Partida Rol por web

Pasan las horas, y la verdad es que a bordo del Ark Royal no estáis nada mal. Este viejo portaviones ha sido renovado, mejorando sus defensas antiaéreas y sus grupos de aviones, pero aun así apenas se dedica a otra cosa que reconocimiento. Si que en algunos momentos hay bastante movimiento y veis como despegan torpederos y bombarderos, para algún ataque puntual. Pero lo común es que tenga muchos cazas en el aire, y que lleguen y salgan aviones de transporte. Es un lugar bastante tranquilo, y al formar parte de un grupo de combate combinado con barcos de otras nacionalidades, sobre todo norte americanos, es normal que os lleven a una zona que parece dedicada a vuestro país. En esta estancia os recuperáis por completo y podéis solicitar cualquier cosa que penséis os pueda hacer falta.

En mitad de la noche, llaman a vuestros camarotes, parece que Carter ha llegado.

Os espera en una sala de reuniones de pequeño tamaño, donde hay café, té y pastas para que podáis tomar algo mientras que os ponéis al día. Tras informarle, el va tomando notas durante toda la reunión, podéis ver que asiente, al indicar vuestra intención de dirigiros a Jerusalén.

-Como sabrán Palestina se encuentra bajo mandato británico, y eso nos facilita mucho las cosas, es territorio aliado. No será problema llevarlos hasta allí, y no tendrán problemas para moverse por el país, ni por Jerusalén. Pero han de saber que hay un importante movimiento de resistencia que asola todo Palestina, a las revueltas de los árabes que demandan la independencia, se han unido unos activistas judíos que parece que también tienen intenciones separatistas. Así que se están metiendo en un polvorín, en el que, sin lugar a ninguna duda, también los alemanes tendrán comandos operativos, imposibles de identificar. Para esta ocasión les conseguiré una escolta, yo con varios paracaidistas los acompañaremos en su misión, a cierta distancia, para no interferir con su trabajo, pero lo suficientemente cerca, como para intervenir en caso de necesidad. Algo discreto y que no llame mucho la atención, que no están las cosas como para provocar a cualquiera de los bandos que allí están en lucha.

Os deja descansar hasta primera hora de la mañana en la que partís rumbo a Palestina en un avión de transporte de pequeño tamaño. Hacéis varias escalas, sur de Francia, y otro portaviones británico en el mediterráneo, en esta ocasión el enorme HSM Furious. En el tomáis el equipo que necesitáis y embarcáis de nuevo en el avión con Carter y 4 paracaidistas.  

No tenéis ningún contratiempo en el viaje, y llegar a la región no es complicado, las autoridades británicas controlan el territorio y el acceso a la ciudad. Aun así en 1944, la ciudad sufría muchos atentados perpetrados por un grupo radical judío conocido como Irgun Tsevaí Leümí. Y además era seguro que los alemanes tienen grupos infiltrados en la ciudad, por lo que tendréis que moveros con mucho cuidado.

Sin dificultades llegáis hasta la Iglesia del Santo Sepulcro, y cuando estáis admirando esta joya de la cristiandad, veis algunos individuos de aspecto extraño, son nazis disfrazados que estaban colocando bombas en la iglesia.

Tenéis a 4 nazis disfrazados de árabes a pocos metros de distancia, y habéis podido ver como dos de ellos acaban de colocar unos bultos, que tienen que ser bombas en la iglesia. Seguro que están armados, pero aun no os han visto.

Vuestro turno.

Pete ya se estaba acostumbrando a viajar, y más después de todas las escalas que habían tenido que hacer. Antes de realizar el último trayecto, tuvieron la ocasión de descansar, a si que Pete la aprovechó al máximo, ya que en poco tiempo llegarían a Palestina y algo le decía que el lugar pintaba peor de lo que les habían contado, pues el Capitán ya les había confirmado el que hubiera alemanes infiltrados en la zona.

Cuando ya hubieron llegado, Pete se colgó la mochila y en este caso no dudó, fue directo con el resto de sus compañeros a la Iglesia del Santo Sepulcro.

A lo lejos había unas figuras que parecían estar tramando algo, pero no lo podía saber bien hasta que no se acercase más.

- "Psst mirad. Ahí está pasando algo."- dijo en voz baja para que oídos indiscretos no lo escuchasen. - "Esa es la iglesia, y ahí está pasando algo."

Pete echó mano a la cintura donde tenía enfundada la luger. "Está ahí" pensó mientras avanzaba con el resto a la expectativa de ver qué hacían.

