Partida Rol por web

Por el Emperador!! Hermano Lucian ven a ver esto, es como si nuestro Ángel Sangriento estuviese dialogando, esto es inaudito ¿qué será lo próximo? Vayamos pronto a la superficie pues me temo que tendré que poner orden en esta situación - Skold hincha el pecho y mueve la cabeza en tono desaprobatorio, sin duda es necesario un poco de orden y él es el más indicado para reestablecerlo.

No obstante antes de salir de la sala se dirige hacia la armería - Veamos qué tenemos por aquí... Munición... más munición... oh! magnifico, me viene como "mierda a un orco"* esta munición Stalker...

Cuando Skold observa el bolter pesado exclama - Válgame el Trono!! ¡Por Santa Celestine madre de los pecadores y de sus lascivas madres, que el Caos me lleve! Qué Leman Russ me proteja, pues con este arma voy a hacer tragar plomo a cada jodido xeno y hereje desde aquí hasta el Ojo del terror - sostiene en horizontal sobre su cabeza el arma mientras se arrodilla y pronuncia una plegaria a modo de bautismo...

"Velsignet være dette våben smedet i tarme af Fenris og nåde Leman Russ præcise direkte dine billeder.

Til ære for kejseren"

El soldado duda un momento, nervioso:

- Mi...s-señor, venimos de la base de la Fuerza de Defensa Planetaria ubicada en este mismo distrito -toma aire con dificultad, intentando recuperar el aliento-. Estábamos rodeados de rebeldes y solo era cuestión de tiempo que nos derrotasen por aislamiento. Las comunicaciones están todas cortadas por algún motivo, así que... hic-hicimos una contraofensiva falsa a modo de distracción que permitiese salir a un grupo de hombres lo suficientemente grande como para valerse por si mismo fuera, en la incertidumbre, en busca de ayuda. Queríamos comprob-bar -coge aire otra vez, y para su discurso un segundo- como era la situación fuera, hasta qué punto había triunfado la reb-reb-rebelión. Pero todo salió mal... Allí fuera nos esperaban algo más que reb-beldes sabe. Había... Había... -sus pupilas disminuyen de tamaño, y su cara se desencaja en una mueca de terror- criat-turas... horribles. Bestiales. Descuartizaron a muchos de los míos en un instante. No nos lo esperábamos. Surgieron de la nada, los destriparon como si tal cosa y desaparecieron de nuevo. Apenas los vimos. Tenían muchos brazos, y...y garras... y esa lengua chasqueante. A uno de mis hombres le arrancaron la cara de un mordisco, señor. Y nos seguían. Lo sabíamos de algún modo, aunque no los veíamos. Estaban allí, detrás. Esperando el instante apropiado para caer sobre nosotros. Algunos se quedaron atrás... Que el Emperador se apiade de sus almas...

- Yo cogeré eso -dijo Elyas después de terminar de equiparse, y cogió parte del equipo de Sepheran. Mientras le quedase el puño de combate libre, podía seguir golpeando sin problemas.

Vamos allá!! De vuelta a la superficie - dice Skold mientras termina de colocar su recién adquirida máquina de devastación - Yo llevaré el resto de las municiones del sangriento Astarte. Me basto con una mano para manejar el bólter.

Lo hará soldado reconfortó del mejor modo que sabía el astartes al oficial. El Emperador protege, y el Emperador les ha guiado hacia nosotros en su infinita sabiduría.

Esas bestias corrompidas por el caos deben estar rondando cerca, pero si se atreven a venir encontrarán la misma suerte que los rebeldes aseguró palmeando el bolter pesado que acarreaba, como si fuera un simple arma de mano. Ahora, reúnase con sus hombres, y dígales esto. Puede que sus hermanos de armas hayan caído. Pero esos perros van a pagar diez vidas por cada soldado leal que cayó en el cumplimiento de su deber. Tan sólo necesitamos que se asomen por aquí...

Por el Trono, esta zona apesta al hedor del caos se dijo el propio Sepheran una vez que el soldado se puso en movimiento.  Espero que los muchachos no tarden demasiado, porque tengo ganas de acercarme a esa base de las FDP...

Viendo bien las cosas que refleja la pantalla, creo que es el momento preciso de salir. El sistema está activado y debería proteger a nuestros defensores de cualquier ataque. Tomo las municiones, las granadas de fragmentación y de perforantes. Guardo todas las municiones, incluyendo el único cargador de Hellfire que había.

Listo ya para volver a la superficie, rearmados y con este lugar tomado por nosotros, encamino el viaje de salida hacia la superficie. No digo nada, pues todo está dicho. Debemos irnos, subir de inmediato para rechazar cualquier ataque y luego continuar hacía nuestro siguiente objetivo.

Con un chasquido hidráulico los sistemas autónomos de armamento del almacen volvieron a la vida repentinamente, como un ahogado cuando vuelve a respirar, insuflados de nuevo por el Espíritu Máquina. Un instante más tarde, los focos exteriores volvieron a la vida y los alrededores fueron coloreados por un juego de sombras danzarinas que aparecían de los montones de escombros cuando estos eran iluminados para desaparecer en cuanto los haces de luz pasaban de largo.

