Partida Rol por web

«Un mortal no, pero... » Astucia pareció pensar en algo «¿Recuerdas lo que sentiste la primera vez que viste a Pereza? ¿Cómo describirías esa sensación?»

Escuchaste entonces la voz de Lynn a tus espaldas.

—¿Gabby?—preguntó tímidamente—. ¿Estás bien? Te has quedado callada de golpe...

—Un... un momento, Lynn —repitió Gabby a su amiga.

«Era una sensación de desesperanza, que era muy chiquitita y que no podía hacer nada en contra de él» recordó Gabby con un escalofrío «Wynne me explicó que es algo que envuelve a los demonios, como un miasma. Lynn me ha dicho que siente frío y que se le pone el vello de punta. ¿Crees que... hay un demonio rondando por aquí?»

«Lynn está mucho más guapa al natural, todo hay que decirlo» volviste a sentir la jocosidad traviesa del espíritu, aunque volvió enseguida al tema. No era frívolo pero simplemente no desaprovechaba una oportunidad de hacer el trasto si se la daban «No creo que haya demonios rondando porque el manto no está roto... pero como no es tan fuerte como debería, es como si pudieran vislumbrar este mundo a través de un cristal empañado y viceversa. Creo que esa presencia es lo que siente tu amiga, aunque no tengo ni idea de qué demonio puede hacerla sentir eso, de la Pereza no, desde luego... »

«¡Astucia!» le recriminó Gabby en el mismo tono gracioso que había empleado él al piropear a Lynn.

«Escucha, me preocupa que haya un demonio rondando a Lynn. ¿Debería estarlo? ¿Cuál es la relación que guarda Fritz con el demonio? Wynne también sintió algo cuando vi el rielar.»

«No creo que la esté rondando a ella» respondió «No es maga y los demonios suelen querer el poder y la afinidad con el Velo que tenéis los magos. Si está rondando a alguien, es más probable que sea a ese Fritz»

El espíritu formó un silencio pensativo como si estuviera buscando la forma de explicar algo.

«Digamos que... al carecer de esa afinidad con el mundo de los espíritus, Lynn no tiene vuestras mismas "defensas" contra el aura de un demonio, por eso la afecta tanto. A ti no porque te acostumbras el doble de rápido»

Hizo una pausa entonces, y percibiste algo de confusión.

«Wynne... ¿era esa humana por la que se hizo pasar Pereza? ¿Quién es?»

«Es mi maestra, una de las Espíritus Sanadores más poderosas que ha conocido Ferelden. Ayudó a la Heroína a derrotar la última ruina. Si alguien tiene mencanismos de defensa contra los demonios es ella, se enfrentó a muchos durante la ruina. Y sin embargo también la afectó. ¡Hasta se le cayó una jarra!»

«Vaya, ahora tengo ganas de que me la presentes para poder pedirle un autógrafo» lo decía a modo de chiste pero pudiste sentir que en realidad estaba pensativo «Bueno... la verdad es que si es tal y como dices, no deberían afectarle tanto las auras de los demonios pero eso no quita que pueda percibirlas. Después de todo no le entró el miedo que le ha entrado a tu amiga, ¿no? Igual fue casualidad que el demonio anduviera por allí en aquél momento y lo que hizo fue simplemente sentirlo. Se despistaría por eso y se le cayó la jarra»

«¡Hacedor! ¡No se lo podemos permitir! ¡Pobre chico!»

Gabby se giró hacia Lynn, pálida por la conclusión a la que había llegado.

—¡Tenemos que ayudar a Fritz! —le dijo con urgencia, tendiéndole una mano a su amiga como si cogiéndola fuera a correr más deprisa—. ¡No hay tiempo para explicaciones, ven!

«¡Ey, c-calma, calma!» el tembleque en la voz de Astucia te recordó al de alguien que trata de mantener el equilibrio después de que el suelo se haya zarandeado o algo así «Ese chico no corre peligro hasta que pase su Angustia. Pereza llevaba detrás de ti casi tanto tiempo como yo y no le viste el pelo hasta entonces, ¿recuerdas?»

Hizo una pausa antes de añadir.

«Bueno, eso suponiendo que tuviera pelo, que a mí no me quedó muy claro... »

Lynn se había quedado pegada a la pared y te miraba con el rostro algo pálido y una expresión entre confusa y temerosa en los ojos.

—¿A... Fritz? ¿A qué viene eso hora?—parpadeó—. Llevas parada ahí casi cinco minutos y de pronto te pones a hablar de él. ¡Me estás asustando Gabby!

Astucia y Lynn hablaban a la vez, y Gabby tenía serias dificultades para separar una conversación de otra. Sentía que la cabeza le iba a estallar. ¡Si sólo pudiera pensar con claridad!

«¡Pero tiene que haber algo que podamos hacer por él!» cayó en la cuenta de algo «Espera. Antes de la Angusta yo no sentí antes a Pereza, y tampoco te sentí a ti. Sin embargo, sí que sentí al demonio que persigue a Fritz en la habitación de Wynne. ¡Tiene que haber algo distinto!»

Tenía que contestarle algo a Lynn.

—Nos hemos cruzado a Fritz en el pasillo mientras tu estabas distraída —le explicó—, entonces tú has sentido de nuevo esa sensación y yo he visto un rielar en el aire. No es la primera vez que lo veo, también lo vi en la habitación de Wynne el otro día y ella se sintió débil también. ¡Y acababa de pasar Fritz, justo como ahora! ¡Tiene que haber una coincidencia!

Lynn pareció hacer un esfuerzo por entender de qué le estabas hablando sin asustarse más. Tragó saliva antes de responder con toda la calma que pudo.

—A-Ah, vaya... —dijo, aunque con voz algo temblorosa—. Y eso es... ¿malo? ¿Qué crees que puede ser?

