Partida Rol por web

- ¡vaya! - pensó, creía haber salido antes que ella, pero allí estaba incluso desayunando, tras pedir un café bien cargado se sentó sacando los apuntes, interponiendo una servilleta entre el café y los apuntes por mera seguridad. Ante su pregunta solo negó con la cabeza aclarando que poca cosa - el sueño que te dije se estaba repitiendo últimamente, solo eso, incluso aun que me tomé un somnífero el otro día, me he despertado lo mismo, y para colmo ahora me debo estar volviendo loca, por que hasta me he sugestionado lo suficiente como para que me salga una cicatriz en el hombro derecho, menos mal que estoy acostumbrada a dormir poco - por un instante sonrió, parecía que a su compañera no se le escapaba nada.

Tras decirle de hacer algunas pruebas básicas, solo inició a comprobar los apuntes. Podía ser una buena temática para la tesis de final de carrera la autosugestión, el como o por que la sugestión afecta a las personas, pero como no podía experimentar en si misma sin más, compartir ese estudio sería interesante. Pruebas de temperatura, de piel, de sangre, o incluso los propios pensamientos serían un emocionante trabajo, pero antes necesitarían informar de que ella misma, sería el sujeto de pruebas, aprovechando la aparición de aquella herida.

Hablar con una amiga tan tranquilamente al respecto lo hacía práctico, y ya había algún profesor enterado de su posible estudio, cosa que siempre iba bien para facilitar la utilización de según que instrumentos médicos. Los somníferos eran una primera medida, y pasaron un rato anotando con mil detalles, que al llegar al sueño profundo, este era interrumpido igualmente, era un caso extraño que los somníferos fueran tan ineficaces en un posible caso de sugestión.

Tan pronto como empezaron las clases, muchos alumnos se quejaban de lo pesadas o molestas que eran, pero en el caso de Luna no era así, los apuntes, estudiar, constatar conocimientos, en su caso eran cosas que le ayudaban a desvelarse. Algunas personas le decían en broma que solo le faltaban unas gafas de culo de botella y pasar todo el día en la biblioteca para ser un ratón de biblioteca completo. Pero ella se defendía asegurando que era más sano estudiar que beber, fumar y salir de fiesta cada dos por tres como hacían ellos, la única fiesta que ella se permitía, eran durante las clases prácticas en emergencias, ir arriba y abajo como una loca ayudando a quienes lo necesitaban, era para ella magnífico. Le molestaba ver pacientes muriéndose de frío por el aire acondicionado, y durante las prácticas aprovechaba sus lapsos libres moviendo sabanas y mantitas.

Sabía que aunque no llegaran a recordar como les tapó o calmó en un momento de nerviosismo, sus actos ayudarían a descansar a quienes de alguna manera ella consideraba "sus pacientes".

Como todas las mañanas llega Beth, una enfermera de color, no sabía por que la permitían trabajar allí. Por desgracía por ahora tenía que contenerme pero eso no implicaba ser agradable con ella.

No recuerdo decirte que podías pasar. Increpo de malos modos mientras me aliso la ropa. Deberías aprender un minimo de modales. Gruño

Me restriego los ojos con las manos, ya que dadas las malas noches que he tenido las ganas de dormir en paz se me han ido acumulando. La búsqueda que he realizado ha arrojado datos interesantes, sobre todo me crean particular interés lo relacionado con los estudios realizados en una de las universidades médicas de Berlin, busco en la página de la publicación para encontrar alguna forma de contactar con el miembro del equipo que realizó la publicación, algún email o preferiblemente un teléfono, de encontrarlo intentaré hacer contacto con ellos bien temprano en la mañana dado que pudiera ser  que ellos supieran que hacer para detener este sueño, al menos me ayudarán a dar respuesta a varias interrogantes y sopesará si valdría la pena el viaje hasta Berlin. Aunque verdaderamente ya no me quedan muchas opciones, entre el grupo científico o un sicólogo privado de esos que dan miedo, prefiero al grupo científico. 

Vuelvo a mirar el reloj e intento reconciliar el sueño en la cama hasta que sea la hora de levantarme, aunque me va a ser difícil ya que hay varios pensamientos revoloteando en mi mente, todos con respecto a ese enigmático sueño. Interpretación de lo que me quiere decir mi subconsciente, he de dejar de jugar tantos videojuegos, por otro lado como es que esa tal fase Rem puede modificar un sueño; me llevo la mano hasta la frente y cierro los ojos mi cabeza me quiere estallar. 

Iba saludando a todo el mundo, mientras buscaba llegar cuanto antes a la sala de profesores para poder tomarme un segundo café antes de tener que ir a clase. Entonces Atsuko-sensei se acercó a mi para hablar de los campeonatos regionales. La miré con seriedad.

