Partida Rol por web

El Camino del Héroe

15. La Muerte Roja.

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03/02/2012, 16:10
Rengar

-¡¡NOO!! ¡¡KHAILAAA!!

El paladín llegó demasiado tarde, pero ni siquiera con eso podría haber logrado detener el infierno. El instante en el que la guerrera se levantaba para combatir al dragón fue suficiente para que Rengar sintiese que algo se le rompía en el pecho. ¿Por qué había hecho eso? ¿Por qué?

No supo la respuesta, pero sí cómo era el más horrible dolor existente en ese plano.

Las llamas envolvieron a Rengar y ni su escudo pudo evitarlo. Soltó un alarido cuando el aire hirviendo se le coló por el yelmo y el fuego puso el acero de la armadura al rojo vivo. Su voz atronaba como una tormenta desde el interior del casco y más parecían los bramidos de un toro que los de una persona. Rodó por el suelo no como si intentase apagarse, sino intentando huir de un dolor que ahora lo perseguía. Rengar no sentía miedo, pero su mente estaba obnubilada por el dolor. Enajenado, echó a correr hacia Galatea llorando sin lágrimas porque se evaporaban antes de rodar por sus mejillas.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Gasto 1 PD. Nada. A 11 PG me quedo y por el buffo de Galatea. Vuelvo a la retaguardia.

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03/02/2012, 18:45
Galatea

¡¡NO!!

A Galatea se le congeló la sangre en las venas, por un momento tuvo la desconcertante sensación de que la visión de la dragona aspirando aire, Khaila atacando, Rengar corriendo hacia allí, y aquella explosión infernal que los engulló a ambos  ocurrían a cámara lenta y eran lo único que existía en su entorno.

La elfa cerró los ojos con fuerza incapaz de ver aquello y se llevó las manos crispadas a la cabeza como si alguien le hubiese dado un hachazo en ella. ¿Por qué? ¿Por qué había tenido que pasar eso? ¿Por qué Khaila había seguido atacando en lugar de apartarse de allí? Quedarse. Irse. ¿Realmente daba lo mismo?

Que alguien perdiera la vida de una forma tan aparentemente vana era más de lo que podía soportar ver.

Galatea levantó las manos al cielo, crispadas, como si quisiera aferrar las nubes de tormenta y soltó un rugido mezcla de rabia y frustración que más bien recordaba al de un animal herido. Cerró los puños y dos chispazos saltaron de ellos, los brazos de la druida temblaron por la tensión, como si estuviese sujetando con todas sus fuerzas algo invisible que se resistía salvajemente. Arriba, las nubes se arremolinaron, la lluvia arreció y retumbaron los truenos.

Entonces bajó de golpe ambos brazos hacia adelante y aquello pareció reflejarse en el cielo. Como si hubiese "tirado de él", un relámpago rasgó las nubes descargándose sobre la cabeza de la dragona con una sonora explosión de luz y chispas.

De Khaila no había quedado ni rastro, ¡pero Rengar aún estaba vivo!, corría hacia ellos, hacia la retaguardia. La armadura del paladín estaba al rojo, echaba humo, y él gritaba desesperado por el dolor. A Galatea se le partió el alma sólo de verlo y su cuerpo echó a correr hacia él casi tropezando antes de que su cabeza se lo ordenara.

¡¡RENGAR!!

No sabía cómo, pero tenía que ayudarlo o aquel infierno en el que estaba encerrado lo iba a matar. ¡Aunque tuviera que arrancar los pedazos de armadura ardiente con sus propias manos tenía que hacer algo!

- Tiradas (2)
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05/02/2012, 12:44
Aidé

Aidé abrió mucho los ojos palideció a ojos vista cuando el dragón vomitó llamas. Incluso ella, que tenía sangre de elemental de efreet corriendo en sus venas, tuvo que volver el rostro y cerrar los ojos cuando le vino la bofetada de calor infernal. La genasí no era la más sentimental de las compañeras, pero estaba completamente aterrorizada.

