Partida Rol por web

Observo como Calebros me observa intrigado, era normal no era habitual mi presencia en estas citas donde no tenia ningun interes, pero esta vez estaba mas que nada por respeto ante la decision que tomo el mismo Calebros.

Tras el gesto del principe comienzo a acercarme apenas antes de llegar hago un gesto respetuoso al principe.

Mi señor es un placer volver a veros. Con un tono suave y respetuoso. Mi presencia aqui hoy basicamente es en muestra de respeto ante vos, lamento vuestra decision y me gustaria que siguierais en el cargo, aunque intuyo que ya lo habreis valorado. Porque vuestra decision creo que originara un cierto tumulto, hay demasiados intereses por lo que puedo ver en esta sala. No habia que ser un genio para ver como en las distintas mesas se hablaba, discutia y a saber que mas se hacia, por tomar algo mas de poder tras la marcha del principe. Asi que solo queria despedirme en persona y desearos suerte, aparte obviamente deciros que sereis mas que bien recibido en el Hotel Lion, aunque eso no hacia falta decirlo. Era mi hogar aunque fuera el hotel mas lujoso de la ciudad con casino y sala de fiestas. Le digo con un gesto respetuoso al igual que el tono usado en toda la conversacion.

Lo que me gustaria pedirle es una cosa simple, conozco vuestras normas y reglas para la ciudad, por ello querria que me permitierais crear un hijo o hija. Uso un tono algo ligeramente mas bajo que antes tratando de evitar cualquier oido indiscreto. Mi peticion seguramente fuera la peticion mas extraña para el en toda la noche, pero llevaba tiempo sopesando ese tema, tener un descendiente al que enseñar lo que sabia, al igual que lo hizo mi padre conmigo, aparte que ya tenia una gran candidata desde hace años estudiandola y adiestrandola en cierta manera. Aunque si la respuesta era negativa, siempre podia hacer como otros cainitas, irme un momento fuera de los limites crear el vastago y volver para asi no romper las reglas, pero preferia intentar esto, el principe y yo habiamos tenido algun que otro negocio, por lo que seria un detalle por su parte concederme esa peticion.
 

Helen se sentó en un cómodo sillón libre tras remover las cosas en el Elíseo con sus palabras, protegida como siempre por sus dos Ghouls que la vigilaban de cerca. Thomas Arturo y Rebecca Lenington se acercaron a ella y presentaron sus respetos con una inclinación de cabeza que Helen devolvió. Aunque fuera la más antigua de su clan en la ciudad de Nueva York, sabía cuándo guardar los modales y cuando mostrar benevolencia. Les sonrió y les ofreció un asiento junto a ella. Una vez acomodados, los Toreador comenzaron a cuchichear entre ellos los nuevos rumores de las altas esferas ciudad. Durante ese tiempo, algunos vástagos se acercaron para pedir consejo que las orgullosas Arpías ofrecieron como aquel que ofrece un caramelo a un niño hambriento.

-Decidme, mis hermanos -dijo Helen tras un rato-, ¿hay algún Toreador nuevo en la ciudad del que debamos estar... precavidos? Y, contadme, ¿quién es ese Mikelson, aquel con el que está hablando Logan?

Helen no quitaba el ojo de la sala, observando a todos aquellos que cuchicheaban con el (por el momento) Príncipe Calebros y atenta a todos los grupitos que se estaban formando. Muchas nuevas caras en la ciudad, sin duda. Todos potenciales aliados, pero también potenciales enemigos.

-Si, hemos avanzado mucho en nuestras investigaciones y la luz ultravioleta artificial ya es un hecho ,comenzamos la prueba para adaptarla en multiples formatos focos,bombas de luz.

Tambien programas de escaneo y deteccion termica.Es capaz de escanear une dificio entero y detectar cuantos ocupantes hay y diferenciarlos segun el calor corporal sabiendo quien es humano,vampiro o incluso lupino .

En el ambito no letal poseemos puntas de bala con madera ideales para empalar y acabar las peleas,fuerza no letal pero eficaz.

Y eso es solo la punta del iceberg.Pero bueno no hablabamos de mi creo-digo con una sonrisa.

