Partida Rol por web

Luna pudo detectar que el acento de la chica era japonés, lo cual en cierta forma le extraño ya que no sabía de ninguna clase de intercambio o similar de la universidad con Japón, mientras recogía la chica se mostraba realmente apurada y no paraba de disculparse:

- Yo, siento mucho... muy torpe yo, perdón muchas gracias a tu...

Cuando Luna se acerca a la mesa la chica que estaba de pie se acerca y se mantiene detrás de ella, parecía que iba a decir algo pero no le salían las palabras, fue cuando el chico le respondió:

- Pues la verdad que sí que es divertido ver a la chinita esa por los suelos, si menudas pintas que lleva la hortera encima y a ti que te importa tía? que eres su novia?

Fue cuando ella le derramo el café haciendo como que tropezaba, el chico se puso de pie bruscamente maldiciendo y dice:

- Sera guarra la tía... me cago en ti y en tu novia china

En ese momento la chica asiática dice muy apurada:

- Lo siento, perdonad... no enfadar es culpa mía, no pelear, yo pagar tintorería de los dos

El chico sonríe con suficiencia y dice mientras levantaba la mano

- Ves aprende de tu novia... pero tú te has pasado come bollitos chinos, te la vas a llevar

En ese momento un hombre aparece, es uno de los profesores mas jóvenes y bastante irritado pero tranquilo dice:

- Todo esto es broma verdad? que estamos en el instituto? de verdad los de primero cada vez estáis peor... como se te ocurre montar una pelea en medio de la cafería con dos chicas... si es que eres tonto de verdad... y encima les insultas... mira si son novias o amigas no es algo que te importe y levantar la mano a un compañero... eso está muy feo, ahora si no te importa vamos a hablar tranquilamente en el despacho del decano... y ustedes dos señoritas

Suspira profundamente y añade con un tono medio en broma:

- Procuren ser más estables y menos torpes cuando caminan y tener más cuidado

El profesor se lleva al alumno y la chica asiática se coloca delante de Luna, hace una reverencia y dice

- Por favor déjame agradecerte... yo invitarte a un coffe y pagar limpiado de esa mancha

Cuando al chica hace una reverencia de nuevo Luna se da cuenta que la chica tiene una cicatriz prácticamente idéntica a la suya

Cuando Benjamín llega a su casa descubrió algo que le llamo mucho la atención, había una caja de madera sobre su sofá, esta parecía bastante angina y estaba un poco estropeada. En la parte delantera puede ver que había un candado sin cerradura.

La caja tenía el tamaño casi de su altura y era pesada, si la mueve puede notar como en el interior hay algo que es pesado pero que está bien sujeto.

La chica caminaba un poco asustada cuando ve como los dos hombres toman otro camino desapareciendo de su vista, eso podría suponer un alivio para la chica. Tras un rato caminando escucha como le suena el teléfono, un mensaje

Me alegra mucho, mañana en el mismo lugar que hoy, te presento a mi amigo y esta vez no acepto un no como respuesta a la invitación

Mientras leía el mensaje nota como se tropieza con alguien, un hombre, este le ayuda a ponerse de pie y dice:

- Vaya chica tienes que tener más cuidado, mira que no hay nadie más por aquí y chocarte así... por cierto

La chica puede ver como el tipo saca una navaja y dice:

- Porque no hablamos mas cómodamente por allí?

Señala con la cabeza una zona más oscura en donde puede ver a los dos hombres que la siguieron un trozo del camino.

La carrera de Henry transcurrió sin muchos problemas, el hombre volvió a su casa dispuesto a seguir durmiendo algunas horas más cuando al abrir la puerta que estaba perfectamente cerrada ve algo que no esperaba, su casa estaba totalmente desarmada, era como si alguien hubiera entrado y se hubiera puesto a revolverlo todo, aparentemente no faltaba nada, e incluso su cartera estaba justo donde la dejo.

La criatura caminaba hacia donde estaban los dos hombres a paso tranquilo mirando el movimiento de ambos y parecía que se preparaba a moverse mas rápido.

Me vuelvo a despertar en mitad de la noche con las palabras de la chica que asesino todas las noches, resonando en mi mente como si fueran amplificadas con un altavoz.  