Y al verla correr junto a Galatea en dirección a Rengar, parecía que no sólo se preocupaba por su propio destino. Cogió un pedazo de goma arábiga en la que envolvía un párpado y murmuró:

Teval im eosang, shai-unak poralan —la genasí tocó al semiorco y de improviso desapareció de la vista, a salvo de la mirada asesina del dragón—. ¡Sal de aquí, estúpido cabeza hueca!

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05/02/2012, 12:53
Ossian

Ossian parecía concentrado en el nirbolg, como si nada más existiera.

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05/02/2012, 12:54
Dragón Rojo

El rayo de Galatea rasgó el cielo y cayó sobre el dragón rojo, que acusó el golpe entre fuertes temblores. Volvió la maliciosa mirada hacia la druida, pero tenía otro problema más inmediato: pues el enorme nirbolg cargaba a cuatro patas contra ella. La dragona se preparó para recibirlo y... le lanzó un mordisco que el nirbolg esquivó en el último momento. Alzó la garra para descargarla sobre él cuando entrecerró los ojos un momento y giró la cabeza reptiliana para volverla hacia vosotros, ignorando a la criatura. Lanzó un poderoso rugido.

¡Ha descubierto que es una ilusión! —gritó Ossian—. ¡A cubierto, todos a cubierto!

- Tiradas (1)
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05/02/2012, 14:05
Galatea

Galatea no tuvo muy claro de dónde había salido Aidé pero la genasí apareció allí en el preciso momento en el que la necesitaba. Salieron corriendo de vuelta junto al semiorco invisible, no hacía falta que Ossian lo dijera dos veces.

Una vez estuvieron a cubierto, le pidió a Aidé que deshiciera el hechizo, hundió las manos en uno de los grandes charcos que se habían formado en el suelo y lanzó una rociada sobre el yelmo provocando que una nube de vapor se levantara en medio de un agudo sonido siseante. La elfa le arreó un manotazo a la pieza metálica para poder sacársela y aun consiguiéndolo se quemó la mano. Se agarró la muñeca un instante como acto reflejo pero apretó los dientes para no gritar.

Galatea parecía dispuesta a quitarle aquel infierno de encima a Rengar a toda costa puesto que ignoró enseguida la mano lastimada, desenvainó su espada larga y cortó con ella las cinchas de cuero que unían las placas de la armadura para que las piezas cayeran al suelo. El propio semiorco se quitó la cota de malla de encima a velocidad desesperada en cuanto se vio libre de su "prisión" pero tenía el torso, la cara, los brazos, ¡todo! enrojecido por las quemaduras.

La única forma que se le ocurrió de poder aplicar un hechizo de curación sobre tantas heridas a la vez fue abrazándolo por los hombros. Los menudos brazos de la elfa no abarcaban a Rengar ni de broma, ni tampoco iba a conseguir que se estuviese quieto a base de fuerza pero no tenía otra.

¡Shhh!—chistó con urgencia.

No podían seguir armando jaleo. En cuanto lo tocó, un tenue resplandor verdoso envolvió al semiorco durante varios latidos de corazón, calmó el horrible dolor y difuminó las quemaduras en su cuerpo aunque no pudo ser del todo. En cuanto se apagó la luz, Galatea empezó a jadear por el momentáneo esfuerzo mental. Había memorizado muy pocos hechizos de curación ese día y éstos no eran su especialidad pero tendría que apañarse con eso...

¡Rengar!—le agarró la cara con las manos para obligarlo a que la mirase y pudiera sacudirse la enajenación de encima, centrándose en algún elemento de la realidad. Había tanto tristeza como preocupación en los ojos de la elfa. Tristeza por Khaila, y preocupación por él—. ¿E... Estás bien?

