Siento que ese cabrón te hiciera daño y que luego la policía fuera a por ti. A veces las pistas nos llevan por caminos equivocados.
Me callo antes de decir nada que me haga perder el favor de Lisa, sobre todo ahora que sus manos me guían por un recorrido por su cuerpo, en el que estoy disfrutando como nunca.
De nuevo, y pese a intentarlo no puedo evitar besar sus hombros pecosos y mordisquear su nuca.
Sorry...las pequitas me pierden...