Partida Rol por web

Poco a poco, gracias en buena parte a la ayuda de Jonova los pequeños fuegos se van apagando y la tranquilidad vuelve al campamento.

Un viejo halfling, que porta un símbolo de Nethys al cuello se acerca al cadáver, pero antes de que podáis empezar con las presentaciones, Almah os hace un gesto para que entréis en su pabellón:

- Garavel, los nuevos, por favor, quiero hablar con vosotros. - ordena mientras se mete en la tienda.

Garavel obedece a su ama con rapidez mientras os hace gestos para que lo sigáis a la gran tienda de seda.

 Cuando las llamas fueron extinguidas en su totalidad, Jonova fue en busca de Jarael y el camello. Tirado de las riendas condujo la montura al corral donde Simbad junto con los mozos de cuadra reunieran al resto de camellos. Jarael se movía como una sombra leonina tras los pasos de la mujer del desierto, con una gracia hipnotizadora.

 A pesar de su olor y presenencia del gran felino, la mujer mantuvo tranquilos los camellos mientras dejaba su montura junto a las otras.

 Antes de tener tiempo para nada más la mujer que parecías la patrona, Almah, pidió que asistieran al gran pabellón que era su tienda, y allí fue Jonova acariciando distraidamente la cabeza de su fiel compañero.

-Fzzzoh, Fuuuush, Wooosh- Hacia soniditos Sinbad mientras movía las manos y apagaba el fuego ficticiamente mientras se mantenía al lado de los camellos para que no se pusieran nerviosos.

Finalmente todo termina y Sinbad se pregunta como es que Jaali, que alardea tanto de magia no ha realizado ningún simple conjuro para ayudar a los demás. Levantó los hombres como dejando aparte las ideas y si dirigió hacia la tienda donde los llamaba Garavel.

-Bonito gato gigante- Le dijo a Jonova que había venido a dejar el camello.

Yessef soltó un bramido.

-No creo- Le respondió sin prestarle mucha atención.

Diegen se dirige a la tienda como el resto de sus compañeros. Nada que comentar. 

Dorwas se iba quitando el hollín de las manos, sacudiéndoselas en los pantalones, cuando se dio cuenta que tenía una quemadura en el pecho por la carta que se le había pegado cuando llegaron.

Se empezó a frotar para calmar el escozor, cuando escuchó al último integrante del grupo hablar y se giró hacia él. ¡No, Yessef! No eres su tipo y te la cortaría de un mordisco antes de que te direras cuenta. Y no queremos tener que llamarte Yassmin, ¿no?

Tras ello, siguió su camino al interior de la tienda.

Sinbad enarca una ceja ante el comentario de Dorwas.

-Preguntó si se lo comería, no si se la comería.- Protesta ante el error de comprensión.

 La joven miró al pastor que le hizo el comentario sobre Jarael. Sorprendida por el comentario. Con una media sonrisa comenta.

 - No es un gato. Ni un gato gigante. Sinó un jaguar. Y sí, es bonito... y letal.

 Tras lo cual termina de adentrarse en el pabellón de Almah, con Jarael a la zaga, moviéndose sinuosamente.

Sinbad se detiene mientras Jonova desaparece en la tienda, se mira a Yessef levantando ambas cejas.

-Uuuuu, es letaaaal ...- Dice en tono burlón en el que el dromedario hace algún ruidito. -Venga vamos.-

Y luego hace ademan de entrar en la tienda con Yessef. Si la chica entra con su gato gigante, el entrará con su dromedario.

Vais entrando uno a uno en el espacioso pabellón de Almah, a pesar de estar en el medio del desierto el pabellón tiene un cierto aspecto lujoso: alfombras en el suelo, tapices y cortinas separando las estancias, lamparas quemando incienso...

Sentada en un cojín con perlas esta la princesa mercader, esperando a que todos entréis y os sentéis. En el interior con calma veis con más tranquilidad a Almah, lo que más llama la atención de la bonita joven son sus ojos azules, algo nada habitual en Katapesh y que delata ascendencia extranjera.

- Buenos dias - dice en cuanto todo el mundo esta sentado - Ante todo, por favor, aceptar mis disculpas por no haberme presentado correctamente, mi nombre es Almah Roveskhi, y soy la cabeza la familia mercante Roveskhi, encargada por los PactMasters de Katapesh de recuperar el pueblo de Kelmanare de los gnolls y reabrir las rutas comerciales de los Picos de Alpaca. Es un honor teneros a mi servicio y al de mis señores. - su acento sin embargo es perfecto, si hay algo de extranjera en sus rasgos, habla como cualquier otro miembro de las clases altas de Katapesh. - Lo siento mucho. No se volverá a repetir.

