Partida Rol por web

 Escuché todo con atención y pense en mis cosas sopensando pros y contras - Pero todo saldrá bien - le digo a Kath - No se, pero me considero la mejor picará que conozco, sigilosa y habilidosa como la que mas y por lo que veo, eres la bárbara mas fuerte y decidida que conozco, así que creo que el posadero ha sabido escoger bien - dije complacida

 - No digo que sea facil, nunca lo es, pero si fuera facil, obviamente, no sería divertid - sonreí

 Para mi, era divertido aprender a mejorar cada vez mas, por eso, me consideraba tan buena en lo mio, porque trataba de aprender siempre de lo mas dificil

 Miré al posadero.

 - Entonces, si tenemos esta noche la misión ... y no vamos a ir al reconocmiento, tenemos tooooooooodo el día libre, ¿Verdad? en ese caso me gustaria ir al mercado a ver si veo algo interesante - comenté

Miro a Kathra, con una medio sonrisa.

Si lo he sopesado, pero no creo que os pase nada, como bien dice Sacha, se elegir a la gente para mis trabajos.

Sonrio a ambas mujeres, dando a entender que confiaba en vosotras plenamente.

Si sacha, teneis todo el dia libre. No os volvere a reclamar hasta dos horas antes del anochecer para daros mas detalles. Aun sigo recopilando informacion para que esta noche no os encontreis con excesivos problemas.

Si no teneis mas preguntas o dudas, podeis retiraros a disfrutar de las compras de los mercadillos de la Villa.- Sonrio.

Asentí a aquello que dijo el posadero, sin estar totalmente convencida aún de que todo fuera a ser tan simple cómo él lo pintaba, pero por el momento, como no tenía ninguna noción de cómo planeaba ese hombbre las cosas, no podía juzgar, por lo que en principio, tenía mi voto de confianza.

- Pues aquí estaré para esa hora...

Ya se me había pasado el bajón que me había entrado al escuchar aquella historia, siendo algo parecido a mis enfados, que se me terminaban pasando siempre en seguida, por suerte.

- Yo tengo que ir a recoger mi armadura.

Me puse en pie como diciendo que por el momento no tenía nada más que decir, esperando a ver si añadía algo más o simplemente podíamos irnos.

Solo una cosa mas....- Os detuvo un segundo con sus palabras y una sonrisa.

Ahora saldreis donde estan todos, por favor no digais nada de lo que hemos hablado.

Podeis decir que os he encomendado otra mision, pero no su contenido.

Un secreto se desvela dependiendo de las personas que se lo cuentes multiplicado por dos...- Sonrio- cuanta menos gente lo sepa, hay menos posibilidades de que se desvele.

Y si  uno de nosotros habla, las palabras correran mas rapido que el fuego hasta los oidos de las personas equivocadas...

Sonrio como un niño travieso.

Hasta luego chicas....

Seguistes a Grannik que os dirigio a  un reservado llamado "El estomago de la hydra" una sala de unos 5 metros por 3 metros.

Era como una cueva iluminada de velas con tres mesas alargadas vacias.

estaba vacia, siendo vosotros las unicas en estar en tal fabulosa cueva.

Grannik,se sento y os sonrio, no sin antes llenar tres pequeños vasos hechos de cristales de colores de hidromiel.

Os cuento...- sonrio tras su espesa barba.

Herion Nightfark, es un coleccionista de arte de la villa. Un hombre muy huraño que controla gran parte del mercado.

Hace poco consiguio una pieza unica e insolita, que llevo buscando desde mis tiempos de aventurero...- Suspiro un momento y visteis su nostalgia de querer vivir de nuevo aventuras.

¿Conoceis la leyenda de la dama y el dragon?- Os miro un momento. ¿No?

Entré en la sala acompañando al posadero, a la misma vez que avanzaba con mi nueva compañera. La estancia estaba repleta de velas, lo que le daba un aspecto algo más oscuro y a la vez acogedor al lugar.

Me senté, imitando al hombre. La verdad es que todas las cosas se habían torcido desde que llegué a la ciudad, pero lo bueno es que había tenido el placer de disfrutar de la compañía de un apuesto hombre durante la noche. Me eché el pelo hacia atrás, de una forma muy femenina: Ya actuaba así por instinto, no hacía nada que no llevara un aire de sensualidad implícito.

