Partida Rol por web

Valerius estaba empezando a cansarse, estaba envuelto en un lio que no le pertenecía, jugando con fuerzas que lo superaban y envuelto en una compleja trama ajena a su condición pero que de alguna forma quería envolverlo.
Ante la escasamente velada amenaza de Casey, levanto los ojos hacia el nublado cielo, como pidiendo paciencia, y decidió que el tiempo de sigilo se habia acabado.
Tironeando de la camisa que envolvia la esfera, intento abrir la puerta.

En caso de que este cerrada y nadie responda al llamado, En su mente, conjuro los nombres de la madera y del hierro, y llamándolos por su nombre en un susurro, para que obedecieran su voluntad, y la convierte en astillas para poder ingresar. Pero que las astillas salgan hacia atrás, no hacia adentro de la torre.

La puerta de la torre se abre y os encontráis de nuevo. May se dirige al exterior. Casey y Valerius tienen intención de entrar.

Valerius lleva algo envuelto en una capa.

La esfera envuelta en la capa no opone ninguna resistencia, así que Valerius se la lleva.

al ver a may salir de la torre no me contengo y voy a abrazarla, las lagrimas me invaden y solo puedo decir -Estas bien que alivio- me separo y le pregunto -¿que haces aqui? 

La mirada de May era... distinta.

No sonreía, y en sus ojos brillaba la ira pura. Sin embargo, la sorpresa se pintó su rostro al ver a ambos aprendices frente a ella. Antes de poder decir nada, los brazos del elfo estaban alrededor de ella. Sin embargo, ella no devolvió el abrazo.

-¿Casey? ¿Valerius? ¿Están... están bien?- Dijo, la voz plana. Ignoró la pregunta del elfo. Los ojos se dirigieron a la capa del moreno. -¿Qué tienes allí?- Preguntó, apartándose de Casey. -¿Es la esfera?-

- Antes de responder preguntas, quiero que me pongan al tanto, y ahí responderé. – Indico Valerius, a quien no se le habia escapado el odio en el rostro de May, y la amenaza poco velada de Casey. – Entiendo que antes tenga que hablar yo, asi que esto es lo que dire. Luego de encerrarme en las cocinas, derrame aceite por ellas, y llame a la criatura. Vino a por mi, encendí el lugar en llamas, y salte por la ventana, dejándolo encerrado. Luego corri hacia la Torre y entre otras cosas, me encontré con Casey. Ahora, cuéntame. ¿Que paso con Teela? ¿Que paso con Selene? ¿Que paso con Marcus? ¿Que esta pasando aquí?

May no apartaba la mirada de la capa de Valerius.

-Selene está muerta.- Dijo, manteniendo su tono neutro, plano. -El "mayordomo" de Marcus no me deja pasar del segundo piso, supongo que estará en el último piso escondiéndose de todo el mal que trajo a este lugar.- Esta vez, sus palabras parecían estar llenas de veneno para aquel al que había llamado "maestro".

-No sé donde está Teela, ni nadie más. Sólo vi a Ra en la torre, pero se desvaneció luego que Selene muriera.- Levantó los ojos de nuevo hacia Valerius, oscurecidos de odio y tristeza. -¿Es la esfera?- Repitió.

Valerius presto atención, a lo que decía May, viendo lo que veía, y dándose cuenta de que las cosas no estaban bien. Sabia quienes eran, pero no sabia quienes eran. May lo hubiera abrazado, besado, habria hecho algo, la ultima vez que se vieron el se enfrentaba a una muerte segura. Esta criatura fria no era la chica en la que habia puesto sus sueños y esperanzas.
- ¿Quien eres y donde esta May? – Pregunto Valerius, avanzando un paso hacia ella.

Si May realiza alguna accion agresiva, antes de que pueda conjurar, Valerius tirara de su capucha, impidiendole ver, y usando su daga, clavara la ropa de may contra el marco de la puerta, atrapandola contra ella y empezando a correr con la esfera, indicandole a Casey que lo siga.

La palabras de Valerius la dejaron de pronto desconcertada, y por un momento su mirada no era tan oscura.

-¿De qué estás...?- De pronto lo supo. Bajó los ojos. -Mirta era distinta antes que todo pasara...-

Todos habían perdido algo esa noche. Selene la cordura, Marcus la salud, y Mirta la bondad... ¿Acaso también ella había cambiado? Volvió a elevar sus ojos, duros, aunque un par de lágrimas recorrieron sus mejillas, lágrimas de rabia y de dolor por lo perdido. El viento comenzó a acumularse a su alrededor.