-Si, así es. Este año tenemos bastantes posibilidades para ganarlo. Nohara-san tiene muchas posibilidades de llegar a ser profesional, aunque tendría que tomarselo enserio alguna vez-dije soltando un suspiro-. Pero bueno, eso es algo que trabajar con firmeza. Pero bueno, volviendo a usted, ¿necesita que rellene algo? Creía que la solicitud ya la había entregado la semana pasada.

El resto de la mañana fue realmente tranquilo, el profesor no insistió mucho más porque parecía que Enrique no quería hablar mucho del tema, el camino de vuelta fue como siempre, tranquilo y ausente de emociones, era, un día normal a fin de cuentas, salvo por ese sueño, aunque ya empezaba a formar parte de la normalidad.

En la funeraria todo estaba como siempre, algunos clientes llegaron, pero en general el trabajo fue bastante tranquilo, no era un negocio especialmente animado al menos, no era un negocio muy animado. Cerca de la hora de comer un hombre entra en el local, aparentemente es un hombre normal:

- Buenos días... soy el inspector Casado, usted era alumno del profesor de Yoga Arnaiz cierto?

Ben se sentó en el autobús bastante hastiado, el camino no era demasiado largo, pero era lo suficiente como para tener un buen rato de lectura, en una de las paradas la puerta del autobús se abre y puede ver como una chica entra caminando lleva puesto un jersey blanco y una falda corta de color negro, la chica con el pelo negro y ondulado camina mirando distraídamente buscando un sitio para finalmente sentarse junto a el, la chica saluda con un correcto buenos días pero se queda mirando de reojo el libro de Ben como si le interesara o al menos sintiera curiosidad por el

La mañana fue tranquila, trabajo como siempre faenando en el mar, sus compañeros eran como siempre, hacia frio en alta mar como siempre, las redes bajaron y se prepararon para recoger la carga, tras un rato de rutina la red empezó a subir, pero pesaba más de lo que esperaban, fue cuando descargaron la carga que todos lo vieron, fue Morten el que lo noto, entre los peces había algo, estaba seguro, parecía que el resto no se dio cuenta hasta que no cayo la carga en la cubierta del barco, un estuche, un estuche de más o menos metro y medio estaba entre la carga, los marineros lo observan con extrañeza, está cerrado por un candado, pero es extraño ya que no tiene cerradura

La clase fue transcurriendo normal, a su lado Eva tomaba apuntes y de vez en cuento decia que le vendría bien otro café, la clase transcurría de forma normal y corriente cuando Eva mira a Luna y dice:

- Luna, me duele un poco la cabeza... no se... me ha venido de repente el dolor... cuando termine esta clase creo que voy a por una aspi...

La chica no llego a terminar la frase cayo desmayada sobre la mesa, Luna podía ver como la chica tenia la mirada perdida y lo más extraño y sin duda lo que más le asusto empezó a salirse sangre por las orejas, parecía que nadie se había dado cuenta

La enfermera no hizo mucho caso de Brian, simplemente le dice:

- Si entrara después de que me dieras permiso sin duda no te pillaría si te estás drogando muchacho, así que... venga, levanta que tienes que ir a hablar con la sicóloga...

La mujer mira de reojo a Brian y añade:

- Venga, ve rápido que los demás tenemos cosas mejores que hacer que esperar a que se te antoje moverte

Encontrar los datos de contacto con la universidad no fue mucho problema ni tampoco saber a dónde tenía que llamar o donde tendría que mandar un correo electrónico, el mayor problema sería que todo estaba en alemán y la lengua no era precisamente sencilla. Eran apenas las 8 de la mañana y Dagobert tenía algo de tiempo, aunque no demasiado si no quería retrasar demasiado sus obligaciones.

La mujer asiente y dice:

- Muy bien, ya sabe como son, quieren que organicemos los horarios y demás y sobretodo saber su opinión de quienes son los que deben de ir a representar a la escuela, parece que este año tenemos más alumnos que el año pasado que participan lo cual es bastante bueno

En ese momento Takeshi se da cuenta que en su escritorio hay un paquete envuelto bastante largo, de casi metro y medio de largo

Mientras me acerco a mirar el paquete sigo hablando con la sensei.

-Bueno, esta tarde durante los entrenamientos les avisaré que mañana les haré pruebas para ver quienes van a los torneos-mientras lo decía miraba el paquete, buscado alguna etiqueta o mensaje-. Oiga Atsuko-sensei, ¿no sabrá de donde ha salido este paquete?

