Disparo y recargo.
(Gracias por la explicación)
Y que aquí llegó el fin de todos cuantos problemas os quedaban por solventar (al menos dentro de aquel oscuro túnel rocoso y pedregoso). Sucedió que mientras el cazador Edrigu lanzó su flecha tras haberse estado preparando a conciencia, ésta se desvió y no logró acertar al tipo. Y tras ello, fruto del buen hacer o la querida Fortuna del trovador Dariu, que éste le atizó con severo mandoblazo que no logró acertar el primero de los ataques; pero que el segundo le atravesó el cráneo al desdichado, provocándole severas secuelas; y que la hoja le hizo severos estragos de muerte, pues cuando completó el giro de actuación aquel tipo había perdido ya antes la consciencia, incluso antes de haber caído. Aquel golpe fue prácticamente mortal
Daño: Crítico de Dariu, en cabeza... Ello supone ignorar sus armaduras, hacer daño máximo y multiplicar el daño por dos. Daño total es 13x2 = 26 puntos de daño.
Tras unos segundos en que su cuelloy barbilla, completamente abiertas, borborteaban sangre, el alguacil de turno pereció a manos del trovador.
Motivo: Ini alguacil
Tirada: 1d10
Resultado: 1(+15)=16
Motivo: Ini Edrigu
Tirada: 1d10
Resultado: 10(+20)=30
Motivo: Disparo Edrigu (-25% osc, +10 por preprar)
Tirada: 1d100
Dificultad: 55+
Resultado: 84 (Exito)
Motivo: Dariu Ataques
Tirada: 2d100
Dificultad: 25-
Resultado: 2, 47 (Suma: 49)
Exitos: 1
Motivo: Esquiva de Soldado (tiene que obtener crítico)
Tirada: 1d100
Resultado: 60
Motivo: Localización ataque de Dariu a alguacil
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Motivo: Secuelas
Tirada: 1d10
Resultado: 1
Iniciativas turno3:
Edrigu: 30 Disparo con +10% y carga
Dariu: 22 Dos ataques con espada
Aleixo: 19 Recoge la espada y ataca
Aleixo: 16 Ataca a Dariu y le esquiva
*Secuelas: Conmoción: El ataque le produce un fuerte dolor y una gran conmoción durante 2D6 asaltos.Durante ese tiempo, pierde automáticamente la Iniciativa y todas sus tiradas se verán modificadas en -50%.
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Fin del combate
¡Aaaaaaaaaaahhh! ¡Soltadme! -eran las voces de Julián, el marido de María, allí presente con vosotros-. Parecía que le habían prendido para ser encarcelado o algo peor.
¡Hemos de huir! -apresuró Gema-. ¡Vamos, o nos cogerán a nosotros también!
Finalmente apresurásteis el paso, pues ya oíais a gente aproximarse en el comienzo del túnel. Serían más alguaciles de Joan Malet, en busca de los reos (las dos mujeres) que no fueron llevados al amanecer a la quema. Y tal que así hubísteis de dar un pequeño rodeo por las cavernas de aquel subsuelo, perdiendo la orientación por unos segundos. Finalmente vísteis una luz que llegaba al interior, y alumbraba una pequeña escalera de madera. Era una salida. Tras tomarla y elevaros sobre ella a toda prisa, os dísteis cuenta que estábais en una posada. No era en la que solíais pasar algunas horas, la del hermano mayor de Gema, sino otra del barrio. No debía distar mucho de la vivienda de la mujer.
¡La posada de la carroza! -dijo mirando en derredor!-Ésta estaba aún sin abrir, era mediodía prácticamente y en unas horas comenzaría su normal actividad. Hay que marcharse... -entonces miró por las ventanas hacia el exterior, las calles de Reus-. La gente se movilizaba hacia la plaza, donde supuesta mente iban a quemarlas vivas. La morbosidad del espectáculo atraía a muchos, naturales de allí o viajeros de paso. Hemos de salir de aquí..., ¡con cuidado!
