Partida Rol por web

El arte de la muerte - Espada Negra

"Cinco tras Siete" - Día I

Cargando editor
23/11/2016, 20:40
Director

La lluvia cae a cántaros, y hace que ese mediodía parezca más un atardecer. Con los ropajes chorreando agua, te acercas a los hombres que bajo el alero de la puerta inspeccionan a los transeúntes.

Corre el vigésimo día del segundo mes, del año 470, y estás por ingresar a la ciudad de Edina, en la provincia de Sunildia. La ciudad, aunque pequeña, cuenta con una muralla de no mucha altura, pero de buena manufactura.

Un carro tirado por una vieja mula gris cruza la puerta norte luego de que los guardias constataran que efectivamente tiene trigo en el cargamento. Avanzás sorteando charcos, evitando infructuosamente que tus botas se embarren por demás. Detrás tuyo escuchás quejas del campesino que está detrás tuyo, pero no le prestás demasiada atención ya que tu turno es el siguiente.

Ya frente a los hombres, puedes observarlos con mayor detenimiento: rostros recios, barba de varios días, porra al cinto, petos de cuero y autoridad sobrevalorada.

-Nombre, de dónde viene, y a qué viene- recita prácticamente uno de ellos, que posee unos distintivos en el uniforme. El tono es el de alguien que ha repetido las mismas palabras por demasiado tiempo.

Eso te hace acordar la escena durante la cual un tabernero te habló de un amigo suyo que estaba necesitando ayuda. Según sus palabras: "Es un buen hombre, y todo esto parece que remueve recuerdos oscuros para él. Además, ofrece recompensa, así que si deseas hacerte con algunos escudos, puede que te sea provechoso".

Esas palabras fueron suficientes para tocar la fibra de culpa que cada tanto se te activa luego de haber hecho algún "trabajo" no tan honrado. Y justamente venías de uno... ¿es que Soid te estaba dando un mensaje claro con eso? Y como bien Soidita, tomaste la señal que parecía estar entregándote Soid en la forma de tabernero del "Lobo Blanco".

De eso habían pasado un par de días, y habiendo dejado tu Eianil conocida, habías recorrido los caminos necesarios sin problema alguno, ya que el tabernero te había dado lo necesario para llegar.

-Ey... ¡viejo!- dijo el guardia de mal modo, pero trayéndote a la realidad nuevamente -Te he hablado, ¿quieres pasar o quedarte afuera? Si quieres lo primero mejor responde...-

Notas de juego

Vamos a ir comenzando con vos ;) ¡Bienvenido y espero que lo disfrutes!

Cargando editor
23/11/2016, 20:54
Director

Trilbanson. Siempre parecieron tan simples, tan poco útiles, y cada vez más funcionales a las Casas que realmente importan, como la tuya. El maldito Geralt Trilbanson demostró que no todos son así. Con sus continuos chantajes hace que cada vez tu imagen quede peor y peor a ojos de tu familia. Es más, amenaza con contar sobre tu habilidad con la espada, hecho que te dejaría aún más en desgracia. Por encima de todo, no sólo quiere que te cases con un integrante de su casa... sino que ese integrante sería él. Desgraciado.

Como dice la plebe para consolarse, "no hay mal que por bien no venga", y gracias a tu caída en desgracia, también te ha dejado fuera del foco y la atención, permitiéndote tener más tiempo libre fuera de los muros de tu hogar.

Así fue como te enteraste de que en una marca de Sunildia, más precisamente en la ciudad de Edina, había un artesano de cierto estatus que estaba ofreciendo una recompensa por atrapar a un asesino bastante cruento. Ahora bien, no fue ese hecho el que te interesó particularmente, sino más bien el nombre que estaba asociado a esa historia: Vinton Trilbanson, primo hermano de Geralt Trilbanson. Tal vez no era nada, tal vez sí, pero una oportunidad como la que se presentaba no podía ser desperdiciada, después de todo, era mejor investigar eso que quedarse esperando de brazos cruzados a que el compromiso siga adelante y termines casada con ese malnacido.


