Partida Rol por web

  Luego de caminar un trecho, llegas al poblado. Torrenueva se ve como todos los otros pueblos en los que ya has estado: tranquilo, apacible. 

 Los residentes van de un lado a otro conversando sobre sus labores; otros chusmean sobre el último ataque del ettin. ¿Qué será de nosotros mañana?- Dice uno, temiendo por su vida.

 En lo que estás caminando se te acerca un Enano. Él te habla con tono bastante amigable, por lo que deduces que ya es parte del pueblo.

 ¡Eh, tú! No eres de por aquí, ¿cierto? La voz suena amigable. Se limpia las manos en el manchado delantal que lleva y sigue hablando. ¿Eres un viajero? Estos lugares no son buenos para andar por los caminos solos. Ven, te invito una cerveza. Dicho esto, camina hacia edificio que se encuentra frente a una pequeña plaza.

    Rechazar la invitación de un enano es de mala suerte- pensó tranquilamente Alton. Él conocía la raza  sabía de su humor, por lo que no le venía mal la cerveza para sacarse el mal trago y, de paso, para recabar un poco más de información respecto a lo que sucedía. Sin embargo, su mente se encontraba algo neblinada por la situación del pueblo y su gente, de verdad quería hacer algo por ellos pero era demasiado pequeño como para hacer la diferencia -Ehhh...Gracias...- alcanza a responder en un tono no muy convincente.

  Al salir de la taberna el sol te pega en los ojos. A pesar de ese extraño incidente en las afueras, el día sigue igual de apacible.

 Por los alrededores corren unos cuantos niños, juegueteando con espadas de madera. Por detrás, sus abuelos los acompañan a jugar en la plaza.

 Hombres y mujeres caminan de un lado a otro cumpliendo sus labores diarias y hablando animadamente. Gran parte de los pobladores lleva vendas o algún elemento que les ayude a caminar. Parecen heridas de guerra, o de algún combate.

   Alton camina con cierta incertidumbre por ese lugar tan tranquilo, casi sin creer que sea atacado con frecuencia por tal criatura. Decide investigar más sobre este pueblo y esa criatura y decide que sería conveniente encontrar un lugar donde alguien con conocimiento habitara.

    Alton nota que no hay demasiado por ver en el pueblo, y supone que el templo sería un lugar interesante para explorar y para "trabajar". Tal vez pueda conseguir algo allí...

  Luego de caminar un trecho, llegas al poblado. Torrenueva se ve como todos los otros pueblos en los que ya has estado: tranquilo, apacible. 

 Los residentes van de un lado a otro conversando sobre sus labores; otros chusmean sobre el último ataque del ettin. ¿Qué será de nosotros mañana?- Dice uno, temiendo por su vida.

 Frente a una pequeña plaza, un edificio de puertas abiertas retumba con la animada charlatanería propia de una taberna.

 No muy lejos pueden ver una torre a medio terminar su construcción.

 Hacia el Éste, el altar del pueblo. Por los detalles parece estar dirigido a algún dios benigno.

Sin mayores resultados, miro a los alrededores para encontrar al pequeño Alton

Vaya con nuestro amiguete. Diganme camaradas, creen que podrìamos emboscarlo esta noche? Al ettin me refiero.    

Pensando en las ventajas con que debieramos contar, caigo en la cuenta que solo podrìamos nosotros cuatro apañarnoslas con tamaña bestia, si acaso logramos mermar sus capacidades plenas.

Su libertad de movimiento es central. Si acaso el herrero del poblado lograra facilitarnos miguelitos... o abrojos mejor dicho, evitaríamos que la criatura nos de alcance... Luego de ello, podríamos asediarlo a arco y ballesta, de ser posible, con flechas incendiarias. Sì, si acaso eso fuera posible de ejecutar... Lamento que debamos intentar aniquilarlo sin siquiera saber què motivo lo mueve, aparte del mero pillaje. Pero la maldad de dicha criatura no puede sino alejarla de entrar en razones... Habremos de darle con todo... Fuego, incluso acido...

  Mires hacia donde mires, no hay rastro de Alton. Ni sus huellas han quedado en el camino puesto que la población está muy activa a esas horas; yendo de un lado a otro, borraron con sus pisadas las que podría haber dejado su amigo.

No creo que una justa o duelo singular sea lo pertinente, desde luego... Las fuerzas de esa bestia no son cosa baladí. Habrá que planearlo bien, y en estas tesituras creo que Alton es el idóneo para sugerencia...

Tomo buena provisión de aire en los pulmones y examino la plaza con detenimiento, como atestigua mi fruncido ceño.

No se ve mucho mediano, por cuanto aún inmersos en los ecos de la reciente visita del abyecto ser, algún lugareño habrá a quien no haya pasado inadvertido nuestro pequeño amigo. Y si de mí se exigiera una apuesta personal, mi buena onza de oro arriesgaría a que sus piernecillas lo condujeron hacia la taberna.

  Yo creo que debe haber ido a algún lugar en donde poder comer bien y tener unas horas de descanso en un cómodo catre. - Opino, con seguridad en mis palabras. Seguramente fue a la casa de la anciana del camino. O talvez a esa capilla. He visto en muchas ocasiones que en los lugares de rezo se hospedan viajeros. 

Miro con duda a Andras... Desconozco si adrede hace una broma con sublime sutileza, o acaso sus sentidos acaban de fallar por completo...

Miro a La Crique para enterarme de si èl ha sabido captar si se trata de què,  y luego no puedo evitar largar una risilla

Jejeje Andras... Oh poderoso Andras, quiero creer que en broma supones a nuestro buen Altòn escogiendo una parroquia antes de una taberna o posada, verdad?

Me acomodo el carcaj, y mis pertenencias

Vamos a la Taberna, allì le encontramos seguro, como bien dijeras oh, eximio militante religioso.

Digo y encara con elegancia el camino hasta el interior de la taberna.

Parto con el mago hacia la taberna, seguro de mi teoría.