Alcé las cejas al oir sobre el trabajo del vástago, sorprendido por primera vez en la noche. -Vaya, Sr. Mikelson, si que tiene una interesante empresa.- Le comenté antes de seguir hablando con Logan, mientras decidía que más tarde preguntaría más detalles.

-Pues eso va a ser complicado.- Le dije a mi contacto. -La mayoría de protecciones contra espíritus funcionan solo si el nigromante que la ejecutó va periodicamente a reforzar el ritual.- Y no creía que ninguno de los dos tenga ganas a que yo vaya cada noche al club de Logan. -Además, casi todos funcionan de formas más pasiva. No hay muchos que dañen directamente a un objetivo.- Y hasta ahí iba a llegar con mi explicación. No quería revelar demasiadas cosas sobre mis disciplinas y rituales.

Sorprendido al ver a mi hermano no puedo evitar sonreír, es una mirada un poco maliciosa, parecía que si había despertado, pero no me preocupaba en exceso, aunque debía hablar con él sin duda.

- Bien, intentare avisar al sheriff, al no ser que sea algo peligroso que me impida hacerlo.  – Saque una pequeña tarjeta en la que apunte mi nombre. – Aquí está mi teléfono, muchas gracias, si puedo hacer algo por ti puedes llamarme también. – Hice otra breve pausa antes de continuar. – También me gustaría que me llamases cuando hables con un vástago llamado Basile, un ventrue muy noble, con el cual comparto apellido, ya que es mi hermano de sangre, y si él no quiere que me avises que es probable, dile que al menos me llame el, hace demasiado que no hablo con él, y prefiero una reunión pacifica que tener que buscarlo. – Cuando acabe de decir eso me volví y me dirigí, con Elizabeth a mi lado a donde estaba Rebecca.

- Hola rubia, hacia bastante que no nos veíamos. ¿Cómo han ido estas décadas? Te presento a Elizabeth, mi chiquilla.

Al escucharte la negativa de Van Kleiss. Lord Wainwraight no puede evitar sonreír.

-Buen intento, Estevez. Pero evidentemente Lord Van Kleiss no ha viajado tanto solo para ayudarte con tus aspiraciones políticas. Esta claro que esta aquí por razones mas importantes. -dice el enano-. Mas aun, Lord Van Kleiss, probablemente encuentre que la capilla en Barnard College es demasiado pequeña y ruidosa para sus estudios. Así que permitame invitarlo a la capilla Kenilworth, en el centro de Manhattan. Es sin lugar a dudas la mas grande de NY y la mejor equipada. Completamente dedicada al estudio de la verdadera taumaturgia.

Al decir esto ultimo, la Regente Sturbridge y Masika St. John se dirigen una mirada de complicidad y se permiten una sonrisa.

-Como verán, -dice la Regente-. Lord Wainwright tiene opiniones muy claras acerca de las ramas mas nuevas de la magia de sangre. En efecto, en Barnard Collegue tenemos un estilo mas moderno de practicar la taumaturgia.

Rápidamente te das cuenta que Masika, sentada a un lado tuyo, no solo conoce tu reputación sino que ademas parece considerarte un amigo.

Mientras la discusión sucede entre los demás brujos, ella ocasionalmente te susurra breves indicaciones para darte una idea de lo que ocurre.

-Emilio, quiere ser príncipe.

-Emilio y Wainwraight se detestan en secreto. Pero todos lo saben -te dice con una pequeña risilla

-Odia la tecnomancia en particular. -Te dice refiriéndose al pequeño Tremere.

Al final, cuando notas el intercambio de miradas entre Masika y la regente, la primera te dice -Dios, como quisiera salir de este lugar. Siempre es lo mismo con esos dos. Desde luego, tenemos que demostrar la unidad del clan.

Al escuchar tu petición Calebros se queda pensando por un largo rato. Al final te contesta:

-En que situación mas difícil me coloca señor Sarhin. Por una parte mis leyes están muy claras respecto a los chiquillos. Por otra, su condición como independiente no lo obliga a seguir dichas leyes. Estoy muy agradecido de que respete las tradiciones de la Camarilla. -después de otro silencio largo agrega-. Deme una noche para pensarlo. Si le parece bien podemos reunirnos la noche de mañana. ¿Sabe como llegar al refugio que uso para tratar asuntos de la ciudad?