Así fue como, en el vigésimo día del segundo mes, del año 470, estás por ingresar a la ciudad de Edina, en la provincia de Sunildia. La ciudad, aunque pequeña, cuenta con una muralla de no mucha altura, pero de buena manufactura. Los granjeros que te hicieron compañía el último trayecto del camino se alejaron a sus hogares una vez estuviste más cerca de la entrada. No es que lo hubiesen hecho de caballeros, ni mucho menos, sino más bien porque ante tu apariencia claramente de noble (la espada, la buena calidad de tus ropas y armadura) buscaban congraciarse y obtener alguna ventaja... cosa que te era imposible de realizar siendo territorio Trilbanson. Pero al menos no viajaste sola, cuestión que para una mujer (o un hombre), por más que armada, era un peligro.

Los guardias de la puerta estaban haciéndole preguntas a un hombre encapuchado, y detrás suyo, antes que vos, había un carro tirado por un asno con una oreja bastante dañada. No puedes escuchar las palabras, pero sí puedes escuchar las quejas del campesino que conduce el carro...

-Siempre lo mismo... ¿es que no pueden hacer el control debajo de la muralla? Claro, ellos están debajo de ésta, pero nosotros...- y continuaba...

Finalmente, te tocó el turno y pudiste observar con más detenimiento a los guardias: rostros recios, barba de varios días, porra al cinto, petos de cuero y autoridad sobrevalorada.

-Nombre, de dónde viene, y a qué viene- preguntó el de más rango, automáticamente, pero que al percatarse de tu espada, la manufactura de tus ropas y demás, se irguió levemente, pero no emitió sonido alguno más.

Notas de juego

Bienvenida, y aunque aún falte un poco para que termines todo, podemos ir comenzando... que lo disfrutes :D

Cargando editor
24/11/2016, 18:59
Tinda Aglazor

Me llamo Tinda Aglazor. Sabía que ese apellido no provocaría una buena reacción en el guardia pero prefirió no mentir. Vengo a resolver asuntos particulares con los Trilbanson. El índole de los mismos escapan a vuestras competencias. Tinda no miró en ningún momento a su interlocutor ni espero respuesta de éste. Avanzó con paso decidido simulando que aquello sería suficiente para pasar aquel control 

Cargando editor
24/11/2016, 21:56
Derian Galt
Sólo para el director

Por un momento, me parece haber expresado demasiado en la mirada, las ganas de poner en su sitio al guardia. Le miro, tampoco parece de los especialmente avispados, así que espero que no se haya percatado de nada.

Demasiado tiempo andando bajo la lluvia,demasiado de este barro manchándolo todo, demasiada gente como este guardia, aprovechándose de los débiles, demasiados como yo. Necesito un sitio seco para dormir, para descansar un rato. La mañana traerá mejores perspectivas. Y tengo que encontrar a esa persona.Sí, ayudarla y el dinero no me vendrán nada mal. Ahora mismo necesito tanto una cosa como la otra.

Recordar las monedas que podría ganar me hace pensar en mis recursos actuales. Apoyo mi peso en la bota izquierda, para notar las monedas que llevo guardadas en ella, quince escudos, por precaución. Guardo en la bolsa, al ciento, otros cinco  escudos. Quizás pueda tener que necesitar alguno de estos para pasar, maldita sea. Bueno, primero intentaremos simplemente decir la verdad. No quiero problemas antes incluso de entrar en la ciudad.

Derian Galt es mi nombre. Vengo de Eianil, en peregrinación por los caminos de Soid. Loado sea! Nos dicen los sacerdotes en Eianil que tenéis los templos más majestuosos de estas tierras. Vengo con la intención de visitarlas. Además, en mi ciudad natal, un posadero, al comentarle sobre el destino de mi viaje, me comentó acerca de un hombre que necesitaba ayuda. Por lo visto habéis tenido algunas muertes un tanto macabras por aquí. Me gustaría poder ayudar a ese hombre.

Cargando editor
25/11/2016, 02:12
Director

Los guardias se miraron por un momento ante tu elocuente explicación, y luego de un momento brevísimo de duda, te franquearon el paso.

Justo al pasar junto a ellos, lograste escuchar un murmullo, pero no pudiste identificar las palabras.

Ante vos se abre una larga avenida, con algunos negocios identificados por carteles de madera. Los aleros de las casas con techo de pizarra impiden que el agua empape a los pocos transeúntes de este mediodía lluvioso.

Tus pasos son guiados por las indicaciones que habías recibido en Eianil, y te enfrentaron a un edificio como cualquier otro, pero con un cartel que claramente identificaba su interior como una panadería.