Tomé uno de los vasos de hidromiel y le di un trago, esperando a que el hombre hablara- No, lo siento. Temo no conocer la historia de la que me habla. ¿Le importaría narrarla, si es tan amable?- dije, dedicándole una sonrisa encantadora al hombre que tenía delante de mí.

Pf... si es que esto al final acabará siendo más difícil de lo que me imaginaba... ¿nos va a pedir que robemos lo que nos está pidiendo?

Paso en silencio a esa acogedora sala repleta de velas y de aspecto íntimo. Miro a mi compañera siempre tan femenina y elegante y no puedo sino sentirme más pequeña de lo que ssoy a su lado.

Tomo asiento cuidadosamente y mis pies quedan colgando del pequeño sofá. Cojo mi vaso de hidromiel y lo acerco a mis labios mientras Granik nos pone al día de nuestra nueva misión.

-No conozco esa historia, pero... no pretenderá que robemos o algo así ¿verdad?-le digo abiertamente, pues la idea no me llama demasiado la atención.

"Puedo ser cualquier cosa menos ladrona" pienso.

Os miro con cara de sorpresa por no conocerla, pero sonrio con cordialidad.

Os la contare un poco resumida....Os miro a ambas y sonrio llevandose el vaso a los labios.

Es una historia que sucedio hace muchisimo tiempo, tantos que ni siquiera se sabe aun hoy en dia el origen de la leyenda.

Carraspeo un poco y puso tono de narrador

Cuentan que una bella Dama elfa de los bosques llamada Drusilia, quiso explorar mas alla del bosque pese a las advertencias de su padre.

Heian Galanodel, quiso casar a su hija con el  hijo de otra familia noble vecina.

Esta, no queria a el hombre que concertaron y se escapo en una noche de luna nueva.

Se fue con lo puesto y tras cruzar la paz del bosque se interno en la columna de picos negros donde mil peligro la aguardaban.

Escalando piso en falso y cayo por una grieta, donde una fiera de escamas rojas la miro con ojos amarillentos e inyectados en sangre.

Drusilia, quedo incosciente bajo el tesoro de aquel poderoso Dragon.

El dragon lamio sus heridas y con su magia la curo. Pues estaba muy solo desde hacia muchos siglos.

Tras el susto inicial el dragon llamado Draroj, hablo con ella durante todo el tiempo que duro su curacion y se hicieron compañia.

La recuperacion de la Elfa duro varias lunas y Draroj, la mantuvo bajo su ala, dandola alimento y conversacion.

Se hicieron muy amigos, pues el dragon instruyo a Drusilia en muchos aspectos.

Tanto que de la amistad paso al amor y ese amor a un acto.

Las familias buscaron a la Elfa y finalmente la encontraron en aquella gruta.

Atacaron al Draroj y el joven elfo prometido encabezo la lucha y Drusilia, se interpuso siendo mortalmente herida.

El dragon mato a todo el mundo con su aliento de fuego y cuando todo acabo Draroj, cogio a Drusilia.

En su ultimo aliento se besaron y del dragon broto una lagrima cuando esta fallecio entre sus brazos.

Aquella lagrima producto de la pena, el dolor y el amor surgio una piedra con el alma de Drunilia en su interior, pues Draroj. sorbio en aquel beso el alma del ser que amaba.

Esa piedra se llama "El beso del Dragon"

Bebio cuando acabo su relato.

Mis queridas aventureras, pido que negocieis con el la venta de un orbe, que se dice que es un mapa en si.Segun dicen su soporte es la misma garra del mismisimo Draroj, de esta historia.

Es un duro negociante, ya que llevo años intentando comprarselo, pero a mi no me lo vende.

Pero tiene un punto debil que yo no poseo y es que su perdicion son las mujeres de cualquier raza y vosotras sois muy bellas para engatusarle en ese sentido- Sonrio observando vuestras reacciones.- Necesito ese artefacto, sea el precio que sea y de la forma que sea, pues no dispongo de muchas coronas de oro para comprarlo. pero si puedo ser muy generoso con vosotras si me lo conseguis...- Se quedo callado observando vuestros gestos y volvio a beber mientras esperaba vuestras respuestas.

Escucho atentamente la historia que nos cuenta Grannik. Trato de ocultar algunas lágrimas que asoman a mis ojos al escuchar el trágico final pues aunque soy bastante sádica en el fondo tengo un alma romántica y ducle que clama por un amor verdadero... aunque no dejo que el mundo lo vea.