Buenos días inspector... respondí sorprendido. ¿Si conocía a quien? dudé por un segundo, no sabía de que iba esto. ¿profesor de yoga Arnaiz? murmuré mientras pensaba sobre ello. Esta mañana asistí a una clase de yoga, era la primera vez que iba. Lo cierto es que no me quedé con el nombre del profesor y no se si llegó a decir su apellido. ¿Era? ¿En pasado?

Por favor inspector.... Casado, hablemos en mi despacho, estaremos más cómodos. Le indiqué con un gesto que me siguiera. Pase y siéntese le dije amablemente mientras me encaminaba a mi asiento. Lamento que sea todo tan... impersonal comente mostrando la sala con mis brazos. Pero acaban de decorarla y aún no pude poner mis cosas. Tomé asiento y miré al inspector, serio. En cuanto a lo que ha venido...  si le sirve, di la clase en el gimnasio "Strong", la de primera hora. Quizás eso le sea útil para... determinar si es el mismo sujeto, pero... Dígame inspector, ¿que quiere decir con "era alumno"? hice una pequeña pausa, mi tono de voz cambió a uno más amable. Hasta donde yo se, aún no he dejado las clases. Sonreí.

Para eso te pagan así que no te quejes. Le contesto sin darme ninguna prisa en levantarme era de las pocas provocaciones que podía hacer en aquel lugar.

No tengo ninguna ganas de ir a ver a la loquera pero se que tampoco puedo retrasarlo indefinidamente. Un buen rato de decirle lo que quiere oír con la esperanza de que me dejen salir de este maldito lugar cuanto antes. Cuando por fin pueda salir de aquí espero poder darme una buena fiesta de despedida.

Finalmente salgo de la habitación destino a esa aburrida y horrible terapia.

Por un instante, la paranoia le hizo sentir que ella le había hecho algo, pero no era momento de andar con tonterías, y se incorporó de inmediato llamando la atención del profesor, diciéndole que a Eva le ocurría algo, dio un paso por tal de asistirla, deseando con todas sus fuerzas que solo fuera una falsa alarma. Le venían a la cabeza más opciones negativas que positivas, por lo que pese a reaccionar con calma y como se les había enseñado, por dentro sus nervios se disparaban.

Ahí se vieron quienes de los estudiantes que había presentes, eran conscientes de lo que se les enseñaba, varios entraron en pánico, mientras que sólo un par acudieron a ayudarla junto a Luna.

El pecho le latía con una adrenalina molesta, lo último que quería Luna era atender directamente a un conocido. Era bien sabido que los nervios de tratar a algún allegado, podía provocar acciones innecesarias, basadas en las emociones, pese a que también podía conllevar un tratamiento más riguroso y efectivo.

Quizás sería su caso, era buena sobreponiendo su conocimiento ante sus emociones, pero era consciente de que también acabaría el doble de cansada por soportar una tensión duplicada. Con determinación llamó a una ambulancia mientras los compañeros la trataban, el profesor a penas llegaba a su lado mientras Luna sacaba el móvil.

De pronto abrió los ojos... Se había quedado dormido en el autobús... Otra vez... No había llegado aún a su parada, lo había soñado. -Parece que te absorve un poco el trabajo, ¿eh?, ya hasta sueñas con él en el camino...- pensó.

Cuando se abrió la puerta del autobús no pudo evitar fijarse en la chica que acababa de entrar. La verdad era que no estaba nada mal, pero pronto dejó de prestarle atención, ese tipo de chicas jugaba en otra liga.

buenos días

Aquella voz le sobresaltó, era la chica que acababa de entrar. Se había sentado a su lado, no sabía muy bien por qué, ya que habia otros sitios libres... Le llamó la atención percatarse de las miradas de la chica a su viejo manual de D&D. -Pensará que soy un bicho raro... - sonrió -Bueno, seguramente lo soy-.

-Buenos días- contestó y, acto seguido bajó la mirada.

Ya son las ocho de la mañana, joder el tiempo frente al ordenador siempre pasa extremdadamente rápido.

Me doy un buen estirón mientras veo una luz tenue que entra por los bordes de la cortina de la única ventana con que cuenta el cuarto, aún en pijamas bajo hasta la cocina de la casa que queda en el primer piso donde como es costumbre mi abuelo ya tiene preparado el desayuno, el anciano había preparado huevos con tocino para mí ya que el se cuidaba más la salud.

