Partida Rol por web

Nube al ver el golpe que el verdugo le dio a su compañero tomo su flecha y corto el aire con esta, su objetivo... El maldito verdugo - no digas que no te lo advertí- fue lo ultimo que dijo antes de ver la flecha incrustarse en el único verdugomque aún estaba vivo.

Y ahí va otro muerto. Magnolia, más te vale estar viva. Y justo cuando este pensamiento iba y venía por la cabeza de la mediana, una frase entró a sus orejas "Amigo, voy a salvarte". Trabajaban para la inquisición, sí, probablemente eran torturadores, sí... pero sentían lo mismo que siente la resistencia, y que cualquiera, cuando un amigo muere ante tus ojos. Pfff, Lavanda, cuando se acabe esto, a fumar. 

Lavanda fue hasta el tipo que había acabado de adquirir el título "cadáver", lo miró con pena, dejó salir un lo siento, y se agachó unos segundos en silencio. Se santiguó. Cualquiera hubiera pensado que estaba presentando sus respetos al muerto, pero en realidad estaba recuperando discretamente la daga que el muerto tenía clavada, para poder tirársela al que quedaba en pie sin que el tipo tuviera que pasar por el mal rato de saber que una daga se dirigía hacia él. Ámense.

Garret recibió un latigazo en su mejilla, llevó su mano por instinto.

-A-AU! es que estás tonto?? Duele!! Yo no te he hec... ohh.. claro...- Dijo sin tener mucho sentido.

El flechazo de Nube voló entonces hacia el último verdugo, Garret se babeó mentalmente al pensar que Nube le disparó para protegerlo -Será que siente algo... por mí??- Pensó ruborizándose.

Con su daga entonces tiró un

La vida del último verdugo en pie pendía de un hilo. Pero no se rindió. Empezó a blandir su látigo denuevo, con la intención de volver a atacar, pero la flecha de Nube fué más rápida y acabó con su vida. Las amas de Garret y Lavanda no hicieron más que abrir nuevos agujeros en su cadáver.

-Una vez que lograron reducir a los verdugos, no tuvieron problema en abrirse paso por las mazmorras. Fueron preguntando a los prisioneros y poco a poco, fueron obteniendo las indicaciones que necesitaban para dar con las personas que habían venido a rescatar. Se encaminaron al lugar señalado y allí estaban: El hombre misterioso, el insoportable de Charles… y Magnolia!

Magnolia miró a Lavanda sin poder ocultar su sorpresa.

-Lavanda? Eres tú? Qué haces aquí?

Charles también estaba sorprendido, aunque no gratamente.

-Ustedes otra vez? Que no les bastó con hacer que me encierren? A que han venido?

El hombre que habían venido a rescatar observó la escena por un momento, intentando analizar lo que estaba ocurriendo.

-Tranquilo, camarada- le dijo finalmente a Charles- Es obvio que son de los nuestros y han venido a rescatarnos. Sabed disculpar al caballero -le dijo a nuestros héroes- aún se siente frustrado por haber sido capturado de una forma tan tonta. Mi nombre es Jean, gusto en conoceros.

Nube giró su rostro a Lavanda – La conoces?, llevémosla con nosotros -  le dijo a la mediana, si estaba interesada no tenía problemas en sacar a uno mas, iba a decir algo mas pero una voz desagradable apareció en escena.

Jean?, que suerte… - dijo acercándose a la reja con intenciones de abrirla, pero antes de eso se giró al gruñón – como usted sabe, Jean, vinimos por usted, pero – clavó su vista en Charles y apoyó su mano donde aquella herida golpeo su cuerpo aquella vez – serán muchos extras, aunque puedo cambiar de opinión si estas dispuesto a ofrecer una correcta disculpa – aguantó una risilla a duras penas – “Charles” – acentuó el nombre del sujeto, la verdad que su sola existencia le generaba un terrible dolor de cabeza – si no eres capas de hacer eso, entonces debo decirte que te quedarás un buen tiempo mas aquí dentro – agregó y se dispuso a buscar una forma de abrir las rejas, solo a buscar, no la abriría aún, una vez se satisfaga su necesidad de dejar en ridículo al tipo lo liberaría, a fin de cuenta alguien lo esperaba, aunque no era tan gentil como para llevarlo si se negaba a disculparse de corazón…

Años habían pasado desde que Lavanda abandonó su pueblecito, su huerto, las horas charlando y fumando... Los ojos se le habían llenado de agua salada, no podía hacer un alboroto ruidoso, pero tampoco podía contener la emoción, el alivio, la nostalgia, la tristeza, la alegría... Lloraba como una niña que ha estado llorando durante todo su castigo, y sale llorando...

