Partida Rol por web

Lavanda alejare de el!!! - grito Nube a la mediana que fue herida - te cubro, sal de ahí!!! - grito saliendo de su escondite soltando una nueva flecha en dirección al apuñalado Vileblanc para que este pensara mas en su ataque que en el mediano en su espalda, si se concentraba en el, esquivar la f!echa sera un problema 

Lavanda vio venir el espadazo de Vileblanc, y solo tuvo tiempo de evitar una herida mortal en el cuello, para recibirla en el hombro. No quería quedar mal ante su vieja amiga, y tampoco darle el placer al inquisidor de mostrar lo mucho que le dolía ese ataque. Así que se mordió los labios y dejó que se le escapara un poco de FFFF, pero nada más. Una tiene su dignidad.

Claro estaba, si quería disfrutar del reencuentro con Magnolia, debía retirarse y dejar que sus compañeros terminaran el trabajo. Pero una tiene su dignidad. Así que después de recibir la estocada, le devolvió una estocada igual de cariñosa al inquisidor, apuntando hacia la rodilla, que estaba más cerca. 

Después de eso, sus patitas se fueron silenciosas, escapando del rango de la espada del capitán, ocultándose entre la multitud de presos. Una tiene su dignidad... a veces. Lo único que falló, fue que al ver a Magnolia, no pudo evitar soltar un ¡Amiga! ¡Aquí estoy! ¡Aquí! Moviendo los brazos para que su amiga la viera. 

Charles se levantó, recogió lo poco que quedaba de su orgullo y aprovechó el ataque de Garret y Nube para acercarse un poco más. Entonces lanzó un nuevo ataque. Esta vez la espada pasó rozando, pero no logró hacerle daño.

Jean, volvió a intentarlo pero no tuvo mejor suerte que Charles.

-Demonios! Este tipo sí que es duro!

Cuando el capitán hirió a Lavanda, Magnolia sintió por un momento que su corazón se detenía.

-Lavanda! -gritó

El ataque de Nube le hizo bastante daño, pero el más devastador fue el de Garret. Esto lo enfureció aún más.

-Maldito! No te bastó con desfigurarme. Ahora me apuñalas por la espalda! Ahora verás!

Entonces golpeó al mediano con su espada, causándole un ligero corte en el rostro.

-Diría que ya estamos a mano pero después de esa puñalada veo que apenas estamos comenzando.

GARRET! - gritó Nube al ver al mediano siendo golpeado como su compañerra Lavanda - No te creas idiota!, te superamos en número, solo será cuestión de tiempo para que te dejemos muerto! - amenazó preparando otra flecha para atravesar el cuello de vileblanc.... Dispara, la flecha corta el aire en busca de su presa
 

Le dedicó a Vileblanc una sonrisa cuando este le impactó con su espada -Auch! Eso dolió sabes??- Dijo a modo de burla.

Concentró su magia entonces y comenzó a desvanecer -Veamos si me encuentras antes que te vuelva a apuñalar... Deberías huir mientras aún sigues vivo...- Dijo entonces antes de desaparecer completamente

-Joder... que tipo duro...-

Desde luego, Vileblanc era cansino y duro, como comer pan duro. Habría estado bien acabar con él rápido, así como habría estado bien que en algún momento de su vida se hubiera dado cuenta de que su vida fue un error desde que empezó su vida profesional en la inquisición, y entonces se hubiera hecho amigo de la resistencia, y podría haber usado un montón de información privilegiada para ayudar a nuestros héroes... Lavanda desvariaba con sus cavilaciones, cuando se dio cuenta de que no era tan mala idea. Y una tiene sus principios, pero moral... no tanta. 

Miró al capitán desde la distancia, y con enojo infantil, lo recriminó como se recrimina a un amigo que te dejó tirada cuando necesitabas apoyo moral. ¿Sabes aquellas 50 monedas de oro que te encontraste en el suelo? Pues te las regalé yo, porque pensaba que podríamos entendernos. Pensaba que podíamos ser amigos... 

La flecha de Nube le causó una nueva herida grave. Eso, sumado a desaparición de Garret creó suficiente distracción para que el Capitán no viera lo que estaba haciendo Lavanda. La mediana tomó cierta distancia, se concentró, puso las palmas de sus manos frente a Vileblanc y entonces, unas finas líneas de vapor brillante comenzaron a salir de ellas. Se enroscaron como serpientes a unos pocos centímetros de la cabeza del capitán. La expresión recia del caballero cambió por otra de confusión.

-Nosotros? Somos amigos? Pero... como es posible? Yo soy un soldado de dios... y ustedes... ustedes sirven al diablo... no podemos... estoy condenando mi alma...