- Te perdono, se porque lo haces... tengo miedo y duele mucho, demasiado, pero sé que no hay otra opción

Esas palabras las pronuncia después de que la atraviese con el sable que he encontrado en el mar. Por dios, cada día este sueño da una vuelta de tuerca más que me hace estar cada día mas alterado. Siempre he sido un hombre tranquilo, capaz de enfrentarme a los acontecimientos conocidos. Pero esto no sé qué es ¡¡ lo supera todo. Me estoy volviendo loco? Me levanto y voy a mirar el estuche del sable para volver a comprobarlo. Lo abro y…esta igual que cuando lo deje. Bufff, respiro aliviado. Estoy paranoico. Me vuelvo a la cama y me levanto al día siguiente para ir a Tórshavn según el horario planificado. No me supone ningún problema encontrar al anticuario. Me explica que es un arma muy antigua pero se sorprende porque le recuerda algo  y me comenta que es:

- El sable de la humildad y la soberbia... no sé si realmente es este sable pero la inscripción y las características concuerdan, parece autentico, es un antiguo sable que según parece un antiguo culto usaba y decían que tenía poderes mágicos... es curioso tiene bastante historia este arma, donde la ha conseguido? - Me indica el anticuario.

- Bueno, si se lo dijera se sorprendería. Me lo encontré en el fondo del mar, podría ser el resto de algún naufragio antiguo. Y dice usted que es el sable de la humildad y la soberbia, no es algo contradictorio? Vera usted, no soy una persona muy preparada pero eso lo entiendo. Y, si no es abusar de su confianza, me podría decir en qué idioma está escrito y a que culto antiguo hace referencia?

¿Que cojones...? Fue lo primero que me vino a la cabeza según entré en casa y vi el desorden tras encender la luz. Comencé a colocar algunas de las cosas en su sitio, sobre todo por ir quitando cosas del suelo y ver si faltaba algo. El salón, el despacho.. no se salvaba nada... al igual que no faltaba nada o al menos no lo notaba aun. ¿Quién entraría?¿Para qué.....? ¡El hacha!

Corrí hacia mi dormitorio. Estaba revuelto, como todo. El hacha.. la dejé en la cama antes de irme, cubierta con las sábanas. No la veía. Abrí el armario, en busca del estuche donde apareció. Recordaba perfectamente donde lo había dejado.. no había transcurrido tanto tiempo....

Mientras miraba en el armario y usaba  mi mano izquierda para tal tarea, extendí mi mano derecha y llamé al hacha....

Después de mi comprobación, ordené un poco más todo y me acosté para intentar dormir las dos horas que me quedaban. Ya acabaría de limpiar y recoger todo la asistenta cuando viniese.
 

Miré fulminante al ninja jefe mientras me ponía en posición defensiva.

-Sea cual sea el resultado no toqueis a los alumnos. Si erro sera por mi culpa, no por la suya, y estoy dispuesto a asumir cualquier culpa-no tenía la menor idea de que era lo que estaba pasando en aquel momento, pero una cosa estaba clara: no permitiría que tocaran a los alumnos. Ellos eran mi responsabilidad como profesor.

Luna se sorprendió al ver la cicatriz, y la miró por un momento que pese ser un solo segundo pasaron mil pensamientos por su cabeza, se incorporó y sin culpar a la chica le respondió - aceptaré ese café encantada, pero por la mancha no te preocupes, no es como si el té o las infusiones dejaran manchas difíciles de quitar, con usar la lavadora bastará - una mancha no es que le importara mucho, era fácil de remediar, la hipocresía de un niñato fastidiando a los demás era más compleja, que le llamaran la atención sin necesidad de "chivarse" era un trabajo duro, pues mientras que el que es castigado por un chivatazo se siente rabioso, el que es atrapado con las manos en la masa siente el temor de volver a ser descubierto, sobretodo si fue descubierto por una trampa improvisada, "si improvisando le ponía en aprietos, meterse con alguien así y darle tiempo a preparar algo, puede ser peligroso", ese aspecto quería hacer ver al chaval, no todo el mundo le iba a tener miedo, habrían dispuestos a enfrentarle, y bien sabido que las mujeres prefieren el golpe psicológico al físico.

