Partida Rol por web

Intentando mantener la calma, no gritar demasiado fuerte, Albert procuró llamar la atención de sus compañeros.

- ¡Quietos! Estamos atrapados. Mover los escombros sólo servirá para morir aplastados. Por favor, Guzmán, deja de hacer eso. Esta niña está gravemente herida. Su pierna está aplastada y, si no hacemos algo rápido, su situación puede empeorar. Lisa, ¿consigues conectar? Antes intenté llamar, pero no había manera. Cuando termines... ¿Serías tan amable de devolverme mi móvil?

Por un momento pensó en el trabajo, deberían de estar abriendo en ese momento... y Albert no estaba ahí. Todo su esfuerzo... todos sus sacrificios... perdidos para siempre. Recuperó la compostura.

- Intentad caminar de puntillas, no levantar la voz... la mínima vibración podría hacer que todo esto cayera. Si tenéis móviles a mano, pueden servirnos como linternas. Tiene que haber una forma de salir de aquí sin tirar abajo la estructura. No mováis nada, por favor, no toquéis los cascotes... Es peligroso.

Se llevó la mano a la cabeza para secarse el sudor...

- ¡Mi gorra! ¿Dónde está mi maldita gorra? Tengo que buscarla, debe estar en algún sitio... Quizá debajo de esos escombros... Olvídalo, Albert, cuando salgas de aquí podrás conseguir otra. Por ahora, céntrate en lo importante.

- ¿Alguien ha visto a Katrina? Su hija está mal, necesita a su madre cerca. Tenemos que encontrarla cuanto antes. 

- Las lineas estan saturadas - Le contesto - Me mantiene a la espera. Asi qeu ni se os ocurra usar los moviles de linterna porque necesitamos tener bateria de sobra. - Comento aun colgada del telefono, mirando de reojo a su dueño y a la niña pra finalmente dejar mis ojos de nuevo sobre Radek. - El 112 nunca esta saturado asi que ha tenido que pasar algo...

Albert miró a su vecina, no terminando de creerse que estuveira comportándose así. Se levantó y se puso serio.

- Por favor, devuélveme mi teléfono. Si las líneas están saturadas, sólo vas a conseguir terminar con la batería. Además, ¿Sugieres que encontremos una salida a ciegas? No tenemos luz, ni ninguna linterna. Si tienes un móvil tuyo, o si otra persona te lo presta, haz las llamadas que quieras, pero creo que en este momento es mucho más importante poder ver lo que hacemos que gastar la batería y la paciencia en llamadas que no van a ninguna parte. ¿Serías tan amable de devolvérmelo?

Intentaba mantener el control. Recordaba las revistas militares israelís, la disciplina y el control de esos soldados. No podía perder la calma en este momento, en esta situación de vida o muerte.

- Hola?- dice una voz tras una de las puertas de la segunda planta.- ¿Hay alguien hay? Mi piso se a venido a bajo.

Miro al tio con una ceja enarcada y le devuelvo si telefono - Espero que seas arquitecto o algo por el estilo, si no agradeceria que no tocaras ni un escombro, prefiero hacer llamadas para que en algun momento los especialistas nos saquen de aqui a que alguien que no tiene ni pajolera idea derrumbe todo y la palmemos todos - Le espeto sin mas viendo la actitud de machito que se llevaba, Gilipoyas, ni que estuviera llamando a mi madre...

Escucho la voz de mi hija llamándome, lejana, pero está todo oscuro, y me encuentro muy desorientada. Junto a ella parece que ya hay algunos vecinos, puedo escucharlos también. Como puedo, me dirijo a trompicones hacia donde creo que provienen las voces.

Después de unos minutos, logro alcanzar el rellano donde están mis vecinos de piso.

-¡Tasha! Acá estoy, acá está mamá- corro hasta ella y la abrazo y logro ver la gravedad de la herida, pero ya alguno de los presentes se ha encargado de hacerle un vendaje provisorio. -Gracias- exclamo hacia los presentes y las lágrimas contenidas comienzan a rodar.

-¿Alguien tiene un móvil? ¿Lograron comunicarse con Emergencias?- supongo que mis vecinos ya están abocados a eso pero me parece prudente preguntarlo. En estado de shock se suelen pasar por alto las cosas más obvias.

Retomó el móvil de manos de Lisa Cronen.

- Gracias. No, no soy arquitecto, pero no voy a mover ni un cascote, tranquila. Esto es muy inestable...

En ese momento irrumpió Katerina. Albert suspiró aliviado cuando la vio ilesa.

- Las líneas de emergencias están bloqueadas, ya lo intentó ella. Su hija...

Intentando ser todo lo delicado que pudo, se señaló la pierna de forma significativa, procurando que la niña no pudiera verle.

