Partida Rol por web

Es un altar hacia Lamatsu -habló con un tono calmado, aunque se le notaba cierto malestar-, es la Madre de todas las criaturas deformes que se arrastran tanto en la superficie de la tierra como por debajo de esta, es una poderosa Diosa-Demonio Mayor que gobierna uno de los lugares del Abismo. No me gusta su altar, pero es bien sabido que incurrir a la ira de una diosa así por tocar sus cosas sólo puede traer desgracias profundas y horribles.

Explicó. Y no interactuó más con el altar. Se puso cerca del grupo, en retaguardia, listo para avanzar.

Tras examinar el siniestro altar  vais a las puertas dobles que hay en la zona sureste, las puertas se abren sin ningun problema dando a una enorme habitación que no parece otra cosa que una inmensa catedral subterránea, a ambos lados hay  una puerta de piedra  pero a partir de ellas las paredes estan recubiertas de extrañas runas puntiagudas.

En el centro de la sala  hay un gran estanque, con un anillo de cráneos humanos pulidos fijados sobre puas de piedras y colocados en círculo alrededor de la sección más profunda de este; al fono de esta hay un par de escaleras  de piedras que conduncen a un púlpito  en el que hay un estanque de forma triangular y lleno de agua burbujeante y agitada, casi recuerda a la lava pero de color traslucido anaranjado, pese a que el extraño líquido de color naranja brota baho y calor todos sentiís como el frio atenaza vuestros cuerpos como una garra apromientoos.

Al entrar en la sala la puerta se ha cerrado silenciosamente a vuestra espalda ( aunque lo veis y podeis pararla sí así lo deseais).

---¡¿QUIEN OSA IRRUMPIR EN EL SANTUARIO DE LA MADRE?!- escuchais chillar de pronto desde las alturas aunque al levantar la mirada no veis a nadie.

Toparse con un puñado de goblins a los que pudiesen degollar esa una cosa, pero una voz ominosa después de un santuario a Lamatsu... definitivamente era algo muy diferente. 

Instintivamente, los ojos de la pícara viajaron hacia Idari y Auge alternativamente. Esperaba que alguno de ellos se atreviese a hablar, porque lo que era ella... acababa de encontrar su garganta terriblemente seca de golpe.

La mención a una Diosa madre de monstruos no ayudó a tranquilizar los ánimos de Idari, e intento no acercarse demasiado al altar cuando pasó por su lado. Pero mucho peor fue el espectáculo al entrar en aquella amplia sala, al contemplar los cráneos pulidos situados como una macabra decoración.

Estaba a punto de susurrar que quizá no habia sido buena idea bajar hasta allí, cuando la voz resonó en la estancia, aunque sin revelar la presencia de nadie. Por un segundo espero a que alguno de sus compañeros respondiera, pero el silencio se alargaba de manera inquietante, por lo que reunió valor y tras aclararse la garganta intentó decir algo que les ayudara a salir de allí con vida.

- Saludos. Ante todo quisiéramos pedir perdón si hemos incurrido en alguna falta de respeto a vos o a su culto, no era nuestra intención en absoluto. Somos habitantes de la superficie y tras encontrar un acceso a este complejo de forma accidental, lo estamos explorando para tranquilizar a los habitantes del pueblo. Mi nombre es Idari Ravenfly ¿puedo saber con quien tengo el placer de hablar? No consigo veros y debo confesar que es una sensación de lo mas extraña.

La hechicera dedico una mirada incierta, con la que intentaba prevenirles para lo que fuese que tuviera que suceder.

Aquella voz parecía más más una treta para impresionar que una divinidad, pero en realidad parecía conseguir su objetivo según la reacción que podía observar en sus compañeras. Él oráculo sintió el frío al igual que los demás y en la mirada de Idari le pareció ver una señal de alarma o alerta, así que se preparó para, en cuanto viese algo peligroso, conjurar la buena protección contra el mal sobre la que estaba hablando en nombre de todos y más que posible objetivo.

En cualquier caso la voz y lo ominoso de la situación hacía pensar que estaban acercándose.

--- Ya sé quienes sois- chilla la voz- sois los que viven en esa asquerosa ciudad de la superficie, yo soy Eryluim reina de este lugar  y he de daros las gracias, todas las muertes de goblins y de aldeanos han alimentado a la Madre y pronto todas las almas de Punta de Arena  seran ofrecidas a la Madre cuando su elegida  libere a la gran bestia escondida en Cima de Cardo y lance su legión de goblins- grita mientras estalla en unas carcajadas lunáticas que reverberan por la catedral siendo imposible discernir su origen.

Avanzábamos muy atentos de todo movimiento que pudiera convertirse en una amenaza. Entramos en la sala y un escalofrío recorrió mi cuerpo, dejándome inmóvil un instante. Miré de lado a lado esperando encontrar otra de aquellas criaturas o incluso un nido, pero entonces aquella voz llamó la atención de todos los que estábamos en aquel lugar.

Idari tomó la palabra para intentar comprender quien era, e incluso tratando de rebajar una tensión que se palpaba en el ambiente. Aunque la respuesta de la voz no me sorprendió lo más mínimo. El tono era de esperar, aunque no el mensaje.

La voz retumbaba de tal manera que era imposible descubrir de dónde procedía. Por más que miraba no encontraba nada que me ayudara. Empecé a olfatear, tratando de localizar algún rastro de vida que diera alguna respuesta. Existía la posibilidad de que algo más a parte de la voz estuviera acechando.