Bueno, pues haced un último post de partida. Podéis salir libremente al exterior: hay tanta gente por las calles movidas por la cita del ajusticiamiento que pasaréis inadvertidos. Cuando cada uno haga el post acabaremos la partida.
Aturdido miro la taberna y veo si hay algo de valor, si es así lo intento coger. No sabemos lo que vamos a necesitar si tenemos que esperar aquí, y dudo mucho que mi alma inmortal pueda ser perdonada después de haber presenciado lo que hemos presenciado.-Podemos escapar por aquí, deberíamos poder pasar inadvertidos entre la multitud-Digo mientras me arreglo la vestimenta y me coloco el cinturón de la espada.
Luz.
Miro en derredor y veo a mis compañeros; dan mucha pena, sucios, asustados, pero excitados, contentos por poder ver la luz solar otra vez. Deduzco que es así como me veo, que mi cara está igual de sucia y expresa los mismos sentimientos. Pero está bien, estoy conforme con eso. Siento algo muy parecido a la felicidad.
Mientras nos escondemos y nos alejamos de la ciudad, decido que ya he tenido las suficientes aventuras. Me alejaré de aquel reino infecto donde cada noblecillo cree tener poder sobre la vida y la muerte de la gente, del tal Malet y su cara de perro. Volveré a Salamanca, acabaré los estudios y me haré cura, exactamente como Padre quería. Luego, con suerte, me enviarán a Galicia, miña terra galega, donde el cielo es siempre gris. Mi verde patria junto al mar.
Mi mente vaga y se imagina una ermita junto al mar ruidoso. Allí, solo, tendré tiempo finalmente de escribir la canción. Pero no será una canción de amoríos como las que he escrito hasta ahora: cuando uno está tumbado en una celda esperando la muerte, no es eso en lo que piensa, sino en... otra cosa.
Sé que ni las vivencias más apasionantes de toda una vida me permitirán cantar en metáforas oscuras una décima parte del significado que busco. Pero con las que tengo, ahora mismo, parece un comienzo aceptable.
Mis ojos recorren por última vez los parajes de esta tierra, ahora maldita para nosotros. Se que no podremos volver nunca más. No nos queda otra opción que la vida apartada y escondida.
Mi casita, allá a lo lejos entre las montañas... ¿Cómo será volver a pisarla otra vez? En casa, en casa otra vez. Me gusta estar en casa, llegar frío y cansado después de un día duro de caza y sentarme junto al fuego. A lo lejos sonaran las campanas de la iglesia... y yo, en silencio, recordaré estos momentos con mis compañeros.
Los despido con un fuerte abrazo. Son buenas almas y nuestra querida Madre velará por ellos.
-¡Visitadme cuando queráis!- les digo con el agrio sabor de las despedidas en la boca
Tras salir a hurtadillas de la posada, os alejásteis de las calles de Reus. No eran seguras para ninguno de vosotros. A lo lejos, ante los llantos de María y Gema, vísteis que conducían a un tipo hacia la hoguera de la plaza. Era el marido de María. Ésta quería ir hacia allí, pero Gema la retuvo, alegando que las prenderían a ellas también. No tuvísteis más remedio que marchar los seis para no volver a aquella localidad nunca más. Y de lo que ocurrió después es ya otra historia.
***
La Dama de Blanco era en realidad la madre de Gema, la cual murió ahoragada cuando lavaba en el río hace unos años, cuando ella era aún una niña. Una vez a la salida de Reus, Gema, María y Jofre se marcharon por su cuenta, pues Gema aún tenía que cuidar de su hermano y encontrar una cura para él. Os agradeció vuestra ayuda, y os entregó un misterioso medallón casero en agradecimiento, alegando que os traería suerte.
FIN
Recompensas, por si jugáis aventuras posteriores:
30 p.Ap
+10 p.Ap por salvar a Gema
+10 p. Ap por salvar a Jofre
Talismán obtenido: Bendición de San Nuño. (ver manual)