Pero la confusión no duró lo suficiente. Pronto el capitán volvió en sí. Sacudió su cabeza y su expresión volvió a ser la de antes.

-Que intentas hacer? Acaso tratas de hechizarme? Como te atreves?!

La sonrisa de Nube se volvió presumida, aquel tipo realmente casi cae con ese truco?, podría ser bueno para no tener que seguir perdiendo flechas.... - Somos del diablo?, estas seguro vileblanc?, no te habrán mentido?, nosotros buscamos la paz..., tu religión que busca?, cuanta sangre de inocentes derramaste por ellos? - dice preparando una flecha - Nosotros, a diferencia tuya... - hizo una pausa y negó con la cabeza - a diferencia de ustedes, no lastimamos inocentes, no separamos familias, no lastimamos corazones que luego crecerán con rencor - un destello de odio cruzó por los ojos de Nube, un fugaz recuerdo de una niña llorando a su gente, a su familia, gente que fue asesinada injustamente... tensó su arco y apuntó a vileblanc - te vuelvo a preguntar.... ¿realmente somos nosotros los del diablo?, piénsalo bien Vileblanc, no somos nosotros los que elevamos nuestras armas en contra de gente que no sabe ni siquiera, el como levantar una espada.... - diciendo eso, dejó tensa su flecha en dirección de aquel hombre que parecía querer redimirse, o solo, tratar de dar una contra...

¿Tratando de hechizarte? Sonreí. Así es, eso intento. ¿Y sabes una cosa? Mi hechizo solo funciona en un corazón que alberga dudas. Nube estaba envenenando su mente a la perfección. ¿Quieres saber otra cosa sobre mi hechizo? Es fácil de detectar, cualquier caza-brujas que se precie notará que estuviste bajo mi influencia. Serás sospechoso. ¿Me recuerdas como trata la Inquisición a los sospechosos? 

El hechizo casi había funcionado, o mejor dicho, había funcionado durante un breve lapso de tiempo. La mente del capitán estaba menos centrada que al principio, y tanto Nube como Garret podían rematarlo en cualquier momento. Si dejas las armas en el suelo, la Resistencia tendrá en cuenta tu servicio, y el valor de las informaciones que posees. ¿Qué eliges, Amigo? 

Y al acabar de pronunciar la última palabra, el vapor brillante volvió a dirigirse hacia Vileblanc...

Garret nunca había enfrentado a un enemigo tan duro nunca antes.. Incluso el poderoso orco que intentó matarlos al llegar a la ciudad no fue rival en absoluto para sus armas, y sin embargo, Vileblanc era diferente... Era un tipo fuerte, física y mentalmente, un muro de acero con una voluntad inquebrantable, incluso capaz de dar su vida por su causa...

Garret apretó los puños con fuerza, no quería matarlo, no era mal tipo, solo eligió el camino equivocado y lo seguía con una fé ciega... Estaba convencido de que hacía lo correcto... Pero y si no lo mataba?? -Carajo... Qué hago??-

Estaba claro, no tenía alternativa, era un hombre que no cedería, ni ante los hechizos... -Lo siento Vileblanc... Solo espero que todas las muertes que ocasionaste por una causa injusta y una fé ciega no te lleve al infierno...- Pensó apuntando su puñal a los órganos del capitán.

Entonces llegaron las palabras de Nube, palabras que quizás no hagan mella en el valeroso capitán, pero sí en Garret, quien no perdió a nadie, pero conocía lo que pasaba y nunca se lo tomó como responsabilidad suya... Ahora era parte de la resistencia y estaba peleando por algo que creía justo sin darse cuenta... Qué cambiaba si lo mataba?? Otro ascendería a su rango, habría un nuevo capitán y seguirían cazando gente inocente solo por poseer magia...

Volvió a hacerse visible y lanzó su daga al piso, quitándose la otra que le quedaba de la cintura y dejándola en el piso él también, intentando llamar la atención de Vileblanc cuando escuchase el sonido del acero golpear contra el pavimento. Lo miraría a los ojos aunque se partiera su cuellito de mediano, y entonces le diría lo que pensaba, lo que aprendió en este corto viaje

-Mira alrededor...- Dijo haciendo un gesto con sus manos señalando el regadero de cadáveres que dejó la pelea -Esto te parece paz?? Yo... Nací con esta magia... No lo pedí...- Dijo entonces mirando sus manos, quedando vulnerable a cualquier ataque que el capitán pudiera hacerle -Aún así!- Dijo entonces levantando un poco la voz y apretando ambos puños, frustrado -Aún así, si crees que merezco morir solo por existir, entonces mátame!- Dijo abriendo sus brazos -Pero no cambiarás nada... Solo serás un asesino...- Dijo bajando un poco el tono, para luego subirlo y agregar -Elije Vileblanc! Cazarás humanos por el resto de tu vida con tu espada?? O protegerás a los quienes necesiten tu escudo??- Dijo desafiándolo con la mirada. Si este era el final del camino, así sería...