- Garavel, me gustaría que, con la ayuda de estos señores y señoras - dice con un gesto hacía todos vosotros - investigaras el incendio de la carreta de Eloais. Quiero que comprobéis si ha habido algo extraño en el incendio. No tengo razones para sospechar un sabotaje, pero me gustaría que os cerciorarais. - Almah mira hacia su mayordomo.

- Nos encargaremos de comprobar cada detalle, señora - contesta Garavel.

- No me cabe ninguna duda, Garavel, de que haréis un gran trabajo, ¿alguna pregunta?. - dice mirando a todo el grupo.

Sinbad se permanecía junto a su compañero inseparable, aturdido por los perfumes que había en el pabellón. Se sentía ligeramente mareado y abrumado por el ambiente.

Por si fuera poco, no podía apartar la mirada de esos ojos. Bonitos, redondos y bien delineados, que hacían que un hombre se perdiera en 1001 fantasías.

Luego miró un poco mas arriba y se dio cuenta que tenia los ojos azules. Lo que le recordó ciertas tribus nómadas de mas al norte, aunque esos los solían tener verdes.

-¿Se sabe quien murió?- Pregunta Sinbad.

Cita:

Almah y Garavel se disponen a contestar, pero en cuanto el mayordomo se da cuenta de que va a hablar la princesa se calla.

- Si, claro. Ha muerto Eloais, mi adivinador y lector de cartas particular - comenta - un joven Varisio muy apuesto, especializado en leer el Harrow. Lo conocí hace un mes en Solku, preparando esta expedición y lo contrate, desde entonces ha estado con nosotros - añade con inocencia mirando hacia Garavel por si tiene algo que añadir, pero el mayordomo niega con la cabeza.

Bethel asiente ante la presentación de la princesa Almah, sus ojos clavados en ese par de estanques azules. Haciendo esfuerzos para que su vista no caiga un poco más abajo. Esto debe ser lo que los amantes de libros polvorientos como Jaali llamaban... la gravedad. Esa fuerza misteriosa que hace caer las cosas.

La vista se le cae por un momento al fascinante escote por el que asoma piel rosadita. Como puede ir por el desierto... su vista vuelve arriba inmediatemente. Sus mejillas se empiezan a teñir de rojo. Que no me hayan pillado, que no me hayan pillado.

Cita:

- Y ¿ha muerto por el incendio o el incendio era para ocultar su muerte? Disculpa, cuando te has visto envuelto en intrigas palaciegas aprendes a ser cauto o no vives mucho.

- Garavel, me gustaría que, con la ayuda de estos señores y señoras - dice con un gesto hacía todos vosotros - investigaras el incendio de la carreta de Eloais. Quiero que comprobéis si ha habido algo extraño en el incendio. No tengo razones para sospechar un sabotaje, pero me gustaría que os cerciorarais. - Almah mira hacia su mayordomo.

 

- Nos encargaremos de comprobar cada detalle, señora - contesta Garavel.

- No me cabe ninguna duda, Garavel, de que haréis un gran trabajo, ¿alguna pregunta?. - dice mirando a todo el grupo.

Sin dirigirse a nadie en particular, Diegen murmura para sí:

- Parece que tenemos nueva tarea... recién salida del horno. 

¿Podremos echar un trago antes? pregunta Dorwas tras hacer una nada disimulada comprobación de la mujer, de arriba a abajo. Quiero decir, el viaje ha sido largo y algo movido se señala la herida aún sin curar y seguro que se agradecería refrescar el gaznate antes de empezar a ponernos en faena.

Morbo sin prestar mucha atención escucha a Almah

 Bla Bla Bla "mi carro me lo quemaron", bla bla bla "era mi adivino.." 

Pues no debía ser muy bueno en lo que hacía no.

Y de repente levanta la mirada y siente como si esos ojos le noquearan, dejándolo sin aire y pálido.

Puff Vaya vaya... vaya ojazos tiene la dama! me pregunto si en el burdel tendrán alguna con ojos azules y un buen par de...

Dice Dorwas:

¿Podremos echar un trago antes?

- Apoyo la moción. dice intentando disimular un poco la cicatriz.

Cita:

- No se - Almah mueve la cabeza negando - Eso es lo que debéis investigar.

Cita:

La mirada de Garavel se clava en Dorwas como un puñal. El enano casi nota el dolor en el costado. Sin embargo Almah se muestra más compresiva.

- Por supuesto, por supuesto. Supongo que cenaremos en breve, pero pedir a los camelleros provisiones - dice poco preocupada por las cuestiones menores - Si no tenéis nada más que añadir, daremos esta reunión por concluida.

Garavel se levanta con una reverencia y se dispone a abandonar la tienda, haciendo un gesto para que lo acompañéis.