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Dragon Age: Las Cenizas de la Ruina

19. Lo que Siempre Estuvo Ahí

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02/12/2013, 21:51
Gabrielle

«Alguien, en alguna parte, en alguna de las Ruinas, debió haberse dado cuenta» respondió Gabby obstinadamente «Y no es una cosa que pase desapercibida. Habría expandido el rumor.»

Cuanto más aprendía más era consciente de lo que ignoraba. Pero se negaba a pensar que alguien como ella, que había dedicado tantísimos años al estudio del Velo, no tuviera ni la más remota idea sobre algo tan importante como lo que mencionaba Astucia.

«Sabes perfectamente que el hecho de que hayas existido antes no implica necesaria y suficientemente que todos los espíritus te conozcan. Por no saber, no sabemos si el Espíritu de Fe guarda recuerdos de ti si es que alguna vez te conoció.»

Miró hacia abajo.

«Siempre hay cosas que ignoramos, Astucia. Tal vez podríamos intentar engañar al Demonio de la Gula para que nos revele algo de tu pasado.»

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02/12/2013, 22:05
Astucia

«A eso me refiero» respondió Astcucia «A que es normal que ella no me conociese: Vió otro espíritu y ya está, no hizo nada especial. Pero esos demonios han reaccionado de forma muy distinta»

Resopló por lo desagradable que debía resultarle a un espíritu la idea de toparse con un demonio como para hacerlo una segunda vez.

«En fin... Supongo que no tiene mucho sentido darle vueltas a esto» suspiró «Al menos hasta que encontremos a ese Demonio de la Gula. Puedes intentar que te diga algo si quieres pero ten cuidado. No sé yo hasta qué punto fiarme de la palabra de un demonio... »

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02/12/2013, 22:30
Gabrielle

«No lo sé, pero a mi me daba la sensación que se habían enfrentado a ti antes... y que habían perdido.» replicó Gabby «Intentaremos engañarlos. Seremos... ¡más astutos!»

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04/12/2013, 23:23
Janus

¿No lo sabéis?—Janus parpadeó—. Hacedor... está bien, os contaré lo que sé.

Se frotó la cara con las dos manos para centrarse y cogió aire.

Hace poco llegó un forastero al pueblo, dijo que era un erudito que había oído los relatos misteriosos que envuelven al bosque de Brecilia y quería explorar la zona. A mucha gente le dió la risa, nuestro pueblo es normal. Bueno... era normal—carraspeó—. A la mañana siguiente ocurrió algo extraño: nos dimos cuenta de que las aguas bajaban rojas. No sabíamos por qué y estábamos aterrados. Al día siguiente habían vuelto a la normalidad pero el vinatero del pueblo amaneció escandalizado porque no encontraba a su hijo. No lo hemos vuelto a ver.

»A partir de ese día, ha vuelto a ocurrir lo mismo sistemáticamente... cada semana. Un día las aguas bajan rojas, al día siguiente, alguien del pueblo no está. Todos empezaron a decir que esta cueva de donde nace el río estaba maldita, otros le echaban la culpa al erudito diciendo que había traído la maldición consigo—suspiró—. No me pareció justo... ese pobre hombre sólo había tenido la mala suerte de llegar en un mal momento, ¡era sólo un estudioso, no un hechicero! Para demostrar su inocencia decidió venir aquí a tratar de averiguar qué estaba ocurriendo. Y yo estoy aquí porque decidí venir a buscarlo para disuadirlo de esta estúpida condena a muerte por culpa de la superstición.

Pateó el suelo como si algo le resultase frustrante de verdad.

Y maldita la hora en la que pensé tamaña temeridad... porque me temo que estaba equivocado. Ese tipo es un monstruo. Al llegar aquí pude verlo haciendo algo extraño al fondo de la gruta con unas runas, unos pergaminos... y no sé qué más. Me descubrió antes de que pudiese acercarme a verlo bien. Para ahorraros los detalles diré que esos muertos que me estaban persiguiendo los convocó él.

Le dió un escalofrío al mirar a una de las criaturas de reojo.

No sé quién es, ni lo que pretende, ni lo que está haciendo, ni lo que ocurre, pero no es bueno... Hacedor, ¡y ahora no sé qué hacer! Sólo soy un posadero, no un aventurero, no sé pelear. ¡Tengo miedo de que nuestro hogar acabe convertido en un pueblo fantasma por culpa de esta magia maldita!