Esta vez el hechizo de Lavanda, reforzado por las palabras de Nube, sí fue efectivo.

-Oh, es verdad! Que hemos hecho? Sólo dios puede juzgar al hombre! No hemos arrogado el derecho de arrancar la cizaña y pudimos haber cortado el trigo junto con ella...

Entonces, ante el sacrificio de Garret su rostro pareció iluminarse.

-Oh, ahora lo entiendo, tú eres el mesías -le dijo al mediano- el hijo de dios que fue prometido. El que vendría a traer paz al mundo. Perdóname maestro! -dijo soltando su espada y arrodillándose frente a Garret- antes estaba ciego, pero ahora puedo ver.

Entonces comenzaron a escuchar los pasos de un nuevo escuadrón de guardias que se acercaban.

-Oh, no. Vienen los refuerzos. -dijo levantándose, tomó su espada denuevo y encaró en la dirección de donde provenía aquel sonido- intentaré detenerlos lo más que pueda. Rápido, debéis iros. El mesías tiene que completar su misión.

Aprovechando el delirio místico del capitán, nuestros héroes decidieron marcharse.

Luego de correr un buen rato por las alcantarillas, llegaron a una zona donde el agua es profunda, pero había un bote.

Una vez que soltaron amarras y el bote comenzó alejarse. Pudieron ver a lo lejos al capitán luchando con los demás guardias, pero pronto estuvieron demasiado lejos para poder ver cómo terminaría aquel conflicto. Por un momento sintieron que el peligro ya había pasado y comenzaron a relajarse. Pero de pronto, comenzaron a oír un sonido de chapoteos mezclado con múltiples chillidos. Algo se acercaba. En cuestión de segundos fueron asaltados por una imagen horrenda. Una bola gigante de ratas que se movía hacia ellos como si fuera una sola bestia. Era Le Roi de Rats, el legendario rey de las ratas.

Garret tomó sus armas antes de partir, y dándole un toque a Vileblanc le dijo -No mueras- Serio como director de escuela, y se marchó corriendo.

Mientras seguían corriendo por el alcantarillado, Garret se iba riendo por lo bajo, miró a sus compañeras y soltó un -Pff... el mesías! jajajaja- Sin poder soportar más las carcajadas -Eso ha estado raro, fuiste tu??- Preguntó a la mediana, que según Vileblanc le había intentado hechizar.

Llegaron entonces a un pequeño bote, y esperó a que los demás subieran para subirse luego de un saltito tras desatar la soga, porque siendo un mediano, ligerito como era, ni saltando con fuerza hundiría el bote!

Una vez arriba se volteó a mirar a Vileblanc, quien combatía contra otros guardias. Pese a que era su enemigo, y que una vez el efecto del hechizo acabara volvería a ser el mismo calvo pesado de siempre, guardaba un profundo respeto por él y su fuerza, tanto física como mental... -No mueras... Lo digo en serio Vileblanc...- Pensaba mientras apretaba con fuerza uno de los bordes del bote.

El bote se alejó entonces, sin poder presenciar el final de esa batalla, la cual estaba seguro que Vileblanc ganaría estando sano, pero ahora estaba herido y confundido por un hechizo...

-Bien, yo proclamo entonces, que este viaje, será seguro! Por mi sacro santo poder de Mesías!- Dijo entonces bromeando, tratando de ocultar su preocupación por el enemigo. Le dedicó una sonrisa a Nube, quería ver si reía o no reía, se sentía muy atraído a la elfa desde que montaron juntos a caballo, pensaba en ello pese a su preocupación actual por el capitán de la inquisición.

Sin embargo la preocupación por Vileblanc no tardó en aparecer cuando una enorme Rata apareció pesiguiengo al Bote... -M-Mierda! Qué es esa cosa??- Dijo entonces mirando como "la rata" se acercaba velozmente. Entonces una vez estuvo más cerca lo entendió... No era una, eran cientas! Ratas por montones, unas sobre otras, formando una figura idéntica a ellas pero de tamaño mayor... -Le Roi de Rats, el legendario rey de las ratas- Dijo por lo bajo. Había escuchado alguna que otra leyenda o su nombre al menos, en alguna taberna.

Nube bajó el arco cuando vio la reacción de Vileblanc, guardó su flecha, no le haría falta, habían logrado algo, vio de reojo a Lavanda, el orgullo se reflejaba en sus ojos, su talento no tiene comparación. Aunque aquella tregua no duró mucho.... venían refuerzos! y sus flechas no son eternas y tampoco sus energías! - Contamos contigo ciervo del verdadero Dios que has logrado liberarte de los falsos y corruptos profetas - hizo una pequeña reverencia a este antes de correr, tenían que salir de ahí antes que se pusiera feo!! o mas feo!! 

