Partida Rol por web

Le sorprendió la aparición del encargado, se habían demorado tanto que al final su presencia no había pasado desapercibida. Se aclaró un momento la garganta, buenas noches, -miro un momento a Jack, y al resto - claro teníais razón, dijo sin indicar cual de todos se refería - como no iba a haber nadie cuidando el edificio -negando con la cabeza como si hubiera perdido una apuesta. Todavía le quedaba en la mente lo ultimo que había propuesto, y sin esperar respuesta su lengua empezó a moverse como si tuviera vida propia. 

Pues verá buen hombre, -le miro un momento - usted debe de ser el encargado del edificio, aquí mis amigos y yo estábamos disfrutando de una buena velada, cuando algo me vino a la mente. - hizo un ademan de sorprendido- Ah, es verdad, usted puede que no lo sepa, - viendo la cara que ponía el hombre - soy escritor, y como sabrá nuestra inspiración se nos manifiesta en los momentos más inesperados,  y claro mi insistencia ha hecho que traiga a mis amigos hasta aquí casi a la fuerza. - sonrió - Ahora voy a trabajar en una novela, ¿le gustan las novelas?, ahh es maravilloso como te pueden transportar hasta cualquier sitio, verdad, pues verá no le puedo dar más detalles, pero tiene algo ... bueno mucho que ver con las relaciones sórdidas de un contable misterioso, junto a otros mas misteriosos personajes, y ¡voilá!, en ese momento surgió el nombre del señor Manusco, que tiene sus oficinas aquí. Hizo un gesto con las manos como tomando aire -Así ya empiezo a contaminarme de esta esencia, nada mejor como ver como trabaja alguien, como vive, todo como si fuera el para poder contar un buena historia, oh si, eso es. Ah perdone  me estoy dejando llevar,  la verdad teníamos que pedirle un pequeño favor, si tuviera la amabilidad de enseñarnos la oficina del señor Manusco se lo agredecería. - Piénselo, - me pongo a su lado poniéndole el brazo sobre el hombro como si fuéramos amigos, - va a contribuir en lo que puede ser la novela del año, que digo!,  puede ser  la novela de la década. Y como no su nombre en los agradecimientos, por supuesto en primer lugar donde todo el mundo pueda verle.

Me quedo un momento mirándolo con preocupación, pero por favor, esto es altamente secreto, imagínese que algún despreciable quiera robarme la historia, incluso hasta tienen confidentes en la policía - terminó diciendo casi enfadado -  Le ruego que pase lo que pase no le comente a nadie nada de esto, puede costarme la ruina.¿ Qué me dice?

-El señor Sharpe dice la verdad, créame -añadió Thomas, reforzando sus argumentos-. Somos hombres de bien, como puede comprobar, no tiene de qué preocuparse.

Sin embargo, el hombre no pareció impresionarse en absoluto.

- Pero, ¿qué diantres estás diciendo? ¡No entiendo nada de lo que me estás contando! - el encargado mira fíjamente a los"intrusos" - no me vengan con monsergas de novelas ni historias ¿qué están haciendo aquí?

La reacción del portero le molestó, notaba como la vena de su frente se le hinchaba, pero se contuvo, volviéndose mirando a otro lado respiro tres veces pausadas. Volvió la mirada al hacia el hombre, intentando sonreir y que no se notara su enfado, y empezó a decir. 

- Que es la vida sino una historia que vamos escribiendo cada uno, a veces con conocimiento y determinación y otras empujado por los acontecimientos. - prosiguió intentando embaucar al anciano - Aquí con mis amigos, como verá estamos intentando escribir una parte más de nuestro relato, - siguió con la prosa que salía de su boca, pensando que quizá si no supiera de lo que hablaba, simplemente con querer no escucharlo más les dejaría pasar - y los acontecimientos nos han llevado hasta aquí, hasta la oficina del señor Manusco, ahhh! y se preguntará cuales son esos motivos, - se llevó un poco la mano a la barbilla - pues no se como explicarle realmente nuestros motivos, pero digamos que tiene que ver con que necesitamos conocer más sobre el señor Manusco, y la relación con un amigo nuestro. Le estaríamos agradecidos si nos permitiera echar un vistazo a su oficina.

- Echar un vistazo a su oficina - enarcó las cejas y sus ojos casi salen de sus órbitas.
El portero hizo una pausa y frunció el ceño.
- Ummm - y tras tomarse unos instantes añade: - los que ustedes piden es peligroso, si algo pasa yo soy responsable. ¿Qué ganaría yo a cambio de arriesgar mi puesto de trabajo si dejo entrar a unos caballeros que no conozco de nada en el edificio?

Al final todo se reduce a eso, al puro y simple dinero, dinero contante y sonante que al abrir su cartera ve que no dispone, quizá alguno de sus compañeros pueda rascarse mejor el bolsillo que él. 