Escucho su petición con algo de reticencia, pues habla de hermosas jóvenes y, está claro que Annya lo es, pero ¿yo? ¿Qué clase de hombre, que no fuera de mi misma raza, se vería atraído por alguien como yo? Ha hablado de mujeres hermosas, definitivamente no se trata de mí aunque con aduladoras palabras trate de decirme lo contrario.

"Kristyd, no seas tonta. Ha dicho de cualquier raza" me autoregaño.

-Ese tío es un pervertido-digo en voz alta sin poder evitarlo-. ¿Cómo pretende que lo hagamos? ¿Robándole? 

"Igual quiere que le ofrezcamos calor carnal. Kristyd, deja de pensar estupideces" vuelvo a autoregañarme.

Escuché la historia en silencio, al igual que mi compañera, la enana. Odiaba esos finales trágicos de las historias, ¿por qué demonios no podían existir finales felices? Aunque... bueno, un dragón y una elfa... Qué historias tan raras se cuentan... Quizá si hubiera hablado de un perfecto humano y una elfa mi interés habría aumentado, pero... ¿acaso no buscábamos todos un amor tan sentido como ese? ¿uno por el que ser capaz de morir? Dentro de unos años, quizá, pero era tiempo de disfrutar de la juventud y la belleza.

Sonreí levemente cuando escuché sus verdaderas intenciones. Ahí residía la importancia de que la enana y yo participáramos en esto, en nuestra belleza. Era cierto que mi compañera era guapa, para pertenecer a su raza: Claro estaba que los hombres enanos carecían de atractivo alguno, igual que para mí las damas, pero ya había visto a otras mujeres de esa raza y, comparadas con ellas, Krystid era toda una belleza.

-Ahá... ya entiendo- dije, relajándome- ¿y de cuánto hablamos en cuanto a esa recompensa? Quiero decir... somos señoritas...-sonreí, guiñándole un ojo a la enana- y veo que es un trabajo importante, algo que realmente necesita. Yo estoy dispuesta a ayudarle a negociar, por supuesto, al igual que mi compañera, ¿no? Solo necesitamos hablar de la recompensa.

Este sonrio mirando a la hechicera.

se que vosotras las mujeres teneis un don especial con los hombres, sabeis donde tocarnos para acceder a vuestras peticiones.

Os dare 1200 coronas de oro para comprar el libro, lo que sobre de la negocacion sera vuestro y si no os sobra nada os dare yo 200 coronas a cada una...¿trato hecho?-  Sonrio de nuevo y en sus ojos visteis que se divertia tentandoos de aquella manera.

-Nunca he sido buena para los números y las monedas, sólo digame a quién hay que buscar y qué espera y lo haré, pero la joven Annya parece saber de esos temas. Dejaré a su criterio si cree que la cantidad es adecuada para lo que quiere que consigamos-añado sinceramente con mi acostumbrada sonrisa mientras aún mi mano acaricia el filo de mi hacha.

"Algo me dice que no comerás hoy, mi querida amiga" pienso mientras la acaricio en silencio.

Mis ojos vuelven a Annya quien parece saber de estos temas. En mi vida siempre he sido la que sigue a los líderes a pesar de su carácter fuerte, aunque sabe que si se fragua batalla actuará sin pensar, así que de momento, antes de meter la pata prefiere dejar que sea Annya quién decida si la cantidad le parece la adecuada.

Me quedé unos instantes en silencio, analizando- Entiendo señor... - suspiré, como si estuviera pensando en algo- Es una buena oferta, de verdad. Como usted comprenderá...- dije, dedicándole una mirada de complicidad a mi compañera- procuraremos hacer el mejor trato posible para todos... pero para ello deberemos estar presentables...- me acerqué a él, caminando cual felina que está apunto de cazar a un ratón. Acerqué mis labios a su oido, dejando que sus ojos pudieran fantasear con mi amplio escote- La verdad es que sería un placer que nos concediera una pequeña cantidad extra para comprar algo de ropa, o que nos indicara alguna sastrería... es fundamental ir bien vestida para la ocasión... y mi compañera y yo no tenemos la indumentaria indicada... Eso pondría en riesgo nuestro trabajo...- me separé de él lentamente y le dediqué una amplia sonrisa, cálida a la vez que seductora- ¿qué me dice?

