Partida Rol por web

Hanne desde el interior de su capucha lanzo unas miradas nerviosas a su alrededor al escuchar los sonidos de los cuernos, y mas cuando comenzasteis a mencionar los pieles verdes. Estaba claro que le inquietaban las noticias, incluso su caballo relincho como respuesta a los sonidos.

Obedeciendo las palabras de la Alhyon, esta colocó como pudo, su habilidad como jinete había mejorado algo, su montura tras la que compartían Voki y Stern

Alegre echó una breve mirada por encima del hombro a Aeryn y luego le habló a Phey.

—Marca este día, sacerdote. La jefa está de acuerdo conmigo.

Miró hacia el norte, mientras descendía una colina. Un manto blanco que se perdía hacia el horizonte.

—Los pieles verdes no están detrás de nosotros. Deben estar cazando. Si sospecharan que estamos aquí, no usarían sus cuernos.

Phey sonrió levemente, mientras seguía con Voki en su caballo. Su petición había sido denegada, pero, sin embargo, no era algo que le fuera a quitar el sueño. Dirigió una mirada hacia Aeryn y la sacerdotisa, sonriéndoles.

-¡Parece que alguien tiene, mas o menos, buen humor hoy!

Luego volvió, le palmeó la espalda a Voki y le comentó.

-Celebro que al fin os llevéis bien.

Luego volvió a la realidad..Intentó divisar algo por encima de Voki.

-¿Estás seguro de que estos caminos son seguros? Pese a que estén cazando, podemos acabar siendo la caza de uno de ellos. ¿No habría que tomar medidas de seguridad?

La seguridad antes que la rapidez... Había llegado hasta allí, no iba ahora a tirar toda aquella travesía por la borda.

La mirada que le echó a Voki hubiera derretido la nieve que pisaban. Sin decir una sola palabra se montó en Deah y esperó a que el resto emprendiera la marcha para poder seguir sus huellas.

- ¿Buen humor? Ja. -Miró a Phey pensando que él también se estaba burlando de ella, así que se colocó la capucha de la capa ocultando su rostro y, erguida en la yegua igual que una reina, clavó la vista en el frente dejando de prestar atención a los dos hombres.

El hecho de que el explorador comentara que los pieles verdes pudieran estar cazando la alivió ligeramente. Si aquello era verdad podrían tener una posibilidad de pasar inadvertidos. Pero si Voki se equivocaba, entonces... sería mejor estar preparados para la lucha.

Cabalgando mas juntos y con el temor a un encuentro con los pieles verdes, volvisteis a escuchar el cuerno un par de veces mas aquella mañana, y cada vez sonaba mas cerca.

—Claro que estos caminos son seguros… —respondió Alegre—. Es seguro que todos moriremos en cualquier momento. Que no nos esperen, no quiere decir que no vayamos a toparnos con ellos.

En ese momento sonó otro cuerno, bastante más cerca que el último. Alegre permaneció impasible, pero un escalofrío le recorrió la espalda. Esforzó la vista, deseando poder ver lo que esperaba, en el horizonte.

—Debemos movernos deprisa. Tenemos que cruzar el vado de un río, que ya no debe estar lejos. No creo que la partida de caza de los Pieles Verdes pase al otro lado. Estaremos salvo de ese grupo cuando lo crucemos.

Espoleó al caballo y aceleró el paso.

- Tal como está el camino cubierto de nieve no creo que sea una buena idea ir tan rápido, me parece un poco peligroso. Los caballos pueden tropezar y romperse una pata, además... -Aunque Aeryn sabía en el fondo que el explorador tenía razón, estaba preocupada por su yegua, pero Voki no le estaba prestando la más mínima atención ya que había espoleado al caballo dejándola con la palabra en la boca.

Los cuernos sonaban cada vez más cerca y un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo, con un resoplido de frustración también ella aceleró el paso dándole palmaditas de ánimo a Deah, lo último que le faltaba era quedarse retrasada y perderse.

Phey calló, obedeciendo las órdenes de Voki. Si podían evitar a los pieles verde, mejor para ellos. 

-¿En cuanto tiempo podremos cruzar, al trote, este lugar infesto?

Comentó a Voki. Suponía que si los dejaban atrás, pasaría el peligro. No conocía muy bien el lugar..

-No nos expongamos al peligro mas de lo necesario, Alegre. Mi misión no ha acabado... Y tus palabras no me inspiran demasiada confianza.

Lo miró de reojo, esperando que le confirmara que podrían salir de allí rapidamente y, seguramente, con vida.

Apremiados por la situación, hacéis una única y rápida parada para comer. Durante toda la cabalgata de la mañana, el sonido de los cuernos se repite cada vez con mas frecuencia. Al menos, las nubes han ido desapareciendo y un tímido sol comienza a brillar en el cielo, aunque no lo suficientemente fuerte como para derretir la nieve, sigue haciendo bastante frío.

No pasa ni una hora desde la comida, cuando el cuerno resuena peligrosamente cerca, tanto es así que llegáis a escuchar incluso unos ininteligibles gruñidos...

Hasta vosotros tambien llega el murmullo del río.

Ademas del murmullo del río, os llega también el olor a algo quemándose... no tardais en divisar un hilo de humo ascendiendo hacia el cielo, como el de una hoguera.

