Partida Rol por web

Genial, ¿y ahora qué?

Los contactos con la clase dominante siempre lo ponen nervioso. Esa gente podría ordenar su muerte y sólo tendría que dar cuatro excusas después. En ese sentido, puede sentirse aliviado porque esa gente obviase su presencia, y no le diese ninguna importancia.

Pero ya está, se había acabado por hoy. El cazador estaba intentando saber quién era el señor (¿y qué más dará quién sea? Todos los nobles actúan igual con sus súbditos.) y el trovador se había ido a hablar con la panadera. Y el marido de la bruja en cama. Genial.

Veo a los campesinos y me dan pena sus expresiones. Yo pertenezco aquí, a esta gente. Me acerco al cazador y espero.

"No, nada sabemos de Joan Malet", "en absoluto, no sabemos quién es ese" y respuestas similares son las que se encontró Edrigu ante la pregunta sobre quién era el tal Malet. Nada sabían los vecinos (o eso decían), pero probablemente fuera cierto, pues el propio Malet advirtió en alto su nombre para que todos lo supieran desde entonces.

Aleixo, analizando la situación y pensando quizá qué paso dar, vió como tras salir de la casa y hablar sin demasiados frutos con la vecindad reunido, se acercó al cazador. En pocos minutos la gente se dispersaría*

Fue entonces que entraste en la casa de Gema. Ésta estaba horrorizada con el espectáculo que había visto desde el umbral de su casa.

¡Cielo Santo, Dariu! -dijo acercándose a tí y cogiéndote de las manos. ¿Qué ha pasado ahí? -las manos le temblaban-. Esa mujer era vecina mía, y se la han llevado...

La chica se sentó en una silla y estaba intranquila. Tus compañeros aún no había vuelto*

Me acerco a mi compañero Aleixo y le digo:

-Aleixo, esto huele muy mal. Volvamos a casa de Gema. Creo que es lo mejor. -le digo mientras empiezo a caminar hacia casa de la panadera- Ya lo decía mi madre, piensa mal y acertarás.

He intentado hablar con la gente pero nadie parece conocer a ese tal Malet. ¿A tí te suena de algo? Y todo ese tema de las Adoradoras del Maligno... la última vez que escuché algo parecido fue en mi tierra. ¿Acaso sabes a que se refiere?

-Gema, parece ser la inquisición-Digo mientras le cojo las manos y la miro a los ojos-Esa mujer ¿has notado algo extraño últimamente?¿Sabes cuanto tiempo llevan por aquí esa escoria?-Les hago las preguntas suavemente para que se tranquilice -Tu no te preocupes que a ti no te va a pasar nada, pero tienes que decirme la verdad¿Tienes algo que puedan usar en tu contra?

—¿Cómo voy a saberlo? Sólo soy un pobre gallego escupido por el Miño —reflexiono, quizá para él, quizá para mí.

>> En Galicia había gente que los curas decían que adoraban al diablo, las llamábamos meigas; en realidad, la mayoría de ellas no eran más que mujeres transtornadas y solitarias, aquejadas de alguna dolencia o apartadas de la comunidad bajo algún pretexto.

Todo este asunto de la mujer y el tal Malet me ha puesto melancólico. ¿Igual deberíamos averiguar de qué se la acusa exactamente?

—¿Igual deberíamos averiguar de qué se la acusa exactamente? —repito en voz alta para mi interlocutor— Deberíamos visitar al marido, tan pronto como se haya recuperado. Por el momento sí, podemos volver con Gema. En unas horas me gustaría hablar con él.

Pues no sé cuánto tiempo lleva aquí ese hombre -respondió Gema-. Tampoco le había visto nunca. Eso sí, ahora que lo preguntas...  han cogido a tres mujeres por supuesta herejía aquí en Reus en la última semana, y en la panadería los rumores de los clientes decían que mañana irían a por más. Quizá ese tipo, ese tal Malet, esté detrás de todas esas barbaridades...

Gema se sentó en una silla y entonces llamaron a la puerta. Eran tus compañeros, que regresaban.

El goliardo parecía saber mucho de meigas, esas supuestas brujas del oeste del reino de Castilla. Pero ahora estábais en Reus, en el Principat y los Condados catalanes... ¿Acaso las historias de aquellas mujeres y sus desventuradas acciones habían llegado hasta allí? ¿O es que allí también había "meigas" o brujas? Según y por boca del tal Malet, sí; y al parecer se disponía a encontrar en Reus a todas ellas para darle un funesto final. Sin más preámbulo, con la idea de visitar al marido un rato después, volvísteis a casa de Gema (que estaba a unas pocas varas de distancia).

La puerta de la casa de Gema se abrió, y en ella irrumpieron Edrigu y Aleixo. Venían ya desde el lugar del asunto, a pocas varas de allí, en la misma calle. Gema se encontraba hablando con Edrigu del asunto. La chica parecía algo apenada, asustada. ¿Y quién no con tales amenazas de aquel ser de la capa y ropas andrajosas que tenía la venia de la autoridad local?

Gema, entonces, se marchó al cuarto donde dormía para colocarse unas sandalias e irse a la panadería, donde tenía trabajo que hacer antes de que se hiciera de noche.

Dariu, compañero - le digo mientras entramos en la casa. Acto seguido me apoyo en la pared y niego con la cabeza. - No hemos podido sacar nada en claro hablando con la gente. Parecen saber tanto o menos que nosotros. Todo esto me da muy mala espina. Ya decía mi padre: A buen entendedor, pocas palabras bastan. ¿Te ha dicho algo Gema? - miro a Aleixo y luego a Dariu -¿Qué creéis que debemos hacer?

-Según Gema tres mujeres mas han sido acusadas de bruja a lo largo de la ultima semana y según los rumores mañana irán a por mas-Digo mientras ando por la habitación mientras pienso-Eso si-Me señalo la espada envainada-Si salimos llevad el hierro, las calles ya no son seguras.¿Que hacemos ahora amigos míos?-Me preocupo por Gema ya que temo que ella pueda ser un objetivo de la iglesia,pero de momento me guardaré esos temores para mí.

Miro distraído a la ventana mientras anochece.

—Si queremos ir a ver al pobre hombre, deberíamos darnos prisa. Ir de noche levantaría sospechas, y los extranjeros siempre son un blanco fácil, más entrando de noche en una casa donde presuntamente se ha adorado al Oscuro.

-Tienes razón Aleixo, las calles no son seguras-Miro intranquilo a la puerta- Llamadme inseguro, pero esta noche deberíamos hacer guardia. Yo haré la primera si os parece bien. Pero antes deberíamos organizarnos para mañana-Mientras me acerco a ellos y los miro directamente a los ojos-Temo por Gema, no quiero involucrarla en nada la vida aquí ya es peligrosa por si sola.

-Dicho así, tiene sentido. Si decís que es mejor quedarse y no salir por hoy, no soy nadie para decir lo contrario. Vos tenéis más conocimiento que este humilde cazador.

-Sin embargo no puedo sacarme a esa pobra mujer de la cabeza. Ya lo decimos en mi pueblo: De fuera vendrá quien de tu casa te echará.

Me siento y apoyo mi cabeza sobre mis puños.

-¿Qué créeis que van a hacer con ella?

Me bendigo con la mano y hago un pequeño rezo por el alma de esa mujer. En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

-Por cierto, Gema se ha ido ya a la panadería ¿No?