Le dio un golpe en la cabeza a Garret cuando se burló - cállate que nos puede servir mas adelante - le regaño haciendo un gesto de silenció, poniendo su dedo índice en sus labios, realmente podría serles útil, no sabrán nunca lo que paso y tampoco si a Vileblanc algo le quedará en su mente... o siquiera, si seguirá vivo, ¿con odio? capas..., debían prepararse a lo que sea que pueda llegar a pasar, y todo podía llegar a servir!, mejor no descartar nada!

Ayudó a Lavanda y los demás que estuvieran heridos a subir al botecito y asintió a Garret, dándole el visto bueno de que suelte la soga, buscó algunos remos, a ver si podían ir mas rápido... cuando aquel último vistazo de la batalla llegó... - Suerte Vilebanc, los elfos no le rogamos a un dios como los humanos, nosotros les pedimos a nuestros bosques y damos a cambio, pero aún así, suerte y que tu dios te acompañe - sentía un poco de culpa, pero no podía hacer nada, sería un muy buen aliado, si moría, visitaría su tumba seguramente, por ser un buen enemigo y un buen aliado, aunque haya magia de por medio - Lavanda, como va tu herida?, puedes seguir? - dijo a la mediana observando su golpe, esperaba que no le traiga demasiados problemas.

Una pequeña sonrisa burlona escapó de sus labios - en ese caso esperemos que el mesías conozca el camino de salida!, porque no tenemos mapa de este lugar! - agrega a la proclamación del mediano, habían salido! ahora solo faltaba salir!, y listo!, llevar a sus hogares a los que fueron secuestrados, posiblemente una buena comida!, ya que ahí no pudieron comer nada! y!!.....y....

Algo extraño se acercaba a ellos a gran velocidad..., al parecer, esto no sería tan fácil!, soldados?, otro mutante?... la cara de Nube casi se deformó ante lo que vio...., ratas...ratas y mas ratas!!! - Le Roi de Rats?? - soltó con una evidente confusión en su rostro, que estaba haciendo ahí? y justo ahora! - Lavanda, que las ratas no vayan a llegar a tu herida!! - soltó sacando un de sus flechas, lista para atacar a aquella cosa que venía en busca de sus carnes - magnolia.... dime que traes otro hechizo... - dijo casi suplicante, realmente aquello se veía problemático

El hechizo había funcionado esa vez. ¡Y de qué manera! Hasta el momento, nadie había reaccionado tan vehementemente con los efectos del mismo. Incluso lo había aplicado con verdaderas malas personas, que habían atacado a la mediana después de recibir el efecto del hechizo de amistad, porque como eran verdaderas malas personas, estaban dispuestas a matar a sus amigos. Eso demostraba que Vileblanc tenía su corazoncito. Y una imaginación desbordante.

Lavanda rió bajito con Garret. hahaha, no, se le ocurrió a él solito haha... La oscuridad de la alcantarilla iba invadiendo las retinas, así como la calma ia llenando el cuerpo. Lavanda se recostó en el bote, decidida a descansar un rato bajo la poderosa protección del mesías, a quien dios no tendría la osadía de atacar (por lo de no ser más papista que el Papa). Respondió a Nube, ya bien acomodada. He estado mejor... pero lo que se tiene que hacer, se hace. ¿Como estáis el resto?

Y justo cuando parecía empezar el tranquilo viajecito por las horribles cloacas, apareció el horrendo rey de las ratas. Espada en mano, Lavanda miró a la gran bola de asco y patitas que se le presentaba, y pensando en la cantidad de trabajo que suponía, dejó salir un pfff joder... La mediana no quería presionar a su amiga reencontrada después de lo que había pasado, pero se sumó a la petición de Nube con una mirada suplicante. Después de todo, Magnolia seguía siendo como una hermana mayor.

¿Como se lucha contra un bicho de la cloaca? Tengo una idea. La pícara se levantó, se quitó un zapato, y lo ensartó en la punta de su espada. Luego lo llenó de tabaco, y lo encendió tal y como encendería su  pipa. Moviendo el calzado llameante en la punta de la espada como si fuera una bandera, gritó a le roi de rats: ¡Fueeeera bicho! ¡Pafuera-pafuera-pafuera! Si vive aquí abajo, no debe estar acostumbrado a la luz y el fuego, a lo mejor le da miedo.

-Mientras Lavanda se encontraba recostada sobre el bote, Magnolia aprovechó para intentar lanzarle un hechizo de curación, pero la maga no tenía mucha práctica con aquel conjuro y no funcionó.