Durante un largo momento, contuvisteis la respiración, pues las armas apuntaron directamente a los recien llegados... Un cañón automático giratorio encaró durante dos eternos segundos al teniente Haiden a una distancia de menos de un metro como un profesor que evaluara a un alumno especialmente ruidoso. De haber disparado, el desdichado hubiera sido reducido a pulpa sanguinolenta en lo que dura un suspiro por un centenar de balas de alto calibre... pero el cañón paso de largo y los vitores de los regimientos ocuparon el espacio que dejó ese silencio expectante.

Unos minutos más tarde, Skold, Lucian y Elyas aparecieron por la puerta del complejo armados hasta las trancas. El Lobo Espacial lucía un nuevo y flamante bolter pesado. La boca del cañón representaba las fauces de un lobo.

Era destacable también la servoarmadura de Lucian, que lucía* un profundo corte irregular.

Avanzáis rápidamente nivel tras nivel hacia la superficie, aunque atentos a cualquier eventualidad, especialmente a un potencial ataque tiránido...  pero el ataque no llega por algún motivo. Es extraño... donde hay un Genestealer, siempre hay más: es algo que cualquier Guardian de la Muerte sabe.

El camino se hace mucho más rápido ahora que tenéis un plano del complejo y casi antes de daros cuenta estáis de nuevo en el exterior. Los sistemas de combate autónomos así como los focos y detectores se han activado para gozo y jolgorio de los regimientos de la FDP, que parecen más tranquilos. Además, hay un nuevo regimiento de recién llegados que exhiben caras de agotamiento y miedo. Su lider, al parecer un teniente, está hablando con Sepheran.

Me alegro de veros, hermanos saludó Sepheran, dándose cuenta de que así era en realidad. Esto ha estado tranquilo por aquí, he desplegado a las fuerzas con que contamos alrededor del complejo, y hemos sumado nuevas unidades con la llegada de los hombres del teniente Hayden. explicó el astartes.

Pero no durará. dijo con pesadumbre Algo está rondando por aquellos edificios de allá, evaluándonos. Y el teniente dice que el cuartel de las FDP de este distrito estaba rodeado por rebeldes. Pocos de sus hombres lograron llegar aqui en busca de ayuda. Y... continuó bajando la voz por su descripción me temo que nos enfrentamos a algo más que humanos. Apesta al caos y a sus criaturas.

Mientras hablaba, el Angel Sangriento tomaba los suministros de las manos de sus camaradas, satisfecho por tener de nuevo armas en su poder.

¿Y vosotros, habeis tenido algún problema?

- Había un genestealer en el interior del edificio. Cosa extraña, porque los genestealers no suelen ir solos

No descartaría que el complejo estuviese contaminado, pues es inmenso y no lo exploramos en su totalidad. Quizá alguien de la FDP con mayores conocimientos del cuadro de mandos podría proporcionarnos más información acerca de los sistemas de seguridad internos del complejo. No obstante, conseguimos dar con un almacén de municiones donde hay todo tipo de armas para los miembros de la guardia imperial.

Subo a la superficie junto a mis hermanos, quienes llevan el equipamiento para el Hermano Sepheran que está en la superficie. Una vez que llegamos, vemos que la situación está controlada y que el tercer grupo son en realidad refuerzos para esta posición. Escucho las palabras de nuestro hermano y me alegro junto con él de volver a verlo sano y salvo:

- "Como nuestros hermanos dicen, dentro solo había un enemigo. Recorrimos ampliamente el complejo, la mayoría sin intención, pero no encontramos más resistencia. Es posible que aun haya más enemigos en su interior. Tenemos munición para nosotros y mucho equipamiento para los miembros de la FDP."

Luego de eso, llamo a los Sargentos y les indico las órdenes a seguir:

- "Sargento Red, usted y sus hombres entrarán al complejo y se atrincherarán en la sala de control, pues parecía el lugar más seguro dentro de la zona. Desde allí controlarán el sistema de defensa para que este lugar no vuelva a ser tomado. Está lleno de munición y equipamiento para todos los hombres de la FDP. Hay grandes posibilidades de que en el interior haya un enemigo tremendamente poderoso para sus hombres, por lo que deben evitar pelear contra él y que alguno de sus expertos active la seguridad interna del complejo para eliminarlo. Si eso no es posible, deben exterminarlo. De una u otra manera, no podemos permitir que esa blasfemia xeno permanezca con vida. Luego se comunicará con el Capitán Ascote para informarle de la situación y que él disponga de este recinto como estime conveniente. Este lugar será defendido por la FDP y asegurará que tengan un sitio donde atrincherarse y defenderse con la munición y defensas suficientes para conseguirlo. ¿Ha quedado claro?"

- "Sargento Black, usted y sus hombres nos guiarán a la Casa de los Ecos."