-No, ningún Toreador se a presentado en los últimos meses, parece que por fin la ciudad se estabiliza. -Te dice Arturo.

-Los Tremere si que tienen sangre nueva. -agrega Rebecca-. Aquellos dos vástagos con los que esta la Regente nunca los había visto en la ciudad. Ya de por si son muy numerosos en la ciudad. ¿Estarán trayendo vástagos de otros lugares para tomar con mayor facilidad el Principado, Helen?

-Mikelson llego hace unos meses apenas. -termina Arturo-. Me parece que tiene un par de negocios de seguridad, con ex-militares y armas de punta. Ese tipo de cosas. No estoy seguro de donde vino o a que clan pertenece, pero ya tenia contactos en la ciudad. Logan entre ellos

¿Helen, ya escuchaste que al parecer nuestro querido Qadir buscara el principado? Al parecer Theo Bell se lo ha metido en la cabeza y el se lo ha tomado en serio, jajaja. -Ríe, Rebecca-. Me parece que cualquiera de estas noches te pedirá que apoyes su candidatura al...

En ese momento, Anthony, que previamente hablaba con el principe, llega con sus atractivos ojos azules a interrumpe la conversación.

- Hola rubia, hacia bastante que no nos veíamos. ¿Cómo han ido estas décadas? Te presento a Elizabeth, mi chiquilla. -Dice, dirigiéndose a Rebecca, que sonríe emocionada.

-¡Anthony! Después de tantos años, por fin te has decidido a visitarme. -Contesta Rebecca, dándole un ligero abrazo a Anthony, y un beso en la mejilla.

Después de saludar a la chiquilla de Anthony se vuelve hacia sus comensales para presentarlos.

-Anthony, permiteme presentarte a mis queridos amigos Helen Kensigton y a Thomas Arturo. Como yo, miembros del clan de la rosa.

-Bienvenido a la ciudad. -Arturo hace una reverencia como saludo.

-Esta decidido entonces. -dice Logan.- ¿Te parece si te pasas una noche de estas por The Velvet Night, Daniel? Así podemos llegar a un acuerdo.

Entiendo. -dice al escuchar la explicación de Pietro-. Tal vez Donatello pueda darme mas opciones. Si pudieras hacerme un pequeño favor Pietro, ¿podrías darle una carta? -Te pregunta Logan mientras que de su saco produce un sobre sellado.

 Era increíble, ¿eran cosas mías o todos se daban de leches por tenerme de su lado?. Como odiaba la política y los juegos de poder... El único poder que a mi me importaba era la magia oscura...

 Con una sonrisa amable y agradecida, dedicada al enano, le respondí:

 - Os agradezco vuestra invitación, Lord Wainwright, y tened seguro que, llegado el momento, la aceptaré encantado y gustoso, pero precisamente lo que busco es ganar diversidad en la Taumaturgia, razón por la cual estoy interesado tanto en las ramas modernas como tradicionales de nuestra magia de sangre... Digamos que es un desafío personal que me he impuesto...

 El de dominar todas y cada una de las diferentes sendas Taumaturgias, haciéndome increiblemente poderoso, versátil y impredecible...

Sonreí a los presentes e hice un amago con la mano como saludo, ya conocía a Helen, había sido la que no había respetado el turno a la hora de hablar con el príncipe, una mal educada donde las haya. Iba a proponerle a Rebecca de ir a comer algo, pero antes quería preguntar por mi hermano, su presencia me había llamado mucho la atención.

- Pensaba proponerte que nos fuésemos a comer Rebecca, pero antes quiero preguntaros algo, ya que si sois de la ciudad algo sabréis. Mi hermano resulta que está en esta ciudad, se llama Basile y es del clan Ventrue. Hemos tenido alguna disputa, y me gustaría intentar solucionarla. ¿Sabéis algo de este tema?

-Anthony, un placer. -Dice suavemente Helen sin levantarse de su cómodo sillón. Les sonríe con amabilidad y ofrece con la mano uno de los asientos libres junto a la mesa-. Una chiquilla, ¿eh? Espero que no la hayas creado en Nueva York en estos últimos meses. Supongo que estarás al tanto de la prohibición del Príncipe de crear nuevos chiquillos...

