Partida Rol por web

—Lo dices como si Cassidy fuera el único mortal que no está libre de mí—el demonio sopló ligeramente por los ollares y se formó una nubecita de vaho—. Ninguno de vosotros se salva en mayor o menor medida. Y lo más gracioso es que muchos ni si quiera sois conscientes de ello.

Eras consciente del telón de fondo tan tenso que se manifestaba en algún lugar de tu mente, pero era algo ajeno, de modo que dedujiste que se trataba del vínculo: Astucia debía estar al borde del infarto al ver lo que acababa de ocurrir.

—¿Que cómo fué?—inquirió entonces la criatura—. No me creo que no te hagas ni si quiera una pequeña idea después de la conversación que acabas de tener con él. Pero dime: ¿te gustan las adivinanzas?

La cola del demonio se deslizó por el suelo como una pesada serpiente hacia un lado, aunque como no hizo nada más, supusiste que había sido un movimiento totalmente aleatorio. O igual es que estaba más cómodo así y punto.

—Imagina el hipotético caso de un muchachito que está a punto de hacer su Angustia. No tiene miedo a lo que se pueda encontrar, ¿por qué iba a tenerlo? A fin de cuentas tiene mucho talento y está orgulloso de ello, no hay obstáculo que pueda presentarle el Velo que no pueda superar—dijo como si estuviese contando un cuento—. Pero el muchachito tiene una mala costumbre: al ser tan hábil no soporta la torpeza, se enfada enseguida con aquellos a quienes considera inferiores y no hacen más que meterse en su camino. Está atascado con ellos hasta que no se convierta en mago, ¡y para colmo algunos de esos aprendices incluso tienen el descaro de pretender darle lecciones de moral! ¿Qué sabrán ellos?

»Pero llega el día y entra en su Angustia, se da cuenta de que esa sabrosa y tentadora ira ha llamado la atención de un Demonio de la Cólera. ¡Que decepción, el demonio más débil de la jerarquía! No tiene ni para empezar así que lo derrota sin problemas y por fin se convierte en mago. Saca pecho: Ahora ya no tendrá que aguantar a más aprendices bobalicones, le podrá enseñar a todo el mundo de lo que es capaz, porque él es mejor que más de la mitad de la panda de mediocres que lo rodean. Especialmente que esos aprendices idiotas que parece que se crean moralmente superiores a él. ¡No los soporta! Les va a rebozar la cara por el barro. Y como le van a asignar un maestro... ¡Imagina hasta donde podrá mejorar! A fin de cuentas ya no tiene nada que temer, ha pasado su Angustia derrotando al demonio que le rondaba...

Las fauces de la criatura se curvaron en una perturbadora sonrisa colmilluda y finalizó con una pregunta cargada de intención:

— ... ¿o quizá no?

Gabrielle retrocedió unos pasos para alejarse de la cola del demonio.

—No. Si eres un mago, las pruebas no terminan nunca. 

Cualquier mago de primero lo sabía. Cassidy podría ser muchas cosas, pero tampoco era estúpido. Inclinó la cabeza.

—De hecho, la batalla no ha terminado aún ¿verdad? No has conseguido el control total sobre él puesto que si fuera una abominación, me habría atacado ciegamente nada más verme en vez de hablar conmigo. ¿Por eso querías que me Cassidy estuviera solo, para que te resultara más fácil vencer su voluntad?

«¿Tenemos una remota posibilidad de derrotarlo y liberar a Cassidy?» le preguntó a Astucia a través del vínculo.

Gabrielle tratará de discernir cuánto control tiene el Demonio del Orgullo sobre Cassidy y qué puede hacer para liberarlo.

—En realidad la pregunta era si pensabas que el muchacho de la historia había terminado con el demonio que realmente le rondaba—respondió la criatura—. Pero supongo que como respuesta no está mal.

Algo de lo que dijiste después debió hacerle gracia porque se rió de nuevo entre dientes. Era un sonido pesado y tan grave que se sentía vibrar en el cuerpo.

—¡Batalla!—dijo—. ¿Qué batalla? Cassidy estaba tan pagado de si mismo como quien se asoma al abismo creyendo que no puede tropezar. Sólo había que darle un empujón. No puedes luchar contra un Demonio del Orgullo pensando que no tienes ni para empezar con él, es como si le dijeras "Ayúdame que quiero matarte".