-Mientras esa esfera exista, esto no terminará. Marcus no la destruyó cuando debió hacerlo. La escondió aquí, quería su poder. Creyó que al morir quien lo poseía, todo habría acabado, que podría usar el poder de la esfera. Pero él volvió por ella. Valerius, quiero... No, DEBO destruir esa esfera. Para que no hayan mas muertes.-

La tormenta se recrudece aún más. El aire se vuelve más gélido y la lluvia se convierte en granizo del tamaño de una canica, resonando con furia contra los tejados.
El pelo de la nuca se os eriza cuando sentís como la electricidad fluye hacia un lugar concreto y un relámpago cae del cielo en uno de los edificios que componen la academia. No os hace falta verlo para saber que ha caído en la biblioteca.

Una explosión precede a un par de lamentos que flotan en el ambiente unos segundos. Uno de ellos era de mujer y el otro un rugido más animal que humano.

Valerius hizo ademan de ingresar en la torre. Todo esto y aun no habia visto a Marcus.

- No voy a actuar a ciegas. Tú no te comportas como May. Me das la información a cuenta gotas, no me indicas que paso con Selene. No me dijiste que paso arriba de la torre. Siempre hay tiempo para destruir. Recuerda May, eres una aprendiz al igual que Casey y al igual que yo. Quien sabe si destruyendola no se libera lo que contiene Iremos por Marcus, el sabra decirnos que hacer. -
La Maldicion del Mago era su inteligencia. Eso en la biblioteca era alguien luchando contra el Ser. debian apresurarse.

el comportamiento de May era frio y distante algo cambio en ella, su tono denotaba sorpresa ante ver que seguiamos con vida, termino en medio de Val y de May, un tono de voz frio emanaba de ella, Val pregunto sobre que sucedio y conteste a secas -El la mato-digo al escuchar el nombre de teela, la neblina se condensa a un mas y parece emanar mas de mi ser, la ira me envolvia escuche la pelea y las ideas de los 2 pero no podia pensar con claridad no sabia a quien apoyar. 

May se giró al escuchar el grito de dolor que provenía desde la biblioteca. No, no, no más...

Contuvo un grito de ira. Sus ojos llameaban de furia al volver hacia Valerius. -¿Pruebas? ¿¿Pruebas??- Casi chilló, con histeria. ¿Qué demonios quería que hiciera para demostrarle que era ella? Su mirada se detuvo un momento en Casey, había escuchado sus palabras. Él debía también haber visto el cuerpo momificado de alguna de las que estaba allí: Teela, Annabella, la aprendiz de Mirta...

-Alguien, estoy segura que sabes bien quién, le chupó la vida a Selene. Ese mismo alguien sigue matando gente a nuestro alrededor. ¿No escuchas sus gritos? ¿No ves como cada segundo que perdemos, nos vamos quedando más y más solos? Vi lo que ocurrió esa noche, lo que ocurrió con la esfera. Vi a Marcus llevársela mientras Mirta le gritaba, vi los cuerpos de los magos calcinados, a Selene en el suelo sin cordura, y vi al ser, moribundo, exhalando su último aliento... Pero aquí está, y nos está matando. ¡¡Y TÚ SIGUES QUERIENDO HABLAR CON EL HIJO DE PUTA CULPABLE DE ESTO!!- Tenía las manos crispadas de rabia, y el aire comenzó a girar en sus palmas, como dos gujas de viento.

No quería pelear, no quería enfrentarse a ellos dos, pero no la estaban escuchando. Tenían que escucharla, o todo estaría perdido. Contuvo un grito de frustración, y el viento paró en sus manos. -Si logras convencer a guardián que te deje pasar...- Les dio la espalda y comenzó a avanzar hacia la torre del mago, las manos temblando y las lágrimas corriendo por sus mejillas. -Tienen un minuto. Si no lo convencen, destruimos la esfera. Y juro que se las arrancaré de las manos si es necesario para terminar con esto.- Dijo sin girarse a verlos siquiera, y aceleró sus pasos hacia el interior de la torre.

Valerius observa a May con tristeza, no veía en ella nada que habia encontrado en la dulce chica por la que se habia jugado la vida minutos antes. La siguió sin dudarlo, pues allí estaba la respuesta que requería para entender que pasaba allí. Destruir algo no tenia solución, y si era la solución a todos los problemas, lo haría el mismo, pero no podía hacer algo sin entender lo que hacia.
En sus manos apareció la moneda que habia sido concedida el primer dia para ingresar y arrastro la bolsa con la extraña esfera dentro. Le hizo un gesto a Casey para que lo siguiera con la cabeza.

Los tres recorréis el pasillo que va a dar a una escalera de caracol. Mientras subís por las escaleras veis por uno de los ventanucos como el cielo se vuelve aún más oscuro y tormenta no parece querer abandonar estas tierras.

Una vez en el primer piso os encontráis con la puerta abierta. Está casi vacío. Se ven marcas que indican que tiempo atrás estuvo amueblado. Lo único que ves son algunos juguetes del gato y un camastro a su medida.

En la misma sala, al fondo y a la izquierda (por decirlo de alguna manera, pues la torre redonda) comienzan otras escaleras de caracol, más estrechas que las primeras.