Desde fuera parecía una ballet nocturno, Arthur intentando convencer al portero de que éramos gentes de bien.
- Disculpe señor, pero todo lo que le cuenta mi amigo es verdad, intentamos conocer más la relación del señor Manusco con un conocido nuestro. Lo malo que se nos ha echado la noche encima y no hemos podido cambiar los planes. Pero seguro que nos puede hacer un favor...
Meto la mano en mi bolsillo para sacar la cartera.

- Bueno, quizás con 150 pavos me arriesgo

-Creo que podremos llegar a un acuerdo -añade Thomas-. 150 dólares es mucho dinero.

Novak no cree que aquél hombre vaya a ceder. Al fin y al cabo tiene razón, está jugándose su puesto.

Así pues, prepara la cartera para poner su parte.

- Bueno - carraspea - con 200 me conformo, tened en cuenta que puedo perder el empleo.

La cosa se estaba complicando, si seguiamos dudando, el portero iba a subir poco a poco la cantidad, y al final nos arruinariamos.
Mirando al resto de mis compañeros y hablando en voz baja. - Yo creo que entre todos podemos aportar todo el dinero, yo pongo 100 dolares, os parece bien? tampoco quería quedarme sin dinero, este caso acababa de empezar y nunca se sabe a donde nos llevaría la aventura.

-De acuerdo, yo pongo los otros 100 y olvidemos este turbio asunto -dijo Thomas con un susurro.

Menudo usurero, judío, pensó Thomas. Pero daba igual, aquel caso lo intrigaba sobremanera. Más bien lo turbaba...

Respiró con alivio al escuchar lo que decían sus dos amigos, ellos se harían cargo de los 'gastos' que iba a conllevar acceder a las oficinas. El viejo era más listo de lo que parecía aparentar y no habíamos conseguido hacerle entrar en razón de otra forma más que con dinero.

- Yo debo decir que mi efectivo no da para mucho más, -miró un monento su cartera - quizá con suerte podría pagar la carrera de vuelta del taxi.

El encargado del edificio sonríe y toma el dinero frotándose las manos.
- Pasen, pasen no se detengan.
Rápidamente cierra la puerta tras asomarse para asegurarse de que ojos indiscretos no eran testigos de la operación y lleva a los investigadores al interior fuera de la vista de la calle. Tras desaparecer unos instantes para entrar en las dependencias destinadas a su vivienda personal. Al cabo de unos minutos, que parecieron horas volvió a aparecer con un manojo de llaves y tras un un gesto para que los siguiera comienza a subir las escaleras sin mediar palabra alguna.
Tuvieron que subir dos pisos, antes de llegar junto a una puerta con el nombre del difunto, efectivamente era contable.
- Os ruego discreción - comenta en voz baja tras buscar la llave adecuada - sed rápidos y no revolváis, que el Sr Manusco no sepa que alguien ha entrado en su oficina.
Una vez abierto la puerta os hace una señal para que entréis y tras cerrar la puerta espera en el pasillo.
- No revolváis, que no se note - volvió a repetir a modo de despido - esperaré aquí fuera.

La oficina consistía en un par de cuartos adyacentes con un pequeño excusado. Una mesa grande de escritorio de caoba domina la estancia. Unos cuantos cuadros y fotografías colgaban de las paredes, una estantería también de caoba mostraba algunos libros de contabilidad y material de oficina. Sobre la mesa había algunos papeles y una agenda.
La habitación contigua está vacía y no hay nada. La ventana de ésta domina la Avenida de Michigan.

Thomas paseó por la sala como quien no quiere la cosa, un poco reacio de la ilegalidad que estaban cometiendo. Pero en un determinado momento, la curiosidad pudo con él y decidió hojear la agenda. Quizá supieran dónde se encontraba o qué solía hacer.

Parece que lo habiamos conseguido, a coste alto, pero entramos en la oficina. No era tran grande como yo pensaba. Veo a Thomas investigar una agenda, y yo me dedico a mirar las estanterías para ver si puedo averiguar algo.
- Venga chicos, intentemos ser discretos y acabemos cuanto antes.

Por fin!, el tacto del dinero parece que ha ablandado a su 'anfitrion' y les deja pasar al despacho del señor Manusco, quedándose en la puerta por si aparece alguien. Sus compañeros empiezan a rebuscar en el despacho, mira de reojo la agenda que coge Novak y después intenta mirar que clase de libros puede estar en esta oficina buscando algo fuera de lo comun, seguramente seran libros aburridos, nada de autentica literatura, para despues con un poco de desgana echa una ojeada a alguno de los libros de contabilidad quizá buscando algun tipo de inspiracion de cuando aun tenía interés en ese tipo de cosas.

Aun así se sentía emocionado por la situación, sin poder ni siquiera responder a la advertencia del detective.

Encontráis un cajón de los ficheros con la letra B que parece haber sido forzado y han desaparecido todos los ficheros que comienzan por esa letra.

Tras revisar los libros y cosas de poco interés por fin la atención se para en un sitio concreto- ¡Ajá!, y aquí ¿qué es lo que tendría guardado el señor Manusco?- dice al ver el cajón desvalijado,  donde faltan muchos de los papeles que contenía.