Magnolia... Magnolia Magnolia Magnolia... Lavanda metió los brazos entre los barrotes para alcanzar las manos de su amiga, convenciéndose de que este no era otro sueño. ¿Como contarle todo lo que había pasado? La informaci´n salió entre sollozos y llantos. Mandamos a Narciso, el hijo del boticario, ¿sabes? Pero no... Magnolia... y luego amenazaron al pueblo, pero nadie se daba por vencido, y... le robé el pan a un turista...  la Resistencia... papel con chispitas... Daniel el cantor... un duelo de disfraces... ¡Hemos venido a rescatarte! ¿Como estás? Y entonces miró al resto de presos que tenían que rescatar, que aunque en ese momento le importaban un comino, seguían siendo la misión. Vaya, ahora soy leal a la Resistencia. También os rescataremos. ¿Garret, puedes abrir estas cerraduras? Vigilaré... que no vengan ... 

Lavanda pegó la espalda al lado de la puerta de la celda de Magnolia, y se quedó mirando a todos lados, expectante, dispuesta a sacarle el hígado y mostrárselo a cualquiera que viniera a arruinar ese momento.

Charles cayó de rodillas al suelo mientras su mandíbula se empeñaba en caer todavía más, como si la acción del cuerpo entero no le bastase para expresar su asombro y desconcierto.

-Oh, entonces... son de la resistencia... yo... no puedo creerlo... que tonto fui! Debo aprender a ser menos temperamental.

Entonces pegó su cabeza al suelo y comenzó a sollozar.

-Perdón! Perdón! No tengo excusa para haber retado a duelo a un camarada. Aceptaré cualquier castigo que la resistencia me imponga pero, por favor, no me dejéis en manos de la maldita inquisición. Llevadme con ustedes, os lo imploro.

Magnolia hacía su mejor esfuerzo por comprender las palabras de Lavanda, pero su relato estaba tan fragmentado que ni usando magia de adivinación podría sacar algo en limpio. Pero Magnolia era una amiga comprensiva y sabía que todo era producto de la emoción del reencuentro.

-Vaya -dijo finalmente- parece que has tenido muchas aventuras mientras me buscabas. Quiero que me cuentes todos los detalles más tarde. Ahora concentrémonos en salir de este agujero maloliente.

-Luego de buscar un rato, Nube encontró a un guardia durmiendo plácidamente. Las llaves de la celda, que colgaban de su cintura, se balanceaban y tintineaban alegremente, casi como si intentaran seguir el ritmo de los ronquidos de su dueño.

Garret se asombró ante la emoción de Lavanda al encontrar a una de las prisioneras, pero no tanto como con la disculpa de Charles... Era un tipo arrogante y fanfarrón... Y ahora se disculpaba... Y de corazón, al menos para el mediano!

Lavanda pidió entonces que le abriera las puertas. Se remangó y sacó sus ganzúas de la manga derecha

-Je, déjamelo a mi- Dijo con una sonrisa confiada

Comenzó a trastear con las cerraduras hasta abrirlas, primero con Magnolia, quien parecía importante para su amiga, luego con Jean, era importante para la misión... Por último Charles, era importante para... Para nadie, pero lloraba como una nena y si lo dejábamos seguro grita! -Marica ¬¬ - Pensó para sus adentros mientras le abría

Nube volvía con el resto para avisarles que encontró las llaves un poco en vano, ¿para que había intentado buscar llaves desde un principio?.

Se acercó a Garret y despeinó su cabeza – Nada mal hijo mío! – dijo a modo de chiste para felicitarlo por tan impecable trabajo, nada menos que de un buen ladrón….

Observó a Lavanda, después de esto merecía unas buenas vacaciones para disfrutar de su re – encuentro, o como mínimo una buena cerveza, apoyó su mano en su hombro – aguanta solo un poco mas, una vez que estemos a salvo puedes llorar – dijo y como con Garret acarició su cabeza, pero con ella de una forma mas dulce…

Charles, levanta tu estúpida cara de nene mimado, dije una disculpa, no que hagas el ridículo, te esperan, mueve tu ridículo trasero, tenemos que salir de aquí – ordenó al ridículo sujeto que lloraba como adolescente luego de que una de sus uñas se rompiera – patético, este me gano?... patético… - esperaba que tuviera un poco mas de respeto por si mismo, aquello era muy decepcionante, y sus lágrimas podrían llamar la atención del gordinflón dormilón – mas adelante hay un gordinflón con llaves durmiendo, no vi si tenía armas que nos sirvan, pero tiene llaves – observó a Garret de forma pensativa, una sonrisa confiada apareció en su rostro… tenía un buen plan…