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05/12/2013, 00:45
Sion

La única persona factible con conocimientos mágicos en millas a la redonda resultaba ser un hechicero demente, secuestrador, invocador de muertos vivientes y Hacedor sabe que otras atrocidades pesaran sobre su alma. Era su "mago" pero no lo que estaban buscando, dudaba que pudieran razonar con alguien si realmente había hecho todo lo que le atribuían, mirando los restos de esas cosas tristemente se veía empujado a creer que la versión no estaba exagerada.

- Veo que no atiende a razones, si realmente esa persona actúa así entonces tiene muchas posibilidades de acabar con el cuello cortado.

Necesitamos cualquier información que nos de la más mínima ventaja, ¿cómo de profunda es esta cueva, hay caminos laterales, alguna otra salida, tiene guardas? Lo que sea.

La última vez que me enfrente a muertos vivientes me dejó claro que se mata primero y se investiga después. -

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05/12/2013, 11:32
Alexei

EL mago que puede devolvernos a casa resulta ser una desgracia para los de su profesion... ¿Por que no me sorprende? Dada la suerte que tengo lo extraño es que no me hayan convertido ya en uno de esos muertos vivientes...

-¿Alguna idea?-Pregunto.-Ya has luchado con esos seres más veces de las que yo lo he hecho... y mientras mi espada sirva estoy más o menos tranquilo. ¿Crees que podremos matarle para que no traiga mas de esos?

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05/12/2013, 12:45
Sion

Los muertos en vida... el mero recuerdo de huesos malditos avanzando hacía ellos le producía escalofríos, ya habían tenido muchísima suerte de salir con vida la primera vez.

- Nunca he luchado con un nigromante, no se a que atenernos contra alguien que se burla así de la vida, pero si le separamos la cabeza del tronco debería servir.

Pero los muertos vivientes... cuando tienes que luchar mucho tiempo contra ellos la cosa cambia, les miras el rostro y ves que están vacíos, marionetas sin alma, no se cansan, no tienen miedo, no tienen piedad. Jamás olvidaré la primera vez que vi moverse a uno de ellos.

Intentas darles un corte en la pierna para dejarlos lisiado y no sirve, no es sencillo matar a algo que ya está muerto careciendo de las limitaciones que tenemos los vivos. Ya veremos que nos depara. -
 

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05/12/2013, 13:41
Alexei

-Viendo lo visto mueren igual, solo hay que luchar hasta el final y sin lindezas.-Digo alzando un poco mi alfanjón.-Separarles las cabezas o partirlos en dos parece que funciona.

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05/12/2013, 20:25
Astucia

Astucia emitió un murmullo pensativo cuando le explicaste tus sensaciones, no obstante, se rió con tu última frase.

«Como no podía ser de otro modo»

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05/12/2013, 20:27
Lynn

—¡Ow!

En ese momento chocaste con Lynn que se había parado. La clériga dió un pequeño paso para no perder el equilibrio y se volvió hacia ti.

Espera, Gabby—dijo—. Mira.

Señaló al suelo, hacia adelante, y viste que a un par de pasos había... bueno, nada. La gruta era cortada horizontalmente por una sección de río que discurría por un canal de un metro de hondo y casi dos de ancho. La corriente fluía allí bastante ligera y se perdía en la oscuridad más allá de la luz que desprendía tu farolillo para ir hacia el Hacedor sabía dónde.

Lynn se rascó la cabeza y torció el gesto.

¿Qué hacemos ahora?

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05/12/2013, 20:43
Gabrielle

Gabrielle orientó la linterna a ambos lados, como si estuviese sopesando sus opciones.

«¿Sientes al demonio de la Gula en alguna de estas direcciones?» le preguntó a su espíritu «Y por cierto, ¿qué ha pasado con Fritz? Con todo este lío no te he preguntado.»

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05/12/2013, 21:43
Astucia

«¿Si te dijese que lo siento contracorriente intentarías hacer como los salmones?» Astucia soltó una risita, luego contestó en serio «Cuando sólo hay una dirección posible, lo más sabio es tomarla. Aunque esta en cuestión no tengo muy claro cómo se "toma"»

Carraspeó. Debería referirse precisamente a seguir la corriente del agua.