La puya hacia Calebros era evidente para todos aquellos que conocían a Helen y sus intenciones. Dicho esto, hechas ya las presentaciones, se vuelve hacia Rebecca para continuar con su conversación.

-Mi querida Rebecca, Qadir no tiene madera de Príncipe, todos lo sabemos. Incluso esta chiquilla, Liz, opinaría lo mismo, ¿verdad cariño? No. Qadir es un buen Sheriff, nada más. No tengo claro de que sirva ni como primogénito de nuestro clan, si es que se llega a restaurar otra vez la tradición de la Primogenitura... -El sarcasmo en su forma de expresarse es bastante evidente-. Y, Rebecca, Thomas, si lo que se rumorea en las calles es que yo voy a apoyar su candidatura al Principado, podéis empezar a desmentir esos rumores. Soy la más Antigua de la ciudad y no voy a apoyar al primero que me lo pida. -Tras esto adopta una actitud más jovial y desenfadada, y añade-: Y, quien sabe, quizás soy yo la que pida su apoyo para mi candidatura...

Helen ríe su propio chiste con una fina y delicada risita ensayada y perfeccionada a lo largo de los siglos que pone de manifiesto esa expresión tan popular de que todas las bromas tienen una parte de verdad. Sus perfilados ojos se vuelven al recién llegado y lo miran con amabilidad.

-Así que Anthony, ¿no? Dime, ¿es tu primera vez en Nueva York? Cualquier amigo de mis amigos es bienvenido, y si no tienes un lugar donde quedarte, puedo proporcionarte algunos refugios seguros que tengo dispersos por la ciudad. ¿Una disputa, dices? ¿Entre vosotros? Como Arpías de la ciudad podemos ofrecer consejo, información y mediación en cualquier tipo de conflicto sin llegar a mayores.

Escucho con detenimiento las palabras del principe, era logico lo que pedia esta noche tendria temas mucho mas importantes que esa pequeña peticion realizada por mi.

Claro mi Señor, lo entiendo y lo acepto. Pese a mi posicion siempre se ha de respetar las normas y mas viniendo de alguien tan honorable como vos. Le digo con una ligera reverencia de cabeza. Si creo recordar donde se encuentra vuestro refugio, entonces mañana con vuestro permiso me acercare a el, pero si podeis avisar a vuestro querido amigo no me gustaria acabar en su interior. Pues si no disponeis mas mi señor, solo me queda despedirme y desear que el siguiente en el cargo lo haga al menos la mitad que vos. Me despido educadamente realizando una reverencia, tras ello doy unos pasos hacia atras, para luego volverme y dirigirme al sillon en el que estaba antes, mientras ando pienso en las palabras del principe mientras con los dedos giro el anillo de mi padre de forma involuntaria. Al llegar al sillon me siento suavemente y sigo observando lo que sucede en la sala.

Ignore lo que dijo sobre mi chiquilla y escuche lo que tenía que decir Helen sin interrumpir, hablaban cosas de príncipes y primogenitura, algo que no me llamaba la atención en exceso, por no decir que no me interesaba nada. Cuando acabó, intento quedar bien conmigo ofreciéndome alojamiento, algo que me hizo sonreír, igual pensaba que era un mendigo o algo así.

- No te preocupes, tengo una mansión a las afueras, os invitaría a tomar el té, pero no soy muy de tomar el té, además necesito ordenarlo todo bien, igual en un futuro puedo invitaros. – Hice una pequeña pausa para lo de mi hermano, quería elegir bien las palabras. – Es una disputa familiar, no quiero ofender,  pero es algo privado, el tema es que esta en esta ciudad, y quiero ver si me guarda algún rencor o algo, ya que ha huido según me ha visto, y temo que quiera hacer alguna locura. Es un poco exagerado algunas veces.

Me sorprendió un poco el que Logan tenga una carta preparada para Donatello. ¿Todo este tiempo la conversación conmigo fue solo para que ese sobre llegue a destino? ¿O de verdad tenía interés en la protección de la que habló antes? De cualquier manera, no podía negarme al favor.

-No se preocupe.- Le contesté, tomando la carta y guardándola rápidamente en uno de mis bolsillos. -Me aseguraré de que llegue a destino.- Probablemente mande a Octavio a hacerlo.