Después me giro hacía el Teniente Hayden y escucho su reporte, valorando así sus palabras y la utilidad de sus hombres, mientras intento sanar las heridas que el Genestealer me dejó en el combate con el Narthecium recién encontrado.

El Sargento Red se dirige de inmediato con sus hombres a cumplir la misión encomendada:

- ¡Vamos muchachos, ya habéis oído! Ocupad vuestras posiciones, protocolo de entrada 3/X: Sendero Purpúreo. Prioridad, asegurar los objetivos y mantenerlos.

Y sin más, el regimiento entra en el complejo de almacenes.

El Teniente parece haber recuperado el resuello y la mayor parte de la confianza. Verse rodeado de 4 todopoderosos Astartes parece tener mucho que ver:

- Señor, soy el Teniente Hayden, señor. Como dije a su compañero, utilizamos una maniobra de distracción para sacar hombres al exterior y evaluar la situación. Era arriesgado, pero allí, en el Cuartel General de la FDP, estábamos condenados, hubiéramos ido muriendo poco a poco y las fuerzas rebeldes eran muy superiores. Pero no solo había rebeldes, señor, la maniobra no salió como esperábamos y hemos tenido muchas bajas... pero los hemos encontrado a cambio. El Emperador protege.

El Sargento Black se acerca al ser requerido por Lucian:

- Por supuesto, señor, como usted ordene. La Casa de los Ecos se encuentra en el Distrito Magistria, al igual que el palacio del Lord Gobernador Thorstolt. Pero... ¿por qué quieren ir all.............? ¡Ah! -exclama-, comprendo. Es mi deber advertirles de que Thorstolt ordenó sellar las puertas de acceso y quemar los puentes. Entrar en el distrito no será sencillo, a no ser que tengan forma de volar las puertas o de imponer su autoridad. Hablando de eso, señor, me sentiría más cómodo si me relevase de mi deber para con este planeta y pasase a estar solo bajo órdenes Astartes. No puedo explicarle mis motivos ahora, pero tal vez podría hacerlo tan pronto como lo haga. Me sentiría más cómodo, señor.

El Teniente Haiden no parece hacer mucho caso a las palabras del Sargento, aunque estrictamente éste estaría a sus órdenes.

- La Casa de los Ecos es la torre más alta del Distrito... pero allí habremos de enfrentarnos a la Guardia Sinsombra,. Son autómatas, cabezas lavadas... les han purgado la mente y ahora no piensan ni cuestionan las órdenes de sus superiores. Les han ordenado que defiendan a toda costa y con sus vidas a los psíquicos imperiales y así lo harán... estrictamente. Son oponentes formidables puesto que nunca retroceden -la cara del hombre expresa pesar y preocupación reflexiva-, aunque a buen seguro que no son rivales para los Ángeles del Emperador.

Me detengo un momento, con una expresión completamente inescrutable bajo mi yelmo. Sopeso las opiniones de ambos humanos y comienzo a emitir mis juicios:

- Está bien, Sargento. Por el poder que el Emperador me concede, le relevo de sus obligaciones con la FDP y le pongo bajo directas órdenes de esta célula de la Deathwatch. Ante nadie más que nosotros cuatro deberá rendir cuentas y ninguna orden más que la nuestra deberá obedecer usted y sus hombres. Ahora prepare a todos sus hombres para partir. Si el camino es difícil como usted indica, deberán estar preparados."

Luego me giro hacía el Teniente Hayden. No me gusta, me parece un simple cobarde que desertó de las órdenes del Capitán Ascote o incluso algo peor, por lo que no me fío de sus palabras y comienzo con mis interrogantes:

- "¿Y cual fue el motivo por el que abandonó la base que debía proteger? ¿Desobedeció acaso las órdenes del Capitán Ascote?"

La verdad es que me parece sumamente irregular que tomase a un grupo de soldados y abandonasen el puesto bajo las órdenes de Syndalla, quien guardaría el templo como base de las FDP hasta nuestro regreso. Eso vuelve al Teniente un desertor o algo peor.

El Teniente parece sorprendido ante las duras palabras y el agresivo tono del Marine Espacial:

- Mi señor -dice-, no soy ningún cobarde, aunque quizá no sea tampoco el más valeroso de los hombres. Abandonamos la base porque era la única salida. Estábamos incomunicados, todo era un caos, no nos era posible comunicarnos con el exterior. Si nos hubiéramos quedado allí dentro, Lordsholm podría caer y nosotros no enterarnos en una semana aun en el caso de haber sobrevivido. No desobedecimos ninguna orden porque no recibimos ninguna -hace una pausa y toma aliento.

El hombre parece algo ofendido, y sus palabras van tomando algo de confianza a medida que habla:

Allí dentro nos hubieramos vuelto locos. Había una disensión tremenda y nadie se ponía de acuerdo sobre qué debíamos hacer. Tomamos una decisión. ¿La mejor? Puede que no, pero era mejor que morir como ratas en un incendio.