Al ver a aquellos nazis, que habíamos reconocido de casualidad, nuestra situación comenzó a empeorar. Hacía varios días, desde la inmersión en Noruega, que no habíamos estado en una situación tan tensa... Ahora aquellos falaces disfrazados querían volar por los aires la iglesia del Santo Sepulcro... Tal vez se guardada en ella alguna pista... Por lo que no podíamos dejar que reventases... Eso sí, lo primero era tratar de acabar con ellos y luego desactivarlas.

Si Pete...  -le respondí sin alzar la voz demasiado-. No hay más que verlos... y hay que hacer algo, y hacerlo ya... Acabemos con esos malnacidos antes de que causen un gran atentado... ¡Vamos!

Me llevé la mano a la espalda, donde tenía el revólver oculto, y luego lo saqué para disparar... ¡¡BANG!! ¡¡BANG!! Los tiros comenzaron delante del pórtico de la iglesia...

Estaba harto de tanto viaje, la verdad, pero el hecho de ir por delante de los alemanes y poder descubrir secretos ignotos, era superior a mis fuerzas. Llegaría hasta el final de la misión e intentaría acaparar toda la información que pudiera para escribir mi libro. Cuando llegamos a Jerusalén, no pude más que maravillarme por la arquitectura de los edificios, la antigüedad que se respiraba en la ciudad, las personas que colocaban bombas en la Iglesia del Santo Sepulcro... ¿Bombas? ¡Malditos malnacidos!

-"Sí, hay que pararles como sea." Dije entre dientes.

No podían destruir el templo, era único en el mundo. Me eché a un lado cuando Faith empezó a disparar, ya que yo no llevaba ningún arma. Aunque pensando en la vez anterior, en la cárcel, seguro que me llevaba yo los disparos.

En el momento en el que estaba rozando la luger, Faith le confirmó que había que abatir a esos nazis.

En esos instantes no dio tiempo a más, suerte que Pete estaba acariciando la pistola... instante en el que sonaba el primer disparo, a si que la aferró con fuerza, se arrodilló, apuntó como pudo y disparó.

Pete pudo ver como la primera bala alcanzaba a uno de los nazis que tenían delante, mientras que la otra se perdía en la pared de la iglesia.

En Jerusalén se respiraba aire de santidad. Y de pólvora. Muros que habían estado siempre bajo un cielo de guerras. Una Tierra Santa encharcada de sangre. Steve no la veía muy santa en ese sentido. Bueno, pensó, sus habitantes no tienen nada de santos. Mucha fe y preceptos que no cumplían, una parte de ellos , al menos. Los otros, les iba en sus creencias.

Él no era hombre religioso. Lo justo, un padre nuestro  y amén. Había un dios, suponía, pero que estaba muy lejos de este mundo.

Siendo así, paseó por las callejas ojo avizor, sintiendo la presencia de sus "guardaespaldas" en el cogote.  Al llegar a la iglesia, todos extremaron las precauciones y se encontraron con el enemigo en plena acción. Antes siquiera de poder decir o hacer algo, la bella amazona actuó. A su parecer, algo precipitadamente. Ahora, ellos mismos estaban al descubierto, y además, que disparaban a árabes. 

La cosa se les podía poner fea. 

Pero ya estaba hecho. Sus compis también abrieron fuego. Steve decidió correr zigzagueando, aprovechando el tiroteo y la cobertura de los muros, para correr y ver si conseguía sacar de allí los "bultos". 

Al encontraros de frente con aquellos cuatro nazis, que parecían estar colocando explosivos, visteis donde colocaron dos de ellos, pudisteis sacar vuestras armas y dispararles, antes de que se percatasen de vuestra presencia.

El primero en disparar fue Pete, que utilizando su luger logro un impacto, fallando el segundo tiro.

A continuación, fue Faith quien abrió fuego sobre el mismo saboteador al que ya había alcanzado Pete, ocasionándole la muerte.

Steve estaba pendiente de vigilar bien las posiciones desde donde podrían venir más enemigos, llegando a la conclusión de que seguramente habría alguno más en el interior de la iglesia. Y esto le hizo fallar su ataque.

Mientras que Piero estaba despistando, mirando un plano que llevaba en uno de sus bolsillos, y no pudo aprovechar la oportunidad para disparar.