Mientras Idari la distraía, quiso probar suerte. ¿Sería posible llegar por la espalda hasta esa voz, si es que era alguien físico? y más valía que lo fuese, porque como no lo fuese.... malo. Bueno, siendo francos, ya era malo. entonces sería PEOR.

Auge miraba hacia un lado y otro, tratando de localizar a "la Reina" del lugar. Incluso miró a Idari esperando que ésta hablase y chasqueó la lengua. La voz les daba información y... probablemente era un ultimátum. O una distracción.

La bestia en cima de Cardo ¿no?

Masculló hacia la voz. Entonces se le ocurrió. Habló en Aklo.

Chzte g'r'luh c'uftoin!*

La garganta raspaba, pero esperaba que fuese eficaz.

La respuesta de aquella entidad no daba pie a muchas negociaciones o a una conversación civilizada precisamente, por lo que Idari quedo en silencio por unos segundos. No tenia muy claro que responder a una amenaza de ese calibre, pero no tuvo que hacerlo porque Auge tomo la iniciativa y habló en un idioma que le era totalmente desconocido, aunque la sonoridad no era precisamente agradable.

Le lanzó una rápida mirada a su compañero intentando averiguar por su actitud que diablos le habia dicho, aunque no saco nada en claro. Fuera lo que fuese, aferró con fuerza la ballesta, preparada para cualquier cosa mientras miraba en todas direcciones sin perder de vista ese agua burbujeante, por si tuviera que esquivar alguna salpicadura. Sus recursos mágicos empezaban a escasear y no quería gastarlos de manera precipitada.

El olfato de Anira detecta facilmente un sin fin de rastros de la misma criatura y con algo de esfuerzo detecta que el origen proviene de las alturas sin embargo antes de que pueda decir algo Auge exclama en un idioma extraño.

Es entonces que tanto Auge como Dunia pueden ver un destello  que viene de las alturas y que algo  se mueve a una velocidad inhumana hacia Auge.

---¡¡¡Cuidado!!!-grita  la Adalid que empuja a Auge apartandolo de la trayectoria  de aquella cosa que se clava en la garganta de la Adalid que abre los ojos sorprendida mientras un chorro de sangre salpica  a su alrededor antes de desplomarse en el suelo.

---Tsk, bueno, una menos- dice la voz y podeis ver como una criatura se materializa al lado del pozo , se parece a una gárgola en miniatura- Acabaré con todos vosotros, sereis los primeros sacrificios de la Madre- grita mientras con un gesto el objeto sale de la garganta de Kendra ( que es una daga pequeña) y retorna a su mano- Gran señora de los monstruos, prestame tú poder- grita mientras hace un corte en la mano  dejando que las gotas caigan en el pequeño pozo que brilla y de él surge un engendro pecaminoso.

Aprovechando el escenario, Dunia se lanza hacia delante corriendo agachada mientras cargaba su ballesta. El desnivel entre la posición de la escalera con respecto a la posición de la gárgola más arriba podía darle un poco de cobertura frente a otro lanzamiento de esas dagas tan efectivas que habían segado la vida de Kendra.

Estaba un poco lejos, pero con un poco de suerte unos segundos más tarde le daría para esconderse bajo la plataforma. Por ahora, se tendría que conformar con...

Pese a que el disparo de ballesta de Dunia parece que va  a impactar, el pequeño tamaño y el vuelo de Erylium juegan a su favor haciendo que este falle impactando contra la pared, la pequeña criatura se  mueve alejandose de los impactos físicos quedandose en las alturas y con un dedo señala a Anira que grita una palabra en otro idioma.

Anira puede sentir  como sus parpados pesan pero con una sacudida rápida esta sensación desaparece.

El combate había empezado y uno de los enemigos parecía realmente evasivo, así que Auge cerró los ojos y comenzó a murmurar unas palabras guturales, en ese idioma que ya le habían escuchado otras veces, sólo que el tono dejaba claro en esta ocasión que era una amenaza, una sentencia.

Abrió los ojos entonces y corrió hasta estar debajo del bicho rápido, le señaló. Y entonces el maleficio del ojo de buey se comenzó a cernir sobre su evasivo enemigo.

Al fin pudimos localizar a la criatura que nos hablaba. Aunque la conversación había durado poco, no cabía ninguna duda de que sus intenciones eran hostiles hacia nosotros, por lo que no teníamos muchas más opciones a parte de luchar.

Me quedé mirando a la criatura mientras me colocaba entre ella y el grupo. Esperé su reacción y su primer ataque, aunque en lugar de atacar se hizo un corte en la mano. Por sus palabras, cualquiera podía pensar que estaba un poco tocada de la cabeza, pero al poco, apareció un ser como a los que nos habíamos enfrentado poco antes.

Sin pensármelo dos veces, y viendo que la gárgola alzaba el vuelo, negándome cualquier oportunidad de alcanzarla, me lancé contra el ser que acababa de ser invocado.

Anira avanza hasta el engendro dispuesta  a asentar sus golpes  pero cuando ha recorrido la mitad del camino  este se  lanza sobre ella, afortunadamente no la derriba pero no satisfecho  con eso, intenta desgarrarla con su mortiferas garras aunque la suerte sonrie a Anira y estas no llegan a darle por muy poco.

Mientras tanto Auge corre hasta colocarse lo más cerca posible de la criatura voladora y lanza su maleficio, al instante siente como este se enfrenta a la ferrea voluntad de Erylium atenuando considerablemente sus efectos.