Cuando pidió su nuevo café y se sentó, aprovechó para preguntar, tapando inconscientemente su hombro, preguntó a la chica sobre la cicatriz, no quería arriesgarse a mostrar la suya pensando aun que lo que le pasó a Eva tenía algo que ver con ello. Así mismo, también se presentó como Luna Sardá de paso, diciéndole, que no debía dejar que los demás se metieran con ella, o lo harían siempre hasta la saciedad.

Al percatarse del cambio de dirección de los dos hombres, se relaja un poco. Continúa caminando, aún con algunos nervios por el encuentro anterior cuando su  móvil suena, sobresaltándola. Con una sonrisa, lee el mensaje que Arthur acaba de enviarle.

Me alegra mucho, mañana en el mismo lugar que hoy, te presento a mi amigo y esta vez no acepto un no como respuesta a la invitación               Arthur

Si mañana va a quedar con la persona encargada, no podrá quedarse en una cafetería sin tomar nada, sería muy raro. Cogerá algo de dinero a su madre, lo suficiente para dos consumiciones, por si acaso. Si bien no piensa tomarse más que una, el dinero extra la relajará por si ocurriera algún imprevisto.

De repente, se da de bruces contra una persona. Estaba tan ensimismada con el móvil que no se había percatado de su alrededor.

- Vaya chica tienes que tener más cuidado, mira que no hay nadie más por aquí y chocarte así... por cierto

-Sí, lo siento. Discúlpeme, no le había visto -se excusa, con rapidez. -Yo... -enmudece ante las siguientes palabras del hombre, viéndole sacar una navaja. Con horror observa como los dos hombres de antes se encuentran allí, en una zona oscura.

Con rapidez, y antes de pensar sobre ello, se da media vuelta y echa a correr. Alejándose de los tres hombres y yendo hacia la zona más iluminada mientras comenzaba a gritar, pidiendo auxilio.

-¡Oh, venga ya!- dijo al entrar en su apartamento y encontrar la misteriosa caja. -¿Ahora me meten un ataúd en casa?¿En serio?-.

No se podía creer la situación en la que se encontraba, después de semanas teniendo ese maldito sueño, ahora, el mismo día, se encontraba con otra "soñadora" y, encima, allanaban su casa.

Se acercó a la caja para inspeccionarla más de cerca sin decidirse a abrirla. ¿Y si había un cadáver?.

Master le quiero pedir dos cosas, primero por favor hágame la tirada de descifrar las inscripciones en el post anterior pues lo narré más no hice la tirada esperando su palabra, segundo arregle en ese mismo post que puse espada en vez de lanza, lo siento mucho ... (que propiedades tiene el escudo, armadura y tal) 

Tal así, sus palabras se exteriorizaron,... - no quisiera ser desconsiderada, pero ¿puedo preguntar como te hiciste esa cicatriz? - señaló la cicatriz de la chica levemente - por cierto, mi nombre es Luna Sardá Díaz, y creo que en vez de pedir perdón por todo, harías bien en defenderte, si no lo haces, nunca dejarán de molestarte

Dicho eso, saludó con su café con brevedad y tomó el primer sorbo.

El hombre mira a Morten y dice:

- Bueno, para ese culto, la humildad y la soberbia son dos caras de la misma moneda, según ellos el que poseía este arma debía de contar con una de las dos cualidades y por ello el sable le nombraba como justo.

El hombre mira algunos libros más y habla:

- Según parece creían que cada x años había que renovar una especie de pacto para proteger a  la humanidad y que sin el pereceríamos y habría muchas catástrofes, en ese momento las armas sagradas, como este sable llegaban de alguna forma a sus legítimos dueños, aquellos que podrían salvar a la humanidad

El hombre se queda unos momentos mirando y dice entonces:

- Según cuenta aquí, le símbolo del pacto era una chica, una chica que su sangre simboliza el compromiso de la humanidad. En cuanto al idioma es una forma muy primitiva de latín

El hombre buscaba el hacha y trataba de ver que le habían quitado cuando el arma aparece en su mano, pero no solo eso, escucha unos pasos lentos y es entonces cuando las ve, sus víctimas, las mujeres que murieron por s causa, ambas le miraban con unos ojos fríos y muertos, se movían con lentitud hacia el apuntándole con sus rígidos dedos.