Partida Rol por web

Los brazos tiemblan, pero la idea de poder llegar a subir al mediano motiva a ambos. Las manos les arden y la transpiración cae copiosasamente. - Un último esfuerzo. - Dice susurrando y entrecortadamente el mediano. - Ya casi... - Y en un último retroceso para izar al compañero caído ven que una mano se aferra al marceo de la ventana. Ambos se levantan rápido y lo toman uno de ada mano para hacerle cruzar al interior. Una vez dentro los tres se sientan agitados y extenuados a recobrar el aire, medio preocupados por tanto ruido, la demora que tuvieron con todo esto y sonriendo por estar juntos, más que nada por los dos medianos.

Ambos comienzan a andar, más torcidos que derechos por así decirlo dado que todavía Bronas no anda del todo repuesto, pero un así salen del callejón tomando sus recaudos a la calle. Dentro de la posada parece que el alboroto no decrece, al contrario ven una silla que sale volando destrozando una ventana con un gran ruido. Se quedan un segundo parados no saben bien porque y ven que una figura salta detrás de la silla, no saben si fue el que tiró la silla o alguien que intenta huir de la posada.

CUando se quieren dar cuenta, la figura comienza a correr hacia ustedes y detrás de él un par de guardias que le gritan que se detenga. - ¡Corran! - Les grita el desconocido que se convierte en alguien familiar al reconocer el extraño asento de Salim. - ¡Derecho! - Y con gran esfuerzo les señala que corran por la calle.

Al fin ... lo hemos conseguido - digo jadeando y sonriendo a los medianos, apoyando mis manos en las piernas, tomando un pequeño respiro. Inspiro hondo, intento mantener las pulsaciones y quedarme un poco más tranquilo, y digo, susurrando -tenemos que encontrar ese hacha y rápido  el tiempo se agota . Me acerco a la puerta, y pego la oreja a la misma para intentar escuchar que hay por el otro lado.

El mediano y tu se paran para escuchar si alguien está del otro lado y/o en el pasillo, pegan su oido a la puerta y calman su respiración. Después de un momento se miran satisfechos y se dan la razón uno a otro con un simple gesto de que nada hay del otro lado. El golpeado mediano se queda atrás del escritorio con la soga en la mano, la ventana está arrimada y les indica que vayan, que él los esperará listo para poder irse todos juntos.

Arkantos sale del callejon junto con Bronas.Ayudando a andar al norteño mientras intentar salir de aquel lugar y encontrar a Salim. Casi sin darse cuanta un estruendo a sus espaldas hace que se gire y tras unos breves segundo reconoce la silueta de Salim. Asintiendo a sus palabras tira del norteño y emprende la huida.

Silencio, eso es lo que se escucha o mejor dicho lo que no se esccha detras de la puerta. Le hago un gesto de aprovación al mediano que decide quedarse para tener todo listo para salir. Pongo el dedo indice en la boca para pedir ir en silencio al otro mediano, salgo al pasillo intentando ocultarme e ir en silencio, dejando abrir la marcha al mediano que debe saber a que habitación debemos ir.

Lentamente abren la puerta, pero esta desconsiderada lanza un chirrido que retumba levemente, se quedan ambos duros antes esto, no se habían percatado quizás por el susto de que la puerta hiciera semejante ruido. El primer reflejo es cerrar rápido, pero algo los frena, escuchan que una vos algo débil habla. - ¿Escuchaste eso? - Y otra voz fuerte, quizás de hombre grande que vieron antes responde. - Cállate y sigue en lo tuyo. -

Casi seme sale el corazón por la boca cuando la puerta se queja al abrirse, y las voces de dos tipos se escuchan, será el mismo que antes casi nos pilla en la abitación. Miro al mediano que se va a quedar haciendole un gesto para que deje la ventana que paezca que esté ferrada y no haga ruido. Al otro le indico que al menos tenemos compañía de dos guardias a los que sortear. Salimos de la habitación dejando la puerta donde está no vaya a chirriar otra vez, le indico al mediano que me tiene que acompañar que marque hacia que habitación debemos ir y saldremos hacia allá lo más en silencio que podamos.

