Partida Rol por web

Emmel de repente realiza que realmente no estáis solos:

Unos metros entre ella y Palaiss, en el murillo del puente, estado sentado un hombrecillo,
completamente desnudo aparte de una gorra roja.

Juzgando de la cara que pone, el pequeño parece de estar de muy mal humor, pero parece más flemático que agresivo.

Tras un momento de sorpresa, Emmel comprende que los demás NO pueden ver a la criatura...

Y, sin embargo, Palaiss y Romeo desde su posición al otro lado del puente no entienden por que Emmel esta mirando al puente tan attentamente...

Ëmmel mira al humano con una mezcla entre ironía y diversión. -Pues si, soy una elfa, si no tienes inconveniente. Mi nombre es Ëmmel.-Dice intentando ahogar una leve risa. La impresión del hombre, que responde al nombre de Romeo Montesco, se le antoja extrañamente divertida. -Y estamos en este puente por algo que exactamente aún no comprendo pues..-Las palabras se le ahogan en los labios. Entre ella y Palaiss está sentado un pequeño hombrecillo, totalmente desnudo, excepto por una gorra roja. Sus verdes ojos se abren con una expresión de total sorpresa. Mira a Palaiss y a Romeo que la observan con extrañeza.. Parecen no verlo, no entiende porque el elfo Palaiss no lo ve. Duda de acercarse, pero finalmente se dirige al muro donde está sentado el hombrecillo.

-¿Quién sois vos? ¿Acaso el guardian del viejo puente?.-Pregunta al hombre con un suave susurro para que tanto Palaiss como Romeo no puedan oirla. Siente una imperiosa sensación de conocer quien es el hombre

El hombrecillo se queda mirando Emmel en silencio por unos momentos más.

Entonces, una sensación de horror pasa por su cara:

"COMO PUEDES VERME?!"

Palaiss y Romeo también oyen su grito desde el otro lado del puente, pero no ven a nadie?

Es que esta elfa [Emmel] les está gastando una broma?!

Ëmmel mira al hombrecillo boquiabierta, sin poder ocultar su sorpresa. ¡Esto es demasiado!. La había sorprendido verle sólo ella, pero contaba con que el hombre lo supiera. Palaiss y Romeo la miran, como si hubiera sido ella la del grito. Por su espiritu piensa en llevar su mano al arco, pero su instinto la previene de que puede ser mala idea..Puede ser peligroso...o mortal... -Pues te veo, es más, podría pintar tu expresión de sorpresa con los ojos cerrados. ¿Esto es algún hechizo o simplemente puedo verte yo por algún tipo de truco? Entonces piensa en los ünguentos utilizados en el país de las hadas, y lo relaciona inmediatamente con la pintura sobre el rostro del humano. Es él quien ha pintado a Romeo, por lo que ese hombrecillo es un duende. A continuación se gira ante el grupo que la mira incrédulo. Intenta parecer serena. -Yo no he emitido ese grito, mi última voluntad es hacer trucos en este momento. Romeo, creo que ante mí tengo al responsable de tu desorientación....y "nueva cara"...

Romeo Montesco lo piensa dos segundos y luego al comprobar que no puede ver duende alguno dijo:

-Puede que tengas razon,pero si es asi,dejame que lo medite un poco,la borrachera de la noche anterior ya se me paso.

Romeo Montesco cierra sus ojos y se comienza a concentrar en sus pensamientos,la pregunta que rondaba en su cabeza era si le habian enseñado algo sobre duendes y la mejor forma de combatir contra ellos.

Vaya momento para meditar!

Romeo se concentra...

..Y el duende, sin más, salta del puente al río!!!

En el momento que despega del muro se pone visible para todos!

Actuad, RAPIDO!!!

Romeo Montesco busca en lo mas recondito de su mente para saber eso que tanto estaba buscando,esperaba dar con una respuesta rapida,dado que segun lo que oyo el duende habia saltado del puente hacia donde ellos se encontraban,y no queria ser una carga,por ende se debia mover,pero en estos momentos debia encontrar eso y luego moverse rapidamente.

Luego abrio los ojos y salio corriendo del lugar donde estaba.

El joven elfo explorador se pone a pensar, mientras escucha gritos y no se que mas, que lo hacen sentir algo molesto y se sale de unos de los lados del puentes, caminando... dando a entender y ponerse a pensar... con lo cual le dice a la srta elfa o semielfa Emmel, tanto como al pobre perdido humano mago(?): "segun parece, tiene que ver con lo feericos y lo poco que se es que los elfos tenemos algo de relacion con eso... y como es eso, si es mago, tanta magia y no ve lo que Emmel ve..?"

 Y a los pocos instantes parece ver saltar un pequeño hombresito, desnudo o algo desnudo y que pega un salto, lo cual lo sorprende un poco, dejandole las cejas algo levantadas y con caras de sorprendido o semejante... "que sera esto? por que hay duendes aca y tanto misterio en su construcciones? por que algunos lo vimos antes o despues?" dice Palaiss en voz baja, murmurando, aunque la tranquilidad del lugar, apesar de los palabrerios y caras de risa de Emmel, hacen que se escuchen bastante claro....