Curar Heridas Leves x2 (Rengar gana 16 PGs)

- Tiradas (4)
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05/02/2012, 14:51
Rengar

Rengar dejó de gritar cuando le quitaron el yelmo. El agua y la promesa de ayuda le hicieron calmarse brevemente. Aunque su cuerpo seguía hirviendo de dolor, los esfuerzos de Galatea apartaron su mente de su piel durante el tiempo suficiente como para que le cortase la armadura y se pudiese quitar la malla, descubriendo un torso lleno de ampollas y quemaduras con la forma de los eslabones de metal. La pieza de tela que vestía entre la piel desnuda y la malla había quedado chamuscada y rota, y se cayó por su propio peso en cuanto se mojó un poco.

El rostro de Rengar exhibía unas quemaduras por vapor bastante importantes alrededor de los ojos, motivo por el cual los mantenía cerrados. Se le había quemado la mitad de la barba y gran parte del pelo. Temblaba por el contraste de temperaturas repentino y por el dolor remanente, y sólo la curación de Galatea pudo salvarlo de la locura. Las ampollas más gruesas remitieron y Rengar pudo abrir los ojos. Y ahora sí, estaban cuajados de lágrimas.

-Khaila... Khaila está muerta, ¿verdad? -dijo con voz rasposa-. ¿Dónde está el dragón?

Por más que en otra circunstancia hubiese muerto de gozo al notar los brazos de Galatea en torno a él, en ese momento no había cabida para ese tipo de sentimientos. Se incorporó lentamente. Todo le dolía mucho aún, pero podía moverse y seguir adelante. Y si el dragón seguía en las inmediaciones, todos estaban en peligro. Y Khaila...

Rengar apretó la mandíbula y miró hacia su espalda buscando señales de la sierpe. Y, por qué negarlo, de la guerrera. Aunque la había visto consumirse hasta los huesos, todavía tenía la estúpida esperanza de que corriese en su dirección salvada por la mano de algún dios...

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05/02/2012, 16:39
Dragón Rojo

En un principio, la dragona parecía dispuesta a seguiros de vuelta al bosque. Pero ya se había cobrado la muerte de aquella criatura insolente que la había hecho daño y... la milicia de Velarburgo estaba empezando a movilizarse. El reptil tomó una rápida decisión: cogió las ovejas muertas con sus patas y batió las alas con fuerza para elevarse. No tenía la más mínima intención de enfrentarse a un pueblo entero.

Ya tendría ocasión de devolver a esa elfa presuntuosa el dolor que le había causado...



 Vuestra reputación en Velarburgo ha aumentado 2 puntos — Desconfianza (19)

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05/02/2012, 17:41
Galatea

Galatea agarró la mano de Rengar cuando éste se levantó, como instándolo a que se quedase quieto y no saliera del parapeto que todos habían encontrado. Al ver que el semiorco no hacía tal cosa, lo soltó y en ese momento la dragona roja emprendió el vuelo levantando una manta de lluvia y viento que barrió todo el bosque.

La elfa se apartó varios mechones mojados de la cara y bajó la cabeza, se había quedado sentada en el suelo y no encontró fuerzas para levantarse.

Ni para contestar a la pregunta.

Durante un largo minuto, lo único que se escuchó fue el martilleo de la lluvia y la respiración jadeante de los compañeros. Finalmente Galatea se llevó una mano a la cara apoyando la frente en la palma y soltó un suspiro tembloroso, cerrando los ojos con la expresión crispada por la impotencia. Áscalon se acercó a ella emitiendo un gañido suave, con las orejas planas hacia atrás, como si fuera capaz de intuir, de absorber la desolación que flotaba en el aire.

La druida acarició el cuello de su lobo con la otra mano, abrió de nuevo los ojos y se puso en pie.

Vamos... a buscar a Drizztmurmuró con voz desapasionada.