Alegre detuvo el caballo de golpe y fijó la vista en la columna de humo que se alzaba hacia el cielo. Demasiado cerca. En cualquier momento se les acabaría la suerte y los Pieles Verdes los verían. Tenían que alejarse de allí.

—Vamos a tener que dar un rodeo y encontrar otro vado. Estamos demasiado cerca del campamento de los Pieles Verdes.

Tiró de las riendas del caballo y lo hizo girar hacia la izquierda.

Ya casi habían conseguido llegar al río pero el humo que se divisaba y los gruñidos arrastrados por el viento daban a entender que no eran los únicos que se encontraban en las márgenes del río. Aquello pintaba muy mal y Aeryn no pudo evitar un escalofrío mezcla de frío, temor y excitación.

- Y eso ¿cuánto tiempo nos llevará? Porque no sé si sabrás que tiempo no es precisamente lo que más tenemos. -En su voz había una nota de impaciencia.- Igual sólo son dos o tres exploradores que se han detenido a descansar. Si es así podríamos acabar con ellos fácilmente.

-Cualquier intento de evitar un conflicto, es mejor que un conflicto. Lo siento, Aeryn, pero la seguridad y la paz debe de primar sobre la violencia desatada sin motivo.

Luego observó a la sacerdotisa, y le dijo

-Espero lo entienda, sacerdotisa. Tengo un objetivo...Y unos valores. 

Tras lo mismo comentó a Voki.

-Lo que sea por no encontrarnos con estas criaturas. Si podemos evitar un encuentro, mejor.

Hanneh asintió en silencio, como vosotros no parecía querer tampoco tener un encuentro con los pieles verdes.

Esta vez el sonido del cuerno vino acompañado de terribles gruñidos semi-animales, y entre ellos, un grito de guerra, que solo podía salir de la boca de un humano... en segundos, el grito de guerra dejo de escucharse enmudecido por los gruñidos cada vez mas numerosos y salvajes.

En otras circunstancias Alegre se hubiera tomado el tiempo para darle una de sus respuestas a aquella obtusa jovencita, pero toda su mente estaba concentrada en aquellos ominosos sonidos. La dirección y la distancia de la que provenían. Así que ignoró aquella alocada idea de atacar el campamento, cómo si no la hubiese escuchado.

El grito de guerra, le hizo mirar hacia atrás, mientras se alejaban del ruido de la refriega.

—Ese grito ha sido de un humano. Quizás hubiera humanos en ese campamento. No sé qué hacen aquí, pero si han hecho un fuego tan visible, en estas tierras, acaban de morir de estupidez.

Espoleó al caballo, que se puso al galope.

—¡Más rápido! —apremió a sus compañeros.

- Pero... si hay humanos ahí y están en peligro deberíamos ir en su ayuda. -Intentó hacerse oír al comprobar como el explorador se alejaba rápidamente. Espoleó también a la yegua para no perderles de vista y se dirigió a los dos sacerdotes.- ¿Acaso entre vuestros valores se incluye dejar morir a vuestros semejantes sin haber intentado algo?

Aeryn siguió insistiendo obstinadamente ante la idea de poder probar su pericia con la espada, sin pararse a pensar en que su terquedad y su soberbia podrían llevarles a una muerte segura.

El muchacho, algo alarmado ante la posibilidad de personas allí, humanos, llevó una mano al arma.

Entonces, comentó algo en voz alta, tras que todos hablaran y dieran sus opiniones al respecto.

-Soy un defensor de la paz y la luz: La muerte de los nuestros no está contemplada. Y sin embargo, parece que esas personas ya están condenadas a la muerte.

Miró a su alrededor, a la sacerdotisa. Luego a Voki, con un gesto de preocupación.

-¿Hay alguna opción de salvarlos?

Comentó, completamente serio. Esperó a que Alegre le respondiese... Y con toda su alma deseó que la respuesta fuese afirmativa.

...No...Daba igual, debía de intentarlo.

-Piensa rápido, Voki. Yo tengo que defenderlos, y cada segundo es crucial.

Hanne, se quedo plantada con su caballo mientras os veía acelerar el paso de vuestras monturas, mirandoos con cara de verdadera decepción, en especial a Stern.

- ¿Y vos presumes ser un Hijo de Ihvist? - A vuestra espalda, su voz en alto sonaba cargada de indignación - Alguien que delega su responsabilidad en defender a los débiles en la respuesta de un cobarde como Voki.

Hizo una pausa y continuación.

- !Puede haber personas heridas... que nos necesitan! - Gritó y sin mas, cambio la dirección de su montura y la espoleó en dirección a los gritos y gruñidos sin esperar siquiera constatar si la habíais oido o no

Phey sabía que la sacerdotisa tenía razón.  Sin embargo se giró hacia la muchacha, haciendo detener su caballo (Después de todo, haría caso a el y no a Voki, en este momento):

-Sacerdotisa, tiene razón. Sin embargo, una cosa es ser pacífico y querer salvar a todos, y otra poder hacerlo. Hay una gran diferencia.

Volvió a girarse a Voki.

-¿De cuantas criaturas estamos hablando? 

Comentó, completamente serio. Aquella mujer estaba allí, al parecer, solo como recordatorio de sus obligaciones y deudas con la diosa.Y a su vez tenía que protegerla, a veces incluso teniendo que contradecirse para mantenerla a salvo. Le iba a estallar la cabeza..