Partida Rol por web

Idari torció el gesto al ver al goblin caer y con ciertas dudas se dirigió a Kendra.

- ¿Que es exactamente lo que quieres preguntarle a esta criatura? El padre esta aquí, y desgraciadamente esta muerto. Seguramente se escondió en el armario cuando acabó el ataque para martirizar a ese pobre crío. Te adelanto que los goblins no son especialmente inteligentes ni fiables.

Fuera como fuese, se encogió de hombros y tomando una manta cubrió con ella el cuerpo de aquel hombre que había muerto defendiendo a su hijo.

Kendra negó con la cabeza a Idari.

"Los goblins son criaturas débiles. Rara vez trabajan solos, y donde hay uno, hay más. Este podría llevarnos directos hacia su tribu. Si estaba aquí era por algún motivo, me temo."

Mientras la hechicera cubría el cuerpo del padre con delicadeza, la adalid tomó una burda cuerda de cáñamo y empezó a atar al derrotado goblin.

El goblin opone resistencia hasta tal punto que debeis  taparle la boca ya que durante vuestros intentos habia tratado de arrancaros los dedos, despues de eso se os plantea otra cuestión, no podiais meter el goblin en la posada, Ameiko nunca lo permitiria así que tras una pequeño debate creeis que lo más conveniente es llevarlo a la carcel, Cicuta y sus guardias podrian encargarse de él.

Tras asegurarse de que está bien atado viajais hasta la carcel donde encontrais a Cicuta con un montón de papeleo al  veros levanta la ceja al veros entrar con el prisionero.

---¿Que es esto?-dice dejando el papeleo y levantandose- ¿donde habeis encontrado semejante despojo incluso para su raza?

Haber asesinado hombre, juzgar y hacer cosas de humanos, Grundar tener hambre, dijo mientras arrojaba al goblin de mala manera a los pies de los hombres del alguacil

Kendra asiente ante las palabras de Grundar. Había sido complicado atrapar al goblin y más aún llevarlo de vuelta hasta allí, por suerte su armadura la había protegido de los futiles intentos de la miserable criatura. Kendra estaba cansada del viaje, y el combate, y deseaba finalmente poder descansar en la taberna, pero el deber era lo primero. Así la habían enseñado y así lo haría.

"Como dice mi compañero, los goblins asesinaron a un hombre. Creemos que puede tener alguna pista al respecto de la ubicación de otros goblins. Quizás sea posible sacar algo de información de él. En todo caso, vivo servirá de más que muerto, y pensamos que usted podría ocuparse mejor de él en la cárcel. Vaya con cuidado de que no intente escapar."

Idari se mantenía en un segundo plano y por su expresión no parecía muy convencida de que se pudiera sacar nada útil de ese miserable ser. Pero aun así acompañaba a Kendra y Grundar, ofreciendo su apoyo y ratificando la versión de lo ocurrido.

- Al parecer se escondió en una casa tras el ataque y acabo con el perro de la familia, antes de acabar con el padre que se enfrento a él mientras su familia escapaba.

La hechicera también estaba deseando tomarse un respiro y quitarse de la cabeza la imagen de ese pobre hombre destrozado.

El aguacil no parece hacerle gracia tener a un goblin loco a su cargo pero finalmente  parece ceder a  finalmente ante su deber y con  cuidado agarra del pescuezo del goblin para evitar que le muerda y lo lleva a una jaula más pequeña que las otras y lo lanza dentro cerrándola con llave.

---Listo, interrogaré al monstruo esta noche sí se ha tranquilizado, iros y que os miren esas heridas- dice señalando los mordiscos de Grundar- a saber donde habrá mentido ese asqueroso bicho  la boca y que infecciones portará, marcharos a descansar y venid mañana por la tarde seguramente tendré algo.

Así que tras despediros os marcháis de nuevo de vuelta a la posada para disfrutar de algo de tranquilidad….lo que no sabíais es que allí no ibais encontrar la tranquilidad…

Al entrar en la posada encontráis  que hay un silencio inquieto entre todos los presentes que miran una curiosa escena, en la barra hay dos personas que están gritando en un idioma desconocido, una de ellas la reconocéis como Ameiko  mientras que el otro es un hombre de mediana edad y de aspecto aristócrata  de rasgos asiáticos, el hombre le grita algo a Ameiko  pero esta le responde en el mismo idioma mientras le amenaza con un cucharón de madera lleno de lo que parece ser la comida, finalmente el hombre responde algo que parece una amenaza pero Ameiko solo se rie ante la furiosa mirada del hombre  que  parece que se va a alnzar sobre la muchacha mientras le amenaza con el cucharón.