«Lo siento» la voz del espíritu sonó en tu cabeza tan triste como lacónica «Eso ya no es Cassidy»

—Supongo que dices eso porque todas las abominaciones que has visto hasta ahora se lanzaban como salvajes al ataque, ¿verdad?—dijo entonces el demonio como si hablase de algo que le resulta patético e inferior. Aunque ese algo concretamente fueran otros demonios—. Asumo entonces que no has visto antes a otro de los míos.

No te fiabas de la cola así que la vigilabas de reojo pero había dejado de moverse salvo por la punta que se doblaba ociosamente de un lado a otro en lo que debía ser un gesto entretenido.

—¿Y bien? Ya sabes cómo fué, ¿te irás ahora como dijiste?—preguntó—. ¿O tienes que consultar con tu amiguito?

Antes de que pudieras decir nada añadió:

—No pongas esa cara—rió entre dientes—. Una luz brillante en un día tan gris es muy llamativa.

Cuando esa cosa tomó forma, Alexei intentó tragar saliva pero no pudo. Sencillamente su garganta había decidido cerrarse. Las manos y las piernas del joven guerrero comenzaron a temblar, que lo único que podía hacer era agarrar con más fuerza el alfajón y rezar al Hacedor cualquier oración que le viniera a la cabeza.

El rubio pensó en echar acorrer con el alfajón por encima de su cabeza contra esa cosa, igual que lo había hecho con el varterral. Un acto inútil, pero que quizás les diese a los demás la posibilidad de huir. Pero una vez más, esa vocecita en su cabeza que se parecía a la de Gabby le dijo que se esperase. Y tenía razón, el monstruo podría haber destrozado a la maga en unos segundos y sin embargo ahí estab quieto, como si estuviera estudiándola.

La saliva por fin pasó por su garganta.

—Será mejor que os alejéis—dijo con la voz temblorosa.

—Eso es un Demonio del Orgullo—dijo Ayla—. Son los más poderosos de la jerarquía.

—Entonces sabrás que si pudiera salvar a Cassidy, lo intentaría. Si pudiera destruirte, te destruiría. No soy tan estúpida como para pensar que albergue las fuerzas suficientes como para derrotarte ahora. Pero si algún día nos volvemos a encontrar, y mi poder... nuestro poder... ha crecido, me enfrentaré a ti. Y serás vencido.

Retrocedió unos pasos.

—Disfruta de tu victoria, demonio. Será fugaz como un atardecer en invierno.

—Interesante...

El demonio te miró con algo que creiste era curiosidad, no es que fueras experta en expresiones faciales demoníacas, pero quizá le había llamado la atención que no te crecieras delante de él. Aquello pareció complacerlo e, irónicamente, quitarle el posible interés por liquidarte.

—Incluso en esa declaración hay algo de orgullo—dijo—. Pero ya es menos clásico que lo que suele contestar todo el mundo. No está mal que por variar alguien trate de ponerlo difícil. Muy bien, te dejaré vivir: Va a ser divertido ver cómo tratáis de cumplir eso.

Abandonó la postura de cuclillas para ponerse de pie y pudiste comprobar que aquella cosa medía realmente más de tres metros. Dependiendo de si contabas los cuernos.

—De todos modos nunca tuve la menor intención de hacer caso de los caprichos de ese imbécil.

Fué un poco extraño porque de pronto el demonio retrocedió un paso mirando algo detrás de ti. Como si por un segundo algo lo hubiese sobresaltado, pero enseguida todo su ademán cambió a suspicaz.

Estaba mirando a Asthan, que en algún momento se había acercado y estaba parado a varios pasos por detras de ti. Ya debía estar nervioso por la presencia del demonio pero entre que seguramente el resto de tus compañeros no podía oirte desde donde estaban y que aquella cosa se había puesto de pie, no debía haber aguantado más. Aunque no era precisamente lento corriendo, eso se lo concedías.

Lynn no dijo nada porque su cara lo decía todo: Aquella monstruosidad del Velo la aterraba, incluso estaba temblando, pero no iba a dejar sola a su mejor amiga.

—Por un momento casi me engañas—siseó el demonio sonriendo de modo que mostró una serie de colmillos pequeños pero muy afilados. Y entonces soltó otra de aquellas risas roncas volviendo a mirarte a ti—. ¡Que amigos tan peculiares tienes! Definitivamente esto va a ser muy interesante.

Entonces hizo una especie de reverencia burlona con una de las inmensas zarpas delanteras. Se te antojó un gesto francamdnte extraño en un bicho tan monstruoso.

—Adelante, podeis pasar—dijo—Creo que exploraré un poco este lugar... me gusta lo que "veo".