Todos entran a correr hacia el lugar indicado por Salim, al principio les cuesta reaccionar y por ello Salim los alcanza y pasa como si se hubieran quedado parados. Tan parados se quedan que no logran ni intentar frenar al guardia que intenta con su lanza atravesar la pierna del marinero Salim. Pero la suerte está de su lado esta vez, los adoquines del camino están cubiertos por un poco de barro y el guardia se cae aplastando su rostro en el duro suelo.

Mientras el otro guardia atrasado intenta alcanzarlos, pero se demora al darse vuelta para gritarle a sus compañeros para que le ayuden.

Arkantos quedó paralizado inicialmente ante la sorpresa, pero en cuanto Salim pasó a su lado como una exhalación se dio cuenta de que o espabilaba o estaría cerca de no ver la luz del sol en mucho tiempo, quizá demasiado. Así pues dio un ligero empujón a Bronas para incitarle a andar y guardando la retirada empezó a correr.

Te señala la puerta que está al fondo, pero antes de llegar allí, deben pasar por ela abierta puerta donde estàn los dos guardias. Ambos en silencio se van desplazando por el corredor que tiene varias puertas, el objetivo es claro, llegar a esa habitaciòn, sacar el hacha y salir e allì lo màs rápido posible.

Sin realizar ruido alguno se acercan poco a poco hasta cercanás de la puerta y es ahí donde se frenan. ¿Cómo cruzar? ¿Pasando rápidamente? ¿Despacio? ¿De a uno?

 A pesar de que está magullado, el norteño se ha encontrado en multitud de ocasiones en el pasado en situaciones de vida o muerte, y ha aprendido que o reacciona o muere... e incluso reaccionando a veces lo que espera es la muerte.

 En este caso combatir contra los guardias no le aporta nada, así que haciendo caso omiso a sus magulladuras se pone en marcha siguiendo los pasos de Salim.

Un nutrido grupo de guardias sale del lugar y va tras ustedes, pero no todos son soldados, último y escoltado por un guardia va al parecer un místico por las ropas que lleva. Pero lo preocupante son dos guardias que corren uno espada en mano y otro con nada más que sus puños, el segundo se tira de cabeza a tomarle las piernas y derribar al bárbaro, pero con tanta mala suerte que se tropieza y cae muy duro al suelo, mientras que el de la espada al ser chocado por su compañero, no cae al suelo, pero su ataque falla por mucho.

Adelante de ustedes, Salim corre tan velozmente que de suerte logran ver que gira bruzcamente a la izquierda.

Arkantos corre tras sus compañeros implorando auxilio a Tyr. Busca algo con lo que obstaculizar la persecución: un barril, un cajón, alguna puerta a medio abrir,...

Observa como Salim gira y sigue sus pasos.

Por fin vemos la habitación donde debe estar el hacha de la discordia, paso apaso nos deslizamos hasta la puerta abierta donde pestan lis dos.tipos que escuchamos. Le hago un gesto al mediano para que espere, intentaré pasar yo primero le indico y si todo va bien me acercqré hasta la habitación del hacha, después de que pase el mediano para saber cual de las hachas es la que necesitamos.

 El norteño se centra en correr, esperando que no le alcance ninguno de los guardias, sus amplias zancadas siguen al escurridizo Salim hacia la siguiente bocacalle, haciendo volar su capa a sus espaldas entre sus pasos y algún que otro salto para sortear un agujero en el suelo o una caja contenedora de mercancía.

Primero Galdor y luego el mediano, casi sin hacerse notar, los nervios y la tensión paracen que les hace ser invisibles al saberse en que peligro se están metiendo. Pasan el umbral justo cuando el grandote se le cae la copa y el otro debe limpiar, un rápido vistazo dentro del lugar les revela que hay otro sujeto por lo menos al ver un par de botas acostadas, que de seguro son de alguien que las está usando, acostadas en el suelo junto a la pared.

Esa puerta quedó atrás y ahora están frente a la que importa, ambos se detienen delante de la misma, es algo masiza, reforzada sin lugar a dudas, con una buena cerradura, pero nada que no hayas abierto antes. Se miran entre ambos y el mediano saca sus instrumentos, te invita a que lo hagas tu como una señal de respeto hacia ti, que mejor para un ladrón que abrir una cerradura y él te cede el honor.