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05/02/2012, 17:51
Áscalon

Áscalon miró a los presentes, eran incapaz de comprender qué decían pero su instinto le indicaba que algo no iba bien. El lobo gañía mientras sus ojos dorados observaban preocupados y confusos a su compañera, ¿dónde estaba la humana grande? ¿Por qué el humano verde había salido de la nube de fuego y ella no?

Miró a Rengar, olía a humo y a sangre. Daño. Le lamió una mano como si con aquello quisiera aportar su inocente granito de arena para "curar el dolor". Luego simplemente inclinó la cabeza hacia atrás y soltó un aullido suave y prolongado.

Un sonido armónico y a la vez... triste.

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05/02/2012, 17:57
Rengar

Rengar dejó que Áscalon le lamiera la mano, pero sintió que no tenía fuerzas para contestar. Se quedó mirando el pelaje del lobo durante unos instantes, perdido en su propia cabeza. Todo había salido mal. Peor de lo que hubiesen imaginado. Khaila estaba muerta. La dureza de una verdad así hacía que fuese difícil levantarse para seguir. Aunque tuviesen que buscar al niño.

Oh, Ilmáter, ¿cómo había sido tan tonto de pensar que podían hacerlo?

Gruesos goterones empezaron a resbalarle por las mejillas, ajadas y enrojecidas por las quemaduras. ¿En qué había estado pensando? ¿Cómo podría haber sido tan iluso? ¿Por qué no podían volver a la cueva como si esto no hubiese ocurrido, a comer moras y a discutir como el grupo que eran?

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05/02/2012, 19:05
Ossian

Ossian estaba sobrecogido y tenía la perplejidad y el espanto pintados en el rostro. El bardo también había pensado por un momento que podían vencer a la dragona. Que juntos podían lograrlo.

Volvió el rostro y, como si fuera un chiquillo, empezó a llorar. De pena, de rabia, de frustración, de remordimientos... ¿qué más daba?

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05/02/2012, 19:09
Aidé

Aidé no lloraba, pero sus ojos saltaban de uno a otro.

Ha sido mi culpa —balbució—, yo os he metido en esto.

La genasí se mordió el labio.

Lo siento —dijo, quizá por primera vez en su vida. Pronunciar aquellas palabras la hicieron sentir extrañamente bien—. Lo siento mucho. Intenté salvarla pero... mi magia... mi magia era inútil.

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05/02/2012, 19:15
Galatea

Galatea sabía que pedir perdón nunca es fácil, por eso un perdón salido de boca de alguien tan orgulloso como Aidé tenía el doble de mérito para ella. Que el orgullo sirviera para ocultar los sentimientos no quería decir que éstos no estuviesen ahí realmente, sabía que la hechicera no había dicho aquello por cumplir.

No es culpa tuya, Aidé—dijo depositando con suavidad la mano en uno de los brazos de la genasí—. Tú no trajiste a esa cosa. Esto habría pasado igualmente.

Áscalon le estaba lamiendo la palma de la mano que antes se había quemado y que ahora tenía algo roja. Lo miró de soslayo y luego volvió a mirar a la hechicera añadiendo con sinceridad:

Gracias... por ayudarnos. Por intentar evitarlo.

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05/02/2012, 21:04
Rengar

Mientras las lágrimas caían silenciosas por el rostro de Rengar, éste tomó la mano herida de Galatea entre las suyas. Le transmitió parte de su energía para curársela. Nadie más había salido herido y quería sanar a la elfa igual que ella le había sanado a él. Si no fuese por su rápida acción, aún estaría debatiéndose más allá de lo que una persona puede experimentar. Tras un cosquilleo luminoso, la quemadura de su mano desapareció. Era lo menos que podía hacer.

Rengar volvió entonces sus manos para sí y se curó a su vez. Las quemaduras se restañaron allá donde más graves eran. Tras el efecto sedante de la gracia ilmaterina, Rengar notó su piel mucho menos tirante. Pero, por supuesto, el dolor físico sólo era una pequeña parte de su sufrimiento.