Una vez cruzado el umbral, unos percheros al costado derecho de la habitación reciben tu capa, mientras que un hombre de mediana edad, algo desmejorado, se acerca limpiándose las manos en su impecable delantal.

Sus pequeños ojos tienen un movimiento lento y tranquilo que se centra en el suelo. En ningún momento cruza su mirada con la tuya. Algo que te llama la atención es que, a pesar de ser una panadería, sus ropas y delantal no tienen rastros de harina o mancha alguna.

-Buenos días, señor- dice de manera calma -¿Qué necesita?- su acento es claramente de Sunildia, cosa que tiene sentido ya que pocas personas cambian de lugar de nacimiento.

Cargando editor
25/11/2016, 02:53
Director

Los guardias no dudaron ni un segundo. Las ropas no mentían, y tu tono aún menos. Te franquearon el paso y te encontraste frente a una larga avenida, con algunos negocios identificados por carteles de madera. Los aleros de las casas con techo de pizarra impiden que el agua empape a los pocos transeúntes de este mediodía lluvioso.

El camino hacia la panadería del tal Sonte lo recordás, y comenzás a recorrerlo arrebujada en la capa. Un viento frío te recuerda que es invierno, y que aunque estés al sur, el frío se siente. Por un momento pensás en cómo la Legión del Sur pudo combatir con el triple o el cuádruple de frío en las montañas guneares, pero la risa de un niño te saca de esos pensamientos.

Finalmente llegás a la puerta de la panadería. Tiene que ser esa. Entrás y ves al hombre que momentos antes había cruzado la puerta frente a vos. Estaba hablando con el que seguramente era el panadero, aunque te llamó la atención algo en su apariencia: su delantal y ropas no tienen harina ni mancha alguna. Es un hombre de mediana edad, algo desmejorado, y sus ojos no se encuentran con los del hombre, sino que más bien se centran en el piso, con movimientos lentos y tranquilos.

Cargando editor
25/11/2016, 03:03
Sonte

Sonte repara en que una mujer entra detrás del forastero, y esboza un intento de sonrisa.

-Buenos días, señorita, atiendo a este hombre y estoy con usted- dijo amablemente, aunque sin cruzar su mirada con la tuya.

Notas de juego

Bueno, se encuentran :) Describan a sus personajes...

Cargando editor
25/11/2016, 21:42
Derian Galt

Miro a la joven que acaba de entrar y vuelvo de nuevo la mirada hacia Sonte. Bajo la capa oscura, que he dejado chorreando en el ropero, visto un peto de cuero y ropas pardas, oscuras. El macuto de viaje, que ha visto tiempos mejores, descansa en el suelo a mi lado. Mi cara también tiene el aspecto de haber vivido ya unos cuantos años de más, aunque el cuerpo parece estar en buena forma, un casi viejo que hace ejercicio a diario. El pelo, corto, es oscuro. Las facciones, salvo por el cansancio de los días de viaje bajo la lluvia, no tienen rasgos particulares. Del montón, de esas que se olvidan a los pocos minutos de haberla visto. Con el aire seguro, de hombre que ha visto demasiado de casi todo, sonrío a Sonte, esperando que sea él el que vuelva a decir algo.

 

 

Cargando editor
25/11/2016, 22:35
Sonte

El panadero se había quedado en silencio, esperando la respuesta del hombre, pero parecía que estaba esperando algo más.

-Digame, ¿en qué puedo ayudarlo?- preguntó de nuevo amablemente -Aún queda algo de pan recién horneado- dijo amablemente, pero con un dejo melancólico en la voz, y aún sin cruzar ni una mirada.
 

Cargando editor
26/11/2016, 01:03
Director

Es el vigésimo día del segundo mes, del año 470, estás ingresando a la ciudad de Edina, en la provincia de Sunildia. La ciudad, aunque pequeña, cuenta con una muralla de no mucha altura, pero de buena manufactura. Los guardias de la puerta, a pesar de parecer rudos y poco disciplinados, al ver tu forma de hablar y hasta la túnica, te franquean la entrada sin demasiadas preguntas. Seguramente te han confundido con un Corrector, ¿y quién sos vos para sacarlos del error?

Te encontrás frente a una larga avenida, con algunos negocios identificados por carteles de madera. Los aleros de las casas con techo de pizarra impiden que el agua empape a los pocos transeúntes de este mediodía lluvioso, que tu capucha ya poco impide que te mojes.