 Asi es como se vuelve a sentar en un lado, mirando mejor, pensando... pero con ganas d irse hacia algun otro lado, para saber mejor...  

Ëmmel se gira hacia los presentes, que observan la escena sobresaltados. Nadie se esperaba que ese hombre saltara. -¡No hay tiempo para pensar!, ese duende es la clave de todo este misterio, estoy segura, y él sabe porqué estamos aquí, ¡así que acercaos!.- Dice mientras corre

Ëmmel cruza el puente rapidamente, se acerca hasta la orilla del río, y se dirige a las aguas, guardando las distancias y sacando el arco, pero sin tensarlo, se dirige al hombre pequeño, con voz suave, pero firme. -Escuchame, sé que tú conoces porqué nos han llamado, nadie te va a hacer daño, te doy mi palabra de elfa. Sal del agua y cuentános lo que sabes, sino, entraré yo misma. Conozco a los seres de naturaleza féerica mejor de lo que crees, y tengo una idea de la especie a la que perteneces, por lo que conozco también vuestras debilidades....Así que, sal de ahí, te repito que nadie te atacará.-Ëmmel observa fijamente el punto donde se ecuentra el duende, con todo su cuerpo en tensión, por si se produjera un ataque.

El duende no hace caso a ninguno de vosotros, sino que sigue su carrera por la orilla del río.

Se mueve bastante despacio, con sus piernas cortas, y Romeo y Emmel amnos serían capaces de alcanzarle,
si se lo propusieran...

Romeo Montesco mira al duende y al darse cuenta que es un ser que es peligroso y le gusta chupar la sangre humana salio corriendo por el lado contrario y dijo:

-Ese sujeto es muy peligroso,no pienso acercarme a una cosa que le gusta chupar la sangre humana

Dicho esto estaba cada vez mas lejos pero por si las dudas aquella cosa queria atacarle estaria preparado para ello.

Ëmmel mira a Romei, que se ha marchado de su lado, asustado. -¿¿¿Que chupa la sangre???. Te estás  confundiendo de criaturas, y además ese duende puede responder a mil preguntas.- Está atónita por lo que oye. Corriendo, marcha hacia la orilla del río, donde está el enano. -!Ven Romeo, te doi mi palabra de que no te va a hacer nada!- Grita mientras corre con el arco en la mano, está a punto de alcanzarlo....

Romeo Montesco se da media vuelta y se dirige hacia la mujer elfa y luego dice:

-Muy bien,confiare en ti

Romeo se acerca a morwlen muy lentamente.

*BOMPF*

Antes de que le alcanzen, el duende se noquea a si mismo, saltando mientras mirando hacia atras...

Y aterrizando contra una roca...

Cuando le alcanzáis un momento después, el pequeño hombre está flotando en el agua boca abajo...

Ëmmel mira atónita el cuerpo del hombrecillo. No esperaba tal reacción. ¿Habrásido capaz de autoeliminarse antes que decir nada sobre el puente?. Murmura unas palabras en élfico. Moviendo la cabeza confusa, se dirige a todos los presentes.

-Esto nos da ya una idea sobre la situación en la que estamos. Si este ser se ha eliminado, es porque el secreto de este puente no debe ser revelado..Abrid bien los ojos...Algo me dice que no estamos solos.....

Romeo Montesco vuelve a cerrar los ojos algo del todo no andaba bien y tenia una leve sospecha que podria pasar algo malo a lo que agrego:

-La calma viene antes de la tormenta

Luego de ello callo y se concentro para saber que era ese mal presentimiento que sentia.

"Humm... Esto es algo raro, mas alla de lo chistoso o insolito que parezca...!" comenta el preocupado y pensativo explorador elfo Palaiss.... "Entonces, que es lo que haremos?", le comenta al mago, a la semielfa Emmel, acercandose hacia donde ellos estaban... Mirando al arroyo, casi insinuando si tiene que meterse...

Mientras que vosotros estáis hablando, el pequeño duende recupera la consciencia.

Sin más, se pone de pie, hace dos pasos bastante inseguros hacia la roca, se sienta y...

Tapandose el enorme chichón que le va creciendo en la frente, se pone a llorar y gimplear, de voz alta.

"Aaaaiiiiiiiiiiiiiii..."

La semielfa se acerca al duende, que se queja del fuerte golpe dado en la cabeza, mientras con la mano hace un gesto a Palaiss para que se aproxime donde está ella.

-¿Por qué huías? Ya te dije que nadie iba a hacerte daño. Ahora, dínos todo lo que sepas sobre todo este asunto....y te curaré ese feo chichón. - Dice casi divertida, pues la cara del duende es hasta cómica y trágica a la vez