Partida Rol por web

-El refugio esta bien, jefe -te dice Octavio-. Aunque uno que no tenga acceso a las cloacas estaría mejor; todo se apesta cuando llueve.

Desde luego que no esperabas nada muy brillante de Octavio. La chica simplemente levanta los hombros. Y como es usual, es Antuan el mas preocupado.

-Ya hace tiempo que vengo pensando que necesitamos algo mas grande -habla Antuan-. Apenas y cabemos los cuatro, y cuando viene el rebaño el sótano ya no es suficiente. Tal vez algo mas acorde a tu estatus Pietro; un departamento en el Bronx no es lo que uno se imagina cuando piensa en el clan Giovanni.

Medité un segundo sobre lo que decía Antuan. -Eso es cierto, de hecho, por ese mismo motivo me instalé en el Bronx. Una vez escuché la historia de un Giovanni quevivía en un principado donde no eramos bien recibidos. El sheriff buscaba rastros de él en el cementerio local, especialmente las grandes criptas. Nunca lo encontraron, ya que no se les ocurrió mirar en los nichos. ¿Qué vástago se escondería en un lugar que puede ser abierto por cualquier mortal durante el día, matándolo? Pero al mismo tiempo, ¿qué mortal abriría uno de esos? Al final, era un refugio perfecto, a la vista de todos y lejos de las sospechas de cualquiera.- Relaté.

-Pero eso ya no me sirve.- Dije después de mi relato. -En épocas del Sabbat, cuando esos inquisidores rondaban Nueva York y no nos miraban bien a los de nuestro clan, era util esconderse del ojo del resto. Sin embargo, ahora que la Camarilla "reina" la ciudad, todos saben de nosotros. Mierda, incluso fui invitado al Elíseo, por lo que todos saben quién soy. Esconderse ya no sirve de nada.- Afirmé para continuar después de unos segundos. -Por eso es que estaba pensando en comprar un refugio extra y convertirlo en el principal. Un lugar más grande y más protegido.- Volví a pensar en el Ventrue. No podía pedirle ayuda, al menos no ahora, mientras su clan presione al nuestro para que les demos nuestro "apoyo". No podía caer en las redes de prestaciones en este momento. -De hecho, debería empezar a conseguir favores. Es una época perfecta para eso.- Lástima que los Giovanni no eramos bien vistos en la Camarilla, sino tal vez pondría en práctica la recolección de deudas.

-Puedo empezar a buscar un lugar nuevo -te dice Antuan-. Solo dime que es lo que estamos buscando, Pietro.

La sugerencia de tu ghoul te pone a pensar en las opciones. Siempre puedes comprar una gran mansión en las afueras de la ciudad, alejada de la mirada de otros vástagos, pero viajar entre tu nuevo refugio y la ciudad, sobretodo las zonas importantes como Manhattan tomaría tiempo cada noche.

También podrías comprar algún departamento en Manhattan o alguna de esas casas de inicio de siglo que están en los mejores vecindarios de la isla.

Otra opción seria una propiedad con acceso a un puerto en Coney Island o la parte baja de Manhattan.

La realidad es que tus opciones eran ilimitadas; con tu fortuna y tus disciplinas podrías tomar cualquier territorio que desearas.

-Estaba pensando en algo parecido a lo que tenemos ahora, solo que más grande.- Dije simplemente. -Y un poco más seguro. Tal vez una vieja casa en algún otro barrio, bastante grande. Me gustaría que siga teniendo acceso a las cloacas, ya que eso me da un lugar donde trabajar y por donde salir si no quiero usar la calle.- Siempre hay que tener una ruta de acceso disponible. -Pero eso lo voy a tener que hablar con Carroña.- Seguramente me cobre el favor que estaba haciendole ahora misma.

-Lo cierto es que todavía no lo pensé bien. Es solo una idea que andube teniendo ultimamente.- Dije finalmente. Luego me paré. -Eso es todo por ahora. Voy a seguir pensando en esto.- Dije mientras me fijaba la hora. Quizá pueda seguir haciendo cosas por esta noche.

Tus ghouls asienten y se despiden para regresa a lo que sea que estuvieran haciendo antes.