Dicho esto, su cuerpo pareció desmaterializarse. Como si de pronto dejara de tener consistencia. ¿Se había vuelto invisible? ¿Se había esfumado sin más? No tenías ni idea pero el pensamiento de alarma que provocaba la sensación de sentirte ante un depredador al acecho menguó cuando aquel aura opresiva, aquella presión sofocante en el aire, también lo hizo. El demonio estaba allí, en algún lugar de las inmensas ruinas quizá, o al menos a juzgar por lo que había dicho. Pero parecía haber sido fiel a lo de dejaros pasar y haberse marchado de aquella plaza.

Por ahora al menos.

El silencio fué total y pudiste sentir una flojera tremenda en las piernas, como si en efecto hubieran estado evitando todo el rato que aquel aura te aplastara. Asthan por su parte permanecía quieto en el sitio sin romper el silencio, mirándote con una expresión bastante sombría. No sabías si estaba preocupado, enfadado, triste, o a saber el Hacedor qué. Pero se le habían puesto los nudillos blancos de apretar los puños.

Como ya os comenté, en verdad esto iba a ser un combate pero estoy tan saturada de tener combate en todas y cada una de las partidas en las que participo ahora mismo que paso de colgarme otro más...

El que reaccionó de forma inesperada fué Asthan.

El elfo echó a correr repentinamente hacia adelante y cuando pudiste mirar, te percataste que era por algo que el demonio había hecho: ponerse de pié. Si acuclillado ya era grande, erguida aquella cosa debía medir más de tres metros, era difícil de calcular con los cuernos.

Aunque tras el sobresalto inicial viste que el demonio movia la boca, diciendo algo cuando Asthan llegó tras Gabrielle. Luego simplemente... desapareció. Como si su cuerpo dejara de ser sólido porque sí. ¿Se había vuelto invisible? ¿Se había esfumado sin más? No tenías ni idea pero el pensamiento de alarma que provocaba la sensación de un depredador al acecho menguó cuando aquel aura opresiva, aquella presión sofocante en el aire, también lo hizo. El demonio estaba allí, en algún lugar de las inmensas ruinas quizá... pero parecía haberse marchado de aquella plaza.

Por ahora.

Como ya os comenté, en verdad esto iba a ser un combate pero estoy tan saturada de tener combate en todas y cada una de las partidas en las que participo ahora mismo que paso de colgarme otro más...

Gabrielle dejó escapar todo el aire que había estado conteniendo y apoyó las manos en las rodillas. No se habría sentido más exhausta si le hubieran encargado trasladar toda la biblioteca del Círculo de Ferelden al de Orlais, caminando. Cuando hubo recuperado el resuello, y aún con las canillas temblándole, se acercó a Asthan para decirle:

—¿Estás bien? ¿Qué ha pasado entre... él y tú?

A Alexei se le pusieron los pelos de punta cuando escucho a Ayla. Sin embargo no tuvo tiempo de procesar todo lo que eso podía significar, porque cuando Ashtan echó al correr el joven guerrero hizo lo mismo. No iba a dejar sólo al elfo y mucho menos a Gabby. Sin embargo a mitad de la carrera Cassidy, el demonio o lo que fuera que fuese ahora se esfumó.

Alexei frenó en seco patinando sobre la tierra e intentando no caerse. ¿Dónde se había metido? El valor que le había dado el subidón de adrenalina de ver a Gabby en peligro y a Ashtan lanzándose a lo loco comenzó a dar paso al miedo y la incertidumbre. ¿Por qué había desaparecido? Si tan poderoso era, ¿por qué no acabar con ellos en un abrir y cerrar de ojos? ¿Acaso quería jugar con ellos? Con el alfajón en alto, el joven guerrero empezó a mirar a todas partes, como si esperase que el demonio pudiera volver a aparecer en cualquier momento.

Asthan abrió y cerró los puños varias veces con algo que se parecía bastante a la frustración tras el enfado.

—Lo de siempre—respondió—. No lo sé. No sé por qué ha reaccionado así.

Sin embargo, cuando se dirigió a ti, suavizó la voz.

—¿Estás bien tú?

Esta vez fue él quien tuvo la iniciativa de darte un abrazo. Siempre le había parecido un gesto extraño pero de ti había aprendido lo que significaban así que si ahora sabía más o menos cómo usarlos para intentar expresar algo, es que quizá tan mal no lo estuvieras haciendo con el vínculo.

Asthan debía estar bastante aliviado en lugar de sobresaltado como tú porque lo primero que hizo fué darle un abrazo a Gabrielle. Aunque detenerte tal vez no fué buena idea... El demonio debía haberte visto y en ese momento saltó sobre tu espalda, tirándote de bruces al suelo...