«Ah, sí, Fritz. Un asunto peliagudo... y largo de contar. Pero no te preocupes, no traigo malas noticias» añadió «Claro que tampoco las calificaría de buenas teniendo en cuenta la peculiaridad de su, ejem, "caso". Pero definitivamente malas no son. Si quieres puedo explicártelo todo con calma cuando le hayamos pateado el trasero a ese Demonio de la Gula»

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05/12/2013, 22:08
Gabrielle

«Si tú me lo dijeras, te seguiría hasta la Ciudad Negra. Tal es mi fe en ti» respondió Gabby «Ha pasado por aquí. Ha debido dejar un rastro. En el Velo es todo emoción, ¿no puedes percibirlo?»

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05/12/2013, 23:27
Astucia

Tuviste una sensación rara, algo mezcla de frío interior, pena, y resignación.

«Por nada del mundo pisaría otra vez ese sitio... » escuchaste decir a Astucia. Aunque algo te indicó que pese al comentario había entendido perfectamente a lo que te referías. De hecho, se quedó callado unos segundos antes de responder a tu vehemente afirmación. «No lo percibo desde aquí, debe estar en algún lugar alejado de la cueva. Tendría que husmear por el Velo para encontrarlo pero no quiero alejarme de vosotras»

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05/12/2013, 23:40
Gabrielle

—No lo sé —admitió Gabby—. Es una corazonada, pero pienso que deberíamos dirigirnos corriente abajo. Los demonios siempre toman el lado fácil, ¿no?

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05/12/2013, 23:42
Lynn

A Lynn se le dibujó una mueca de espanto.

No estás diciendo en serio que nos arrojemos al agua—dijo con un tono de voz cómicamente agudo—. ¡A saber lo que hay ahí!

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05/12/2013, 23:44
Gabrielle

Gabrielle le tendió el farolillo a Lynn, se quitó las botas y los calcetines y los metió en la mochila. Y, descalza, se metió en el río. Hizo un soberano esfuerzo por disimular lo helada que estaba el agua antes de añadir.

—Eso es exactamente lo que propongo. ¿Vienes?

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05/12/2013, 23:56
Lynn

Lynn soltó un suspiro resignado  mirando hacia arriba como quien mantiene una silenciosa discusión con el Hacedor. Luego miró el farolillo que le habías dado y el río intermitentemente.

Vamos a tener que ir a oscuras—dijo—. O al menos iluminarnos con algo que no sea fuego. ¿Alguna solución mágica?

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05/12/2013, 23:59
Gabrielle

—Tú sujeta bien el farolillo —dijo Gabby, con un atisbo de sonrisa aleteándole en los labios—. Ya verás como él se encarga de lo demás.

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06/12/2013, 00:22
Lynn

Lynn se miró la trenza que le colgaba por el hombro como si no quisiera pensar en lo mucho que iba a parecerse a un león si se tiraba por un caudal desconocido pero finalmente puso el farolillo en el suelo y te señaló teatral y acusadoramente.

Vale. Pero que conste que como el agua lo apague y te lo estropee, luego no me eches la culpa.

Ella sin embargo pasó de quitarse las botas. Debió pensar que iba a terminar chorreando igualmente y quizá no le apetecía sentir en la planta de los pies ninguna cosa viscosa y desconocida bajo el agua.

Se acercó al borde del río, se sentó, y sujetó el farolillo con una mano mientras le echaba una mirada desconfiada a las negras aguas. Después cometió el error de dejarse caer hasta la cintura o al menos eso dedujiste por la expresión indescriptible que se le dibujó en el rostro cuando el frío la atenazó como un cepo.

¡JOD... D... D... GH!—jadeó sin aliento, conteniendo a duras penas la colorida exclamación mientras se te agarraba a un hombro con la mano libre y los dedos crispados como garfios—. ¡De esta te acuerdas, Gabby! ¡Está helada!

Se puso a tiritar casi de inmediato pero mantuvo la mano derecha en alto sosteniendo el farolillo mientras con la izquierda se sujetaba a ti en un estoico esfuerzo por no soltar una sarta de improperios al agua gélida que se le colaba por el cuello de la túnica.

V-V-Venga, vamos—tartamudeó entre castañeteos de dientes—. Cuanto antes acabemos, mejor.