Te quedas solo en la cocina de tu refugio, equipada como una cocina común y corriente del ganado. Desde luego, no tiene ningún uso para ti y, de hecho, ya no puedes recordar si es que alguna vez la usaste en tus tiempos humanos. Eres ajeno a tu propio refugio, pero las apariencias deben mantenerse. Pensando salir de ahí, miras tu reloj que marca las tres de la madrugada.

-Muy bien, tengo tiempo.- Pienso mientras busco mi celular en el bolsillo de mi abrigo. Una vez en mano, marco el número de mi sire, Alexander. -Quizá necesite ayuda con este asunto de las cloacas.- Me digo. Por supuesto no iba a pedirle ayuda sin intentar nada antes, solo iba a preparar el terreno por si me veía obligado a clamar asistencia.

Cuando se puedo escuchar que se atiende el teléfono hablo. -¿Sire? Habla Pietro.- Me presento. -¿Cómo está usted? Llamaba para saber si todavía necesita ayuda con ese asunto de las almas del lugar del 11 de septiembre.- Comento. Sabía que Alexander estaba concentrado en algo de eso, tal vez pueda ayudarlo para pescar un favor en el futuro.

-¡Ah, Pietro! -te responde la voz de Alexander- Estoy bien, gracias, aunque de un humor terrible. Definitivamente que si necesito tu ayuda, si la ofreces. El asunto de la torres gemelas esta siendo mas difícil de lo que creí en un inicio; entre las autoridades humanas manteniendo un cerco alrededor y algunos idiotas de la camarilla bloqueando mis intentos por controlar la zona, no he tenido oportunidad de explorar a mis anchas.

-Me imagino.- Le digo a mi mentor. -¿Qué es lo que quiere la Camarilla como para no dejarte entrar? Creí que ese era un atentado entre mortales y no tenía nada que ver con nosotros.- Pregunté extrañado. -No me digas que los Ventrue están haciéndose los dificiles otra vez.- Era posible que, ya sea porque era su territorio o porque todavía están enojados con nuestro clan, los Sangre Azul nos prohiban la entrada al lugar de la masacre.

-¿Intentaste pasar un espíritu a través de las medidas de seguridad?- Pregunté. Eso hubiese sido lo primero que habría hecho yo para reconocer la zona.

-Quieren forzarnos a sentarnos en la mesa de negociación. Según ellos, ahora que la Camarilla tiene la ciudad, los Giovanni tenemos que responderles como si fueran señores feudales o algo así. Quieren definir nuestros territorios. Y por definir, desde luego se refieren a reducirlos, los muy cabrones. Se olvidan que nosotros tenemos aquí mas tiempo que ambas sectas.

-Como sea -continua diciéndote-. Al parecer algún sangre azul se puso listo y dedujo que íbamos a querer lo que quedo de las torres gemelas. Los idiotas no entienden nada de nigromancia, pero en esta ocasión atinaron.

-Ya veo...- Murmuré. Obviamente no había forma de que le diga a Alexander que deje atrás el asunto de las torres, además de que me haría perder la oportunidad de cosechar el favor más adelante. -¿Entonces intentaste pasar un espíritu o no?- Volví a preguntar, ya que no me había contestado eso.

-Y exactamente ¿cómo pretenden que no pasemos?- Pregunté también. Si podiamos anular eso desde la raíz, podriamos pasar con mayor facilidad. También me acordé de Logan. -Por cierto, si el problema es con los Ventrues, tengo un favor que me pidió Joseph Logan en el último Elíseo de Calebros.- Le confesé. -Me pidió si podía fijarme alguna manera de poner seguridad sobrenatural en su club. ¿Creés que podriamos cobrarnos eso para hacer que los demás miembros de su clan aflojen?- Le pregunté.

-Oh si, ya he mandado “exploradores”. El lugar es un desastre incluso del otro lado del velo.

-Ademas de la seguridad usual de las autoridades locales, han puesto seguridad privada, incluyendo algunos ghouls. Y necesito acceso ininterrumpido al sitio por al menos 4 noches para preparar un ritual con la potencia suficiente para atrapar todas esas almas.

-Mmmmm, eso podría ayudar -te dice en cuanto le comentas lo de Logan-. Ese Ventrue se esta convirtiendo rápidamente en uno de los vástagos mas queridos de la ciudad, todo mundo le debe favores.