-Guten Morguen- (buenos días en alemán) me limité a decirle, el no respondió ni media palabra, terminé de comerme mi huevos en la pequeña mesa de la cocina donde solo había asiento para tres pues se encontraba pegada a la pared, para luego asearme y ponerme la ropa habitual de ir al trabajo, un jean un pulover con un abrigo grueso por encima dado el frío que hacía a esta hora de la mañana. Sin despedirme al llegar a la puerta recogí los guantes y el gorro que siempre llevaba conmigo y me dirigí hacia la para del bus que me dejaba a solo tres manzanas más abajo de la corporación donde trabajaba de administrador de redes.

Mientras camina aún el recuerdo del sueño no se me había borrado e inconscientemente llevé a mano derecha hasta el lugar donde se encontraba la cicatriz. Al llegar el bus me monté y ya dentro en uno de los asientos saqué el móvil y le envié un email a la dirección electrónica que aparecía en la publicación del artículo sobre el grupo científico de la universidad de Berlín.

Para: (Nombre de los que publicaron el artículo)

De: Dagobert Blau

Asunto:Necesito consulta sobre el tema tratado en el artículo "(nombre del artículo)"

Hola:

Mi nombre es Dagobert Blau, ayer en la noche leía una publicación sobre los sueños y su manipulación mediante la fase Rem la cual despertó mi interés dado el caso que estoy experimentando un sueño que se ha prolongado durante dos semanas y además de ser muy raro es sumamente perturbador. Agradecería un encuentro con el grupo para aclarar algunas dudas que tengo y de ser posible ayudarme a hacer desaparecer este sueño. Disculpen las molestias, saludos y muchas felicitaciones por los resultados obtenidos en el tema de los sueños.

Al terminar el viaje en bus siempre me compró un café mientras camino hacia el edificio, donde trabajo espero que al llegar y revisar el email en la computadora ya tenga una respuesta de los chicos de la universidad, de ser así hoy mismo haré un tiempo en la tarde para ir a hacerles la visita a Berlín.

El trabajo para mi tiene un efecto balsamico. Adormece mi consciencia cerebral. La mecanica rutinaria de la faena en alta mar hace que deje de pensar en las cosas que me pueden preocupar. Mi mente se queda en blanco y todos mis sentidos estan puestos en las acciones sincronizadas que he de realizar con el resto de mis compañeros.

Estoy en blanco cuando algo me “despierta”. En plena 2º recogida de las redes de la mañana algo se sale de la rutina. Hay algo que pesa mas de la cuenta, se nota perfectamente. Alguna porqueria que los seres humanos arrojamos al mar. Podria escribir una trilogia de libros ennumerando las cosas que he encontrado en mis años de pescador. Cuando uno de mis compañeros abre la red puedo observar algo diferente entre los peces. Es un objeto de, de , de madera, creo. O algo parecido. Me acerco y lo cojo con las 2 manos porque pesa un quintal. Tiene un candado no muy grande. Pero , y la cerradura? No tiene cerradura. Que diantres sera?

- Jesper, acercame aquella palanca, por favor – Le pido al pescador mas joven de la tripulacion.

Cuando me la trae me dispongo a abrir el candado, forzandolo con la palanca.

La mujer asiente ante el comentario sobre los alumnos, parecía que ya tenía preparado todo lo que iba a necesitar para el evento, cuando le preguntan por el paquete niega con la cabeza tras sorprenderse unos segundos y dice:

- No me había fijado que había ahí un paquete para usted Kiomamura-sensei

La mujer parecía un poco extrañada y añade:

- Que yo recuerde o he visto a ningún repartido por aquí cerca y no sé si alguien ha visto a algún repartidor

Los demás profesores y personal presente niegan con la cabeza, sin duda ellos tampoco se habían encontrado con ningún repartidor y parecía que realmente ninguno sabia de donde venia ese paquete

El inspector de policía entra en el despacho y finalmente dice:

- No se preocupe por el lugar... sí, me refiero a ese momento, como bien dice usted dio clase de forma habitual y justo al inicio de la siguiente clase se desplomo sin saber realmente porque...

El hombre hace una larga pausa para agregar a continuación:

- Al parecer según los doctores que le han examinado es como si su cerebro estallara por dentro, tuvo un sangrado masivo en su cerebro... no sé cuál es el termino medico pero resumidamente puede decirse que eso fue lo que sucedió.

El hombre parecía en cierta forma algo sorprendido, se notaba que estaba algo sorprendido por lo sucedido y que no parecía estar muy convencido de lo dicho por los médicos:

- Los doctores han dicho que en su historial no tenia síntomas que indicaran que algo así podría suceder y ha sucedido de repente, así que hemos abierto una investigación y estamos investigando que es lo que sucedió en la clase anterior y días anteriores, además por lo que me han dicho usted sufrió un desmayo o algo asa en la clase anterior no?