Te das cuenta que la pierda atrapada de la niña esta en unas condiciones lamentables, medio amputada, ni con el mejor cirujano podria salvarla. La hemorragia a sido contenida pero necesita atencion urgente o podria cangrenarse la herida.

Acompaño a Lisa y la ayudo a descender, tras el episodio de que el 112 no da paso por tener las lineas saturadas, me alejo de mi compañeros y trato de mirar por la ventana. Se me ocurre algún tipo de atentado con el del 11m o algún accidente en las obras del metro.

Antes de alejarme le tiendo mi movil a Lisa mientras miro de reojo al tipo de la barba, que parece a punto de perder el control No para de hablar y y le preocupan tonterías como su móvil.

Luego, me acerco a la ventana pero antes de poder mirar demasiado, escucho el sonido de una voz tras la puerta.

Hola?...la vamos a ayudar. Mire como esta la pared por encima del marco de la puerta, que yo haré lo mismo por aquí.

Miro la estructura por encima de la puerta, para tratar de ver las posibilidades.

El marco esta en buen estado, no parece que sea el problema.

- Aqui parece que esta bien pero cierro con llave por la noche y todo el salon se a undido, creo que la llave estaba en la mesita.

Toco la pared con la mano durante un instante y luego, recordando mis tiempos en el cuerpo suspiro mientras retrocedo un paso.

Apártese de la puerta..voy a hacer una prueba.

Doy un golpe seco y fuerte al punto donde la cerradura se une a la jamba. Si es como la mia no hara falta mucho mas...

La puerta cede y Amanda sale a reunirse con vosotros. Lleba un picardias negro trasparente y una rebeca de lana, que pudo recoger de lo poco que quedo de su casa. Sus calzado son unas botas de cuero hasta media pierna.- Yo... es lo primero que encontre...

Al mirar en el interior del piso veis que casi todo a cedido y observais que tal vez seria pasoble descender al primer piso por ese agujero, haciendo una cuerda con sabanas u otra cosa pero eso supondria dejar a la niña sola con la pierna aprisionada en los escombros.

Contemplo la escena de como mi vecino saca a la chica medio en cueros de la su casa, no puedo evitar arquear una ceja ¿Y la prostituta era yo? Me digo a mi misma negando con la cabeza y dandome la vuelta, buscando un sitio comodo donde sentarme mientras no llega la ayuda.

Carraspeo al ver el conjunto que viste la chica. Supongo que estaría esperando a alguien...aunque para lo que yo se, quizás todas las mujeres duerman con uno igual.

Luego entro y miro las posibilidades que nos dan las alfombras, cortinas y demás. En mi piso se que las tengo y no esta en muy mal estado, así que podría ir a por ellas. De la niña...de la niña casi prefiero no pensar.

Voy a mi piso, a por algo con lo que improvisar una cuerda para que algunos comencemos a descender y puedan salir de aquí. Luego miro a Lisa.

Lisa...si te doy las llaves de mi coche, podrías traerme el gato?. Tal vez podamos mover algunos cascotes sobre la niña y sacarla de ahí antes de... antes de que se desangre.

 Guzmán se levanta y se mueve un poco por los alrededores, recuperando un poco el dominio de si mismo mientras los vapores etílicos se van desvaneciendo poco a poco.

- ¿Pero qué pasa? Esto no es normal.

Con los ojos desencajados por el pánico se fija en la niña que está cubierta de sangre, y empieza a respirar cada vez más rápido.

- ¡Hagamos algo! ¡Joder, hay que hacer algo!
¡Que alguien haga algo!

Apenas reparo en la vecina de abajo. Mi atención está fija en la herida de Tasha. Miro su pierna una vez más. La situación está cada vez peor. Necesito sacarla de allí. Me seco las lágrimas como puedo, llorando no voy a conseguir nada.

-Por favor, tienen que ayudarme. Debemos sacarla de aquí cuanto antes... la herida está muy grave- trato de sonar tranquila, mientras acuno a mi pequeña. No quiero ponerla más nerviosa de lo que ya está. -Guzmán, usted que es fuerte, ¿podría ayudar a Albert? tal vez entre los dos logren aflojar un poco la presión de la pierna de mi niña. 

Todavía intentando que la niña no le escuchara, Albert habló al oído de la señora Larsen.

- Su hija... Su pierna... no creo que pueda salvarse. Tiene la pierna aplastada. Es imposible recuperarla... no con su pierna. ¿Entiende?

Se sentía asqueado teniendo que dar esas noticias. Se sentía culpable por el derrumbe y por todo, cuando realmente no tenía nada que ver con él.

- Si, si, claro.

Guzmán se pone a tratar de levantar los escombros que oprimen a la niña.