¿Por qué estás ahí? ¿Qué te hizo llegar a esa ciudad sureña? Te llegó a tus oídos que habían asesinado a dos jóvenes campesinos de una manera que te hizo recordar una serie de asesinatos de los cuales habías escuchado hacía muchos años. Aquella vez, las víctimas habían sufrido abuso sexual y la carne de piernas y brazos había sido arrancada.

¿Esto podía ser el regreso del asesino? ¿O había algo más? Has escuchado que los Trilbanson han tenido escarceos con la diosa Taharda. ¿Y si esto es algo relacionado? ¿Y si está implicado algún ritual? Tu curiosidad y necesidad por saber más y más te trajeron, y no opusiste demasiada resistencia.

Lo último que habías escuchado era sobre un panadero que parecía estar ofreciendo algún tipo de recompensa. Por más que la recompensa en sí no es algo que te motive, el dinero siempre viene bien para mantener los gustos por el conocimiento, conseguir algún libro de contrabando de algún agente de la Corrección, o simplemente: comer.

De todas formas, si ofrece una recompensa, algo sabe. ¿Por qué lo haría sino? Esa podría ser la primera parada, después, Haradon proveería.

Notas de juego

Bienvenido Volgar Um :) Espero que lo disfrutes...
 

Cargando editor
26/11/2016, 01:09
Director

Un hombre, anciano ya, entra a la panadería encontrándose con un local bastante concurrido. El panadero, muestra un leve gesto de sorpresa ante la concurrencia que, por más que no le va mal en el negocio, que lleguen tantos clientes al mismo tiempo no es algo que le sea común. Al menos en ese horario tan tardío para comprar pan.

Unos percheros al costado derecho sostienen una pesada capa de viaje que chorrea agua.

-Buenos días, ya lo atiendo- dijo tranquilamente el panadero dirigiéndose al viejo, para luego esperar de nuevo la respuesta del primer hombre que había entrado.

Cargando editor
26/11/2016, 11:33
Tinda Aglazor

Giró la cabeza hacia atrás y miró al anciano que acababa de entrar. Despues volvió a observar al panadero y al hombre que había delante. Sus ropas eran baratas y su aspecto ordinario. Intentó ver si llevaba encima algun arma o simbolo familiar. Tinda tenía el pelo castaño, sus ojos eran azules y su piel muy blanca. Llevaba ropas de buena calidad y al cinto brillaba una espada de buena manufactura. Tenía toda la pinta de ser una noble o alguien de buena posición. 

Cargando editor
26/11/2016, 20:24
Volgar Um

Volgar localizó la panadería cuando el sol empezaba a ocultarse en el horizonte. El día era gris como el mundo mismo que pisaba desde hacía tantos y tantos años. Las gentes iban y venían envueltas en sus arrapos tratando de olvidar las miserias en las que envolvían sus vidas, igual que en cualquier otra ciudad.

Preguntó a un par de transeuntes desconfiados acerca de la panadería que le devolvieron las indicaciones de mala gana. Allí parecía que se había congregado un pequeño grupo de lugareños, quizá clientes... quizá no.

El ambiente era demasiado concurrido para el gusto de Volgar. Al viejo le gustaba tratar ciertos asuntos en privado, lejos de oídos indiscretos. 

Se hizo a un lado, tratando de no llamar demasiado la atención e hizo algunos gestos para hacer entender a los demás que prefería esperar su turno como cualquier otro. 

Cargando editor
26/11/2016, 23:02
Derian Galt

Vuelvo a mirar al panadero. Sin duda me parece claro que necesita ayuda, que carga con algo muy, muy pesado.

Por lo que he oído, y vengo de lejos, usted necesita ayuda, amigo - digo, mirando al panadero e intentando transmitir la mayor confianza posible.

Soy de primeras impresiones, y la de este hombre ha hecho que me decida a ayudarle. Vuelvo la cabeza para mirar, de pasada, al resto de la concurrencia que se ha juntado en la tienda.

Podemos charlar aquí o quizás es mejor que atienda a los demás primero. Articulo un ladeo de la cabeza, a modo de reverencia ante la que, muy probablemente sea una noble y ante el anciano que acaba de entrar.