Kendra asiente severamente al alguacil, agradecida por su presteza a cumplir con el deber. Un hombre recto allí donde cabía, y les había ayudado significativamente desde que Kendra había llegado, cosa que era loable. Se hacía tarde así que no tardaron en dirigirse hacia la taberna. La adalid estaba deseando quitarse de una vez la armadura y poder descansar cuando asistieron a lo que sólo podía ser descrito como una discusión entre la propietaria de la taberna, a quien había conocido únicamente por momentos un par de horas atrás, y un desconocido.

"Haya paz... ¡No es necesario llegar a las manos!" — dijo la adalid, alzando los brazos de manera conciliadora mientras intentaba calmar los agitados ánimos que se cocían en esa sala — "¿Qué está pasando?"

Grundar se va a la barra del bar, Jarra de Cerveza, Camarero. A Grundar divertir pelea escuchimizados. Con una sonrisa en la boca, se giro para no perderse el espectaculo.

Grundar no parecer pelea de verdad, pero Grundar sorprender alguna vez. Escuchimizados poder pelear bien, jojojo. Acabo su reflexion en voz alta con una risotada

Idari entró en la posada con cierta sorpresa al detectar las voces airadas, que si bien no comprendía, claramente formaban parte de una discusión. Antes de que pudiera hacer nada al respecto Kendra intervino procurando poner paz, por lo que prefirió quedar en un segundo plano, atenta a como se desarrollaban los acontecimientos.

Era evidente que Ameiko no se tomaba muy enserio al tipo que la increpaba, pero no por ello iba a quitarle el ojo de encima, por si era necesario actuar.

Las palabras de Kendra caen en saco roto pues ambos parecen concentrados en la pelea, ignorando todo aquello Grundar y se sienta en la barra donde pide a la camarera, una mediana, una cerveza pero esta tambien la ignora, es más, parece temerosa ante la pelea que está teniendo su Jefa y el desconocido.

La discusión aumenta de volumen y parece que el desconocido le suelta una especie de ultimatum a lo cual Ameiko le responde  algo que parece enfurecer al hombre que se lanza sobre ella tratando de agarrarla del pelo pero Ameiko lo esquiva con facilidad y le golpea con el cucharón en toda la frente.

Los restos de sopa y patatas que quedaban en este salpican  al desconocido y a Grundar  (que era el único lo suficientemente grande y cercano para que le llegue algo); el desconocido se tambalea a punto de caerse al suelo pero finalmente se recompone ( aunque es un poco dificil teniendo todo el pelo y ropa llenos de patata y sopa) y sale de la posada aunque se para un momento en el marco para decir algo en común.

---Para mí estas tan muerta como tu madre- dice con rencor y sale de la posada.

El comentario parece hacer mella en Ameiko puesto que podeis apreciar como  los ojos se empañan un poco  pero lo disimula agachandose a por el cucharón que ha caido al suelo,  le quita alguna pelusillas y luego suspira.

---Necesitaré un cucharón limpio- dice dejando este sobre la barra con cierto fastidio- ya que no habia estofado de idiota en le menú...

Esto hace que los presenten suelten una risa y la vitoreen por  su "batalla", esos comentarios parecen animar a Ameiko  y  se dispone a darle la cerveza aGrundar.

---En fin...siento  que hayais visto esto- dice mientras deja la cerveza al lado  de Grundar- Supongo que querreis descansar, tanta actividad deberá dejaros agotados aunque no estareis solos me he puesto en contacto con unos amigos que cuando vengan os echaran una mano

Grundar feliz de haber alcanzado un cierto grado de notoriedad en el pueblo aprovecho para asentarse en la taberna de Ameiko y dedicarse a lo que mas le gustaba despues de aplastar los craneos de sus enemigos, que es beber hasta altas horas de la mañana y fanfarronear hasta más tarde.

En los casos en los que la gente pedia ayuda al giganton para realizar tareas mundanas, tal como mover algunas vigas en la recostruccion de algun edificio o aplastar cualquier ser viviente problematico con su baston eran aceptadas por Grundar siempre que finalizasen con unas rondas de cervezas a cargo del suplicante.

Esta nueva rutina le encantaba al semiorco, pero estaban surgiendo ganas de aplastar craneos y ESO era lo unico que le podria sacar de la taberna en la que tan comodo se desenvolvia

Idari solo había entendido la frase final de ese tipo, pero en general había sido una escena bastante desagradable, y en cierto modo le trajo algún que otro recuerdo, así que intento olvidarse de todo ese asunto.

Los días siguientes, muy consciente de no haber estado a la altura en muchas ocasiones, aprovecho el tiempo libre para salir del pueblo y a una distancia prudencial practicar con sus hechizos. Contra los goblins había fallado muchos lanzamientos y no pensaba volver a repetir algo tan lamentable.