-No es culpa tuya -dijo a Aidé mirando su barbilla-. Yo os he animado. Tenías razón. Soy un tonto y un iluso. Por mi culpa, Khaila está muerta. Casi morimos todos. Tenía que haberme dado cuenta...

Notas de juego

Me curo 15 pv.

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05/02/2012, 21:50
Galatea

La mano de Galatea era pequeña y frágil como una hoja en comparación con las de Rengar, y la elfa miró en un principio extrañada pero cuando vio lo que el semiorco pretendía hacer esbozó una sonrisa triste, tan tenue que casi parecía que la lluvia pudiese llevársela. Pero se borró en cuanto el paladín dijo aquello.

No lo eres, y tampoco es culpa tuya.

Áscalon movió la cola suavemente observando a Rengar cuando su compañera se miró la mano curada.

La única que tiene la culpa de esto acaba de irse volando—añadió con el gesto ensombrecido de nuevo—. Dejad...

Luego dejó caer el brazo y suspiró llevándose una mano a la frente otra vez, a ella misma le dolía el alma, todavía tenia grabada en la retina la inmensa explosión de llamas, se sentía triste, frustrada, había perdido a su amiga delante de sus narices y no había podido hacer nada. Ella también podría echarse la culpa por haberles comprometido a luchar contra el dragón... y así podrían estar eternamente. No. Ese sería el camino fácil, no podía dejar que el ánimo del grupo se cayera ahora por el suelo o nada habría tenido sentido.

Dejad de... haceros daño de esa formasuspiró finalmente haciendo un esfuerzo por mantener ella misma la moral alta aunque era evidente que le costaba—. Se lo pregunté antes. Esto... me parece que es la respuesta más clara que nos ha podido dar, y no es un "porque me lo ordenasteis".

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05/02/2012, 22:39
Rengar

-Ella dijo... Antes de cargar... Khaila me miró y dijo "Nos vemos". ¿Qué quería decir? ¿Por qué ella...?

Rengar no pudo soportarlo más. Su voz se quebró con un sollozo y no pudo hacer otra cosa que buscar consuelo en el hombro de Galatea, donde ocultó el rostro.

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05/02/2012, 22:52
Galatea

Galatea se sorprendió con aquello, no porque Rengar se derrumbara, si no porque buscase apoyo en ella. Si para un elfo darse la mano era un gesto extraño, aquello directamente la hizo soltar un respingo y abrir de par en par los ojos.

Durante los primeros segundos no supo bien qué hacer por pura falta de costumbre, cualquiera diría que su hombro parecía demasiado pequeño como para consolar a alguien tan grande, que era como si un roble tratara de sostenerse sobre un junco, pero no era así. Soportar el peso de la tristeza de un amigo no era algo que tuviese que ver con la forma física y Galatea estaba dispuesta a soportar eso y mucho más.

......

Levantó un brazo dejando una mano sobre la espalda de Rengar con la lentitud de quien no está seguro de si iba a hacerle daño al tocarlo pero con la suavidad de quien realmente quería consolarlo.

Quería decir... justamente eso—murmuró con la voz algo estrangulada—. Los amigos nunca te abandonan. Aunque no puedas verlos, nunca se van...

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06/02/2012, 18:03
Director

La vuelta a Velarburgo, sin Khaila, fue especialmente cruel cuando recibieron las miradas y los susurros de sus habitantes. Había algunos que admiraban su valor, otros que seguían echándole la culpa a Aidé, pero la mayoría habían apreciado el sacrificio que había hecho Khaila por sus hogares. Instintivamente, buscando curación para las heridas de Rengar, os encaminasteis al templo de Khauntea. Aunque había otras heridas abiertas, más dolorosas, que difícilmente podrían recibir la atención de los clérigos.

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06/02/2012, 18:05
Olavia Tsardruyn

Os recibió la Gran Madre Segadora en persona, rodeada por sus fieles.

Siento mucho vuestra pérdida —dijo con voz pesarosa.