Este se quedo mirando el generoso escote de Annya, cosa que Kristyd, pudo ver la cara de Grannik, al verlas.

no dejaba de ser un hombre y a cualquier hombre le gusta ver cosas bonitas y mas si es de una preciosidad como la hechicera.

intentaba no mirar mucho, pero era superior a sus fuerzas.

Tienes razon, y cuando la tienes la tienes- Sonrio - ¿cuanto necesitais mas?

Miro asombrada las aritmañas de Annya para conseguir que nos de un poco más de dinero.

"Tengo que aprender a hacer eso" pienso sabiendo que nunca he estado con nadie y que toda mi vida se ha limitado a entrenarme para ser uan buena guerrera.

Sigo callada observando la escena y pensando en que lo próximo que le diré a Annya será que me enseñe a hacer esas cosas si esperanq eu yo consiga que el hombre al que vamos a visitar nos de eso que tanto ansía Grannik.

Doy otro pequeño sorbo de mi vaso aun manteniéndome en silencio.

Le acaricié el rostro al escuchar su positiva respuesta. Justo lo que me esperaba- sonreí. Es usted muy muy amable, ¿se lo han dicho alguna vez?- le dediqué una mirada felina, de esas que iban de arribabajo, como si analizaras la mercancía. Estaba claro que no pensaba hacer nada con el viejo, pero quería que así lo creyera, que fantaseara. Lo estaba considerando como una especie de juego, como una caza. Podríamos hablar de...- fui tocándole con el dedo por los hombros, hasta colocarme en su espalda y deslicé mis brazos por sus hombros, hasta llegar a poder apoyar mi cabeza contra la suya. Le guiñé un ojo a la enana, quería que aprendiera de esto- unas 100 coronas más - le susurré con erotismo al oido- Prometemos hacerle un buen trabajo... Se lo aseguro...- apreté mis pechos contra su espalda- Soy la mejor en estos temas, mi señor... - dije esto último acercando aún más mis labios al oido del posadero, para que pudiera sentirlos y dediqué un especial erotismo a las palabras "mi" y "señor".

Seguia los actos de Annya, con la mirada ensoñadora, pues hacia tiempo que una mujer le hacia mimos si no era pagando.

A los ojos de Kristyd, aquello fue una revelacion, pues no todo se arreglaba con el filo de un hacha.

Clavo los ojos en la enana y una medio sonrisa aparecio tras su espesa barba.- No hace falta que lo digas preciosa Annya. Pues estoy comprobando en mis carnes tu arte

Esto es lo que me referia chiquilla, Herion y su guardaespaldas sucumbiran a vuestros deseos- Sonrio como un niño grande y saco dos bolsas de sus ropajes.

Ahi teneis 350 Coronas de oro cada una para que compreis lo necesario para llevar a cabo la mision.

Partid pues a engalanaros y a la vuelta le dejare a Wyle, las instrucciones y donde se encuentra Herion.

Yo he de partir con Trancos y balder, para hablar con el Alcalde de esta Villa.

Asentí satisfecha al ver que mis actos habían servido de algo. Así, podría comprar algo de ropa para mí y para la enana, a la que le faltaba cierto toque de erotismo, pero suponía que eso era más cuestión de razas... No sabía si los enanos pensarían lo mismo de mí, aunque lo dudaba a horrores.

Cogí ambas bolsas, dedicándole una amplia sonrisa al posadero. Miré a mi compañera- Espero que esto se te dé bien, Kris. Solo tendremos una oportunidad- le dije, aunque en mi rostro se veía felicidad. No le dedicaba ningún tipo de regañina, confiaba en que ella supiera cómo hacer estas cosas, aunque no con tanto talento.

Me coloqué bien las ropas y le dediqué una última mirada al lugar- Ya veo... tengan cuidado, no vayan a aparecer los orcos. ¿Podríais entregarle a Balder una nota, mi señor? Acabo de recordar que debía decirle algo y no sé cuándo volveré a verle- esperé a la contestación del hombre. En caso afirmativo, esribiría en algún papel el mensaje que tenía que darle y se lo entregaría al posadero, sino... no importaba. Estaba segura de que todos volveríamos a encontrarnos, exeptuando a los locos que decidieron ir a por los orcos.

-¿Estáis lista, Kris?