Sentiste ahora en Astucia el alivio de alguien que ha logrado mantener el equilibrio después del temblor sin caerse. El espíritu sin embargo no dijo nada hasta que hubo hablado Lynn, tal vez porque de algún modo percibía tu confusión y así te facilitaba el escuchar las dos conversaciones por separado.

Cuando le llegó "su turno", habló.

«Cada mago tiene mínimo un demonio o un espíritu que le rondan, eso ha sido así desde que el mundo existe. Simplemente ese chico tiene un demonio al igual que pueden tenerlo cien aprendices más» recordó. Entonces hizo una pausa pensativa antes de añadir: «Sé que te fastidia pero eso sólo puede cambiarlo su Angustia»

Percibiste que se sentía un poco torpe tratando de calmar a otra persona porque no "era lo suyo" y por eso se paraba a pensar continuamente. Aquella lucha de voluntdes sería de Fritz y sólo de Fritz cuando llegase el momento, al igual que la lucha entre Pereza y tu había sido sólo vuestra.

«De todos modos piensa que, hasta que no pase por ella, los poderes de un mago no están maduros. Por eso no debes temer que ningún demonio le vaya a asaltar antes; no les interesáis así»

Hizo otra pausa.

«Imagino que percibiste a ese otro demonio por lo que te he dicho de que el manto no es tan fuerte como debería aquí. Yo desde luego nunca me había acercado tanto a ti como en el Velo e igual por eso no sentías mi presencia. Quizá Pereza tampoco, para que no estuvieses en guardia o algo así... »

—Nada que sea bueno te hace sentir mal, Lynn. ¿Podrías describirme exactamente cómo te sentiste?

Gabby sabía que lo que decía Astucia tenía sentido, pero se emperró.

«Ya sé que la Angustia es algo que debe enfrentarse por si mismo, pero piensa una cosa. Si sólo fuera que el Velo es fino aquí, habría visto más demonios, o más espíritus, a parte del de ese chico, ¿no? Es más, habría más personas que deberían haber visto algo. Wynne y Lynn lo han sentido, pero yo he sido la única que lo he visto, ¡eso tiene que significar algo!»

De algún modo, tuviste la sensación de que Astucia se encogía de hombros.

«La verdad, no lo sé» respondió sencillamente «Cuando el manto es más tenue se supone que sólo deberíais poder percibirnos cuando estamos muy cerca. Así que o las entidades del Velo que acechan al resto de la gente se mantienen bastante al margen, o no en toda la torre el manto está en el mismo estado, o acabas de descubrir que eres la envidia de las brújulas sensoriales. Si existieran, claro...»

Lynn se lo había pensado un momento antes de responder por lo que no interfirió con la voz de Astucia. La clériga se frotaba las manos bajo las mangas como si quisiera hacerlas entrar en calor.

—Pues... de pronto los nervios se me han empezado a poner de punta otra vez—confesó con cierta incertidumbre, como si no estuviera muy segura de que la fueran a tomar por pirada al decir aquello—. Y he vuelto a sentir escalofríos, pero ya se me está pasando, de verdad.

Se frotó más fuerte las manos en ese momento en un intento por sentir los dedos de una vez pero entonces se detuvo un instante y añadió con un ribete de alivio.

—¿E... Eso quiere decir que lo de antes fue lo mismo? ¿No estoy perdiendo la cabeza ni nada de eso?

—No, no estás perdiendo la cabeza. Lo que has sentido... lo que yo he visto... bueno, no querría asustarte, pero tengo la teoría de que podría ser el aura del demonio que acecha a Fritz. El problema es que no deberías ser capaz de sentir nada. Y menos aún yo verlo. El Velo aquí, en la torre, es muy fino, creo que aún no se ha reparado del todo después del desgarrón de lo de Uldred. Creo que deberíamos hablar de ello con Wynne. Puede que quede como una idiota, pero si estoy en lo cierto y no lo digo, puede ser peligroso.

«...¿no?»

—Pues si no querías asustarme, no lo has conseguido—Lynn suspiró—. ¡Hacedor!

Miró a ambos lados con cautela como si esperara que una criatura maligna del Velo fuera a aparecer de pronto y abalanzarse sobre ella.

—¿Cómo que peligroso? No se nos volverá a llenar esto de bichos horribles, ¿no?

En ese momento le volvieron a sonar las tripas y se llevó ambas manos al estómago haciendo un mohín como si lo estuviera regañando mentalmente, pero no protestó.

Astucia había vuelto a esperar a que Lynn terminase de hablar para que pudieran escucharlo a él.

«¿Uldred desgarró el Velo?» la voz del espíritu sonó sorpendida en tu cabeza «¿Y cómo cerrásteis el desgarrón en tan poco tiempo? Bueno, no, espera... primero debería preguntar quién cuernos es Uldred. Aunque si hizo eso, supongo que nadie con el que me apetecería tomar un té»

Carraspeó al darse cuenta de que había vuelto a irse por las ramas y se centró en responderte.

«El manto se fortalece poco a poco siempre y cuando no haya nadie dañándolo. Y no, ninguna entidad del Velo puede romperlo y salir sin más en cualquier sitio, no os preocupéis por eso» dijo «Me extrañaría que los magos mega-super-poderosos de esta torre no estuvieran al tanto de esas cosas pero si te quedas más tranquila diciéndoselo a tu maestra, dudo que quedes como una idiota. En todo caso digo yo que entenderá que estés preocupada»

Hizo una pausa y sentiste el cosquilleo jocoso que precedía a una de sus pillerías.

«Aunque si me permites la observación, yo que tú almorzaría algo antes. Si no consigues que tu amiga se desmaye del susto, lo hará de hambre. Casi he oído eso desde el Velo»