La gente que hay en el lugar comenzó a gritar y a correr asustada, rápidamente la plaza se quedo vacía, se veía que estaban acostumbrados a este tipo de sucesos en la ciudad, en ella solo quedaban los nazis y vosotros. En esos momentos salió a todo correr otro nazi del interior de la iglesia, parece que aun quedaba uno dentro, colocando su explosivo.

Los cuatro sacan sus armas y os apuntan.

Vuestro turno.

Una vez estuvo la plaza vacía, los objetivos estaba algo má claros. Pete, Piero y yo parecía que estábamos algo más juntos, ya que el profesor se hizo a un lado y Steve comenzó a zigzagear antes de actuar. No lo dudé, tras abatir a aquella rata volví a disparar a otro de los nazis. Si había que desactivar las bombas lo mejor sería hacerlo con esos enemigos abatidos, obviamente. 

Malditos, no tenéis otra cosa mejor que hacer... -pensé apuntando con el brazo levantado y aguantando el revólver-. ¡BANG! ¡BANG! -el disparo casi lo erro, pero parece que alcancé a mi objetivo...-.

Los explosivos eran una prioridad. A esos locos les podía dar por accionarlos en cuanto tuviese la más mínima oportunidad y seguro que lo harían ahora que se veían acorralados. Steve no dudó, y aunque había resbalado y casi se cae, continuó su carrera hacia el interior de la iglesia. 

Entretanto, extrajo su pistola de la funda y mientras corría, disparaba. ¡Blam, Blam! *

A Pete le pareció ver caer a uno de los nazis al suelo, momento que pudo aprovechar para buscar un punto de cobertura. A su derecha, un saliente del edificio que podría aprovechar. Se movió rápidamente hacia él, apoyó la espalda en la pared buscando un mejor pulso... pero de lo que no se dio cuenta era de que había perdido el buen ángulo de tiro que tenía antes.

Asomó la luger como pudo y casi a ciegas disparó intentando dar a alguno de los enemigos. Ambos disparos se perdieron en el aire, en las paredes, o lo que podía ser peor... algún civil.

Lo mío no eran ni las montañas, ni los saltos en paracaídas y mucho menos los tiroteos. Corrí hacia el interior de la iglesia esperando escapar de las balas y esconderme dentro. Una vez allí, intentaría ver donde habían dejado los explosivos, para después enseñárselo a los expertos de grupo y que miraran si estaban activas. Pero primero había que llegar allí y no ser el blanco de sus disparos. Corrí como un loco hacia la puerta por la que había salido uno de los alemanes.

Asomó la luger como pudo y casi a ciegas disparó intentando dar a alguno de los enemigos. Ambos disparos se perdieron en el aire, en las paredes, o lo que podía ser peor... algún civil.

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Cambiaría por:

 Asomó la luger y gracias al apoyo de la pared la muñeca la pudo mantener firme. Apuntó sin problemas, y con su objetivo en el punto de mira disparó sin más. Ambos disparos impactaron en su objetivo, al que Pete pudo ver como el nazi no le daban las manos para cubrir las heridas, pues un impacto lo había recibido en el hombro y otro en la rodilla.

El tiroteo hace que ya tan solo quedéis en la zona de entrada a la Iglesia vosotros y los nazis, los más rezagados se pierden por los callejones más cercanos. 

Pete dispara dos veces acabando con uno de los nazis, que cae acribillado al suelo, donde tienen lugar sus últimos estertores.

A continuación, dispara Piero acertando de lleno a otro de los nazis, al que está a punto de matar (Nazi 2 muy herido).

Faith de un certero disparo acaba con el nazi herido, que cae muerto al suelo (Nazi 2 muerto).

Y finalmente Steve logra herir a otro de los nazis, pero este se mantiene en pie, y apunta su arma para disparar (Nazi 3 herido).

El profesor trata de ponerse a salvo de los disparos que recorren peligrosamente la pequeña plaza, apartándose para evitar ser alcanzado.

Uno de los nazis dispara a Faith provocándole una fea herida, mientras que el otro dispara a Pete y falla.

Vuestro turno.

Steve continuó corriendo hacia el interior de la iglesia, aprovechando la cobertura del hueco de la entrada. Había herido a uno de los enemigos, pero por contra Faith resultó alcanzada por un disparo. ¡Maldita sea! -masculló. Parecía leve, pero con el tiroteo y la urgencia de la situación no lo tenía claro.

Miró en derredor al resto de compañeros, vio como la rata de biblioteca conseguía escabullirse. Bien por él. Luego, Steve, decidió seguir adelante con el plan. Abrió fuego una vez más. ¡Blam, Blam, Blam!