Ustedes que llevan mucho aquí, conocen de alguna salida alterna? – preguntó a los que llevaban encerrados lo suyo, eso completaría los detalles de su plan – por lo que vimos en este lugar hay mucha gente, podemos abrir las jaulas y sacar a todos, los usaremos de distracción, si hay otra salida, iremos por esa, y  - bajo la voz para que solo ellos escucharan el resto – nos esconderemos en una jaula, que ellos corran por las salidas la que quieran ellos correr, cuando estemos seguros que han ido por los prófugos usaremos ese momento para salir de aquí escabulléndonos como las buenas ratas que somos, ¿alguna objeción? – agregó observando a los presentes, a ver ahora que problema le traerían estos, si no habían quejas, que Garret empiece a abrir celdas, con eso matamos al gordo dormilón y sacamos mas llaves para abrir mas rejas a la vez.

Faltaba poco para cumplir su misión, la que se había propuesto antes de salir del pueblo. Lavanda había empezado su viaje siendo una mediana simple, quejosa pero obediente con la inquisición, que nunca le había pegado muy fuerte a nadie, nunca había tenido grandes desafíos. Le había gustado esa vida, se había hecho amable, había aprendido a escuchar, había hecho buenas amistades, como la que se disponía a rescatar y recuperar. Y había cambiado, había llegado hasta esas cárceles como una mediana decidida, dispuesta a lo que fuera con tal de debilitar a la inquisición, dispuesta a robar, espiar, incluso a matar y morir, incluso a disfrazarse y hacerse la simpática con la gente que odia, había aprendido a estar siempre alerta, a convivir con la sensación de estar siempre perseguida. Había hecho nuevas amistades, con las que había arriesgado y cuidado la vida, con las que incluso había compartido cerveza y buenas comida. Esa parte había valido la pena.

Y ahora, su vieja amiga y sus camaradas estaban ahí, a punto de dar el último paso. ¿Qué pasaría con Magnolia? Lavanda siempre había imaginado que volverían al pueblo, a descansar, y a curarse tranquilamente de todo lo que había pasado. ¿Pero era eso posible? ¿O la inquisición perseguiría a Magnolia por siempre, tal y como perseguía a la Resistencia? 

Todas estas preguntas y emociones (y más) se producían dentro de Lavanda mientras Nube explicaba su plan, que además de parecer efectivo, daba la posibilidad de escapar a más gente. Un buen alboroto. Le costaba separarse de su amiga, pero para que el plan funcionara, debían localizar la salida por la alcantarilla de la que tanto se había hablado en casa de la duquesa. Voy... a buscar la alcantarilla... ahora vengo... Volvió a mirar a su vieja amiga, y se dispuso a buscar aquella dichosa salida.

-Mientras Lavanda buscaba la salida secreta de las mazmorras, el resto del grupo comenzó a liberar al resto de los prisioneros y a incitarlos a que armen un motín. No fue difícil convencerlos. En pocos segundos la prisión se había convertido en un caos.

Lavanda consiguió encontrar la trampilla que daba a las alcantarillas. Para abrirla, probablemente necesitaría la ayuda de Garret. Desafortunadamente, el tiempo se estaba agotando.

A lo lejos se escuchaba a los guardias bajando a las mazmorras y la voz del capitán.

-Ya se me hacia conocida esa cara, malditos bastardos!

Como no, los problemas aparecieron, y nada menos que con la cara menos deseada por la mayoría e los presentes. Ni sus subordinados deben querer verle... ni él debe querer verse. No tenían mucho tiempo, y todavía seguían ahí, en el agujero maloliente. Antes muerta que dejar aquí a Magnolia. 

Compañero de oficio, ven a abrir esto! Magnolia, Jean, detrás de nosotras dos - se posicionó al lado de Nube, y sacó su espada -, seréis los primeros en salir. Charles, aquí con nosotras, haz algo útil - Lavanda le pasó su daga a Charles, suponiendo que le habían despojado de sus armas. Espero no tener que luchar delante de Magnolia... pero lo que se tiene que hacer, se hace. ¡Date prisa, compañero!

Cuando Nube dijo "te esperan" el rostro de Charles se llenó de preocupación. Había entendido perfectamente el comentario.

-Oh, no me digas que... Juliette... se involucró en esto! Oh, no, le dije que no se metiera. Aún no tiene la experiencia... pobrecita! Le he dado muchos problemas...