de mis movimientos.

Naif sale del lateral derecho del camino, a la altura entre el primer y el segundo bárbaro. Aparece dando un giro sobre sí mismo antes de levantarse y comenzar a danzar ahí en medio. 

El segundo bárbaro parecía haberlo visto, pues lo que estaba mirando en el bosque era a Naif y ahora lo miraba con una sonrisa en sus ojos.