—¡P-Pero no te pares de golpe!

Salvo que no era el demonio.

Era Ayla que al parecer había salido corriendo detrás de ti y lo último que se había esperado era que te parases por lo que se había empotrado contigo. Ahora trataba de quitársete de encima, gateando por el suelo con más azoramiento que dignidad.

Lynn os miraba unos pasos más atrás con las cejas arqueadas cómicamente.

—¡P-Pero no te pares de golpe!

La voz de Ayla te sobresaltó por un instante. Aunque al mirar por detrás de Asthan, lo que pudiste ver fué a Alexei espachurrado de bruces en el suelo, a la apóstata espachurrada encima tratando de quitarse a gatas y a Lynn mirándolos desde un poco más atrás con las cejas arqueadas cómicamente.

Cuando Alexei fue derribado con alguien cayendo encima suya, el primer instinto del joven guerrero fue el de revolverse y pelear. Pero tuvo la mala suerte (o buena para Ayla en este caso) que la primera parte de su cuerpo que encontró el suelo fue su nariz seguida de su cara, haciendo imposible cualquier tipo de respuesta. Así que para cuando ya podía hacer algo, el rubio muchacho ya había oído las quejas de la apóstata y en su cabeza la situación real que se estaba dando tomó forma.

Cuando la maga pelirroja se quitó de encima suya, Alexei indignado, se sentó y se pasó la mano por la cara para quitarse la nieve. Sin embargo fue peor el remedio porque lo único que consiguió fue llenarse la mano y parte de la cara de la sangre que brotaba de su nariz. El golpe había sido más aparatoso de lo que el dolor indicaba. Resignado, el joven se apretó la nariz con la mano y echó la cabeza hacia atrás con el fin de intentar cortar la hemorragia.

—¿Has visto al demonio desvanecerse o estabas tan cerca de mí que no podías ver otra cosa?—preguntó indignado con una voz nasal. Pero la indignación no duró mucho. Tras escuchar su ridícula voz, ver la expresión de Lynn, a Ayla en el suelo junto a él, y lo más importante, que Ashtan y Gabby estaban bien, Alexei  se relajó y esbozó una sonrisa— ¿Alguien me explica qué ha pasado? Aparte de que Ayla se haya abalanzado encima mía, claro.

Gabrielle le devolvió el abrazo a Asthan y depositó un momento la cabeza en el hombro del dalishano. La jovencita recién Angustiada que había salido del Círculo estaría recuperándose de un ataque al Corazón. A esta maga, sólo le temblaban las canillas. En su opinión, era un buena evolución.

Aún entre los brazos del elfo contemplo patidifusa como sus compañeros se convertían en una maraña de brazos, nieve y reniegos. Se separó suavemente de e´l, con la intención de ayudar si alguien lo necesitaba. Pero al ver que había sido una caída sin más consecuencias que un sangrado de nariz, se permitió reflejar en su rostro la sonrisa del guerrero de cabellos inmaculados.

—Se dice "encima de mi", Alexei. No uses adverbios junto a posesivos, o estarás cayendo en la trampa de equiparar el complemento preposicional introducido por la preposición "de" con los complementos de posesión, de estructura formalmente idéntica.  —le informó Gabrielle a Alexei en tono didáctico, antes de añadir en forma más coloquial: —Se trata de construcciones diferentes: en una el núcleo del que depende el complemento preposicional es un adverbio, mientras que en la segunda es un sustantivo

Sus explicación flotó un momento en el aire, mientras Gabrielle se mecía adelante y atrás con ademán sabihondo, alternando su peso entre los talones y las puntas de los pies. Tras comprobar las caras de todo el mundo, carraspeó nerviosamente y contestó a Alexei.

—La verdad es que no sé lo que ha pasado. Lo que habéis visto es un demonio del orgullo, el más poderoso en la jerarquía demoníaca. No estoy segura de si se trataba de una posesión, aunque lo que he hablado con él así parecía indicarlo. Pero cuando un mago es poseído por un demonio se convierte en una abominación, que nos hubiera atacado al instante. En cambio, lo que he visto ha sido un compañero del Círculo hablando de forma cabal, igual a como le recordaba yo en el Círculo. Y después... se convirtió en eso.

Miró en dirección a Ostagar, como si esperaba encontrarse la sombra del demonio recortada contra contra el cielo. Después posó la mirada en Ayla.

—Pero tú eres una estudiante más avanzada que yo. ¿Qué opinas de lo que hemos visto?