Partida Rol por web

Bethel se va hacía donde señalan los guardías cuando hablan de Daskhi y trata de examinar el terreno mirando si se ha dejado algo, y quizás averiguar algo del rastro: cuanto tiempo ha estado ahí, de donde ha venido, donde se ha ido, si solo están sus pisadas, etc.

- Ahora vuelvo - dice escuetamente, pues trata de ir solo y discretamente, con la intención de que el rastro no se perturbe aún más después de toda la gente que ha ido de aquí para allí corriendo mientras trataban de apagar el incendio.

Veis alejarse al elfo examinando los alrededores del arbol, anda con pasos cortos mirando mucho donde poner los pies para evitar estropear el rastro. Baja la cabeza, parece que ha encontrado algo interesante. Su mano se adelanta inconsciente siguiendo las pisadas cuando...

... su pie resbala, la cabeza acaba enterrada en el suelo destrozando las huellas. Levanta la cabeza escupiendo tierra y maldiciendo - ¡Mierda de camello! - se limpia con la manga como puede y al abrir los ojos ve como le miran. - Oh diablos - murmura al ver como Almah baja la vista embarazada. Por que diablos no tengo alguna vez un poquito de suerte. Golpea con el puño el suelo, pero ni siquiera logra descargar su rabia, tan solo consigue una buena rascada en la mano.

Jaali apunta un dedo amenazador en direccion al soldado

Si das un paso mas atente a las consecuencias - dice al guarda -  Estamos investigando la muerte de vuestro compañero en nombre de la princesa. Si necesito acceder a tu mente para saber si alguien esta relacionado con su muerte, lo hare. Si nos han encargado a nosotros esta tarea y no a vosotros sera por algo. Si tienes quejas, dirigete a tus superiores - dice con desden, irritado porque el conjuro vuelva a fallar

La mirada de Dorwas, que estaba más atento a ver si encontraba un pichel de cerveza o medio pollo sobrante del desayuno para usarlo, como decían en Katapesh, a modo de Hamar'Ketako, se volvió dura como el acero cuando escuchó al guardia soltar improperios.

Con un gesto altamente estudiado y practicado, sacó su cimitarra, dejando que la luz del sol se reflejara en los distintos grabados y, sobre todo, en su filo, dejando claro que no se trataba de un arma de esas que comprabas en el Bazar por unos cobres.

Con unas zancadas, se colocó junto a Jaali, enfrentándose al soldado.

¡Quieto si quieres vivir otro día para contarlo! rugió, con un bozarrón que parecía imposible brotase de un ser tan pequeño.

Después, con la espada girada en posición defensiva, añadió. Podemos arreglar esto civilizadamente, sin que haya derramamientos estúpidos de sangre.

Acto seguido, se giró hacia Jaali con la punta de la cimitarra apuntándole, le dio una patadita y ordenó. ¡Vamos, ya has oído al soldado! ¡Al suelo, las manos separadas y la boca cerrada!

Jaali mira a Dorwas con desprecio

Tu y que ejercito? - le dice encarnando una ceja - Veo que nadie parece interesado en mis servicios, y francamente, me teneis un poco harto. Cuando veais que no podeis resolverlo sin mi ya vendreis suplicando.

Dicho esto, el mago se gira y se va a montar su tienda de campaña

Sinbad apartó a Yessef del guardia hostil, segundos después parecía que los ánimos se caldeaban y que Dorwas ... se ponía con Jaali.

-Por Alah*, este es el grupo mas caotico, patán y mal avenido que he visto nunca.- Suspiró con cierto pesar mientras se apartaba de los guardias y los demás, buscando con la mirada a los mercenarios que serian las siguientes victimas de sus pesquisas.

Pero antes de ir les recordó a la gente, aunque principalmente los guardias.

-Recordad por quien trabajáis, estamos aquí por orden explicita de la princesa para investigar una muerte a todas luces sospechosa.-

Señaló al guardia que empezó los gritos.

-Si tantos problemas tienes en que te preguntemos, quizá debemos llevarte a una mesa de tortura. Con lo que cierra el pico.-

Luego a Dorwas.

-Por favor, intenta mantener un poco la apariencia de que somos un grupo. Jaali hace el esfuerzo, aunque sea por orden de Garavel, de no meterse con nadie ... nadie aquí va a ganarse el respeto de los demás a empujones-

Finalmente se larga soltando un bufido y preguntándose si no es el primero en pensar que parecían un circo.

-Venga Yessef, vamos a preguntar a esos mercenarios.-

los restos de algún libro, la esquina de alguna carta astral y alguna carta que milagrosamente no se ha quemado (el rey).

Ajeno por el momento al innecesario altercado que se avecina, Diegen se acerca al padre Zastoran con algunos de los restos del carromato quemado: restos de las cajas explotadas, restos de libros...

- Padre Zastoran! Qué le parecen estas cajas? Sabe si esto son cosas normales que usan los alquimistos esos?

El ruido proveniente de la pequeña pelea hace que Almah se asome fuera de la tienda, justo a tiempo para ver a Bethel revolcarse en la mierda de camello.

Mientras tanto Dorwas agarra a Jaali que se estaba dando la vuelta, con firmeza y lo levanta en el aire.

Los soldados rodean al enano mientras uno de ellos todavía con la cimitarra en la mano dice:

- Ese idiota me ha hecho algo en la mente - el guardia se acerca a Dorwas claramente enfadado - quizá querría cargarme con las culpas de lo que ha hecho el. En cualquier caso le voy a enseñar a respetar a un guardia de Katapesh.

Sin soltar a Jaali, quien pataleaba en el aire como esos perritos del desierto que ofrecen en el Gran Mercado para hacer los mejores pucheros, miró al guardia.

Compañero, casi todos nosotros estuvimos al servicio del Halcón y llegamos a ser la guardia personal de su sobrino. levanta un hombro para dejar ver su enorme tatuaje sin problema. Para mi vergüenza, el también. la voz de Dorwas refleja disgusto.

Si no te importa, es algo que tenemos que solucionar nosotros pero te aseguro que no se volverá a repetir. mira al hombre a los ojos y añade. Cuando terminemos con este hueleviales follapergaminos, te prometo invitarte al mejor trago que se pueda comprar en esta caravana.