Cargando editor
27/11/2016, 08:36
Tinda Aglazor

Se encontró de refilón con la mirada de Derian cuando éste giró la cabeza hacia atrás. Le devolvió la reverencia. Luego miró al viejo y después otra vez al extraño panadero. No he venido a comprar pan dijo finalmente. Parecía que no era la única que había escuchado acerca de los asesinatos y el artesano en busca de ayuda. Indudablemente aquel hombre que había llegado antes había venido hasta aquí tras los mismos rumores. Se apartó un poco y dejó espacio libre al anciano y le hizo un gesto con la mano dandole paso. Adelante. Pase. pensando que el viejo aquel era un cliente

Cargando editor
27/11/2016, 11:22
Volgar Um

Volgar se revolvió incómodo en sus ropajes. No esperaba encontrar tantos interesados y no le gustaban los asuntos que llamaban demasiado la atención. No obstante, debía reconocer que muchas veces la compañía permitía resolver los asuntos con más garantía de éxito.

- Parece que todos hemos venido por lo mismo- carraspeó molesto.

Cargando editor
27/11/2016, 20:50
Sonte

El panadero no oculta su sorpresa ante las palabras de los presentes.

-Oh... vaya... de acuerdo- dice retorciéndose las manos -Por cierto, mi nombre es Sonte- se presenta y con un gesto los invita a pasar a una pequeña habitación donde hay una mesa pequeña rectangular y dos sillas enfrentadas.

-Ahora mismo les traigo asientos- dice saliendo por una puerta y dejando solos por un momento a los demás.

Apenas un minuto después, vuelve con dos sillas, dificultosamente agarradas y las distribuye para que cada uno tenga una.

-Me alegra que hayan venido- dice como saludo, con un gesto que nada en común tiene con el gozo -Son tiempos en los que no brilla el sol de Soid... pero doy gracias a que los enviara- marca una pausa en la que el gesto se le torna compungido -Bueno, supongo que tendré que ponerlos al corriente de lo que pasó- traga saliva y continúa -Fue hace siete años que se dieron... que se dieron- dice tras tomar aire -las primeras muertes. El primero fue Ergal, un buen muchacho, nadie que mereciera semejante...- mira por un momento a la muchacha y duda, pero continúa -le cortaron la carne y se la pusieron en la boca- dice con una tranquilidad casi artificial -El segundo, Alig, era un especialista extranjero. Y luego fue Ecik, el hijo del noble. Nunca se detuvo al asesino, pero la semana pasada volvió a empezar. Orgen y Geris, dos jóvenes normales, hijos de campesinos que tenían toda la vida por delante-

Cargando editor
27/11/2016, 23:29
Volgar Um

- Ya es mucho suponer que se trate de una única persona- carraspeó Volgar- pero pongamos que sea así. Parece evidente que tiene cierto gusto por los chicos jóvenes, eso es algo que parece que podemos dar por bueno. Cinco víctimas, cinco hombres jóvenes. No creo que sea una casualidad. ¿Sabría indicarnos si existe alguna otra relación entre ellos? ¿Se conocían, se movían juntos? Por otro lado, ¿fueron sus cuerpo encontrado en similares circunstancias? ¿o tal vez coincidiendo con fechas señaladas? Ese tipo de cosas podrían ayudarnos a establecer patrones y prevenir el siguiente golpe.

Cargando editor
28/11/2016, 22:03
Derian Galt

Miro al anciano, ha hecho buenas preguntas. Parece que ya se ha montado un equipo. Espero la respuesta de Sonte. Me pregunto con cuál de esos jóvenes tendrá algún tipo de relación. Me parece demasiado afectado como para que no haya una relación estrecha entre él y alguna de las víctimas.
 

Notas de juego

Echo un vistazo más en detalle a Sonte y a la habitación, para ver si hay algo en ella que pueda indicarme alguna pista o algún detalle.

Cargando editor
30/11/2016, 07:24
Tinda Aglazor

"Cinco víctimas. Cinco jóvenes." No había caído en aquel detalle. Se echó a un lado y miró mejor al viejo y sus ropas de vagabundo. Sus preguntas eran inteligentes ¿Quién sería? Esperó al respuesta mientras pensaba en que todo aquello le resultaba algo extraño ¿Por qué era aquel panadero precisamente quien se involucraba en la búsqueda del asesino? ¿Que razón tenía? ¿Y las autoridades? ¿No habían hecho nada?