-La otra es ir por las alcantarillas.- Propuse. -Dudo que los Ventrue se pongan ellos mismos a vigilar las cloacas, dado como son.- Seguramente habían dejado un par de ghoul ahí y poco más. Sin contar que pocos vástagos querrían arriesgar sus mejores ghouls por una causa comunal en lugar de para uso personal, y dudaba que haya mucho de uso personal para el clan en un montón de escombros. Lo único que hacían era dificultarnos a nosotros. -No debería haber mucha resistencia.- El problema sería quedarse 4 noches ahí.

Escuchas la risa de Alexander del otro lado de la bocina del teléfono.

-Tú y tus cloacas, Pietro. Te pasas demasiado tiempo ahí abajo últimamente -ríe una vez mas, tras lo cual añade-. Aunque no es mala idea. Pero prefiero ir a hablar con tu “amigo” Joseph Logan, primero. ¿Te parece si nos reunimos mañana para ir a verlo?

Me encogí de hombros incluso si Alexander no podía verlo. -El olor no es peor del que estamos acotumbrados los nigromantes y nadie te molesta, así que estoy convencido de que utilizarlas es de las posibilidades más seguras.- Respondí. -Y si, estoy de acuerdo con que nos veamos mañana.-

Con eso ya debería estar cubierta mi agenda para los próximos días. Lo mejor sería que no intente abarcar nada más si no quería apretar poco. -Dicho eso, ¿alguna novedad en la ciudad? ¿Algo digno de mención?- No sería lo mismo que hablar con Carroña, pero a lo mejor Alexander podía decirme cómo van las cosas dentro del clan o, menos probable, cómo iba la política de la Camarilla y la elección del príncipe.

-¿Digno de mención? Depende de a quien le preguntes. Esos idiotas de la camarilla, estoy seguro, se la pasan hablando de que va a pasar cuando Calebros deje el principado. Donatello parece estar muy preocupado con perder el control del aeropuerto. Lo que a mi me preocupa es que en la ultima semana han llegado mas de seis Tremere a la ciudad, algunos de ellos bastante antiguos. Algo esta pasando con los brujos de la ciudad, Pietro, algo tan importante que no les importa usar el aeropuerto JFK. Usualmente son tan paranoicos que eligen otros métodos de transporte para que nadie este enterado de sus movimientos. Y eso me parece una idea escalofriante. Piénsalo, Pietro: saben que sabemos, los vemos llegar con sus ejércitos de ghouls... y no les importa

Pensé en lo que decía Alexander. Los Tremere eran el clan que más odiabamos dentro de la Camarilla, ya que a menudo buscaban activamente nuestro conocimiento de la nigromancia, a veces pensando que es una variante de su taumaturgia. Se que a nosotros nos importa un bledo su magia de sangre, pero ellos podrían no verlo así. Si la ciudad se llena de brujos, sería contraproducente para nosotros. Podrían ser una amenaza mayor a la de los Ventrue en poco tiempo. -¿Cuál es la posición de Donatello en cuanto a esto?- Pregunté. ¿Qué tanto deberían preocuparnos los Tremere?

-Entiende poco de cuestiones y disciplinas místicas. Y le interesa aun menos lo que hagan los Tremere mientras no se metan con el clan. Su respuesta a mis preocupaciones fue: “¿Crees qué podamos sacarles pasta o favores a cambio protección extra mientras viajan?”

Hice una mueca al oir que Donatello no era lo suficientemente cuiadadoso en este asunto. Esto nos iba a doler a todos, pero sabía que mientras no tenga nada concreto sobre los Tremere, no podía exponer un caso a nuestro jefe para que cambie de parecer. Y tenía cosas que hacer como para meterme en los asuntos de los brujos, que ya de por si es algo peligroso. -Bueno, supongo que al menos sabemos que traman algo.- Era poco consuelo, pero no nos agarrarían con los pantalones abajo.

-Si no hay nada más que hablar, entonces nos reuniremos mañana. ¿Qué punto de reunión nos convendría?- Pregunté, pensando en qué lugar estaba a mitad de camino entre mi refugio, el de Alexander y el lugar donde podrías encontrarnos con Logan.